Laicos Misioneros Combonianos

Be Afrique = Corazón de África

Élia Gomes

“Donde una vez dejé mi corazón”

Después de siete años en Portugal, cinco de ellos dedicados al apoyo familiar y al trabajo en residencias de ancianos (en las Misioneras de la Caridad de Faro y en el Centro Parroquial de Paderne) y otros dos años de misión en la parroquia de Camarate, me voy para volver a la RCA, donde ya estuve cinco años.

Este regreso no será fácil, pero sé que este es el camino que Dios tiene para mí.

La República Centroafricana (RCA) es el lugar donde siento que he sido llamado a servir a Dios y al prójimo con alegría, con la esperanza de llevar el mensaje del Evangelio y ayudar a construir un mundo mejor y más justo, junto a los más pobres y abandonados, según el estilo misionero de Comboni.

Me enfrentaré a nuevos retos y dificultades, pero confío en que, con la ayuda de Dios y la protección de Nuestra Señora de la Esperanza, podré superarlos.

Doy las gracias a mi familia y a mis amigos por apoyarme en esta decisión.

Doy las gracias a mi parroquia de Paderne y al Centro Parroquial por acogerme siempre con afecto a pesar de mis largas ausencias.

Doy las gracias a mi comunidad de Fetais y a todos los que me ayudaron durante mi estancia en Camarate.

Finalmente, agradezco al Movimiento LMC y a la Familia Comboniana por haberme transmitido la esencia que me inspira a seguir adelante.

“Si tuviera mil vidas, daría mil vidas por África”.

LMC Elia

Élia Gomes LMC – Portugal

¡¡André el chico al que le gusta soñar…!!

Mongoumba

Sus ojos brillan cristalinos de deseo.

Ojos que buscan el horizonte en el denso bosque.

Con la misma intensidad que ayer, su sonrisa está llena de esperanza y alegría.

Hoy, los días de escuela forman parte de un pasado cercano pero a la vez lejano.

Juega a sobrevivir con su familia

Sueña con ser algún día pasajero, conductor o simplemente observador del hermoso coche que pasa por delante de su casa.

Sueña con ropa limpia, siempre que el hombre blanco reluzca.

Sueña con el simple roce de la mano, con el saludo prolongado

Este niño descalzo de sonrisa fácil quiere ser algún día como “Tú”.

Dentro de su casa de papel verde y cola roja está el pequeño fuego que insiste en calentar el frío que se siente.

El manto rojo de esta tierra consumida por el sol, se pinta ahora con el calor incandescente de los cuerpos que se acurrucan unos con otros formando un gran lienzo, hecho de pintura humana.

Este niño quiere ser algún día como “Tú”.

Sueña con tener algún día un árbol propio, lleno de frutos para comer y compartir.

Sueña con poder entender lo que dicen los libros.

El sol asoma entre la bruma matinal, es hora de levantarse y escuchar lo que dice el viento.

El día está marcado por la pereza de la rutina diaria y repetitiva.

Hoy el pequeño André se adentra en el profundo bosque

Va al encuentro de los árboles majestuosos y antiguos, ellos son los amos de su mundo.

En esta época del año, se visten con sus más bellas y deliciosas mariposas.

Mongoumba

La familia está feliz, el perfume de las flores habla de abundancia.

En un acto rápido, todo está listo para el viaje.

Mamá, con un bebé atado al pecho, una cesta a la espalda y sobre la cabeza lo que se olvidó, serpentea por el camino ya trazado por el tiempo.

Papá, machete en mano, se abre paso, pues los árboles insisten en tapar lo que es suyo.

André imita a su padre con el pequeño cuchillo sin mango, rasga las densas hojas como un verdadero niño del bosque, hace vida con su alegría, puede soñar con cosas que no son suyas, pero su piel sudorosa brilla con el orgullo y el honor de ser pigmeo.

Cristina Sousa, Laica Misionera Comboniana

Bangui, República Centroafricana.

Un pedazo de corazón

Cristina Mongoumba

“El Amor es un fuego que arde sin ser visto…”

¡Tengo en mí este fuego que sofoca pero da vida!

¡Fuego que en lava fluye y brota en lo más escondido de mi ser…!

¡Él nos ha dado a comer Su Pan y a beber Su Vino…!

¡Y en esta sencillez nos ha hecho Sus Hijos más amados y deseados por todos los que buscan Vivir…!

Vivir de, con y para Su Amor…

Él está en mí, y yo en Él.

Mi corazón es el Tabernáculo, el Templo de la Resurrección.

Renace en las heridas más profundas de este Pueblo Hermano.

Pueblo que sufre de un Sagrario abierto a Todos.

Pueblo que clama en silencio a los oídos enfermos de ambición.

