¡Bienvenidos y bienvenidas al blog de los Laicos Misioneros Combonianos!
Creamos con mucha ilusión este espacio donde poder compartir con todos ustedes nuestras experiencias misioneras en África, América y Europa.
En este blog encontrará un lugar donde compartir nuestro día a día junto a los pueblos del mundo. Las ilusiones, dificultades y retos que presenta la vida de la gente sencilla.
Inventaremos un espacio donde poder reflexionar juntos, reír, rezar, soñar y hacer realidad un mundo diferente.
Sabed que también pueden visitar nuestra web, donde encontraran más información sobre nosotros y nuestro lugar de formación donde queremos prepararnos lo mejor posible y donde también están todos invitados.
La vocación es un llamado
VI Congreso Americano Misionero – ¡América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo!
Mensaje a los cohermanos de Mozambique
Bodas de Oro de la presencia de los MCCJ en Benín
¿Tienes vocación misionera?
Si te preocupan las injusticias que te rodean…
Si no puedes permanecer indiferente ante las desigualdades…
Si como cristiano te sientes llamado a salir y poner tu granito de arena…
Hay que dar un paso adelante…
¿Dónde estamos?
Como LMC estamos en África, América y Europa. Presentes en un total de 21 países. Si quieres conocernos mejor puedes entrar en la web y ver dónde estamos en cada país y qué hacemos.
San Daniel Comboni, misionero del África.
Comboni fue un misionero apasionado por África y por sus gentes. Cuando todos buscaban sacar provecho y explotar el continente el luchó contra la exclavitud y por el pueblo africano. Salvar África con África fue su lema y conseguir que todos se unieran por este ideal la pasión de su vida.
Si la posibilidad de ser misionero o misionera te cuestiona, te aconsejamos que te pongas manos a la obra y comiences un proceso de discernimiento.
Lo mejor es buscar alguien que te pueda acompañar (un sacerdote, un religioso o religiosa o algún laico o laica). Acércate a un grupo misionero y comienza a profundizar en esta vocación. Nosotros estamos presentes en 20 países diferentes. Si estás en alguno de estos países contacta con nosotros y te pondremos en contacto con la coordinación del grupo para que puedas comenzar este camino. Si no es así, busca algún otro grupo misionero donde hacer este camino. La misión es grande y se necesita tu ayuda.
Como misioneros laicos realizamos muchos servicios. En función de las necesidades de los pueblos donde nos encontramos y de las capacidades profesionales de cada uno, nos ponemos al servicio de los demás.
Estamos implicados en la educación. Acompañando redes de escuelas comunitarias en la selva, escuelas de primaria, secundaria o escuelas técnicas, y hasta en la universidad.
En sanidad también desarrollamos muchos servicios, desde medicina preventiva en las comunidades, como médicos de diferentes especialidades o enfermeros, con centros de atención comunitaria y medicinas alternativas y que respetan las tradiciones de los pueblos.
Estamos implicados en acciones sociales y de justicia, paz e integridad de la creación, acompañando a las comunidades afectadas por compañías mineras, con centros de defensa de la vida y los derechos humanos, capacitando las comunidades en la defensa de sus derechos, en proyectos de desarrollo agrícolas, etc.
Y también como misioneros estamos acompañando comunidades cristianas en la periferia de las ciudades, en las zonas rurales, en las comunidades en los ríos o dentro de la selva. Acompañando diferentes pastorales, con catequesis, con pastoral juvenil, de enfermos y en definitiva ayudando a las comunidades a empoderarse, fortalecer sus capacidades y salir adelante con sus propios medios.
Como decía Comboni “Salvar África con África”.
Ser misionero es una vocación. Entender que el Señor te llama para este servicio es el primer paso.
Pero como decía Comboni debemos ser “santos y capaces“. Las necesidades son muchas en la misión, por ello debemos prepararnos adecuadamente para ofrecer lo mejor de nosotros mismos, respetando las culturas de los pueblos donde somos enviados y compartir nuestra vida con ellos.
Nosotros ofrecemos un periodo de discernimiento (para comprender si ésta es tu vocación). Después varias etapas de formación donde conocer aspectos claves de la vida misionera, con algo de teología, misionología, testimonios misioneros, aspectos prácticos, etc. Una formación que nos ayude en nuestra madurez humana, cristiana y conocer mejor nuestro carisma comboniano.
Cuando estés preparado para ser enviado tendrás la oportunidad de tener una experiencia de formación comunitaria donde prepararte para tu destino misionero. Un periodo fundamental antes de la salida para tu país de destino.
La formación no termina aquí. Es algo fundamental en nuestra vida misionera… al llegar a misión, la formación permanente, al regreso a nuestro país de origen, etc.
Si quieres conocer más acércate a nuestro grupo y te informaremos con más detalle.
Estamos presentes en 20 países. Queremos ser misioneros en todo momento y en todo lugar.
Cuando salimos de nuestros países de origen nos integramos en comunidades internacionales con otros compañeros y compañeras, solteros o casados (algunos con hijos) con los que compartimos nuestro servicio misionero. Tenemos presencias tanto en África (Etiopía, Uganda, República Centroafricana, Mozambique, Malawi) como en América (Perú, Brasil…).
En función de las capacidades de las personas disponibles y de las necesidades de las misiones concretas entablamos un diálogo entre los países para poder enviar nuestros misioneros y misioneras.
Las necesidades son muchas y todas las personas de buena voluntad debemos unirnos para hacer un mundo mejor.
Las posibilidades son muchas. Rezar por nuestros misioneros y los pueblos que los acogen, promover la vocación misionera entre amigos y familiares, ayudar económicamente a nuestras comunidades y los diferentes proyectos que llevan adelante… y cómo no teniendo una vida sencilla, preocupándote de los demás, controlando el consumo que está devastando el planeta… cada uno desde donde estemos debemos intentar hacer un mundo mejor, preocuparnos por los otros y facilitar, dentro de nuestras posibilidades la vida de los demás, especialmente de los más necesitados y excluidos.