Laicos Misioneros Combonianos

Paz, alegría, perdón, misión

Comentario a Jn 20, 19-31: Segundo Domingo de Pascua, 23 de abril del 2017

En este segundo domingo de Pascua, seguimos leyendo el capítulo 20 de Juan, que nos habla de lo que pasó “en el primer día de la semana”, es decir, en el inicio de la “nueva creación”, de la nueva etapa histórica que estamos viviendo como comunidad de discípulos misioneros de Jesús. La presencia de Jesús vivo en medio de la comunidad se repetiría después a los ocho días, para tocar el corazón de Tomás, exactamente como sucede con nosotros cada domingo, cuando cada comunidad cristiana se reúne para celebrar la presencia del Señor.

El evangelio nos dice que Tomás no creyó hasta que puso sus manos en el costado herido de Jesús. Precisamente de ese costado herido de Jesús, de su corazón que se da hasta el final, surge, el Espíritu que permite a la Iglesia seguir viviendo de Jesús. Con el Espíritu la comunidad recibe los siguientes dones: paz, alegría, perdón, misión. Veamos brevemente:

  • “Paz a ustedes”

Jesús usa la fórmula tradicional del saludo entre los judíos, una fórmula que algunas culturas siguen usando hoy de una manera o de otra. En nuestro lenguaje de hoy quizá podríamos decir: “Hola, cómo estás, te deseo todo bien, soy tu amigo, quiero estar en paz contigo”. ¿Les parece poco? A mí me parece muchísimo. Recuerdo cuando el actual Papa Francisco, recién elegido, salió al balcón de la basílica de San Pedro y simplemente dijo: “Buona sera” (Buena tardes). Bastó ese pequeño saludo para que la gente saltara de entusiasmo. No se necesitaba ninguna reflexión “profunda”, ninguna declaración especial; sólo eso: una sencilla palabra de reconocimiento del otro desde una actitud de apertura y amistad.

Pienso en la importancia y belleza de un saludo cordial y cariñoso entre los miembros de una familia, reafirmando día  a día esa cercanía amorosa que nos da vida y alegría; pienso en el saludo respetuoso y positivo entre compañeros de trabajo que hace la vida más llevadera y productiva; pienso en esa mano que nos damos durante la Misa reconociendo en el otro a un hermano, aunque me sea desconocido; pienso en el gesto de comprensión y apoyo hacia el extranjero… Pienso en una paz mundial que necesitamos tanto en tiempos de gran violencia y conflictividad. En todas esta situaciones, Jesús es el primero en decirme: “Hola, paz a ti”.

Es interesante anotar que, saludando, Jesús muestra sus manos y su costado que mantenían las huellas de la tortura que había padecido. Es decir, la paz de Jesús no es una paz “barata”, superficial; es una paz que le está costando mucho, una paz pagada con su propio cuerpo. Nos recuerda que saludar con la paz a nuestra familia, a nuestro entorno laboral, a nuestra comunidad… no siempre es fácil; más bien a veces es difícil. Pero Jesús –y nosotros con él- es un “guerrero” de la paz”, un valiente, que no tiene miedo a sufrir.

  • Alegría: “Los discípulos se alegraron de ver al Señor”.

La llegada de Jesús, con su saludo de paz, produce alegría. Como produce alegría la llegada de un amigo; como hay alegría en una familia o en una comunidad cuando hay aceptación mutua. No se trata de una alegría tonta, que oculta las dificultades, los problemas o hasta los pecados; no es la alegría de quien falsea la realidad o se droga con el vino, la droga, los placeres de cualquier tipo o un orgullo inconsciente e insensato.

Es la alegría de quien se siente respetado y respeta; la alegría de quien se siente valorado y valora; la alegría de quien se sabe amado gratuitamente y ama gratuitamente; la alegría de quien se reconoce como Hijo del Padre. Es la alegría honda de quien ha encontrado un sentido a su vida, una misión a la que entregar sus días y sus años, aunque eso implique lucha y sufrimiento. Es la alegría de quien ha encontrado en Jesús a un amigo fiel, a un maestro fiable, a un Señor que vence el mal con el bien.

  • Perdón: “a quienes perdonen les quedará perdonado”.

