Laicos Misioneros Combonianos

El asno y el perfume

Comentario a Mc 11, 1-11 y a Mc 14-15, Domingo de Ramos, 25 de marzo de 2018

La liturgia nos ofrece hoy dos lecturas del evangelio de Marcos: la primera, antes de la procesión de ramos, sobre la bien conocida historia de Jesús que entra en Jerusalén montado sobre un pollino (Mc 11, 1—11); la segunda, durante la Misa, es la lectura de la “Pasión” (las últimas horas de Jesús en Jerusalén), esta vez narrada por Marcos en los capítulos 14 y 15.
Con ello entramos en la Gran Semana del año cristiano, en la que celebramos, re-vivimos y actualizamos la extraordinaria experiencia de nuestro Maestro, Amigo, Hermano y Redentor Jesús, que, con gran lucidez y valentía, pero también con dolor y angustia, entra en Jerusalén, para ser testigo del amor del Padre con su propia vida.
Toda la semana debe ser un tiempo de especial intensidad, en el que dedicamos más tiempo que de ordinario a la lectura bíblica, la meditación, el silencio, la contemplación de esta gran experiencia de nuestro Señor Jesús, que se corresponde con nuestras propias experiencias de vida y muerte, de gracia y pecado, de angustia y de esperanza. Por mi parte, como siempre, me detengo en tres puntos de reflexión:

1) El rey montado sobre un pollino.
Hace algunos años he podido visitar Jerusalén durante diez días. Y, entre otras cosas, pude caminar desde Betfagé hasta el Monte de los olivos, desde el cual se contemplan los restos del antiguo Templo y la ciudad santa en su conjunto. Es un tramo no muy largo, pero en pendiente, por lo que exige un cierto esfuerzo. Según el texto de Marcos, Jesús hizo este recorrido montado sobre un pollino y aclamado por la gente.
Se trata de una escena que se presta a la representación popular y que todos conocemos bastante bien, aunque corremos el riesgo de no entender bien su significado. Para entenderlo bien, no encuentro mejor comentario que la cita del libro de Zacarías a la que con toda seguridad se refiere esta narración de Marcos:
“Salta de alegría, Sion,
lanza gritos de júbilo, Jerusalén,
porque se acerca tu rey,
justo y victorioso,
humilde y montado en un asno,
en un joven borriquillo.
Destruirá los carros de guerra de Efraín
y los caballos de Jerusalén.
Quebrará el arco de guerra
y proclamará la paz a las naciones”.
(Zac 9, 9-10).
Sólo un comentario: ¡Cuánto necesitamos en este tiempo nuestro lleno de arrogancia, terrorismo y conflictos de todo tipo la presencia de este rey humilde y pacífico que no se impone por “la fuerza de los caballos” sino por la consistencia de su verdad liberadora y su amor sin condiciones!

2) El perfume “despilfarrado”
La narración de la “Pasión” según Marcos, que leemos hoy, comienza con un episodio también conocido, aunque menos que el de la procesión de ramos. Se trata de la historia del frasco de alabastro, “lleno de un perfume de nardo puro, que era muy caro”, y que una mujer anónima rompe para derramar el perfume sobre la cabeza de Jesús. Los presentes en la escena, según Marcos, consideran aquel gesto un “despilfarro” sin sentido. Pero Jesús la defiende diciendo que la mujer se ha anticipado a ungir su cuerpo para la sepultura.
Contemplando aquel precioso frasco de perfume, que se rompe y se “despilfarra”, uno no puede menos de pensar, de hecho, en el mismo cuerpo de Jesús, que será roto para entregar el precioso “perfume” del amor del Padre. La historia de la Pasión que leemos hoy nos habla de un Jesús traicionado por sus amigos, un Jesús angustiado ante el sufrimiento que le espera, un Jesús martirizado hasta el extremo, un Jesús que se siente abandonado… pero un Jesús que se entrega libre y amorosamente: “No se haga como yo quiero, sino como Tú quieres”.
Su muerte puede parecer un “despilfarro”, como la muerte de los misioneros muertos de ébola o de malaria cerebral, como ha sucedido a los dos Hermanos de San Juan de Dios (Liberia) o a algunos combonianos españoles, que yo he conocido personalmente. Uno puede preguntarse: ¿Por qué arriesgar la vida? ¿No es un gesto inútil? ¿No es mejor protegerse y no pasarse en generosidad? La respuesta es sencilla: el amor no tiene límites; quien ama no tiene dudas: quiere romper el frasco, para que su perfume se extienda en un mundo donde no falta el mal olor.
Lo mismo puede decirse de tantas madres y padres que rompen el frasco de su vida en favor de sus hijos, tantos sanitarios que se entregan generosamente a los enfermos, tantas religiosas dedicadas en alma y cuerpo a los ancianos… Cada uno de nosotros es invitado a romper el frasco de su vida a favor del prójimo necesitad.
Contemplar a Cristo en la cruz es identificarse con Él, es ponerse a caminar sobre las huellas de su entrega, confiando en que, aunque se rían de nosotros, el amor es más fuerte que la muerte.

