Laicos Misioneros Combonianos

Manifestaciones del Espíritu

pentecostes

Un comentario a Jn 20, 19-23 (Solemnidad de Pentecostés, 5 de junio del 2023)

Celebramos hoy la solemnidad de Pentecostés, en la que hacemos memoria de una experiencia que la Iglesia –y todos nosotros- hace desde los primeros tiempos hasta hoy: que el Espíritu Santo la acompaña siempre, la ilumina, la fortalece, le ayuda a ser fiel y creativa a la vez.  Hoy, más que un comentario directo del texto evangélico, les comparto una rápida reflexión sobre algunas manifestaciones del Espíritu.

1.- Ebriedad: El Espíritu rompe los límites de una vida estancada y anodina, dando un entusiasmo casi embriagador; rompe las barreras étnicas o religiosas, acumuladas en siglos para crear una nueva comunión; Supera las limitaciones de la persona, como le promete el profeta a Saúl: “Te invadirá el Espíritu del Señor… y te convertirás en otro hombre”(1 Sam 10,6).

Cuando alguien tiene una experiencia de invasión del Espíritu, la gente pregunta: ¿Y a éste qué le pasó? Cuando una mujer está embarazada, se le nota en la lucidez de su rostro. Cuando uno veía de cerca de la Madre Teresa de Calcuta, uno se decía: ¿Qué tiene de especial? Me pregunto si muchas veces nosotros no nos hemos vuelto demasiado “sobrios”, previsibles, maniatados por la rutina y el escepticismo. Necesitamos que el Espíritu nos emborrache.

2.- Confianza: “No habéis recibido un espíritu que os haga esclavos, bajo el temor” (Rm 8, 14-15). El Ángel le dice a María: “No temas. El Señor está contigo, su Sombra descenderá sobre ti”. San Pablo afirma: “Sé de quien me he fiado”.

3.- Interioridad: El Espíritu nos hace conocer a Dios desde dentro, no como una imposición externa: 1Cor 2, 10-12. -María guardaba todo en su corazón.

En este tiempo vivimos muy preocupados por la imagen de nosotros mismos, de nuestra comunidad, de nuestra patria. ¿Vivimos desde fuera o desde dentro de nosotros mismos? El ejemplo de Benedicto XVI fue precisamente el de quien tiene una riqueza interior tan grande, que le permite ser libre y sereno en las más grandes dificultades.

4.- Sensibilidad: El Espíritu nos hace sensibles en dos direcciones aparentemente opuestas, pero que son parte de la misma realidad: por un lado, sensibilidad a los bello en todos sus sentidos (la naturaleza, la música, la poesía, un gesto elegante…); y, por otro, sensibilidad al dolor del otro: “vuestras alegrías son las mías y vuestras penas también son las mías” (Comboni en Jartum). El Buen Samaritano se para ante el desventurado y se pone a su servicio (Lc 10, 30.37).

5.- Libertad-Parresía (coraje lleno de libertad): Dónde hay Espíritu hay libertad (2 Cor 3, 17-18). San Francisco tuvo el coraje de desnudarse y descalzarse como signo de libertad. Comboni tuvo la audacia de lanzarse a una misión casi imposible… Pero esta audacia no es fruto del voluntarismo, sino del Espíritu que habita en la persona. (Hech 4,13; 5,20, 27-32);

6.- Dinamismo misionero: El Espíritu mueve a los Apóstoles a dejar Jerusalén (Hch 8, 26-39), a la comunidad de Antioquía a escoger a Pablo y Bernabé y enviarlos; a Pablo a romper con las tradiciones y a fundar una Iglesia universalista, más allá de las estrecha cultura judía… Hoy necesitamos un nuevo dinamismo, que nos lance a los nuevos desafíos del mundo de hoy, pero no será fruto de planificaciones, sínodos, encuentros… será fruto del Espíritu.

7.- Diálogo: Cuando estamos movidos por el Espíritu podemos entrar en diálogo profundo, yendo más allá de las apariencias y superficialidades. El Espíritu produce hombres inspirados, capaces de hablar lenguas (Hech 2, 4), es decir, de entenderse, más allá de las diferencias lingüísticas y culturales;

8.- Alegría: La alegría del Evangelio. “Les comunico una buena noticia, les ha nacido un salvador”

9.- Resiliencia, capacidad de resistir: A veces parece que el Reino de Dios no llega. ¿En qué ha quedado la promesa? Para el Señor mil años son como un día (2Pe 3, 3-9).

10.- Gratuidad: Contraposición entre la lógica de los perfumes y del dinero, de la gratuidad frente a eficiencia, como en la contraposición entre la lógica de Judas y la mujer que derrama el bote de perfume en los pies de Jesús (Mc 14, 3-9).

