Laicos Misioneros Combonianos

La misión tiene lugar cuando y donde la dejamos que aparezca

La Comunidad de Vida de Oporto salió a realizar animación misionera de nuevo. El 9 y 10 de noviembre animaron las parroquias de Castelões, Pousada de Saramagos y Vermoim.

En esta misión, nos quedamos sorprendidos por el espíritu misionero y fraterno con la que fuimos recibidos. De hecho, el sábado, los LMC Sandra y Carlos animaron “mozambicanamente”  los grupos de catequesis de séptimo a decimoprimer grado (bachillerato) y la Eucaristía – presidida por el Padre Manuel Lopes (MCCJ) – contó con la colaboración de Susana (LMC) que presentó brevemente la realidad de la República Centroafricana. Al final de la Eucaristía, la animación y el espíritu misionero siguieron con la participación del LMC Franquelim.

Siempre en comunión con esta parroquia, aceptamos la invitación de las catequistas, y del diácono David, y compartimos la cena con os jóvenes para después continuar con una vigilia de oración misionera organizada por este mismo grupo. Allí, todo hablaba de la misión. Por nuestra parte, hemos visto semillas misioneras germinando y actuando en el corazón de esta parroquia. ¡Que Dios sea alabado por las maravillas que realiza!

El domingo, fuimos a la posada de Saramagos y luego a Vermoim. En estas dos parroquias celebramos la Eucaristía donde contamos con la presencia tanto del diácono David como del sacerdote de la parroquia – P Carlos.

De vuelta a casa, algunos de nosotros incluso conseguimos acercarnos a Maia para otra reunión del equipo de Vocaciones Juveniles, donde se encuentra representada, como siempre, toda la familia comboniana en un esfuerzo de comunión para continuar sembrando las semillas de la actividad misionera en el corazón de tantos jóvenes del grupo JIM en todo el país.

Comunidad LMC de Oporto

Misión desde la fragilidad

Comunidad de BodaEs la primera vez que llego a la misión de Boda. Decidimos celebrar la fiesta de Comboni con nuestros hermanos de Boda que han pasado un momento difícil con el conflicto Seleka, pues les saquearon varias veces la casa y les robaron casi todo. En Boda viven estos tres hermanos combonianos probados por la misión: Adelino con 70 años tiene una salud muy deteriorada, Berti con 74 sigue siendo un todo terreno en la parroquia de Boganangone, y Claude, un centroafricano de 45 años.

La hermana Margarithe, de La Martinica, me cuenta el sufrimiento de su gente. Trabaja en el hospital de la ciudad, pero en agosto el médico y las matronas huyeron ante la violencia de los soldados y ahora muchas mujeres dan a luz en la selva y no pocos niños y madres mueren. Cada día en el hospital se tiene que enfrentar a las condiciones inhumanas en que vive este pueblo.

Es en este contexto de precariedad y sufrimiento que, para celebrar la fiesta de Comboni, Adelino nos ha invitado a meditar esta mañana sobre la “Misión desde la fragilidad”.  Partiendo de la experiencia de la Iglesia de Argel probada hace unos veinte años con no pocos mártires como su obispo Pierre Claverie, los siete monjes de Tiberine o los cuatro padres blancos y tantos otros misioneros y cristianos… hemos reflexionado qué quiere decir vivir la misión en nuestra situación concreta de dolor y sufrimiento; una Misión desde la fragilidad.

En estos momentos estamos llamados a vivir la misión con las manos desnudas. No hemos sido nosotros quienes hemos elegido este momento de prueba, ha sido nuestro Señor, el Siervo sufriente, quien nos ha conducido hasta aquí.

Cuando hacemos cábalas mentales preguntándonos “¿Cuál sería el momento ideal para la misión?”, nos equivocamos con futuribles utópicos lejos del corazón de Dios. Ese momento ideal de la misión no existe; el momento ideal es el hoy, el presente… Los cuatro padres blancos asesinados en Argelia eran conscientes de su vulnerabilidad y por eso habían escogido “la fragilidad como lenguaje del amor…”. Este tiempo nos invita a una segunda elección decían ellos; pasar “de una espiritualidad de desarrollo a una espiritualidad de la presencia y del diálogo”. En definitiva no es otra cosa que seguir el modelo de Jesús hecho carne para vivir la vida de los hombres. “Aprender nuestra impotencia y tomar conciencia de nuestra pobreza radical de nuestro ser desnudo radical delante de Dios no puede ser más que una llamada urgente a crear ante el otro relaciones de no poder; habiendo reconocido mi propia debilidad puedo no solamente aceptar la debilidad de los otros, sino también puedo vivir la invitación a hacer mía esa debilidad imitando así a Cristo pobre” (Cristel, padre Blanco).

