Laicos Misioneros Combonianos

Carta a los amigos de la transformación social

Transformacion Social

Os dejamos aquí la carta escrita por el Padre Pierli y la Hermana Teresita para todos los amigos de la transformación social.

Una Cuaresma en paz y una feliz Pascua 2024

Queridos amigos, queridas hermanas y hermanos

Se dice que un misionero de buen corazón, buen pastor y Transformador Social en América Latina, Pedro Casaldaliga, se expresó así: “Cuando al final de mi viaje me pregunten: ¿Has vivido? ¿has amado? Sin decir nada, abriré mi corazón lleno de nombres en él…“.

Cuando al final de mi viaje me pregunten: ¿Has vivido? ¿Has amado? Sin decir nada, abriré mi corazón lleno de nombres, rasgos, perfiles, identikits grabados en él”. “Todo esto se verá, porque no podré recordarlo, enumerarlo, pormenorizarlo“. (Padre Pierli)

Así que ahora, para mantener vivos los nombres, nos gustaría mencionar con profunda gratitud e inmensa alegría algunos nombres de amigos, que vinieron a visitar al P. Pierli durante el último período: P. Selwam Sahaya con uno de sus cohermanos salesianos; P. Eliseo Citton, Prof. Mario Molteni, Prof. Giancarlo Volpato con su esposa Maristella, Dr. Luigi Zarzon con su esposa Silvana Berchioni, Párroco Francesco Vialetto, P. Emmanuel Denima, Dr. Judith Pete, Sr. Lettedenghil Ogbamicael con algunas hermanas combonianas, el P. Manuel Augusto Lopes Ferreira, Stefano De Togni, el P. Giuseppe Caramazza, el Hno. Alberto Parise, Stefano Domanin, Hna. Maria Vidale, Hna. Esperance Bamiriyo, Maria Pia Dal Zovo, Teresa Zenere con algunos otros miembros de la SIMC; de África tres jóvenes Ruth Wanjiru, Mary Watetu y Lucy Mutola, también de la ISMC; otra joven que es una buena amiga de ellos de Egipto, Silvia Makram; la dra. Alice Muchiri de CAMPSSI, Kenia (acompañada por el P. Caramazza); dos obispos africanos, Mirella Sattin, Mons. G. Franzelli MCCJ, y por supuesto el P. Tesfaye Tadesse Sup. Gen. y otros miembros del Consejo Gen.; el P. Fabio Baldan Sup. Prov. y otros miembros del Consejo Provincial; junto con muchísimos nombres y rasgos de un montón de amigos que siguen enviando comentarios, compartiendo su “Ministerio de Transformación” y experiencias y, además, “mensajes de mejoría” con oración y amor.

Como ya os hemos dicho muchas veces, seguimos soñando el sueño de Dios: El mundo convertido en Su reino de paz, justicia y fraternidad. Y en la noche, soñamos una y otra vez con estar con vosotros. Con grupos de todo tipo: adultos, hombres, mujeres, jóvenes y niños. Discutiendo, analizando, planificando juntos, y por supuesto: haciendo actividades juntos = pamoja. Sí, ¡hacemos acciones juntos!

Una vez estábamos entre un montón de jóvenes, trabajando en un gran huerto, sembrando grano y plantando árboles y después cantando, bailando, comiendo, celebrando juntos.

De día rezamos, meditamos, reflexionamos sobre el plan actual de Dios para el cosmos, para el mundo, para nosotros los seres humanos, para los dos que firmamos esta carta. Dios está absolutamente comprometido con este mundo nuestro. Los dos a nuestra edad actual (82 -77), debemos ver las posibilidades y que aún tenemos que responder ante Él para que siga obrando a través de nosotros según nuestras capacidades y recursos. La increíble fantasía creadora de Dios no está disminuyendo. Al contrario, ¡va en aumento! No es que el futuro esté vacío, ¡en absoluto! El futuro está lleno de energía que viene de todas partes. El Señor va siempre por delante de nosotros. Ha resucitado. El Señor resucitado no tiene límites. Su vitalidad no se agota, es ilimitada, incesante y perpetua. Así es el plan de Dios: Una explosión de vida y de amor. Es eterno e inagotable. Su vitalidad es transformadora. Está evolucionando en el cosmos, en el mundo y en la historia humana. ¡Qué maravilla podemos acoger en nosotros! Tenemos la esperanza cristiana. Nuestra esperanza y nuestra fe tienen dimensiones infinitas y van más allá de nuestra comprensión humana porque están ligadas al amor vigoroso, generoso, sin lazos, infinito y a la fantasía creadora de Dios. Por eso, el futuro está abierto a Su inconmensurable “Energía Creadora” y este mismo futuro está abierto a nosotros, declarados sus humildes co-creadores, comprometidos en la transformación constante hacia una calidad de vida superior, ya ahora en este mundo, y hacia Él, en la plenitud de Su conocimiento y de Su amor.