Es el mismo Espíritu de Jesús que habita en su Iglesia. “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. “Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”.

Cuando pierde el Espíritu, el discípulo divaga (inventa su propia Iglesia) o se convierte en un cadáver, supuestamente fiel, pero muerto, sin vida, sin una palabra iluminadora, sin signos de liberación, sin comunión auténtica, sin misión. La Iglesia, si es habitada por el Espíritu, no tendrá miedo a innovar, a dar respuestas nuevas a problemas y situaciones nuevas. Respuestas que ella no las daría por sí misma, como en el caso del concilio de Jerusalén, pero que, llegado el momento, se siente con autoridad para darlas.

P. Antonio Villarino

Bogotá

Oración de la Familia Comboniana junio 2022

Comboni
Comboni

Para que la celebración del 19° Capítulo General de los Misioneros Combonianos traiga abundantes frutos de alegría y entusiasmo misionero en el redescubrimiento de la experiencia carismática de San Daniel Comboni, para hacer presente hoy el misterio de la gracia que le fue concedida en la misión a las periferias de la experiencia humana. Oremos.

Una alegría resistente

Jesus

Un comentario a Lc 24, 46-53 (29 de mayo de 2022; Ascensión del Señor)

Leemos hoy los últimos versículos del evangelio de Lucas, que sorprendentemente termina con las siguientes palabras:

“Se volvieron a Jerusalén con alegría y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios”.

El mismo Lucas en su segundo libro, Los Hechos de los Apóstoles, explica un poco más el ambiente que reinaba en aquella primera comunidad de discípulos cuando el Maestro ya no estaba con ellos:

“Unánimes y constantes, acudían diariamente al templo, partían el pan en las casas y compartían los alimentos con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y se ganaban el favor de todo el pueblo”.

Alguien ha dicho que esta descripción lucana del ambiente positivo, alegre, orante, fraterno y lleno de “bendición ” de las primeras comunidades es una visión utópica y poco realista, porque la realidad suele ser bastante más prosaica y llena de sombras, sin que falten los conflictos, las traiciones y los pecados.

Pero Lucas no ignora esta realidad. Por el contrario, en el texto que leemos hoy, se nos recuerda que “el Mesías padecerá”. De hecho, Jesús padeció y murió, fue insultado, traicionado y negado. De hecho, padecieron los primeros discípulos, que fueron perseguidos y asesinados y contaron también con traidores y pecadores entre sus filas.

Así sigue sucediendo también con nosotros. La vida no siempre es de color de rosas. La vida es una lucha, en la que no faltan los sufrimientos, las separaciones, las batallas perdidas, las traiciones y los pecados, propios y ajenos. Pero nada de eso tiene la última palabra. Jesús concluyó su paso por este mundo bendiciendo, encomendando a los suyo la misión que tenía en el corazón y prometiendo el Espíritu Santo. Por eso la Ascensión es una separación, pero con una presencia que continúa, una presencia que da alegría, fidelidad, misión.

En cada etapa de nuestra vida personal o familiar, en cada época de la historia tenemos que renovar nuestra fe en esta promesa del Espíritu, en el triunfo de Dios, en la victoria del amor, de la verdad y del bien. En esa promesa y en esa esperanza está anclada nuestra fidelidad, nuestra alegría y nuestra determinación de continuar la Misión. Ante cada nueva batalla sabemos que el Espíritu prometido por Jesús no nos fallará, sino que estará con nosotros y nos impulsará a ser testigos y anunciadores de cambio y conversión.

Esa certeza íntima nos da una alegría resistente, que no se apaga y nos lleva a vivir siempre bendiciendo, anunciando el perdón de los pecados, testimoniando el permanente amor misericordioso del Padre de Jesús y padre nuestro, creando fraternidad, hasta que concluyamos, como Jesús, retornando al seno del Padre, donde ninguna vida se acaba sino que se transforma.

P. Antonio Villarino

Bogotá

Testimonio David Aguilera en el día de África

LMC Etiopia

Os queremos compartir este testimonio que nos ha enviado nuestro querido compañero David en este día de África para la ONG española AMANI que apoya a los LMC:

Querida familia de AMANI.

En el día de África, esa tierra de esperanza querida por aquellos y aquellas que vivimos esta vocación, quería hacerme presente para compartir un regalo del cielo.

En mi último periodo en Etiopía, cargado de dificultades como la situación política, la guerra, los desplazados y refugiados, recibimos también el regalo de una vocación etíope Comboniana con la que pude compartir vida y proyecto.

El entonces escolástico Abreham, que estudió por cierto en Perú toda la teología, fue llamado a la tierra Gumuz a hacer su experiencia misionera.