P. Antonio Villarino
Bogotá

Teatro solidario – una fuente de vida

Leiria PortugalComparto con vosotros la que es mi imagen matinal. Aquella imagen de mi ciudad, Linda Leiria, que funciona ahora como telón de fondo para mi mañana de deporte en la que encuentro también a Dios y con él converso. (…) Dialogamos sobre lo que ocurrió el 4 de marzo en “mi” parroquia de Santa Eufemia – un Teatro Solidario llevado al escenario por el TASA (Teatro de Animación de Santa Eufemia): Comedia a partir de las Leyendas de Leiria.

Cuán agradecida estoy a nuestro Padre. En Él confié este Teatro. Muchas fueron las veces que me sentí incapaz. A la memoria muchas veces me venía mi compromiso de Cuaresma que asumí en una oración shemá (oraciones que se desarrollan en Leiria, donde se privilegia el canto y la oración meditada, con inspiración en los métodos de Taizé). Confiar. Confía pues “todo puedes en el que te da fuerza (Filipenses 4:13)”. Confía pues “Dios nunca pide nada que antes Él ya no te haya dado”.

Mientras corro, revivo los momentos en que me desanimé porque las cosas no estaban corriendo tan bien como quería. Pero quiera yo lo que Dios quiere, y sobre todo, que este evento traiga los frutos necesarios a la obra del Señor, a la misión en Arequipa (Proyecto Ayllu) y no más que eso.
Es difícil agradar a todos. Quiero creer que todo lo que hice fue por la Obra del Señor. Después de todo, Jesús no siempre agradó a todos. Y cuán difícil es a veces aceptar las críticas (constructivas o no) y acatarlas en silencio. “Podías hacer a, o b. Pero también podrías hacer c. O quizá d”. Pido perdón por las reacciones menos positivas que he tenido para con aquellos que, aunque yo no lo viera claro, me querían solamente ayudar. ¡Y les debo tanta gracia!

Asumir este evento en nombre de los Laicos Misioneros Combonianos fue vida. Fue vida que se generó, no sólo en mí, sino también en vida que se generó en torno a las relaciones humanas, de las personas que quieren dar(se). Y veo con esta mirada creyente el mundo donde todos (TODOS) somos capaces de amar, todos tenemos un ALMA MISIONERA y (aunque muchas veces en lo escondido) esta necesidad de amar y ser amados. ¡Y es este Amor que debe ser el motor de la vida!

En las semanas anteriores al teatro fuimos invitando a las personas. Muchos dijeron “No puedo”, algunos “No voy, pero compro el billete”, unos cuantos “No sé si voy”, “Yo voy”, “Después de todo no puedo ir”.

Una mezcla de altos y bajos que fueron tejiendo una platea. En realidad, estaba con recelo que la audiencia tampoco fuera suficiente para el TASE (después de todo, actuar en un escenario se hace con más gusto y empeño si el público es numeroso y receptivo). Cuentas hechas, rezaba para que, por lo menos, 50 personas llenasen los bancos de aquel auditorio.
Confía Carolina. Repetía en mí esta frase.
Si supieran la emoción contenida en mi corazón cuando, en esta tarde de domingo que ya ansiaba hace tanto tiempo, llegaron para ver el teatro cerca de 130 personas.