 La alegría del discípulo, como decíamos, no es la del inconsciente ni la del “perfecto”, que pretende hacerlo todo bien. Es la alegría de la persona que acepta ser perdonada y sembrar semillas de perdón. Jesús infundió en su Iglesia el Espíritu del perdón, de la misericordia y de la reconciliación. El Papa Francisco ha recuperado para nuestro tiempo este “principio misericordia”. La Iglesia no es el espacio de la Ley o de la condena; la Iglesia de Jesús es el espacio de la misericordia, de la reconciliación, el lugar donde siempre es posible comenzar de nuevo. Sin misericordia, la humanidad se hace “invivible”, “irrespirable”, porque, al final, no somos capaces de vivir de solo ley. Necesitamos la misericordia, la paz, la alegría de la fraternidad.. y eso solo viene realmente como fruto del Espíritu.

  • Misión: “Como el Padre me envió, así les envío yo”.

 La comunidad de discípulos, pacificada, perdonada, convertida en espacio de misericordia, se hace comunidad misionera, enviada al mundo para ser en el mundo precisamente eso: espacio de misericordia, de reconciliación y de paz. ¡Cuánto necesita nuestro mundo este espacio! ¡Cuán necesario es extender por el mundo estas comunidades de discípulos para que humildemente creyentes sean lugares de saludo pacífico, de perdón y de alegría profunda!

P. Antonio Villarino

Bogotá

Foro Social Mundial y Foro Comboniano

Mensaje final de los miembros de la Familia Comboniana

Participantes en el Foro Social Mundial y en el Foro Comboniano

 RESISTIR ES CREAR – RESISTIR ES TRANSFORMAR

Ministerialidad y trabajo en red / colaboración

en la Familia Comboniana y con otras organizaciones

Salvador de Bahía, 10-19 de marzo de 2018

FSM y FCNosotros laicos, hermanas, hermanos y sacerdotes misioneros combonianos, que participamos en el Foro Social Mundial (FSM) y en el Foro Comboniano (FC), os saludamos desde Salvador, tierra de resistencia negra y de culturas afrodescendientes, con el corazón lleno de gratitud y esperanza. Del 10 a 19 de marzo de 2018 hemos vivido juntos una experiencia fuerte y única al participar en el FSM, que tenía como tema “Resistir es crear – resistir es transformar” y en el VIII FC con el tema “Ministerialidad y trabajo en red/colaboración en la Familia Comboniana y con otras organizaciones”. Agradecemos de modo particular a nuestros consejos generales que juntos nos escribieron un mensaje de ánimo en el compromiso por la JPIC y por nuestra participación en el FSM como experiencia y expresión de nuestro carisma en los desafíos del mundo de hoy.

Nuestra participación fue relevante y numerosa: 53 personas provenientes de África, Europa y América. Hemos experimentado la gran riqueza de nuestro carisma en la variedad de nuestros compromisos. Por primera vez participaron también representantes de los jóvenes en formación en el escolasticado y en el CIF con uno de sus formadores. Agradecemos también por las respuestas recibidas de cuatro escolásticos al cuestionario que el comité central había enviado con el objetivo de comprender hasta qué punto los temas de JPIC están presentes en la formación. Reafirmamos el compromiso de involucrar cada vez más a las personas en formación y a los formadores sobre los temas de la JPIC y las dinámicas del FSM y del FC.

En el FSM presentamos como Comboni Network cuatro talleres: Land grabbing, Extracción minera, Situación socio-política de la RD. del Congo y del Sudán del Sur, Superación de la violencia y discriminación de género. Esto nos permitió compartir, en la metodología del FSM, nuestro compromiso como misioneros y misioneras por otro mundo posible. Un stand, preparado por nosotros, nos permitió hacer animación misionera, encontrarnos y dialogar con muchas personas y darnos a conocer. Entre los numerosos talleres propuestos por el FSM, acompañamos con interés Los nuevos paradigmas, Teología y liberación, Jóvenes, Resistencia de los pueblos originarios y afrodescendientes, y Migraciones. Durante el desarrollo del Foro, participamos también en la asamblea mundial de mujeres. El FSM se celebró en un clima de fiesta, interrumpido por la muerte de dos activistas de los derechos humanos: Marielle Franco, en Río de Janeiro, y Sergio Paulo Almeida do Nascimento, en Barcarena, estado de Pará.