El auténtico dialogo se sitúa en el no poder; hunde sus raíces en la debilidad y la fragilidad, Sólo hay verdadero dialogo cuando cada uno está enfrentado a su propia vulnerabilidad y fragilidad. Esto exige un cambio de óptica al estilo de san Pablo (1 Cor 2, 1-5) que se vanagloria de su propia fragilidad para así acercarse al otro con la fuerza de la debilidad…

Cierto, la debilidad no es una virtud, sino la expresión de una realidad fundamental de nuestro ser que tiene que ser constantemente moldeada por la fe la esperanza y la caridad para conformarse a la debilidad y la pobreza de Cristo. Jesús no ha elegido medios fuertes; la Iglesia no puede apoyarse ni en su poder ni en su fuerza. En estos momentos de crisis y prueba estamos invitados a huir de una Iglesia autorreferencial, una Iglesia que sea fin en ella misma; cuando la Iglesia toca la debilidad y la fragilidad de los hombres, entonces, desde su propia flaqueza puede convertirse en misterio de salvación.

En toda esta pedagogía de la fragilidad, siguiendo los pasos de Comboni, hemos visto cómo la oración es nuestra única fuerza, por ello hemos meditado sobre tres tentaciones de nuestra oración en estos momentos de crisis:

1ª) El miedo ante el futuro… pensar que no hay futuro. Tenemos miedo a que Dios nos abra los ojos y nos desnude; tenemos miedo porque sabemos que Dios cuando pide la mano se toma el brazo entero…

2ª) La evasión… Vivir en un futuro hipotético que no existe; “si hubiera vivido en otro momento, en otras circunstancias, con otras personas…” La evasión es el miedo y la negación del presente de Dios en mi vida.

3ª) La impaciencia… Quererlo todo ahora, inmediatamente… La lógica de la paciencia de Dios va en otro sentido… la lógica de la cruz, del grano de trigo.

No, no hemos elegido nosotros este tiempo de dolor y prueba, ha sido el Señor Jesús quien nos ha conducido amorosamente hasta aquí para que desde nuestra propia fragilidad y vulnerabilidad, quizás, podamos entrar en verdadero contacto con este pueblo humillado y ultrajado.

“¿Por qué os quedáis?” les preguntaban a los de Argelia. Este es el lugar de la Iglesia, la cruz de su Señor.

Por Jesús Ruiz (MCCJ en Mongoumba).

Una comunidad de formación especial

Comunidad de formaciónEl pasado fin de semana estuvimos en Madrid visitando a Palmira y Carmen.

Dentro de nuestra familia comboniana es normal que cada misionero y misionera se prepare a conciencia antes de partir a misión. Siempre intentamos dar lo mejor de nosotros mismos y para ello la formación es algo imprescindible.

En este caso estamos ante una experiencia de formación muy singular. Palmira Pinheiro es una Misionera Secular Comboniana portuguesa que ha venido a España para prepararse antes de partir a la República Centro Africana, esta preparación la hace junto a Carmen Aranda, Laica Misionera Comboniana española, que también se prepara para para partir a la misma misión. Sin duda es una experiencia singular en cuanto a que se trata de una comunidad de formación internacional y además entre miembros de distintas ramas de la familia comboniana. Esto aporta una riqueza singular a la experiencia y es un reto también para el equipo formador que acompaña la experiencia compuesto por LMC españoles (Mercedes, Luis e Isidro) y el misionero comboniano Antonio Guirao.

Aquí no queda la particularidad, en esta ocasión ellas dos hacen comunidad con otros tres laicos (un matrimonio y un soltero) de otra asociación de laicos misioneros españoles (OCASHA).

