Os dejamos un video sobre Carapira. Muestra la realidad de la escuela industrial, y la presencia de la familia comboniana y en particular parte del trabajo de nuestra querida comunidad internacional de LMC.
Experiencias misioneras
Asistencia sanitaria nómada
La misión de Dadim se ubica en la remota zona Borana, en el lejano sur de Etiopía, cerca de la frontera con Kenia. El nombre Dadim proviene de “dakkaa diimaa” que significa piedra roja, y el nombre es obvio en cuanto pones tus pies en el brillante suelo rojizo de Dadim por primera vez. La carretera que viene de Awassa es bastante buena hasta el cruce para la misión, ya que es la principal ruta asfaltada que conecta Etiopía con Kenia. Pero para recorrer los últimos 11 km hasta la misión se tarda 1 hora en un buen 4×4 en la estación seca, pues en la época de lluvias no se puede llegar. Aquí están dos padres: el P. Boniface (Kenia) y el P. Lede (Holanda), y tres hermanas: Anila, Annie y Shirley que son de la India. Juntos llevan la parroquia, la escuela, el centro comunitario y el consultorio. El P. Lede lleva gran parte de su vida aquí en Dadim, llegó en 1973 a petición de los ancianos Borana para establecer la educación primaria en la región. Sus dos primeros años durmió en una tienda. Aunque los ancianos Borana no tenían una educación formal, si pensaban que la educación era una prioridad y esperaban que un mayor nivel educativo pudiese preparar mejor a sus niños para hacer frente a los cambios que afectaban a los pastores como grupo. Después de fundar la primera escuela, la atención se centró en la salud y en 1981 comenzaron los primeros servicios de asistencia sanitaria. La ubicación de Dadim fue elegida porque estaba en “tierra de nadie”, situada entre las zonas de pasto y los principales puntos de agua de los tres grupos étnicos que se dedican al pastoreo: Borana, Guji y Ghabra. Esto significaría que los tres grupos podrían tener acceso pacífico a los servicios sanitarios y de educación, con los estudiantes permaneciendo en su entorno y por tanto en contacto con su estilo de vida indígena de pastoreo
Al entrar en el consultorio de Dadim hoy, tras 30 años de Desarrollo, nos quedamos muy impresionados con la cuidada organización. Sin embargo nos sorprendimos de ver que sólo 15 pacientes lleguen por tratamiento un día cualquiera a pesar de ser el principal centro de salud en un área aproximada de 27.000 habitantes. Esto se deba a que el pueblo Borana es tradicionalmente pastor (son pastores semi-nómadas ) y sobre todo durante la estación seca se mueven de un lugar a otro buscando pasto y agua para sus animales.
El Ganado y los camellos son fundamentales en su estilo de vida. En la época seca toda la preocupación de los Borana se centra en el agua y el pasto – los dos recursos vitales para mantener sus rebaños y por tanto su subsistencia. Los Borana han desarrollado un complejo sistema de gestión y de reglas sociales para los derechos de acceso, control y desarrollo sostenible de los dos valiosos recursos: agua y pasto. Como en la época seca el agua escasea, ellos empacan sus pocas posesiones y sus sencillas chozas de paja y se desplazan para acercarse a las valiosas últimas fuentes de agua como son los agujeros y pozos excavados a mano. La dieta de los Borana se basa sobre todo en la leche (de vacas, camellas y cabras). El ciclo anual de las estaciones secas y de lluvias se puede ver en el aspecto físico (y subyacentemente en la salud) tanto de las personas como de sus rebaños. Ambos pasan de estar rollizos a consumidos, de enérgicos a raquíticos conforme pasan de la estación lluviosa a la seca.
Dado el estilo de vida de los pastores, la atención sanitaria es cuanto menos un reto. El consultorio Dadim es el eje central, pero el programa de atención sanitaria implica un gran despliegue hacia fuera para el cuidado de la salud comunitaria. Por esta razón tres días a la semana el personal sale a buscar a los Borana donde quiera que estén, llevándoles cuidado prenatal, vacunaciones y cuidado a pacientes agudos ¡en la mitad de ninguna parte!. En realidad no están en medio de ninguna parte (la consultorio tiene 15 puestos de salud con una red de agentes de salud comunitarios que movilizan a la gente hasta los puestos), pero parece que lo fuera.
Cuando estuvimos visitando Dadim acompañamos a las hermanas y al personal a uno de esos remotos puestos de salud. Fue una aventura encontrar el camino (o más bien hacer nuestro propio camino) a través de los árboles de Acacia que cubren la sabana. Nauseas fue el tema central en nuestro viaje en el todoterreno sacudiéndose arriba y abajo sobre el paisaje esculpido por el agua. Cuando llueve aquí, en la sabana, llueve muy fuerte, tan fuerte que la tierra seca se convierte inmediatamente en una zona inundada y la violenta corriente de agua daña la tierra. Durante el trayecto vimos liebres gigantes, pequeñas gacelas dik dik (del tamaño de un pequeño perro), hermosas cebras y por supuesto un montón de camellos.