El Foro Comboniano se realizó en continuidad con los encuentros anteriores. Las jornadas fueron intercaladas por momentos inculturados de espiritualidad, durante los cuales celebramos la vida, los sufrimientos y las esperanzas, en sintonía con las realidades de los Países de procedencia y con aquellas encontradas en el Foro. Nos interrogamos sobre la necesidad de profundizar la reflexión sobre los nuevos paradigmas de la misión, de consolidar esta experiencia como familia comboniana y de poder dar mayor espacio de participación a los laicos y a las laicas. En esta reflexión fuimos acompañados y animados por Marcelo Barros, que compartió el estado actual de la teología y liberación, y Moema Miranda, que, tras un análisis de la realidad mundial, indicó algunas luces para el camino propuestas por la Laudato Si. Ante un neoliberalismo sin límites, la invitación lanzada fue en el sentido de poner en diálogo a los pobres y de consolidar la fe en la presencia del Espíritu de Dios que camina con nosotros en la historia.

Interpelados por lo que vivimos, proponemos.

Publicar un libro que reúna la historia y las esperanzas de estos once años de Foro Comboniano, indicando caminos para el futuro.

Ampliar la coordinación del Comboni Network para un mejor servicio de sensibilización y formación sobre los temas de la JPIC.

Realizar un Foro Social Comboniano continental para poner en común las diversas realidades en las que estamos empeñados.

Crear un fondo económico para sostener las actividades relacionadas con el compromiso de JPIC.

Consolidar una plataforma on-line donde recoger y compartir experiencias y material sobre los temas de JPIC.

Después de esta experiencia, somos aún más consistente de la importancia de reencontrarnos para una mayor colaboración entre nosotros, para confrontarnos como Familia Comboniana y como personas comprometidas en ámbitos diversos pero unidos en el empeño de la JPIC para buscar nuevos caminos de ministerialidad y nuevos paradigmas de la misión.

Salvador de Bahía, 19 de marzo de 2018

Fiesta de San José, Obrero

“Soy piedrecita, soy Iglesia” – 6ª Unidad Formativa LMC

LMC PortugalEn los días 17 y 18 de febrero tuvimos la formación “Soy piedrecita, soy Iglesia”, en Viseu. El sábado, tuvimos como formador al P. José Augusto Duarte Leitão, del Verbo Divino, que a lo largo del día nos fue hablando de principios de la doctrina de la Iglesia: la centralidad de la persona humana, el bien común, el principio de subsidiariedad y el principio de la solidaridad.

Fuimos reflexionando y compartiendo momentos de la vida de Jesús donde estos principios se hicieron presentes y notorios. Hemos entendido que estos principios se interconectan casi siempre y que nos muestran cómo debemos actuar y relacionarnos en el mundo, a la luz de Jesucristo y de la Iglesia.

Me inspira confianza y esperanza entender que muchas de las cosas que para mí tienen sentido y que intento tener presentes en mi día a día son consideradas por la Iglesia como estructurales en la doctrina social y caritativa.

Entendí que aquello en lo que creo y la forma como veo la vida y mi relación con los demás y con el mundo que me rodea es lo que la Iglesia defiende y promueve.

Tuvimos después un momento de oración, un poco diferente, con el paso a rezar que estuvo muy bien. Guardo las palabras Eres precioso a mis ojos“, intento no olvidarme de este Amor que Dios tiene por mí, de la valía de mi persona a sus ojos. ¿Habrá mayor alegría que ésta, de saberme amada por el Señor? Sólo Él me salva, sólo Él me conoce y es Él quien me llama por mi nombre y me hace correr a su encuentro en los demás, en los que se cruzan conmigo. Es Él quien me llama a servir, a amar, a dar. Es Él quien me llama a ser Amor, como lo es conmigo. Sé que muchas veces estoy lejos de este amor pleno, soy frágil… Pero sé que soy una piedrecita en esta Iglesia del mundo, tengo mi lugar y voy intentando día tras día convertirlo en un sitio mejor.

Por la noche vimos la película Germinal, una película francesa que retrata la lucha por los derechos de unos trabajadores en una mina. Fue intenso, tanto por la historia que retrataba, como en términos de imagen. ¡Fue duro! Pero fue también emocionante, y me hizo pensar en tantas desigualdades y en cómo muchas veces tenemos que someternos a ciertas cosas que pueden no parecer bien a primera vista, pero que, en el fondo, no perdemos nuestra integridad como personas, y que sólo estamos luchando por un bien mayor.