En nuestra tradición cristiana, existe un bello escenario con un breve diálogo de Jesús con el apóstol Pedro cuando éste se encontraba en Roma e intentaba huir por temor a ser crucificado. Sorprendido al ver entrar al Señor Jesús, Pedro le preguntó “¿Domine quo vadis?“, es decir “Señor, ¿a dónde vas?” (hay una iglesia que se llama así, justo en el lugar donde se supone que ocurrió este encuentro), y se dice que Jesús respondió “Voy a ser crucificado”. A estas palabras, Pedro no respondió, sino que regresó inmediatamente a Roma para su martirio.

¿No es a veces así nuestra situación? ¿No nos desanimamos a veces ante nuestra llamada a ser consecuentes, coherentes y fieles al plan de Dios sobre nosotros, fieles a Jesús y a nuestra decisión de tener clara en el corazón y en la mente nuestra “visión y misión”? Y fieles a la voluntad de permanecer en el camino de la “Transformación Social” para convertirnos en transformadores de impacto y artífices del “futuro”, co-creadores de Dios y Constructores de Su Reino de Paz, Justicia, Fraternidad. ¿Debemos dejar solo a Jesús y a nuestros hermanos y hermanas comprometidos, activos en el terreno? Ya tenemos forma de ir evolucionando a mejor y se nos han dado talentos, dones, no para nosotros, sino para el bien común. Nada nos pertenece; se nos da para compartirlo. No retrocedamos en nuestro camino. Dejemos que Dios nos renueve y nos vaya moldeando de nuevo como transformadores de impacto durante este tiempo de gracia: Cuaresma y Pascua.

¡Justo ahora, que nuestra querida África está consiguiendo su importante lugar en el concierto de naciones y continentes!

¿Nos hemos dado cuenta de lo decisiva que fue la visita del Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, a nuestro Somirenec de Nairobi el pasado mes de marzo? ¿Hemos dado por sentado que la cumbre italo-africana del mes pasado (de acuerdo con la Unión Europea) ha traído automáticamente la justicia social y la fraternidad que Comboni y todos nosotros juntos perseguimos? Automáticamente, no. Por cierto, ¡damos gracias al Señor por este logro! Podemos decir que nuestros esfuerzos se ven recompensados. Sí, porque durante muchos años nos hemos comprometido, hemos invertido nuestras vidas, hemos dado nuestra contribución significativa a este proceso de asociación que ahora vemos florecer. Nos vemos como verdaderos puentes entre pueblos, naciones y continentes. ¡El Señor nos da nuevos ánimos!

Uno puede especular que nuestras propias circunstancias son tan diferentes a las de la época en que empezamos a soñar juntos. Sí, “nada permanece igual”. Ese es el principio de la “transformación”. Todo está en continua transformación. Nos enfrentamos a nuevos retos. Algunos nos enfrentamos a tribulaciones económicas, de salud, de edad y otras debilidades. Pero también hemos alcanzado un mayor nivel de conciencia, de dignidad, y nos hemos empoderado para seguir centrados en nuestros increíbles y elevados objetivos.

Nuestra meta más elevada es la nueva audacia para afrontar los retos. Comparemos nuestras tribulaciones con los dolores del parto. San Pablo nos dice que incluso la creación entera, la naturaleza, sufre dolores de parto mientras espera la manifestación de la gloria de Dios en sus hijos. Tal es la transformación a la que aspiramos. (Rom. 8, 18-25)

“Meditando esto, mi corazón y mi mente van inmediatamente a mi tierra natal, Italia Central. Allí, tenemos una maravillosa pintura original ‘Madonna del Parto’ (1450-1465) del famoso pintor Piero Della Francesca, que muestra a la Santísima Virgen María embarazada. Una de las obras más sublimes del Renacimiento. Ahora se conserva en el Museo Monterchi. Tan original que no conozco nada similar en ningún otro lugar”. (Padre Pierli)

Mirando la compleja arquitectura del mundo, con una “tercera guerra mundial en pedazos”, como acostumbra a decir el Papa Francisco, mirando las innumerables situaciones social, política y económicamente dolorosas, afirmando que parecen tan terribles como los dolores de parto, podríamos rogar al Señor que de todo eso “se produzca un parto” y nos dé una nueva criatura, que nazca un mundo nuevo, y de buena gana unimos de nuevo las manos y los corazones, para dar nuestra contribución a ello.

Deseándoles una Cuaresma tranquila y una feliz Pascua, los abrazamos con mucha oración y amor.

Con afecto,

P. Francesco Pierli MCCJ / Hna. Teresita Cortés Aguirre CMS

Misioneros Combonianos.

Vocación misionera

Campaña Manos Unidas

Como cada año la ONG de la Iglesia Española Manos Unidas organiza diversas actividades para sensibilizar e involucrar a la sociedad española en la ayuda al desarrollo. En este caso se trataba de una marcha contra el hambre donde niños y mayores corrían para poder financiar varios de los proyectos de esta ONG.