No puedo dejar de agradecer a los presentes, como tampoco a los que estaban de otra forma, en oración, espiritualmente, en pensamiento.

Agradezco también al TASE que de forma gratuita y generosa se dispuso a poner su talento teatral a rendir, colocando a la platea a reír a carcajadas (yo misma lloré de risa).

Agradezco a los varios patrocinadores (unos mencionados en los flyers, otros que prefirieron su anonimato). Y por encima de todo, agradezco a Dios por los frutos de este Teatro Solidario que, mucho más allá de los financieros, son frutos vivos en las relaciones que se establecieron, en el diálogo implicado para su concreción, en los pensamientos que surgieron en la cabeza de cada uno de los colaboradores cuando decidieron contribuir.

¡Muchas gracias a todos!
Desde el fondo de mi corazón, mi más profundo gracias. Y aquí nacieron más “mil vidas para la misión”.

Estoy segura que en todo lo que hicimos tuvo la mano de Dios y de un amigo nuestro, San Daniel Comboni.
LMC Carolina Fiúza

Últimos días de la conferencia en Arusha

LMC AfricaEl domingo fue el día en que pudimos orar más tiempo juntos y aprender más sobre otras denominaciones cristianas.

Fuimos repartidos por diferentes iglesias en Arusha, a mí me toco asistir junto a los menonitas.

Fuimos muy bien recibidos por los pastores locales y también por el obispo menonita. Nos unimos a la oración que estaba llena de canciones alegres y bailes, preparados por los coros de la parroquia (había tres de ellos – niños, jóvenes y adultos). También hubo la lectura de la Biblia y la predicación y luego escuchamos algo más sobre las actividades de los menonitas en Arusha. Y después de eso, compartimos un delicioso almuerzo, lo que nos dio la oportunidad de conversar más informalmente y conocernos. ¡Un tiempo maravilloso y una hermosa experiencia de comunidad! La última parte del programa fue plantar el árbol.

LMC AfricaLos últimos dos días de la conferencia continuaron siendo bastante intensivos.

Lleno de oraciones, intercambio y aportes.

Uno de los días se centró en abrazar la cruz.

Escuchamos el conmovedor discurso del Patriarca Ortodoxo de Siria, compartiendo su experiencia de guerra, mostrando fotos de su reciente viaje a Damasco y la Eucaristía que celebraron en las ruinas de la iglesia y también sobre el apoyo que brindan a las personas que todavía están allí, principalmente Musulmanes, cosa que no importa, son hermanos nuestros que están sufriendo hermanos, como cristianos, es nuestro deber estar de su lado y ayudar. También hubo otros testimonios de diferentes partes del mundo, donde las personas experimentan sufrimiento y sobre lo que significa “abrazar la cruz” en sus respectivos contextos. Las oraciones también se enfocaron en esto, algunas hechas en la forma ortodoxa de orar.

LMC AfricaAl final de la conferencia, el comité estuvo preparando el mensaje final, basado en lo que estuvimos hablando durante los últimos días y también en lo que compartimos en pequeños grupos.

Luego, todas las personas tuvimos la oportunidad de comentarlo para hacer de este documento algo que la mayoría de nosotros pudiéramos decir: sí, esa es la esencia de lo que nos llevamos de Arusha y lo que queremos compartir con los demás. Este documento se puede encontrar aquí – https://www.oikoumene.org/en/resources/documents/commissions/mission-and-evangelism/the-arusha-call-to-discipleshipEsos pocos días en Arusha fueron realmente maravillosos para mí, le agradezco a Dios por esta oportunidad de estar allí, orar con todas estas personas, compartir con ellos, escuchar tantas cosas interesantes, experimentar este espíritu de unidad y apertura. Conocí a muchas personas maravillosas de todo el mundo, de todas las denominaciones cristianas. Y fue increíble que todos fuéramos iguales, no importaba si solo eres un estudiante o si tienes un doctorado o eres un profesor, no importa si solo eres un miembro de la iglesia o si eres el obispo, frente a Dios, todos somos Sus amados hijos. Y realmente pudimos sentirlo allí en Arusha.