El domingo, tuvimos con nosotros al hermano José Manuel que nos vino a hablar de la urgencia de unir la mente con el corazón, para conseguir volver a la esencia del Amor de Dios, que Jesús nos vino a traer. Y sólo uniendo la mente con el corazón podemos mirar el mundo y podemos encontrar este Amor que transforma.

El hno. José Manuel nos contó acerca de las situaciones que está viviendo desde que está en Portugal, como la situación del barrio de la Torre con una comunidad de gitanos que están sin hogar y sin condiciones, en Beja. Esencialmente nos ha hablado del sufrimiento de personas que habitan en nuestro país y con el que no puede ser indiferente. Reitera la idea de que es importante ir a la causa del problema, escuchar a las personas, entender el origen de las situaciones de sufrimiento y actuar en consecuencia, siempre a la luz de lo que Jesucristo haría. Siempre a la luz de su amor.

Fue hermosa la forma como el testimonio del hno. José Manuel vino a traer a la vida las enseñanzas que el P. José Augusto nos transmitió el sábado. Fue hermoso ver esta unicidad entre la “teoría” y la “práctica”. Como las enseñanzas de la Iglesia se hacen presentes en nuestro día a día y principalmente se deben hacer presentes en el mundo en que vivimos. Siento que quiero ser una piedrecita viva de esta Iglesia y que no puedo permanecer indiferente al sufrimiento del mundo. ¡Hay que actuar, hay que luchar, hay que hacer nuestra parte!

Y para terminar, guardo una idea que el hermano nos dejó “vais a donde manda la agenda de Dios”… Y es esa agenda, aquella en que reina el Amor de Dios, que gobierna nuestra vida y nuestra misión en el mundo. Que sepa dejarme llevar a donde me lleve la agenda de Dios.

En los días 17 y 18 de febrero tuvimos la formación "Soy piedrecita, soy Iglesia", en Viseu. El sábado, tuvimos como formador al P. José Augusto Duarte Leitão, del Verbo Divino, que a lo largo del día nos fue hablando de principios de la doctrina de la Iglesia: la centralidad de la persona humana, el bien común, el principio de subsidiariedad y el principio de la solidaridad.  Fuimos reflexionando y compartiendo momentos de la vida de Jesús donde estos principios se hicieron presentes y notorios. Hemos entendido que estos principios se interconectan casi siempre y que nos muestran cómo debemos actuar y relacionarnos en el mundo, a la luz de Jesucristo y de la Iglesia.  Me inspira confianza y esperanza entender que muchas de las cosas que para mí tienen sentido y que intento tener presentes en mi día a día son consideradas por la Iglesia como estructurales en la doctrina social y caritativa.  Entendí que aquello en lo que creo y la forma como veo la vida y mi relación con los demás y con el mundo que me rodea es lo que la Iglesia defiende y promueve.   Tuvimos después un momento de oración, un poco diferente, con el paso a rezar que estuvo muy bien. Guardo las palabras "Eres precioso a mis ojos", intento no olvidarme de este Amor que Dios tiene por mí, de la valía de mi persona a sus ojos. ¿Habrá mayor alegría que ésta, de saberme amada por el Señor? Sólo Él me salva, sólo Él me conoce y es Él quien me llama por mi nombre y me hace correr a su encuentro en los demás, en los que se cruzan conmigo. Es Él quien me llama a servir, a amar, a dar. Es Él quien me llama a ser Amor, como lo es conmigo. Sé que muchas veces estoy lejos de este amor pleno, soy frágil... Pero sé que soy una piedrecita en esta Iglesia del mundo, tengo mi lugar y voy intentando día tras día convertirlo en un sitio mejor.   Por la noche vimos la película Germinal, una película francesa que retrata la lucha por los derechos de unos trabajadores en una mina. Fue intenso, tanto por la historia que retrataba, como en términos de imagen. ¡Fue duro! Pero fue también emocionante, y me hizo pensar en tantas desigualdades y en cómo muchas veces tenemos que someternos a ciertas cosas que pueden no parecer bien a primera vista, pero que, en el fondo, no perdemos nuestra integridad como personas, y que sólo estamos luchando por un bien mayor.  El domingo, tuvimos con nosotros al hermano José Manuel que nos vino a hablar de la urgencia de unir la mente con el corazón, para conseguir volver a la esencia del Amor de Dios, que Jesús nos vino a traer. Y sólo uniendo la mente con el corazón podemos mirar el mundo y podemos encontrar este Amor que transforma.  El hno. José Manuel nos contó acerca de las situaciones que está viviendo desde que está en Portugal, como la situación del barrio de la Torre con una comunidad de gitanos que están sin hogar y sin condiciones, en Beja. Esencialmente nos ha hablado del sufrimiento de personas que habitan en nuestro país y con el que no puede ser indiferente. Reitera la idea de que es importante ir a la causa del problema, escuchar a las personas, entender el origen de las situaciones de sufrimiento y actuar en consecuencia, siempre a la luz de lo que Jesucristo haría. Siempre a la luz de su amor.   Fue hermosa la forma como el testimonio del hno. José Manuel vino a traer a la vida las enseñanzas que el P. José Augusto nos transmitió el sábado. Fue hermoso ver esta unicidad entre la "teoría" y la "práctica". Como las enseñanzas de la Iglesia se hacen presentes en nuestro día a día y principalmente se deben hacer presentes en el mundo en que vivimos. Siento que quiero ser una piedrecita viva de esta Iglesia y que no puedo permanecer indiferente al sufrimiento del mundo. ¡Hay que actuar, hay que luchar, hay que hacer nuestra parte!  Y para terminar, guardo una idea que el hermano nos dejó "vais a donde manda la agenda de Dios”... Y es esa agenda, aquella en que reina el Amor de Dios, que gobierna nuestra vida y nuestra misión en el mundo. Que sepa dejarme llevar a donde me lleve la agenda de Dios.   Ana Isabel Sousa

