Laicos Misioneros Combonianos

21 años de vida, “y vida en abundancia”

LMC Portugal

LMC PortugalEs día de agradecer al Señor por el camino que hemos hecho como Laicos Misioneros Combonianos. Hoy cumplimos 21 años de historia y misión; 21 años desde aquel 25 de enero de 1998 en el que iniciamos este camino de discernimiento y formación para Laicos, animados por el Espíritu Santo y por San Daniel Comboni, en Maia.
Ha sido un camino muy bonito. Un camino hecho a los pies de la Cruz, delante del Señor. Y es de este camino que brota la misión -la que está hecha de obras de Dios que “nacen y crecen a los pies de la Cruz”. Un camino como familia, inspirados por San Daniel Comboni que nos conduce a “Salvar África con África” ​​- esta maravillosa África que hoy en día ya no tiene límites, que está en nuestras periferias.
LMC PortugalMuchos fueron los que con nosotros caminaron. Unos fueron, otros continúan comprometidos como LMC, pero todos, de algún modo, fuimos dejando buches y gotas que completan hoy este océano de amor que somos y que une continentes. A todos los que nos acompañaron y nos siguen acompañando se lo agradecemos desde el fondo de nuestro corazón.
LMC PortugalEn estos 21 años fueron varios los LMC que vivieron su vocación misionera en diferentes lugares más allá de nuestras fronteras: en Mozambique, Brasil, la República Centroafricana y Perú. Hoy seguimos difundiendo nuestra alma misionera en estos mismos países: Marisa en Mozambique; Liliana en Brasil; María Augusta y Cristina en la República Centroafricana; Paula y Neuza en Perú. Por no hablar de todos aquellos que están comprometidos y que se encuentran en Portugal, en la periferia, en sus familias, en la vida, tratando de vivir la misión que Dios pide de ellos, y todos los candidatos que buscan desde el discernimiento en el carisma de San Daniel Comboni la llamada de Dios.
Misioneros en Cristo y por el bautismo, avanzamos como nos animaba San Daniel Comboni:
«Tengan siempre los ojos puestos en Jesucristo, amándole tiernamente y procurando entender cada vez mejor lo que significa un Dios muerto en la cruz por la salvación de las almas» (Escritos 2721).
LMC PortugalY este salvar almas para Comboni iba mucho más allá de una simple evangelización: la salvación de la humanidad en la pasión y en la muerte de Cristo, que nace y vive de la identificación del misionero con este misterio pascual, en este morir para nacer, para vivir. “Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, se queda solo, pero si muere, produce mucho fruto”. – (Jn 12,24)
Con mucho ánimo seguimos el camino, las huellas de San Daniel Comboni, de manos entrelazadas para que su obra no muera, un camino de ardua y entusiasmante misión entre los pueblos y naciones sedientos del amor de Cristo.

LMC Portugal

LMC Portugal

Juntos en y como familia

LMC Peru

El amor solo tiene sentido cuando es compartido. Durante el año que pasó hemos aprendido, vivido y experimentado ese amor con los más chiquititos. El Proyecto “Mi Colegio, Mi familia y Yo” no es un proyecto de niños sino de familias. Familias capaces – niños felices.

 

Comunidad Ayllu. Paula y Neuza. LMC en Perú

Feliz año nuevo desde Brasil

LMC Brasil

LMC BrasilEstamos aquí ya hace 1 mes y medio para la Gloria de Dios. Nuestro agradecimiento hacia TODOS los que conocemos y por consiguiente a quienes forman parte de nuestra vida y parte de este proyecto-vida a quienes continuamente ponemos siempre en las manos de nuestro Señor.

Gracias a Dios nos hemos ido adaptando en la comunidad brasileña, especialmente en Ipê Amarelo. Ante todo creo que lo que nunca deja de sorprendernos es que Dios ya estaba aquí, es decir, la iniciativa siempre es de Dios y ninguna persona nunca está fuera de Dios, como una vez más en nuestra vidas lo podemos constatar estando hoy aquí, tan lejos de nuestro lugar terrenal donde nacimos y hemos vivido, pero donde también está el otro: mi hermano, nuestro hermano.

