Laicos Misioneros Combonianos

Tres “dichos” de Jesús

Comentario a Mc 9, 38-48 (Domingo XXVI T.O., 26 de septiembre del 2015)

jesus

Los evangelios, además de narrar episodios de la vida de Jesús y reproducir las parábolas que contaba, recogen y organizan, cada evangelista a su modo, colecciones de “dichos” que Él seguramente pronunció en distintas ocasiones y  que los primeros discípulos recordaban de memoria, compartían entre sí y transmitían a los nuevos discípulos como un tesoro de sabiduría y una guía práctica para sus vidas. En el texto que leemos en este domingo podemos identificar tres de estos dichos, que yo entiendo de la siguiente manera:

1.- El bien no tiene fronteras religiosas o de otro tipo. El dicho exacto de Jesús es “quien no está contra nosotros está con nosotros” y lo dice porque algunos querían impedir que personas que no pertenecían al grupo de los discípulos actuasen en su nombre. Es como si hoy prendiéramos que un no cristiano no ayudase a los pobres, porque no es cristiano. Cualquier bien, venga de donde venga, es una participación de la bondad de Dios. Debemos reconocerlo, agradecerlo y alegrarnos.

2.- Un vaso de agua puede tener un valor infinito. Jesús dice exactamente: “Quien dé un vaso de agua en mi nombre, no perderá su recompensa”. A veces hace falta poco para alegrar la vida de una persona, para hacer que se sienta respetada, para darle esperanza ante las dificultades. Dar un vaso de agua es signo de acogida, de respeto, de disponibilidad a “echar una mano” si hace falta. El que da un vaso de agua al que lo necesita, está abierto al otro y quien se abre al otro se abre a Dios. ¿Cuál es el “vaso de agua” que yo puedo ofrecer a las personas que encuentro e mi alrededor?

  1. ¡Ojo con ser un tropiezo para los pequeños! Marcos recoge aquí varias sentencias que tienen como elemento común una referencia al “escándalo”. Sabemos que esta palabra significa, en realidad, “tropiezo”, es decir, “zancadilla”, hacer que una persona indefensa caiga. Jesús, que es bondadoso y lleno de ternura, se vuelve serio y duro cuando alguien profana la casa de su Padre (el templo) o cuando alguien quiere hacer tropezar a los pequeños, a los “pobres de Yahvè”, a los que sólo tienen a Dios en quien confiar. Con los “pequeños” de Dios no se juega. Al mismo tiempo, Jesús nos dice algo así como: “No te hagas trampas a ti mismo”; si algo te está haciendo daño, no pactes con el mal, córtalo de raíz, escoge el camino del bien con decisión y claridad.

Como cada domingo, al celebrar la Eucaristía y escuchar estas palabras de Jesús, le decimos: Amén, gracias, quiero que estas palabras iluminen mi vida de hoy y de siempre. Ayúdame a hacer que sean verdad en mí.

P. Antonio Villarino

Roma

Testimonio en Carapira

Carapira“Lo esencial es invisible a los ojos”! Nunca le encontré tanto sentido a esta frase como después de Mozambique … Cuando nos atrevemos a abrir el corazón a la llamada de Dios, corremos el riesgo de descubrir el verdadero significado de la felicidad. De hecho, fueron tantas las gracias recibidas, tanto el amor vivido y compartido, que esta experiencia ha dado forma a mi vida, me lleno el corazón de tal manera que mis pensamientos, deseos y sueños se dirigen todos ellos a Mozambique.

A lo largo del año que preparamos estos meses de misión en Mozambique, nos fuimos preparando con obras de caridad, formaciones intensas, encuentros íntimos con Dios por medio de la oración y por tanto las expectativas eran altas e inmensa la ansiedad. La verdad, sin embargo, es que nunca pensé vivir este mes tan intensamente, con tanta entrega, con tanto amor… ¡Débil era mi fe, lo reconozco! Después de todo fueron muchas las personas que rezaron por nosotros, fueron muchos los corazones sinceros que han dirigido sus oraciones a Dios.