LMC Africa
Madzia Plekan LMC

Visita a Rondônia en la Amazonía Brasileña

LMC BrasilLlegada al pequeño aeropuerto de Jí-Paraná y tener una calurosa acogida de treinta y muchos grados.
A la salida José me estaba esperando para llevarme a su casa. Allá Rose y sus tres hijos me han acogido con mucho cariño en familia.
Rose trabaja en el Instituto Padre Ezequiel Ramín desde donde llevan numerosos proyectos que intentan mantener vivo el legado del Padre Ezequiel de justicia para todos.
Hemos tenido un rato para visitar el instituto conocer de sus actividades. Ahora andan de mudanzas pero pronto estarán al cien por cien.
LMC BrasilEn estos días he tenido la oportunidad de visitar una aldea indígena de los indios Arara. Rose trabajó por más de 12 años en la pastoral indígena. Conoce a todas las familias y a tenido a bien mostrarme algo de su realidad. Allá hemos pasado la mañana visitando las distintas familias de la aldea. Conversando y riendo con ellos.
En Brasil sus tierras son invadidas muchas veces, el acceso a educación y salud es complicado y las madereras intentan sacar todo lo posible. Cuentan que la entrada de la televisión también ha traído muchos cambios en poco tiempo.
Rose (LMC que lleva 14 años en la zona) me comenta que la Amazonia es una zona donde todos vienen a sacar algo ya sea de la tierra o de las personas.
José (su marido) trabaja en la pastoral de la tierra. También cuenta los muchos problemas con las ocupaciones (las que buscan el derecho de la tierra y la de algunos que hacen negocio de ellas), la violencia con los fazendeiros y otros tipos de violencia…
Realiza un trabajo en la línea del padre Ezequiel Ramín (comboniano asesinado hace 30 años). Me cuenta sobre los movimientos campesinos que intentan la reforma agraria, buscando tierras para el pequeño agricultor. La invasión y destrucción de la Amazonía por intereses económicos, los pistoleros que siguen matando y haciendo desaparecer a los líderes que incomodan…
Me va contando algunos de los casos que desde la pastoral de la tierra acompañan, documentan y ayudan (no a todos, pues no todos actúan de una manera adecuada). Un trabajo que no está bien visto por muchos y que muchas veces se hace difícil.
LMC BrasilNos hemos acercado a un campamento pero, como él sospechaba, ya estaba totalmente desalojado por la presión a la que le estaban sometiendo. Hemos evitado ir a otros que están en situación conflictiva. Os dejo algunas fotos de este campamento abandonado.
Muchas gracias a toda la familia que me han dejado ser parte de sus vidas por unos días.
No puedo dejar de agradecer al Señor por la vida de entrega y servicio a los que más lo necesitan que hacen nuestros LMC en Brasil.

LMC Brasil

Hoy será un día largo de viaje. Empezando a las 8 de la mañana en carretera hacia Porto Velho y continuando el viaje a las 2 de la mañana en avión hacia Imperatriz, via Brasília, después algo más de coche hasta Açailândia.
Un saludo Alberto

“La vida, nos la han regalado y la merecemos dándola”

Comentario a Jn 12, 20-33 (Quinto Domingo de Cuaresma, 18 de marzo 2018

Estamos ya acercándonos a la Semana Santa, la gran Semana del año litúrgico y de la vida cristiana. Leemos el capítulo 12 del evangelio de San Juan, antes de iniciar el gran drama de la pasión, que comienza con el famoso gesto del lavatorio de los pies.
El evangelio que leemos hoy sitúa a Jesús en Jerusalén durante una fiesta judía, en la que normalmente participaban personas venidas de distintas partes del mundo de entonces. En ese contexto, se nos dice que algunos “griegos” querían conocer al Maestro, el cual pronuncia unas breves pero significativas palabras.