Si ya es una zona difícil, siendo etíope aún lo es más, puesto que el conflicto étnico le podría afectar a él negativamente. Cualquier en su lugar se habría negado, por poder convertirse en un objetivo de los rebeldes. Él reconoce que llego con miedo, y nosotros también lo teníamos por él.
Pero la confianza en Dios fue más grande.

Pronto comenzó a involucrarse en la ayuda a los refugiados, acogida a los niños huérfanos, ayuda a tantas familias rotas y desestructuradas por la guerra a través de la creación de un macro huerto donde dar trabajo a los jóvenes y permitirles sustentar a las familias y que les permitiera volver a retomar la escolarización para alcanzar el último grado de educación obligatoria (ya que no tenían que trabajar todo el día como en el resto de los trabajos, además de que se les animaba a escolarizarse, se les pagaba la matrícula y se les compraba el material escolar).

Salvar África con África. Por un lado, luchar por la tierra Gumuz para que recupere la esperanza a través de procurar el sustento de todas las familias necesitadas a través del trabajo de los jóvenes y sanos, comprometiéndose a la vez a volver a estudiar para mejorar su futuro.
Y dos, un etíope que podría ser según sus cánones de la Etnia enemiga, siendo el que les tiende la mano, los acoge y los libera de tantos prejuicios.

La experiencia fue preciosa. La empezamos los dos y hoy la continua él.

Hace poco fue ordenado diácono. En vez de elegir su iglesia parroquial, la casa Provincial o una de más fácil acceso para su propia familia, decidió ordenarse en su tan dura parroquia de Gumuz. Su “Abba Abreham” hacia una apuesta clara por ellos, los olvidados de Etiopía.

Os adjunto fotos de los jóvenes a los que sigue ayudando.

El dinero que AMANI envía de las colaboraciones de los socios es precisamente para esos proyectos. Ya haré un relato más detallado de todos ellos para compartirlo con la familia AMANI.

FELIZ DIA DE ÁFRICA.

-David Aguilera, Laico Misionero Comboniano-

¡Feliz Día de África a todos!

¡”Ma Kitelakapel”!

LMC Kenia

¡¡¡¡Crónica tragicómica desde Pokot Occidental, Kenia: episodio uno!!!!

¿Por qué “tragicómico”? ¡Porque, aún sin quererlo, ya sé que va a ser un poco así… y por eso, aquí, me gustaría compartir con vosotros las alegrías y los sufrimientos de mi estar aquí!

EN RESUMEN

– el grupo de Laicos Misioneros Combonianos (LMC) en Kenia es un grupo vivo y acogedor, estoy feliz de formar parte de él

(El padre Maciek y algunos LMC kenianos en mi primer domingo en Nairobi)

– Durante unos tres meses seré huésped de los Padres Combonianos en Kacheliba. Tengo que aprender el idioma local, el pokot (recibiré clases todas las mañanas), y tratar de entender bien cómo funcionan las cosas aquí. Más tarde, junto con otra LMC keniana, Josephine (que también está aquí), me trasladaré a nuestra nueva casa en Kitelakapel, a 15 km de aquí, para empezar nuestras actividades a tiempo completo.

Nuestra casa está casi lista.

– Durante este periodo también nos dedicaremos a estas actividades:

1) Producción de zumo de tamarindo: hay muchos árboles de tamarindo en esta zona. Hemos puesto a algunas señoras de la capilla de Kitelakapel a recoger estos frutos. Ya hemos vendido una pequeña cantidad en Nairobi, ahora tenemos que prepararlo todo para poder seguir haciendo zumo. Será una forma de autofinanciarnos un poco como grupo de Laicos Misioneros Combonianos de Kenia.

(¡nuestro tamarindo!)

(nuestros laicos vendiendo zumo de tamarindo, mantequilla de cacahuete y miel después de la misa en Nairobi)

2) Participación en la jumuiyya/grupos parroquiales/asociaciones: recorreremos los distintos grupos de la parroquia, especialmente en la zona de Kitelakapel, para conocer a la gente, crear vínculos, entender bien las distintas realidades de la parroquia, y ver qué necesidades hay, para entender también en qué tipo de actividades podemos implicarnos, o posiblemente qué nuevas actividades proponer, especialmente en el ámbito pastoral.

3) Actividades en las escuelas: nos reuniremos con los directores de algunas escuelas cercanas a Kitelakapel, para ver si es posible dar algunas clases a tiempo parcial, tal vez a cambio de una pequeña contribución (para tener algo extra para mantenernos)

4) Establecer las bases de nuestra comunidad, preparando nuestros “estatutos” y otros documentos necesarios.

Tal vez nos convirtamos en tres. En julio, es posible que se incorpore otro comboniano ugandés. Para esto, en particular, contamos con sus oraciones (¡porque sería una gran ayuda, dada la montaña de trabajo que tenemos por delante!)