Manos Unidas viene apoyando la labor misionera de la Iglesia en el mundo hace muchísimos años. Y nosotros, como laicos misioneros combonianos, también colaboramos con ella aportando nuestro testimonio en los lugares de misión en diversos actos de esta campaña como en las marchas, en las cenas del hambre o en las parroquias donde se lleva a cabo dicha campaña.

En este caso también se personó el programa Testigos Hoy de la televisión autonómica (Canal Sur) y aprovechó para difundir el evento y hacernos una entrevista que han emitido el pasado domingo.

Os dejamos hoy con esta entrevista donde hacemos un pequeño recorrido sobre nuestra vocación y trayectoria misionera.

Un saludo a todos

Alberto de la Portilla, LMC

Experiencia misionera laical de Ilaria Tinelli y Federica Rettondini en Módica

LMC Italia

“Lo esencial es invisible a los ojos”. Empezamos con esta hermosa frase, sacada de El Principito, porque resume perfectamente lo que más nos ha impactado durante estos meses de vida vivida a tope aquí en Módica.

Después de pasar unas semanas en Verona, para asistir al curso del Centro Unitario de Formación Misionera (CUM) y recibir el mandato del Obispo, volvimos a esta tierra tan rica en vida y pasión, que tanto echábamos de menos. Pasamos unos días por la comunidad de Avola, para dar testimonio en la parroquia y en algunas escuelas. También aquí hemos tocado con nuestras propias manos tanta generosidad, calurosa acogida y graciosa amabilidad, pero sobre todo la “sed” de un Dios que es plenitud de vida y de verdad, y también ese gran deseo que cada uno de nosotros lleva en el corazón de ser siempre hermana/hermano, o “casa”, para alguien.

Cuando volvimos a Modica, como siempre, la gente nos acogió con los brazos abiertos, y nos implicamos en las diversas actividades en curso, como la escuela de italiano, por la mañana, con las mujeres inmigrantes y, por la tarde, con los niños del centro educativo “Crisci Ranni” y los chicos de la Badia.

Mucho más allá de las actividades que se desarrollan, la belleza de esta experiencia reside en ver y sobre todo en sentir que las personas son verdaderamente generosas y hermosas, siempre dispuestas a dedicarse, con todo el amor y la pasión que poseen, a ayudar a los demás y a crear una comunidad ampliada en la que todos se sientan llamados a hacer causa común y a sentirse como una sola familia.

Lo que más nos impresionó -y sentimos como un “gran regalo”- fueron los jóvenes que conocimos en las escuelas, durante las clases de catequesis, sobre todo en la preparación a la Confirmación. Los jóvenes de los institutos (en particular, los del Liceo Classico y Ginnasio de Modica Bassa) eran maravillosos, capaces de regalarnos tanta “belleza” hecha de valores, esperanza y alegría. Percibimos en ellos un gran deseo de vivir una “gran vida”, de gastarse en algo grande. Pero necesitan que los adultos aprendamos a escucharles, estando cerca de ellos y acompañándoles.

Ha habido algunos momentos en clase en los que se han “entregado” de una manera profunda, y hemos comprendido con qué delicadeza y cuidado hay que cuidar sus vidas. Cuántas veces los adultos, por el contrario, juzgamos a estos jóvenes, “etiquetándolos” quizá sólo por su forma de vestir. En cambio, ellos tienen su propio mundo de expresión, y hay que ayudarles a “sacar” lo que llevan dentro.

He aquí un hecho que nos impresionó. Una tarde, dimos un pequeño paseo por Modica Alta, para ver el paisaje, para contemplar la belleza de la creación. Cuando llegamos a “Il Pizzo”, vimos a un grupo de 20 o 30 jóvenes riendo y bromeando. Nos acercamos y, despacio, con mucha delicadeza, les saludamos y luego charlamos un poco con ellos. Nada especial, eso sí. Pero grande fue nuestra sorpresa cuando nos dieron las gracias por el simple hecho de habernos atrevido a saludarles, a pararnos, a compartir nuestras vidas con ellos, y también a escucharles. Nos dijeron: “Normalmente, por no decir casi siempre, nos “critican” y nos mantienen alejados”.

Con estas pocas líneas, queremos invitarles a tener el valor de ‘ensuciarnos las manos’, de atrevernos en nuestras vidas. ¡Vale la pena gastar la vida por los últimos! Y cuando nuestro camino encuentre obstáculos, sigamos impertérritos nuestro camino, sabiendo que el Señor está siempre presente y dispuesto a guiarnos. Lo importante es no ceder a compromisos de ningún tipo, sino continuar fielmente por “el camino del Señor”.

Gracias, chicos. Vosotros sois la “belleza de esta vida”. Y estamos seguros de que la “belleza” y la “plenitud creada” permanecerán siempre indelebles en el corazón de cada uno de nosotros.

Gracias, Modica, por dejarnos vivir seis meses súper llenos de plenitud. ¡Siempre te llevaremos indeleble en nuestros corazones!

Con afecto y profunda gratitud,

Ilaria Tinelli y Federica Rettondini