1) “Quisiéramos ver a Jesús”.
En primer lugar, fijemos nuestra atención sobre estos “griegos” que querían conocer a Jesús. De hecho, cuando el evangelista escribe su evangelio, ya había comunidades de discípulos y discípulas, cristianos y cristianas, que provenían de la cultura “griega”, que era algo así como la cultura globalizada de nuestro tiempo. Esta presencia de “griegos” en las comunidades de discípulos de Jesús supuso ya un primer gran salto cultural y religioso. La gran propuesta de renovación humana y espiritual de Jesús, dirigida en principio al pueblo judío, se abrió muy pronto a gentes de otras culturas y prácticas religiosas… Desde entonces, el cristianismo (el seguimiento de Jesús) se fue extendiendo siempre a nuevos pueblos y fue superando sin cesar nuevas fronteras. En cada nueva época histórica, siempre ha habido nuevos grupos humanos que han dicho: “queremos conocer a Jesús”. A los misioneros Andrés y Felipe, que hicieron posible el encuentro de Jesús con estos griegos, siguieron después otros: Pablo, Irineo, Agustín, Javier, Comboni y otros muchos.
Estamos convencidos que también hoy a muchas personas y grupos humanos, más allá de cualquier frontera geográfica o existencial, les gustaría conocer a Jesús, al Jesús real, a ese que hay que encontrar desde la verdad más profunda de la propia existencia (no desde los libros o los estereotipos culturales). Y también hoy se necesitan nuevos Andrés y Felipe, nuevos misioneros que, conociendo a Jesús personalmente, puedan prestar el servicio de facilitar el encuentro de estas personas con Jesús, personas que sienten que el encuentro con Jesús ha sido un tesoro para ellas y quieren compartirlo con otros.

2) Si el grano de trigo no muere…
Cuando le presentan a los “griegos”, Jesús pronuncia un breve discurso que puede parecer enigmático para algunos, pero que a mí me parece bastante claro, si nos fijamos con atención. Vayamos por partes:
a) “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado”. Aquí y en otras partes del evangelio Jesús habla de su “hora” y de su “gloria”, que podríamos traducir también por “triunfo”, “victoria”, “estima”. Jesús, como todos nosotros, busca su triunfo, su gloria, su “honra”. Pero la gran diferencia con nosotros es que la gloria que Jesús busca no es la “vanagloria” o la auto-satisfacción, sino la “honra”, la estima del Padre. Esa honra Jesús la comparte con los griegos, con sus amigos, con los sencillos, con las personas humildes que confían en Dios.
b) “El grano de trigo seguirá siendo un grano solo, a no ser que caiga dentro de la tierra y muera; solo entonces producirá fruto abundante”. Esta es una frase bastante conocida y su significado bastante claro: la gloria, la victoria, el triunfo no son fruto de una actitud egoísta o timorata ante la vida. Como el grano de trigo sólo da fruto cuando se deja enterrar y destruir, así la gloria de Cristo sólo se producirá después de su enterramiento, de su muerte.
c) “Quien vive preocupado por la vida, la perderá…”. Esta frase nos hace recordar la parábola de los talentos, en la que viene condenado aquel que esconde su talento en vez de negociarlo para ganar más. Amar la vida es entregarla, donarla, gastarla, ponerla al servicio. Como dice el conocido poeta indio, “la vida, nos la han regalado y la merecemos dándola”.
Estas palabras de Jesús no son unas “bellas palabras” de laboratorio. Son la expresión de su propia vida, entregada totalmente al Padre para el bien de sus hijos. Jesús no dudó en morir como un grano de trigo, confiando en que el Padre haría surgir de su muerte frutos abundantes de vida.
Contemplando a Jesús en la Palabra y en la Eucaristía, en el trabajo, en el servcio a los pobres, ya cerca de la semana de Pasión, también nosotros nos sentimos animados a vivir generosamente, entregando nuestro tiempo, nuestras energías, nuestra capacidad de amar, nuestra vida misma, sabiendo que esa entrega generosa es la mejor manera de “ganar” la vida para siempre.
P. Antonio Villarino
Bogotá