Los siete miembros del grupo Fe y Misión que llegaron a la misión Carapira, en Mozambique, solo tenemos razones para dar gracias a Dios por todo lo recibido.

En Carapira, acogidos como familia por los varios miembros de la familia comboniana presente allí desde el principio, nos sentimos bienvenidos, integrados. La primera noche tuvimos una reunión para presentarnos entre todos, lo que nos permitió conocer un poco del trabajo que se realiza, y para afirmar nuestra voluntad de trabajar intensamente este mes. Sí, fue siempre una preocupación de todo el grupo entregarse por completo, o en palabras de Fernando Pessoa, poner todo lo que somos en lo más pequeño que hagamos. Y no nos quedamos sin respuesta. Al día siguiente tuvimos una reunión donde nos hicieron varias propuestas, ya sea en la Escuela Industrial de Carapira, en la pastoral, en el internado de las hermanas, así como junto a la comunidad. Recuerdo que después de esta reunión, el grupo comenzó a dividirse las tareas, especificamos las tareas de cada uno, con una intensidad que llenó rápidamente el cuadrante en el que siempre anotábamos todas nuestras actividades. Me sentí siempre contento de ver el cuadro completo. Soy muy consciente de que esto sólo fue posible por la confianza que han depositado en nosotros desde el principio, pero también sé que a lo largo del mes hicimos todo lo posible para cumplir con las expectativas. Para ser honesto, a pesar de querer dar el máximo de mí y trabajar duro, siempre tuve conciencia de que un mes sería muy poco para poder entregarnos sin reservas. La verdad es que yo estaba equivocado. Por supuesto, la dificultad de la lengua y la adaptación complicaban las cosas, pero también las sonrisas, la simpatía, la confianza depositada en nosotros y la fantástica acogida que se nos presentó, hizo todo mucho más fácil. Desde el principio, el hermano Luis permitió que participásemos sin reservas en la escuela, ya sea en el trabajo administrativo, ya sea en actividades con los estudiantes; el padre Firmino permitiendo que lo acompañásemos en sus visitas a las comunidades; las hermanas permitiéndonos  que las ayudásemos con las explicaciones a las niñas en el internado así como al visitar a los enfermos y ancianos de la comunidad y los Laicos Misioneros Combonianos que siempre nos han seguido de cerca y con los que trabajamos muy a gusto. Del trabajo de las hermanas, hermanos y sacerdotes sabía mínimamente por los diversos testimonios que había escuchado. Pero confieso que no sabía el gran trabajo que realizado por los Laicos Misioneros Combonianos. Su dedicación en la Escuela Industrial de Carapira, en clase, en la administración, la enfermería, en el comedor, así como el seguimiento de las actividades extracurriculares es impresionante. Pero más allá de eso, el trabajo pastoral en las comunidades, el trabajo en la parroquia, en la formación de los animadores, el papel de la Justicia y paz en favor de las comunidades me dejaron deslumbrado. Honestamente, por primera vez, desee  ser Laico Misionero Comboniano.

A nivel personal, este mes fue muy importante para mí. Encontré muchos de mis límites cuando la fatiga quería vencerme, fui desafiado a aprender a vivir en comunidad, cómo ser tolerante, a tratar de resolver los problemas a través del diálogo, a examinarme internamente. Ahora que lo pienso todo, me alegro de lo que pude crecer. Pero aparte de todos estos retos he sido tan feliz… Las Eucaristías me llenaron el corazón, con canciones y danzas que expresaban tanto, las sonrisas de los niños, la alegría de la gente de las comunidades, la familia Comboniana en Carapira a quien ahora llamo amigos y amigas, las niñas del internado que tanto me hicieron sonreír, los jóvenes de la escuela, los jóvenes … Oh, Dios mío, como lo echo de menos! Tengo ganas de llorar de alegría …. Me apetece volver…  quiero volver !!!