Ana Isabel Sousa

Noticias de nuestra LMC Cristina Sousa desde RCA

RCA¡Hola queridos amigos!
Espero que se encuentren bien.
Hace dos meses que llegué a RCA, todavía no deshecho la maleta pero mi corazón está completamente rendido por Mongoumba.
Las emociones aquí son de una intensidad que nos trasciende.
¡En los momentos que pienso “me voy” siento que mi vida gana raíz aquí!
No es fácil gestionar lo desconocido, no es fácil aceptar lo diferente, no es fácil controlar la impotencia, las dificultades… Pero es en la dificultad que dejamos de ser ciegos, sordos, mudos…
El proceso de adaptación ha ido “yeke, yeke* (“poco a poco” como se dice en sango), hago de esta expresión “un orden” para mi cabeza.
En un solo día mi corazón late de varias maneras, por la mañana llora, por la tarde se ríe y por la noche, tal vez las dos cosas.

Ya comencé las clases de sango. Simone dice que el profesor Monsieur Dominique ha empezado a hablar portugués muy bien. A pesar de todo esto, tengo un secreto que contaros: estoy completamente enamorada de cinco pequeños pigmeos – Paul, Dimanche, Albert, Pauline y François. Al venir a la escuela toman el desayuno y almuerzan. Son mi globo de oxígeno, donde respiro y alimento mi cuerpo y mi alma. Jugamos, rezamos y conversamos (es verdad, conversamos). ¡Ya me dirán ¿cómo nos comunicamos?! Me gusta mucho cuando paso a ser objeto de estudio. Soy investigada al detalle: manos, venas, marca del elástico en el brazo, hacen auténticas reuniones alrededor de mi cabeza y mi pelo es asunto de mucha discusión. Pauline este último día descubrió un agujero en mi barriga – mi ombligo. ¡Ha sido un gran tema de conversación! (ja, ja)
¡¡¿Cómo no me apasionan??!!

Termino deseándoles a todos una buena Pascua.
Que la Cuaresma sea un momento de gran reflexión y conversión, pero principalmente de acción “humanitaria” y que esta acción sea el reflejo de nuestras oraciones.

Besos de todos nosotros desde la RCA.
Que Jesús nos proteja e Ilumine a todos, en particular a los niños de la RCA que son los verdaderos diamantes de África.  RCA
Cristina Sousa LMC en República Centroafricana.

Retiro Cuaresmal de los LMC de Uganda

lenten recolation UgandaSaludos de los LMC ugandeses. Esperamos que todos estén bien. Nosotros estamos caminando bien con la gracia de Dios.