Esa colaboración es fruto de la interrelación que como familia comboniana tenemos en los distintos países y a nivel internacional, así como del trabajo de coordinación y colaboración que se realiza dentro de la CALM (coordinadora de asociaciones de Laicos misioneros de España). Todo esto me recuerda al sueño de Comboni que ya a mediados del S. XIX reclamaba al Concilio Vaticano I (a raíz de su plan para la Regeneración de África) que “la Obra debe ser católica, no sólo española o francesa o alemana o italiana. Todos los católicos deben ayudar a los pobres Negros… con nuestro plan aspiramos a abrir el camino a la entrada de la fe católica en todas las tribus en todo el territorio habitado por los Negros. Y para conseguir esto, creo, deberían unirse todas las iniciativas”.

En un lenguaje de su tiempo Comboni nos animaba a salir de nuestras limitaciones y particularismo. Nos animaba a poner las necesidades del continente más abandonado y sus gentes, como prioridad absoluta. Y que todo unidos nos pusiéramos al servicio de “los más pobres y abandonados” (como él decía).

Este sueño de Comboni de colaboración sin intereses entre todos se hace realidad en esta comunidad de formación tan internacional y tan variada. La Iglesia al servicio de los más necesitados.

El resto del fin de semana, Carlos y yo continuamos tratando algunos asuntos del Comité Central LMC. Contentos y  muy ilusionados de ver a estas compañera que con disponibilidad e ilusión se preparan para su servicio misionero en Centroáfrica.

Una vez terminen el curso de misionología de tres meses (donde ese preparan con otros misioneros españoles que van a partir este año) irán a completar su formación y perfeccionar la lengua a Francia. Allí estarán viviendo con las hermanas misioneras combonianas (un colaboración más dentro de la familia) pero esa historia la dejamos para más adelante y seguro que ellas se animan a contarla.

Un saludo a todos.

Alberto

Nuevo equipo coordinador de los LMC en Polonia

Equipo coordinador PoloniaEl 15-17 de noviembre hubo una reunión de formación de Laicos Misioneros Combonianos en Cracovia. El tema principal fue muy misionero. Trabajamos sobre qué significa la misión para nosotros, ¿cómo podemos actuar como misioneros en nuestro país y en el extranjero? En la reunión también se presentó una ponencia sobre el comercio justo y la lista de Empresas Negras. El sábado por la noche fuimos a Mogiła (el lugar donde Juan Pablo II utilizó por primera vez el término “nueva evangelización”) y participamos en la misa, que fue celebrada por Mons. Grzegorz Ryś. Formaba parte del Foro Evangélico.

Un evento muy importante fue la elección de un nuevo equipo coordinador. Muchas gracias Ewa y Tomek por realizar estas funciones importantes en los últimos tiempos y damos la bienvenida a gente nueva: ¡Ania Obyrtacz como coordinadora y Michał Kędzior como ecónomo! También al padre Maciej Zieliński, quien fue el responsable de los LMC en Polonia, que ha dejado su función, ya que va a partir para misión. Ahora Fr. Krzysztof Zębik, que nos llegó de Varsovia, es el nuevo responsable de los LMC en Polonia.

Informa LMC Polonia

Ha pasado más de un año desde que llegué a África

A veces la gente me pregunta si echo de menos Polonia, la familia o los amigos. Bueno, reconozco que es absolutamente normal tener nostalgia. Algunos días me gustaría poder ver a mi familia y amigos y hablar con ellos, pero luego viene la idea de que me gustaría que fuera sólo por un momento, después del cual me gustaría volver aquí, a África. Esos pensamientos no aparecen muy a menudo, rara vez tengo tiempo para sentarme y pensar; siempre es mejor vivir aquí y ahora, porque el tiempo vuela sin piedad. Estoy escribiendo sobre las añoranzas porque hace unos días celebré el primer aniversario de mi llegada a África, por lo que un montón de recuerdos vinieron a mi cabeza.

En resumen, este año ha sido rico en nuevas experiencias, nuevas personas, lugares y culturas. Fueron hermosas e imposibles de describir al máximo todas las situaciones, sentimientos y recuerdos. De todas maneras la mayoría de ellos los podéis encontrar en mi blog. ¡Gracias a Dios por este tiempo!

He pasado las últimas dos semanas trabajando como de costumbre. El área de la fisioterapia ha mejorado mucho. Durante mi tiempo aquí todo el mundo se ha ido acostumbrando y ahora la cooperación con los médicos y las enfermeras es más fluida. Me ayudó mucho el recibir el equipamiento desde Polonia, por lo que les doy las gracias una vez más.