Laicos Misioneros Combonianos

Reunión en Núremberg

LMC Alemania

En esta ocasión, el tema principal fue el diseño del stand conjunto de la Familia Comboniana en la milla eclesiástica de la Jornada de los Católicos en Würzburg. Junto con el padre Günther, el padre Michael y el hermano Hans, recopilamos ideas en una constructiva lluvia de ideas sobre el tema «¡Ten valor, levántate!» y pudimos distribuir las primeras tareas. La Familia Comboniana estará presente en Núremberg con nueve misioneros.

Además, se trataron los comentarios sobre nuestra exposición sobre la paz en Mellatz, los acuerdos para la participación de Brigitte Kreiter en la asamblea provincial y la planificación de la visita prevista a la comunidad de los misioneros combonianos en Graz. Nos conmovió mucho el informe de Hans Eigner sobre la situación en la diócesis de Bentiu, en Sudán del Sur, en cuya evolución participará a partir del otoño de este año.

Con una pequeña barbacoa, le agradecimos su participación en nuestro grupo durante los últimos años y le «despedimos» a él y al padre Günther para sus próximas misiones.

Barbara Ludewig, LMC

La importancia de la comunicación

LMC Kenia

Estamos agradecidos por la maravillosa reunión que tuvimos juntos como miembros de LMC, pasamos un fin de semana increíble y fructífero juntos.

Interactuamos, creamos vínculos y compartimos responsabilidades juntos, creando una comunidad.

Nuestras sesiones de formación se basaron en el tema de la comunicación.

La comunicación es un componente vital de nuestra vida como misioneros, ya que nos permite llegar a aquellos a quienes estamos llamados a servir.

Aprendemos de nuestro Señor Jesús cómo comunicó el mensaje del Reino de Dios.

Con sus mensajes, habló al corazón de las personas acercándolas a Dios, dijo la verdad sin temor ni siquiera a la muerte, Juan 5:18-47.

Cristo conocía y comprendía a su audiencia, utilizó diferentes estrategias para transmitir sus mensajes a las personas y, por separado, a sus discípulos.

Utilizó parábolas, historias, silencio, etc. para transmitir información.

En muchas ocasiones dio a las personas la oportunidad de expresar su punto de vista, Marcos 10:51.

Al leer las cartas, artículos y revistas escritos por san Daniel Comboni, comprendemos su pasión por la misión.

Esto nos anima a utilizar adecuadamente la herramienta de la comunicación en nuestra vida misionera para difundir el Evangelio hasta los confines de la tierra y a las generaciones venideras.

Con una comunicación eficaz, tendemos puentes entre las personas, creando relaciones sanas y construyendo nuestras comunidades y también las comunidades locales a las que servimos.

Belinda Awino LMC

Nuestra comunidad ecuatoriana en crecimiento

LMC Ecuador

A mediados del año 2021, junto al P. Joseph Ng´ang´a de Kenia, quien fue nuestro acompañante Comboniano, se hizo la convocatoria a personas conocidas dentro de la misión y a otras que compartían nuestro carisma para que siguieran la formación y ser parte de nuestra comunidad de Laicos. 

Siendo así que, después de seguir la formación y el acompañamiento, nuestro aspirante Carlos Enrique Zamora Medina, el domingo 01 de junio de 2025, fue aceptado como Laico Misionero Comboniano.

Durante los días cercanos a la ceremonia se vivió una atmósfera de nervios y tensión por la organización y desarrollo del programa a realizarse, y que en buena hora recibió el apoyo y colaboración de varias personas que pusieron su granito de arena para poder cumplir con lo planeado. 

La misa se desarrolló a las 10h00, junto a la comunidad de la Parroquia “Nuestra Señora de Fátima” de El Empalme, Provincia del Guayas, además de los familiares de Carlos Zamora e invitados, estuvieron presentes en esta celebración, quienes compartieron atentos a cada momento de la misa impartida por el P. Seraphin Kakwata, nuestro actual referente Comboniano, quien mantuvo a las personas muy atentas al momento de la firma del compromiso como Laico Misionero Comboniano.  Fue un momento muy especial, que también fue compartido con los laicos misioneros que colaboran en la Integración Pastoral que se desarrolla en la P. Verbo Divino de Guayaquil.

Después en una reunión de compartir, en las palabras dadas por Carlos Zamora, él expresó que en su vida ha pasado por muchos obstáculos por motivos de salud, los que ha podido sobrepasar por el esfuerzo y las oraciones de su señora madre; y, a pesar de esta situación siempre mostró el deseo de ser misionero y hacer algo por la Iglesia y por Dios, hizo de la frase “La vida es dar tiempo” su luz para descubrir cuál era el tiempo de Dios, retomando la formación a los sacramentos y sus estudios de colegio, universitarios y pastorales, que había dejado para después.

A pesar de todo, dijo, que aún no estaba seguro de lo que le espera en un futuro, pero que ha sido para él una bendición de Dios este proceso y sobre todo una buena decisión a seguir el llamado de Jesús para su vida pastoral y laical, y que junto a su comunidad ha podido consolidar este anhelo por la misión comboniana.

Con este momento tan importante para nuestra comunidad misionera laical, nos sentimos muy alegres y animados a seguir el carisma de nuestro Fundador apoyados en una de sus frases “La providencia guio mi mente y mi corazón” y a seguir confiando en que los momentos son de Dios y él nos ayudará a consolidar nuestra comunidad.

Saludos en Cristo.

Abg. Susana Ortega Delgado, LMC

Correr al auxilio de quien lo necesita (Tras las huellas del Resucitado V)

Resucitado
Resucitado

En la segunda acepción de la palabra RESUCITAR, el diccionario de la RAE nos dice que a nivel coloquial significa «Restablecer, renovar, dar nuevo ser a algo».