Tuvimos nuestro retiro Cuaresmal en nuestra comunidad apostólica en la Parroquia de Mbuya, Nuestra Señora de África, que fue dirigido por el Padre. John Bosco Nambasi – MCCJ con el tema la Relevancia de la Vida Religiosa en la Sociedad de Hoy – 1 Reyes 3: 4-13 y Mt. 6:30

Él nos mostró muchas características de nuestro mundo que afectan a nuestra vida de oración y cómo vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás. Algunas de estas características incluyen extrema necesidad/pobreza, anhelo de auténtica espiritualidad, compromiso/estabilidad, verdadero significado del amor de Dios. Además, aleccionó sobre la necesidad de vivir el espíritu de pobreza mencionado por el Papa Francisco, que ha declarado el año 2018 como el año de los pobres, que es un verdadero reflejo del mundo en el que vivimos, lleno de gente pobre. Esta pobreza, dijo, es material, espiritual y de otros tipos.

También nos animó a buscar un lugar solitario donde descansar un rato. Esto ayuda a escucharnos a nosotros mismos (a hacer discernimiento), orar y hacer opciones importantes para el trabajo apostólico. Una vida sin reflexión no vale la pena vivirla como dijo un gran escritor una vez. Cuando nos retiramos a un lugar solitario para hacer una oración significativa, es probable que atraigamos a otros hacia nosotros y esto nos hará relevantes para el mundo actual que estamos viviendo lleno de desafíos.

Muchas personas viven como ovejas sin pastor, donde no hay ningún tipo de cuidado de la familia, de la sociedad y los roles de padres para los jóvenes están en falta, no existe orientación para los que la necesitan. Nuestro apostolado debe dirigirse a estas personas que son como ovejas sin pastor. Aquí es donde se encuentran la mayoría de la gente pobre y tenemos que hacer todo lo que podamos para mejorar sus vidas. Nos habló que priorizar a los pobres es fundamental, enseñarles los valores/virtudes del evangelio tan necesarios para esta sociedad.

Dijo además que debemos estar atentos a ser en lugar de preocuparnos con el hacer. “Ser” que se refiere a cuáles son nuestros valores fundamentales como personas religiosas, que implica la oración, caridad, además de nuestros votos o los compromisos que tomamos. La esencia del ser es, por tanto, esforzarse por vivir una vida de fidelidad, justicia e integridad de corazón, en vez de procurar una vida larga, riquezas y fundarse en la mentalidad capitalista del consumismo, el relativismo, el cientifismo y el individualismo. “Hacer”, por otro lado, se refiere a tratar de vivir de acuerdo con la opinión pública y hacer todo lo posible para impresionar a los demás, lo que al final nos hace vivir una doble vida llena de estrés. Dijo que lo malo muere pronto y los bueno dura mucho. Debemos tratar de vivir una vida equilibrada. Nos instó a orar en todo momento y citó que hay evidencia científica (trabajos de investigación) que indican que las personas que rezan permanecen en paz consigo mismas y con los demás y es probable que vivan más que otros (The Longevity Project, un libro de Dr Leslie Martin y el Dr. Howards S. Friedman informan de 20 años de investigación y seguimiento de 1500 adultos desde 1921). También San Agustín, después de tantos años de vida terrenal después de encontrarse con Dios, comenta: “nos has hecho Oh Señor, nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en ti“. Estos investigadores descubrieron que las personas que rezan se involucran más en el trabajo social y el servicio gratuito a los demás que aquellos que no valoran la oración. Hizo hincapié en la necesidad de la Lectio Divina, que se centra en la oración personal centrada en las Escrituras, que debemos ser capaces de relacionar nuestra vida personal y nuestro trabajo. Dijo que la Lectio Divina es diferente de las oraciones de la comunidad como el Breviario, y que muchas veces confundimos.