CON MÁS DETALLE:

“Polepole ndio mwendo” dicen los Waswahili (hablantes de swahili). Significa, más o menos, ‘el que va despacio, va firme y llega lejos’…. Y así, me gustaría tener ya grandes logros que enumerar, pero por desgracia, o por suerte, las cosas se mueven muy, muy lentamente aquí. Acabo de llegar y se me pide, con razón, que entre en esta realidad de puntillas, polepole, porque, por mucha experiencia que uno tenga ya -y yo tengo muy poca-, cada realidad es diferente, y aquí, entre otras cosas, todo el mundo está, con razón, muy ocupado, por lo que no puedo esperar que se me explique todo de inmediato, ni que me implique de inmediato en todas las actividades posibles e imaginables.

A mi llegada, fui recibida con gran afecto y entusiasmo por los laicos combonianos kenianos, que inmediatamente me hicieron sentir como en casa. Es bueno sentir que no estoy sola, sino que, juntos, caminamos hacia un objetivo común.

Desde Nairobi, me trasladé a Kacheliba, a unos 15 km de donde voy a vivir, Kitelakapel. El funcionamiento aquí es el siguiente: Kacheliba es la sede parroquial principal, pero la parroquia abarca una zona muy amplia con muchas comunidades, pequeñas capillas (a veces parecen casas diminutas, ¡y en realidad son “iglesias”!), a menudo alejadas. Actualmente hay dos padres y un diácono. Y no pueden multiplicarse como los cinco panes y los dos peces (a no ser que intervenga el Espíritu Santo…) por lo que el trabajo es realmente mucho. Kitelakapel es una de estas comunidades, pero a los padres les gustaría que se convirtiera, tarde o temprano, en una parroquia, por lo que, además de la pequeña iglesia (más grande que las capillas que he mencionado anteriormente), hay una casa donde los padres se detienen a dormir a veces, si es necesario, y que podría convertirse, en el futuro, en el hogar de los padres de la nueva parroquia. No muy lejos, en la misma “calle” (si se puede llamar así), la construcción de otra casa, donde nos alojaremos los laicos combonianos, está ya casi terminada. Es una casa bastante grande (¡confiamos en la llegada de nuevos misioneros laicos!), con mucho espacio alrededor, para construir también un hospital (y, espero, al otro lado, también un parque infantil para organizar actividades con los niños. ¿Cómo podría negar mis orígenes salesianos?).

(nuestra pequeña iglesia en Kitelakapel)

(Misa en la capilla de Mtembur)

(nuestra casa por dentro y por fuera, ¡casi terminada! Parece un Gran Hotel, pero por suerte por dentro es mucho más sobria de lo que parece eheheh!)

Me acompañará en esta aventura Josephine, la laica keniana que, como yo, dio su disponibilidad para esta misión, y así, juntas, el 29 de abril, prácticamente fundamos esta nueva comunidad internacional de Laicos Misioneros Combonianos. Ella es nativa de estos lares, y habla pokot, y por ello le estoy verdaderamente agradecida, por la ayuda que podrá prestarme para entender no sólo el idioma, sino también para evitar posibles errores o malentendidos relacionados con mi desconocimiento de la cultura local.   

  (Josephine con la falda tradicional Pokot, la ‘loruà’)

(¡la nueva comunidad internacional de LMC en Kitelakapel!)

Cuando la construcción de la casa esté completamente terminada, Josephine y yo nos trasladaremos definitivamente a Kitelakapel. De momento, sin embargo, estamos en Kacheliba, tanto porque la casa aún no está lista como porque tenemos que hacer el curso de pokot (en mi caso) y experimentar algo de vida comunitaria aquí con los padres.

Esperando no haberos aburrido, os envío a todos un fuerte abrazo y un cordial saludo.

¡¡¡¡¡Ah, importante: GRACIAS!!!!!   

Agradezco sinceramente a todos los que han contribuido con sus donaciones a poner en marcha esta nueva comunidad. Me resulta muy embarazoso vivir de la caridad de otros, es una situación nueva para mí, pero para todo, nuestra propia supervivencia, los gastos para poner en marcha la comunidad y cualquier proyecto/actividad con la gente, ahora dependemos de la Providencia. Lo “bello” de esto es el hecho de que, de alguna manera, esto significa que el florecimiento de esta nueva comunidad cristiana en Kitelakapel será el fruto de un esfuerzo compartido: por mi parte y la de Josephine, con nuestra presencia directa, y por parte de quienes nos apoyan, a través de su contribución indirecta. Se convertirá en un esfuerzo de equipo. ¡¡¡Muchas gracias!!!    

Linda