Laicos Misioneros Combonianos

Ecos de la reunión de Navidad 2013

“Todos diferentes, pero todos unidos con Comboni llevando el rostro y la palabra de Jesucristo aquí y más allá.”

Comenzamos dando las gracias a todas las personas que han contribuido directa o indirectamente para que esta reunión de Navidad fuese posible. Agradecemos a Sandra por la organización de la reunión, a la hermana Carmen Ribeiro, al Hermano Pablo y a las misioneras seculares Joanna y Paula por todo lo que compartieron que es esencial para nosotros, los candidatos a LMC, para entender esta vocación misionera de la familia comboniana en particular. Nuestro agradecimiento también al Padre Avelino quien compartió su experiencia misionera y celebró la Eucaristía. Gracias, en fin, a todos los otros que aunque no los mencione trabajaron duro para que la reunión fuese posible.

Este encuentro estuvo lleno de sonrisas, abrazos, momentos de convivencia y dinámicas animadas. Fue el compartir una alegría que con Jesucristo renace sin cesar. Esta fue una reunión familiar. Nos sentimos verdaderamente una familia. Nos sentimos en un mismo barco remando en la misma dirección. En este barco donde no sólo están todos aquellos con los que vivimos este fin de semana, sino también todos los otros miembros de la familia comboniana dondequiera que estén y de donde quieran que sean. Nos sentimos renovados de fuerzas y con ​​la certeza real y física de sabernos unidos, no por la sangre, sino por compartir el mismo creador y la misma misión. Todos diferentes en la vocación pero todos unidos en Comboni llevando el rostro y la palabra de Jesucristo aquí y allá.

Por Paula Sousa (Portugal)

Reunión de la familia comboniana en Roma

Consejos familia comboniana

El pasado 14 de diciembre nos reunimos los consejos generales de la familia comboniana.

Misioneros combonianos, combonianas, seculares y laicos para reflexionar juntos y juntos ver caminos de colaboración.

La reunión la realizamos en casa de las misioneras combonianas en Roma donde fuimos muy bien acogidos por la comunidad.

En la mañana, animada por las combonianas, estuvimos reflexionando sobre Comboni y rezando en torno a ¿qué nos inspira para un camino de colaboración como familia comboniana?

Cada uno de los participantes hablamos de esta reflexión. A nivel personal, acuerdos que en los diferentes institutos se han tomado en este sentido, líneas y experiencias actuales de colaboración.

Este es un reto que miramos en positivo y reconocemos como propio del carisma que nos une, de la intuición de Comboni en la promoción de la misión y de la catolicidad en la responsabilidad de la misma, uniendo y facilitando la colaboración de los distintos carismas y estados dentro de los mismos.

Tuvimos también un tiempo para compartir el camino que vamos haciendo a lo largo del año, preocupaciones comunes y vías de colaboración.

Terminamos esta bonita jornada celebrando la eucaristía, rezando por todos los misioneros combonianos (sacerdotes, hermanos, hermanas, seculares y laicos) que extendidos por todo el mundo dan su vida por “los más pobres y abandonados” como quería Comboni.

Cada paso que damos como familia por el bien de la misión nos acerca y mantiene fieles al sueño de Comboni.

Somos una gran familia

encuentro LMC diciembre 2013Durante los días 6 al 8 de diciembre los LMC de España nos reunimos en Madrid para celebrar nuestro encuentro anual de diciembre. Ha sido una alegría poder juntarnos casi todos. Y es que, sin duda, somos UNA GRAN FAMILIA. Sin más papeles que la Biblia y las ganas de dejarnos interpelar por lo que la Palabra de Dios nos suscita e interpela para nuestra vida, hemos disfrutado de unos días de encuentro, de poder compartir desde el corazón, de escuchar a los demás y de dejarnos interpelar. Gracias a todos-as por haberlo hecho posible, por las ilusiones y sueños compartidos y por las ganas de seguir caminando y de seguir apostando por la misión.

Isidro Jiménez. LMC

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Querida familia, Quería darle muchas gracias a Dios por los días que hemos podido celebrar y compartir juntos como familia LMC. Han sido unos días hermosos, llenos de ENCUENTROS Y REENCUENTROS fruto del Espíritu que sigue soñando con nosotros, del trabajo silencioso y del buen hacer. En estos días recordaba, con mucho cariño, aquella cita con la que nuestro acompañante comunitario en Arequipa recibió a nuestra comunidad: “Subió a la montaña, fue llamando a los que él quiso y se fueron con él. Nombró a doce [a quienes llamó apóstoles] para que convivieran con él y para enviarlos a predicar con poder para expulsar demonios. [Nombró, pues, a los Doce]. A Simón lo llamó Pedro; a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, a quienes llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno; a Andrés y Felipe; a Bartolomé y Mateo; a Tomás, Santiago de Alfeo y Tadeo; a Simón el zelota y a Judas Iscariote, el que incluso le traicionó.” Mc 3, 13 – 19 ¿Cómo se le ocurrió a Jesús llamar para trabajar JUNTOS a un pescador, a un recaudador o a un celote? ¿No hubiera sido más fácil que todos hubieran sido del mismo gremio o de la misma “zona”? Y de nuevo, doy gracias a Dios, por que nos llama a todos y a cada uno por nuestro nombre y sueña con nosotros individualmente y también como comunidad, de ahí brota siempre algo nuevo, distinto y mejor. Un abrazo de adviento,

Carmen Martín. LMC

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Doy gracias por el “encuentro”, palabra que tanto se repitió en la dinámica de los globos y que se refería a nuestras expectativas de este tiempo juntos, no era la mía personal, que buscaba “apertura de corazón”, porque me sentía en este paso anterior para que sea posible el encuentro. Tenemos que dar gracias a Miquel que nos acompañó durante todo el viernes y sábado a reencontrarnos con nuestra fuente a través de la palabra de Dios, de una manera sencilla, despojándonos de lo anterior y dejándonos llevar por lo que así de primeras nos sugería y expresando cómo nos hacía sentir todo aquello. Tuvimos ocasiones para compartir expresarnos, conocernos, querernos, pedirnos lo que necesitábamos los unos de los otros, ser más comunidad, y ¡con qué gusto se ora y celebra luego! Tenemos que dar gracias a Tere, con la que pudimos hablar y nos contó de primera mano los sinvivires de República Centroafricana, también a Isabel y Gonzalo, este último tratando de recuperarse de su última desventura por Perú y ella tratando de sacar el trabajo de los dos, gracias a Xoancar también, aunque no hablamos con él. Gracias a Carmen, José y el pequeño Pablo, que se nos ha hecho mayorcito en Perú que nos hablaron desde el corazón, compartiendo con nosotros lo vivido en aquella tierra, a la que estarán eternamente unidos. Gracias a Carmen Aranda que se marcha en nuestro nombre a no sabe aún donde. Y a Palmira su compañera en este tiempo. Y a todos los LMC de otros países que Alberto siempre nos recuerda que son de los nuestros y nosotros los de ellos. Gracias a todos los que asististeis por no desistir, y a los que no fuisteis, que fuisteis pocos, mucho ánimo. Un abrazo, Fátima Verdejo. LMC

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