Este fue un momento también para que podamos renovar nuestros votos y compromisos diarios basándonos en el carisma de Comboni, necesitamos renovar nuestros votos y compromisos y ver si todavía estamos en camino o no nos hemos desviado del primer amor. Necesitamos orar en todo momento y el padre Paulino Mondo, Asistente del Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de África, MCCJ La Parroquia de Mbuya, compartió hermosamente en una de las Misas de la mañana que la Oración del Padrenuestro tiene tres puntos en los que siempre debemos concentrarnos; nos enseña a pedir comida que utilizamos para alimentarnos y también debemos pedir esta comida para los pobres y necesitados y debemos esforzarnos por hacer esto en beneficio de los demás. En segundo lugar, dijo que nos enseña a liberarnos del pecado y del mal que es lo fundamental de este período de Cuaresma y esto lo podemos hacer a través del autoexamen diario de conciencia como lo enseña San Ignacio de Loyola en su hermoso libro de Ejercicios Espirituales y reflexiones personales durante nuestros momentos de soledad. El tercer elemento es prepararse para la muerte como decimos en la oración del Avemaría… la muerte es segura y tenemos que prepararnos para este momento. Cuando lleguemos al juicio final, ¿qué se dirá de nosotros, seremos las personas a la derecha del Señor o los de la izquierda que están malditos y arrojados al infierno eterno…? La respuesta debe ser profunda en nuestros corazones.

¿Qué debería hacerse a pesar de todo esto?

John Bosco MCCJ nos dio algunas sugerencias sobre cómo vivir con los asuntos anteriores que afectan nuestra vida de manera especial en este tiempo de Cuaresma;

Necesitamos adaptarnos a la novedad y renovar nuestra vida poniendo más énfasis en la oración y el ayuno, así como el apostolado que hacemos. Dijo que la vida religiosa no debería funcionar como las empresas que se administran con el objetivo de tener grandes resultados. Todos somos seres humanos que necesitamos de la misericordia de Dios para vivir una vida digna de su llamado. Dijo que los superiores necesitan buscar nuevas formas de animar sus comunidades y debemos leer los signos del tiempo en términos de tecnología y desarrollo humano. Debemos salir de las zonas de confort del así es como solía hacerse, los tiempos han cambiado. Cada uno debemos estar contentos con nuestra vocación, poner a Cristo/Iglesia en el centro de nuestras vidas y reducir el consumo de medios de comunicación, dinero, aparatos electrónicos, poder/política y satisfacción corporal de sexo y belleza. Debemos dejar de decir que “lo hago por obediencia” cuando alguien nos pone una tarea contraria a nuestra vocación.

También dijo que vivimos una vida centrada en Dios a través de los consejos evangélicos, la Lectio Divina y la reflexión diaria sobre el carisma del fundador. Nos animó a tener una proximidad constante a los valores del Evangelio, aceptar nuestras debilidades y trabajar en ellas para vivir fielmente.

También dijo que somos dadores de vida. Hay muchos hombres y mujeres religiosos hoy que tienen un conocimiento muy amplio sobre la humanidad y las instituciones que dirigen, pero que no tienen corazón para las personas y, sin embargo, nuestro Señor Jesús dijo “Padre, que sean uno…”. Juan 17:21 “. Tienen un conocimiento excelente de las instituciones que administran, pero nada de la vida en Cristo. Nos comentó que los votos nos ayudan a afirmar el sentido, obedecer las leyes de la naturaleza y Dios y enfrentar la vida con realismo. Finalizó este punto diciendo que “solo puedes tomar decisiones desde una posición reflexiva y discernida si aceptas el ciclo de vida: Nacimiento-crecimiento-muerte. Por lo tanto, llevemos a Cristo a las personas con las que trabajamos, las personas que lideramos y las personas que vivimos especialmente en las diferentes instituciones con las que dirigimos y trabajamos.

También fuimos bendecidos por la visita de los del Consejo General de los MCCJ de Roma que nos hicieron una visita apostólica y fue un momento maravilloso. Nos encargaron hacer nuestro trabajo en el espíritu de San Daniel Comboni a los pobres y necesitados. Nos dijeron que promoviéramos vocaciones ya que muchos sacerdotes y hermanas misioneras combonianas tienen una edad avanzada y es necesario traer a muchos a la mesa del Señor. Por lo tanto, todo lo que hacemos debemos promover el mensaje de San Daniel Comboni a los jóvenes para que lleven la vela de San Daniel Comboni ardiendo al resto del mundo.

Desde Uganda les deseamos feliz cuaresma, descubriendo dónde nos equivocamos para ser dignos seguidores de Jesús y renovar nuestras vidas imitando al Señor cuando estuvo en el desierto durante los 40 días que vivió entre los animales salvajes con los ángeles custodiándole. Nuestros animales salvajes incluyen el odio, los celos, el orgullo, la lujuria, la gula, la avaricia y muchos otros que llamamos ángeles para protegernos.

Eric Ezati LMC Uganda