¡En Mozambique sentí el sol en mi mano! ¡El sol de la alegría, el sol que ilumina nuestra vida, el sol que nos calienta, que calienta nuestros corazones, el sol que nos permite intercambiar miradas, el sol nos hace vivir intensamente el día! ¡En Mozambique tuve el sol en mi mano!

Carapira

Pedro Nascimiento

Jornada capitular con la Familia Comboniana

LMCEl XVIII Capítulo General de los Misioneros Combonianos sobre el tema “Discípulos misioneros combonianos, llamados a vivir la alegría del Evangelio en el mundo de hoy” ha iniciado el 6 de septiembre en la Casa General de Roma. La jornada del lunes, todavía en la fase de lectura de la realidad, dio la palabra a los institutos de las Seculares Combonianas, las Misioneras Combonianas y los Laicos Misioneros Combonianos. A través de sus informes, la Asamblea se acercó a los logros, dificultades y sueños; en los que de una forma u otra también se ve reflejado el Instituto de los Misioneros Combonianos.

 

Secular

La secular Isabella d’Alessandro expresó preocupación por el descenso de personal, sin embargo, esto no es un límite al entusiasmo y deseo de abrirse a los desafíos que la misión plantea. Recordó que la experiencia de fragilidad es una oportunidad para colaborar con otros, lo cual invita a profundizar en nuestra identidad.

 

Combonianas

La Madre Luzia Premoli, superiora general de las Misioneras Combonianas, expuso las líneas centrales de la reflexión que se llevó a cabo en el Instituto en torno al tema de la Ministerialidad. La transformación de la misión exige un cambio en el modelo de gobierno. También, la rápida disminución de hermanas en el Instituto plantea desafíos a los que se va dando respuesta a por medio de diversas formas de reorganización.

 

LMC

Finalmente, Alberto de La Portilla, coordinador de los LMC presentó su informe a la Asamblea. Explicó la estructura interna del movimiento y los retos asumidos en la pasada asamblea intercontinental de los LMC en Maia (2012). Expresando el deseo de consolidar los grupos ya establecidos y mejorar la coordinación internacional.

Los tres primeros días del XVIII Capítulo General en Roma

Capitulo MCCJEl XVIII Capítulo General de los Misioneros Combonianos que está teniendo lugar en Roma se inició la mañana del lunes con la presentación del Estatuto del Capítulo por parte del P. Pietro Ciuciulla, miembro de la comisión precapitular. Este documento es un instrumento que guía el desarrollo del Capítulo y sirve en la planificación de las diversas fases de trabajo. Por la tarde, el trabajo se ha realizado a nivel de grupos continentales con el fin de ver y sugerir cambios, enmiendas o mociones para mejorarlo.   Una vez en aula, los capitulares han compartido sus puntos de vistas y cada grupo ha presentado sus propuestas. Al día siguiente se continuó con la votación de las diversas enmiendas hasta ser finalmente aprobado. El cambio principal respecto al Capítulo precedente es que se da un mayor tiempo a la fase de discernimiento hecho en grupos y así se logra una metodología más adecuada para el fin que pretendemos. Se ha evidenciado el deseo de que este Capítulo no caiga en la tentación de producir un largo documento, sino que se concentre en el contenido de un texto que focalice sobre algunas prioridades del Instituto. Después de la aprobación del calendario de trabajo, la sesión de la tarde del martes, día 8 de septiembre, se ha dedicado al discernimiento en grupos para buscar las personas más adecuadas en cada uno de los servicios del Capítulo. La jornada concluyó con la elección de los cuatro escrutadores. El miércoles, 9 de septiembre, la sesión se inició con la elección de los oficios y continuó durante toda la jornada. Consejo de Presidencia: P. Enrique Sánchez, presidente; P. Giuseppe Moschetta y P. Manuel Augusto Lopes Ferreira. Secretario general: P. Pietro Ciuciulla. Moderadores: P. Pedro Andres Miguel, P. Joseph Mumbere Musanga, Hno. Alberto Degan y P. Rogelio Bustos. Comisión especial: P. Rafael Ponce (coordinador), P. Dario Bossi y P. Jeremias dos Santos Martins. La Comisión central está constituida por el Secretario general, los cuatro moderadores y el coordinador de la Comisión especial. Su labor es la de coordinar el trabajo del Capítulo. Escrutadores: Hno. Matthias Adossi, Hno. Dessu Yisrashe, Hno. Humberto da Silva Rua y P. Felix Cabascango. Comunicadores: Hno. Alberto Lamana (coordinador), P. Jean Claude Kobo y P Efrem Tresoldi. Comisión litúrgica: P. Roberto Turyiamureeba, Hno. Jean Marie Mwamba y P. Alcides Costa. Comisión recreativa y cultural: P. Juan Armando Goicochea, P. Karl Peinhopf y P. Ramon Vargas. La jornada concluyó con la celebración de las vísperas de la solemnidad de S. Pedro Claver, patrono del Instituto.