Pueblo de pies descalzos, de pies agrietados por la tierra seca y embarrada.

Cuerpos delgados, secos, fuertes, bien definidos, cubiertos por venas palpitantes cargadas de la misma lava que me sostiene.

La diferencia entre nosotros es ninguna, las lágrimas, las sonrisas, los dolores, los suspiros ahogados en las manos llenas de esperanza y deseo de Amor. Son iguales, los mismos, auténticamente los mismos…

Son muchas las veces que te veo en la carne roja y caliente de las heridas que intento cuidar con el tacto de mis manos.

Con ternura y dulzura arropo tu dolor en mi pecho y dejo que llore mi corazón, porque eres Tú quien te presentas ante mí en el rostro del papá, de la mamá, de los niños…

¡¡¡La desigualdad, la indiferencia, el egoísmo, los derechos humanos mutilados me dejan completamente desintegrada…!!!

El peso de mi realidad aumenta mi capacidad de discernimiento y resiliencia.

¡Con mucho cariño envuelvo con tela blanca impregnada de tu bálsamo de amor, tus heridas que también son mías…!

Muchas son las veces que en mi conciencia tengo presente el “No” a tu llamada.

Pero aquí estoy, Señor, a tu disposición, dame las herramientas para trabajar en la cosecha de tu vasto y gran Amor…”.

¡La misión se hace en “Cada” Lugar donde “Tú” estás…!

Cristina Sousa, Laica Misionera Comboniana en Mongoumba

El Projecto APAC y las promesas de reinserción de los presos

Valdeci

Os dejamos aquí una entrevista muy interesante a Valdeci Ferreira, LMC brasileño y que lleva 39 años dedicados a recuperar personas que han fallado en su vida y han ingresado en prisión.

Nos explica el método APAC donde los propios recuperandos (prisioneros) tienen las llaves de la prisión, se ayudan entre ellos y donde se recupera la persona para la sociedad. “Nadie es irrecuperable” es uno de los lemas de las APACs y que hacen posible este sueño de dar una nueva posibilidad a aquellos que algún día se equivocaron.

PD. Está en portugués, pero se pueden colocar subtítulos

Soñar la misión

LMC Portugal

En septiembre de 2021, llegamos a Camarate, más concretamente al barrio de Fetais, llenos de expectativas sobre el trabajo que íbamos a desarrollar con la comunidad local. Sabíamos que había mucho que hacer, pero no conocíamos las necesidades. No todo salió como esperábamos, sino como Dios quería y, a pesar de las dificultades encontradas, “sentimos” que debíamos continuar en esta misión.

Con la salida de Pedro Nascimento, se plantean nuevos retos, ya que sólo quedamos dos, Maria Augusta y Élia, y seguimos soñando que es posible hacer de Fetais un campo de misión donde la presencia LMC sea una realidad y no sólo un lugar de paso. Pedimos al Señor de la mies que guíe nuestros pasos para que, con humildad y sabiduría, seamos mensajeros del Evangelio para estas personas que vienen de lugares tan lejanos y diferentes, en busca de un mundo mejor que les cuesta encontrar.

Soñar con más misión en la parroquia de Camarate es la experiencia que hemos tenido a lo largo de este tiempo, lo que hemos recibido sin dar nada, lo que nos anima a seguir en este camino, a veces nada fácil. Queremos implicarnos más en esta misión porque

… nos calienta el corazón el abrazo apretado de un niño; los buenos días sonrientes de una persona mayor, escuchar nuestro nombre gritado desde el patio de un colegio; una madre que le dice a su hija de tres años que le dé un beso a su “tía” (a la que conoció en el autobús) …

… nos calientan el corazón los vecinos de la “cuesta” que ya nos llaman para charlar; las granadas que nos ofrecen con sabor a amistad; el gato de la puerta de al lado que se deja acariciar y el dueño del gato que ya nos da las buenas noches cuando nos cruzamos en la calle…

… Nos calienta el corazón la gente que pregunta por Pedro y habla de él con gratitud y cariño por los momentos que les dedicó.

… y también nos calienta el corazón las pequeñas/grandes victorias que conseguimos con los niños que acuden a “Jovem Despertar”, donde ya hemos pasado “días fríos”, pero donde hay calor y alegría y, porque “lo mejor del mundo son los niños”, todo lo que hagamos por ellos y con ellos siempre será poco.

Si Dios nos llama a marcar la diferencia, a estar presentes en las diferentes comunidades, con sencillez sólo podemos decir: “Señor, estamos aquí para servirte, ilumina nuestro camino”.

Con la certeza de que no estamos solos en esta misión.

Abrazo en Cristo

Maria Augusta y Élia- LMC en Camarate