Este verano tuve una experiencia Misionera en Mozambique junto a otros cinco compañeros. Durante esta experiencia conocí a Doña M. Una mujer viuda, de una fe profunda, con una vida larga de trabajo como maestra. Tenía una personalidad muy cercana y preocupada por todos sus vecinos y desde hacía unos años en su deseo de ayudar a los demás, juntó a un grupo de personas, miembros de la parroquia de Songo, para comenzar el grupo de Cáritas desde cero.

Gracias a su empeño y al de sus compañeros, Cáritas Songo se puso en marcha con el objetivo fundamental de devolver la dignidad a todos los necesitados del pueblo.

Todos los días, salía a pie con su grupo para visitar, acompañar, repartir, escuchar… siempre con una sonrisa en la cara y una mirada transparente que mostraba al Jesús misericordioso que ella llevaba a todos.

Podría hablar de muchas de las experiencias que compartí con M. pero la que más me impresionó fue el día en el que acudimos con el grupo a atender una llamada de urgencia. Un anciano se había quedado en la calle porque le echaron de la casa donde vivía. Se refugió en un cuarto abandonado, sucio, destartalado y sin puerta. Los vecinos alertaron de esta situación y M. sin dudarlo un momento, acudió en su ayuda, sacando de su propio bolsillo el dinero para cubrir las primeras necesidades del anciano, comida y agua fundamentalmente… Pidió a la comunidad que se movilizara para buscar una solución al problema de la falta de puerta y rápidamente consiguieron traer una que solucionó la falta de intimidad y seguridad del anciano. Y tal como hizo el Buen Samaritano, dejó más dinero a una vecina del hombre, para que fuera comprando más comida y aquello que necesitara.

Su generosidad, su desprendimiento y humanidad, al estilo evangélico, nos hizo pensar en nuestras propias actitudes y comportamientos en la sociedad en la que vivimos ¿hubiésemos actuado de la misma manera? Seguramente no.

Hace dos meses me llegó la noticia de su fallecimiento. El mismo Jesús que se hacía presente en su labor caritativa, la llamó para premiarla y agradecer el haber sido Buena Noticia.

M. se empeñó en restablecer, renovar y dar nuevo ser, es decir, en RESUCITAR, a todos aquellos que se acercaban a solicitar su ayuda. Tampoco se olvidó de ir a aquellos que no podían o no querían acercarse a la parroquia. Esos eran sus elegidos, los mismos a los que Jesús se acercaba porque sabía que ellos no iban a dar el primer paso.

Ahora ella, disfruta de la RESURRECCIÓN que ella dio a tantas y tantas personas en Songo.

Faina Toledo, LMC

Recuerdos de Semana Santa en Metlatónoc

LMC Costa Rica

Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de Él, a toda ciudad y lugar adonde Él había de ir. Y les decía: «La cosecha es mucha, pero los obreros pocos; rueguen, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su cosecha».” (Lucas 10:1-9 Biblia Latinoamericana)

No puedo dejar de pensar en esta cita bíblica sin rememorar cómo sería aquel momento en que Jesús hizo el envío de los 72, e imaginar la experiencia y las vivencias de aquellos enviados.

El pasado mes de abril, nosotros, el grupo de Laicos Misioneros Combonianos Costarricenses, tuvimos la experiencia de vivir el campo de misión de Semana Santa como preparación para la Misión Ad gentes, en el estado de Guerrero, México, específicamente en el municipio de Metlatónoc.

Esta experiencia, sin duda, me marcó en el aspecto cultural, espiritual y personal, permitiéndome valorar el Don del llamado a la vocación al servicio hacia los demás y, al mismo tiempo, entender la esencia de la vida misionera: Los retos y desafíos que enfrentan nuestros misioneros en cada uno de los países a donde son enviados.

En mi caso, fui asignado a la comunidad de Valle Hermoso, compuesta por indígenas mixtecos, en compañía de José David Rojas (LMC), donde participamos, acompañamos y vivimos la Semana Santa de una manera muy particular, escuchando, observando y aportando, siempre con respeto a la comunidad y su cultura, nuestra compañía y sugerencias en las celebraciones.

Como profesional en Ciencias de la Salud (enfermero) y terapeuta en adicciones, esta vez evité cualquier situación que me impidiera involucrarme en la experiencia espiritual y personal y me despojé de cualquier expectativa, para dejar mi mente en blanco y poder recibir, aprender y acompañar de forma objetiva a todas estas personas que venían a nosotros muchas veces con sus inquietudes, costumbres  y cultura. Esto me llevó a entender que, a veces, solo la presencia y el modo de vida al que hemos sido llamados hablan por sí solos.

Debo confesar que la experiencia fue maravillosa, el aprendizaje de un valor incalculable, y el sentimiento de nostalgia me embargó cuando nos despedimos. Sin duda, aprendí que se puede ser feliz con muy poco, y además, me hizo cuestionarme si estaría preparado para vivir en condiciones tan austeras por un largo tiempo entre ellos.

Puedo decir que sigo feliz con mi llamado, a veces con inquietudes, pero también con muchos sueños. Sentirme llamado y enviado al mismo tiempo me hace evocar nuevamente la cita del Evangelio de Lucas antes mencionada, y confirmar que mi vocación es el mejor regalo que el Señor me ha hecho.

A la comunidad de Metlatónoc, y a Valle Hermoso, a su gente, niños, jóvenes y adultos, gracias por su acogida.

Extiendo también mi agradecimiento especial a nuestro acompañante en Costa Rica, Hermano Jesús Pérez, por sus consejos, y de manera muy especial a los padres Miguel Navarrete y Wojciech Chwaliszewski. ¡Qué Dios les bendiga!

Jorge Zamora, LMC Costa Rica