Capitulo MCCJ

¿Quién es Jesús?

Un comentario a Mc 8, 27-35 (Domingo XXIV T.O. , 13 de septiembre del 2015)

DSC00620

Marcos nos sitúa hoy en Cesarea de Felipe, una ciudad romana, en la frontera norte de Israel. Allí, lejos de Jerusalén, Jesús plantea la pregunta sobre su identidad. A esa pregunta se dan en el texto tres respuestas:
1. La visión de las masas, que ven a Jesús como una repetición de los profetas del pasado. Es evidente que Jesús aparece ante la gente como un gran profeta: enseña de manera nueva, curas enfermos, arroja malos espíritus, propone un cambio profundo en la sociedad y en la vida religiosa… Se inscribe en la línea de los grandes profetas, uno más en la historia de Israel.

Me parece que esta visión se parece bastante a la de muchas personas de nuestro tiempo, para quienes Jesús es un personaje histórico interesante, casi fascinante, pero uno más de los grandes hombres que de vez en cuando surgen en la humanidad.

2. La visión de los discípulos: Marco pone la respuesta de los discípulos en boca de Pedro: “Tú eres el Cristo”, es decir, el Mesías esperado, el Ungido por Dios para liderar a su pueblo. Los discípulos evidentemente estaban fascinados por la personalidad de Jesús y veían cumplidas en él las promesas de Dios en el AT.

Me parece que esta visión es la de tantos de nosotros que, al leer los evangelios y al orar, nos sentimos en sintonía con la persona y el mensaje de Jesús. Frente a tanto poder abusivo que encontramos a nuestro alrededor, frente a tanta corrupción, frente a tanta palabra superficial como se grita en nuestros medios de comunicación, muchos de nosotros decimos: Yo sigo a Jesús de Nazaret, él es el enviado de Dios, su propuesta de Reino es la que me convence.

3. La visión de Jesús mismo: Todo lo dicho por la gente y por los discípulos es verdad (él es un profeta, él es el Mesías de Dios), pero ¡ojo!, no se hagan una falsa idea. Este Mesías luminoso y fascinante está llamado a pasar pro Jerusalén, a ser sometido a dura prueba, a pasar por la muerte antes de convertirse en semilla de una esperanza que no muere nunca.

Me parece que aceptar este paso por la cruz y por la muerte es la “piedra de toque” de una fe verdadera, que va más allá de un entusiasmo pasajero. A Pedro le costó mucho dar este paso, como a todos nosotros. La presencia del Espíritu le ayudó a comprender a este Jesús, que es el Cristo de Dios, pero, no como rey y jefe dominador, sino como “siervo de Yahvé”, como quien está dispuesto a ser rechazado, despreciado, torturado.

Pidamos al Señor resucitado, que se nos hace cercano en la Eucaristía, que nos ayude a comprender su verdadera identidad, a seguirle como discípulos, más allá del entusiasmo pasajero, también cuando la cruz se hace presente y el camino a Jerusalén se hace empinado.
P. Antonio Villarino
Roma