En este tiempo hemos celebrado con mucha alegría los 60 años de vida de Lourdes Viera. Una LMC incansable cofundadora de los LMC en Brasil hace ya más de 20 años.

Para nosotros como familia es una gran bendición tenerla, ella es nuestra Vovó, es especial para nuestros hijos. Nos ha ido introduciendo con mucha energía pero también con toda la caridad del mundo en esta comunidad y en la vida misionera en general.

También celebramos la Navidad (Natal en portugués) con mucha alegría y entusiasmo pues es nuestra primera navidad fuera de casa y lejos de nuestras familias. Nuestros hijos gracias a Dios la pasaron con mucha naturalidad y alegría. Como don de Dios, el hecho que estemos juntos ha sido nuestra mayor fortaleza.

Gracias a Dios, la familia de Laicos Misioneros Combonianos de Alejo y Tere de Ramirez, que ha sido de mucha inspiración para nosotros desde hace muchos años, decidieron pasar la Navidad aquí en casa. Es cierto que no los conocíamos hasta ahora, pues lo único que sabíamos de ellos era una foto que vimos hace 4 años. Ellos también tienen más de 20 años de ser parte de esta gran familia de LMC y si bien es cierto que no han podido salir de su tierra, han hecho esa salida que Dios nos pide hacer todos los días; Salir de ellos mismos hacia los demás y para ellos entre sí como familia, como muchísimos otros no han podido (o querido). Son un hermoso matrimonio con 3 hijas, que han trabajado en la formación espiritual de muchos LMC y que son ejemplo a seguir como familia cristiana.

LMC Brasil

Gracias a Dios se llegó el año nuevo, en donde tuvimos la oportunidad, que en lo personal nos gusta mucho, y es la de pasar en casa solos como familia. Tuvimos nuestro tiempo para platicar acerca de todas las bendiciones recibidas por nuestro buen Padre Dios en todo este año que cerramos. Y el momento más esperado; el de podernos bendecir entre todos, cada uno de nosotros entre sí para seguir reconociéndonos mutuamente como la familia con la que Dios nos ha bendecido y nos seguirá bendiciendo. Y se preguntarán ?Los niños estarán conscientes de lo que sucede y lo que están haciendo? Como muchas cosas en la vida, no lo sabemos a ciencia exacta, sin embargo, estamos juntos, y desde Lucia, la más pequeña, hasta Esteban, el más consciente, cada uno de ellos es valioso, importante, digno, querido, amado y así se sienten, así nos sentimos con ellos: Nuestro hermoso tesoro!

Ya lo decía nuestro párroco (aquí en Brasil) el Padre Agustinho el último domingo del año, en que nuestra buena Madre y Maestra la Iglesia, celebra la Sagrada Familia: “la familia es el mejor hospital, el mejor terapeuta, la mejor escuela, el lugar donde se vive el amor, el lugar que todos tenemos”.

Les deseamos a todos un Bendecido Inicio de Año del hombre y una bendecida vida, nos depositamos en las manos de Dios y en sus oraciones. Nos despedimos con la bendición que nuestro Padre a través de la Iglesia nos regala año con año para iniciar siempre de nuevo: ¡Yahvé te bendiga y te guarde! ¡Yahvé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos! ¡Yahvé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz! (Num. 6, 24-26)

Familia Camey, LMC en Brasil.

¡En el mundo pero NO del mundo!

LMC-Centroafrica

LMC-Centroafrica¡Hola a todos!
Soy André, soy un niño pigmeo, la verdad es que no sé cuántos años tengo, probablemente entre 7 y 9 años. Vivo en Ndobo, un campamento en la selva de la República Centroafricana, cerca de Mongoumba. Mi casa, si puedes llamarla una casa, es similar a un iglú hecho de ramas y hojas secas, con tablones de madera que hacen de cama, no hay baño, cocina, televisión, electricidad, pero, afortunadamente, está cerca de un pozo de agua, que un misionero construyó hace mucho tiempo, por lo que puedo beber y lavarme sin caminar una hora por la selva.
De lunes a viernes con otros amigos que viven en el campamento, me levanto y voy a la escuela, caminando unos 4 km sin zapatos. Algunos días llegamos un poco tarde pero como no tenemos reloj, no sabemos a qué hora tenemos que despertarnos; Todo se vuelve más difícil en la temporada de lluvias, porque el camino se convierte en un pantano.
Cuando llegamos a la parroquia de Mongoumba, entramos en una sala que Cristina ha preparado especialmente para nosotros, todos tenemos un lugar con nuestro nombre, donde podemos lavarnos un poco, hacer alguna tarea de la escuela y después de saludar a Anna, María Augusta, Cristina y Simone nos vamos corriendo para clase. María Augusta a menudo entra en clase para ayudar a la maestra a “mantenernos a raya”, ya que somos más de 50, nos enseñan francés, aunque a nosotros nos gusta hablar nuestro idioma, el SANGO.
La escuela termina a las 12.30, luego volvemos a la sala San Daniele Comboni, nos ponemos la ropa llena de agujeros y vamos a comer a “DA TI NDOYE” (casa de la caridad/del amor), donde un día nos preparan arroz con frijoles, un día de papilla de yuca con pescado, un día de Makongo (orugas) con ngungia! Comemos todo rápido y luego esperamos que Simone y Cristina lleguen a  la casita cerca de la iglesia para regresar al campamento juntos, donde jugamos a la pelota, a veces coloreamos o vemos una película, hasta que casi está oscuro, Simone y Cristina nos saludan y nos recuerdan que al día siguiente tenemos que llegar a tiempo!
Mi día se cierra en la oscuridad del campamento, sin luces y quizás con algún animal extraño que se cuela por mi casita, pero acurrucado bajo el cielo de la República Centroafricana, acolchado con estrellas que a veces parecen pequeñas perlas preciosas.
Oh, lo olvidé… ¡No existo! Estoy en el mundo… hecho de carne y hueso, puedo correr, saltar, jugar… ¡pero no soy del mundo!
¡Y como yo, hay muchos otros niños pigmeos en la República Centroafricana! No solo somos explotados, porque los recursos que se encuentran en la tierra de nuestro país se exportan a lugares que ni siquiera conocemos para producir televisiones, teléfonos, computadoras, armas, bombas … sino que estamos fuera del mundo … Estoy excluido, sin documentos, sin fecha de nacimiento, sin registro escrito… en definitiva …
… EN EL MUNDO pero NO DEL MUNDO! (Jn 17.15)
un caluroso saludo
un beso a todos
un fuerte abrazo
una pequeña oración
André con
Paul, Pierre, Marie, Albert Dimanche, Pierre, François Albert, Philippe, Guy, Marie, Terese, Marcel, Gabriel …
(Con Anna, Maria Augusta, Cristina y Simone)

Navidad en República Centroafricana

LMC en RCA

LMC en RCAEn Bangui, capital del desasosiego, donde los intereses y los interesados ​​se enmascaran con el cotidiano de hombres y mujeres, niños y niñas, que siempre con una sonrisa y buena disposición iluminan las calles sin asfalto y llenas de agujeros por el tránsito desgobernado de coches, camiones, tanques de guerra, jeeps, motos, etc.
Sé que es tiempo de hablar de Amor, aunque para amar no hay tiempo, ni para perder, ni para contar, ni para marcar.
En realidad es que ¡empiezo, y pienso que no soy sólo yo, a estar saturada de palabras!
!Es urgente vivir de este Amor que tanto se habla, es urgente dejarnos transformar por Él, es urgente transpirarlo! ¡No podemos seguir filtrando lo que nuestro corazón no quiere ver! ¡Vivo actualmente, así le llamo, un Amor revuelto, sí porque me revuelve las entrañas!
Estoy en misión, mejor decir, estamos todos en misión, vivir es una misión, debemos ser responsables de nosotros, de los demás, de todo lo que nos rodea. Somos el pueblo escogido, portadores del Soplo de Dios. No podemos asfixiar el Soplo que nos hace vivir, sin Él morimos, o mejor dicho ¡no nacemos!
En este país que brilla como piedra preciosa para las miradas de codicia, y donde la mayor riqueza son los niños. Pues ellos gritan con su soplo precioso, simplemente: “déjenos vivir”.

LMC en RCACon mucho amor
Buena Navidad
RCA
Cristina Sousa LMC