Finalmente llegamos a nuestro destino – un pequeño conjunto de chozas de barro sobre la cresta de una colina. Aparcamos el coche bajo la sombra de un árbol y comenzamos a descargar mesitas, sillas, libros de registro, una nevera portátil con las vacunas y otros materiales. Vimos mujeres y niños subiendo la colina desde todas direcciones. Cuando algunos de los niños mayores vieron a las Hermanas las llamaron cariñosamente “¡Yoya!” (que significa te abrazo). Había una choza vacía que pareció adecuada para las vacunaciones de los niños, otra para el cuidado prenatal y los cuidados a los enfermos agudos se hicieron en la parte de atrás del vehículo.
El pueblo Borana es completamente diferente de la étnia Sidama con la que nosotros trabajamos y vivimos en Awassa. Las mujeres Borana usan ropas de fuertes colores y grandes collares de cuentas, y tienen a sus bebés dormidos con sus caritas sudorosas, envueltos con telas llenas de colorido.
Las mujeres vienen tanto de lejos como de cerca, y se pasan la mayor parte del día a la sombra del árbol, riendo y charlando con las demás. Había un enfermero de salud pública, del pueblo Borana, que en un determinado momento y aprovechando que estábamos todos reunidos dio una lección de concienciación/sensibilización sobre el VIH/SIDA donde habló de las ventajas de hacerse el test voluntariamente. Al cabo del día más de 150 mujeres llegaron a esta clínica móvil.
Este tipo de atención sanitaria ambulatoria tiene grandes retos, prácticos, financieros y clínicos. A veces las Hermanas y el personal acaban viajando por carreteras pésimas durante más de 90 km, trabajando todo el día bajo un calor abrasador y sin un almuerzo adecuado. Además los gastos de combustible, vehículos y las bonificaciones que se le pagan al personal, hacen que estos viajes sean muy caros. La calidad de la atención ofrecida en estos puestos de salud dispersos es baja sin un lugar adecuado donde realizar los exámenes a los pacientes, equipamiento limitado y sin un laboratorio. El consultorio Dadim está trabajando para cambiar el modelo de salud mediante la formación de una red de promotores de salud (como en las parteras tradicionales) que en realidad vivan en las comunidades Borana. También están fortaleciendo los servicios que se ofrecen a través del consultorio central. Ahora tras décadas apoyando al pueblo para acabar la educación superior en salud, 20 de los 22 sanitarios son Borana. Esto significa que los Borana están sirviendo a su gente, trabajando juntos para construir una sociedad más fuerte. Así que como el estilo de vida del pastoreo cambia inevitablemente, los Borana estarán mejor equipados no solo para aceptar los cambios sino para ayudar a trazar su propio rumbo.
– Maggie, Mark y Emebet Banga, Laicos Misioneros Combonianos, Awassa, Etiopia
¡16 años caminando como LMC!
El 25 de enero de 1998 en la casa de los Misioneros Combonianos de Maia (Oporto), comenzó la aventura de los Laicos Misioneros Combonianos en Portugal. Muchos fueron los que asistieron a esta primera reunión, y Dios quiso que, con el esfuerzo de algunos, esta aventura estimulante continúe hasta hoy.
En la actualidad, los LMC, dentro y fuera de sus fronteras, dan testimonio de Cristo como St. Daniel Comboni. De hecho, para nosotros “no hay ni Judío ni Griego, esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Ga 3, 28), por eso debemos anunciar a Cristo – Luz del mundo y Alegría de la humanidad – a todos los hombres y mujeres. Para nosotros, esta llamada desafiante pasa por el anuncio explicito, así como también por el desarrollo y la promoción humana.
16 años después, somos parte de la gran Familia Comboniana y, en particular, de la gran familia LMC extendida por todo el mundo. Hoy, queremos dejar un agradecimiento a todos los que “sembraran y cuidaran” esta semilla LMC y a todos los que, con nosotros, siguen viviendo esta apasionante aventura que nos hace atrevemos a ir más lejos por los caminos de la misión.
por Susana Vilas Boas
Un gran día para la jardinería
Desde 2010 Mark y Maggie hemos trabajado con la Universidad Católica y el Grupo de Estudiantes del Colegio Católico. Tienen un comité de líderes estudiantiles muy activo con muchas ideas y energía a los que acompañamos los adultos haciendo de mentores. El grupo de este año es especialmente dinámico. En 2014 se abrirá un nuevo centro Católico aquí, en la ciudad de Awassa, que tendrá una parroquia, una guardería, y lo más importante: el flamante nuevo centro juvenil diocesano. Por ello pensamos que sería genial que los jóvenes se involucraran desde el principio dándole vida a esta obra que pronto será un centro pastoral.
Así que nos acercamos al grupo de estudiantes para ver si ellos querían tomar parte en el diseño y plantación de los jardines que rodean la Iglesia. Les encantó la idea, y enseguida se pusieron a preparar el proyecto con muchas ganas e iniciativa. En muy poco tiempo formaron un pequeño comité con estudiantes de ingeniería y agricultura, inspeccionaron el lugar, tomaron medidas, visitaron algunos bonitos jardines de la ciudad para inspirarse e hicieron un boceto del diseño. Un estudiante dedicó un día entero de viaje para ir a tres horas de distancia para seleccionar y comprar las plantas. Otro estudiante visitó el terreno el día anterior y dibujó el plano en el suelo. Y el último sábado los estudiantes llamaron a sus amigos y… ¡vinieron unas 40 personas y lo plantaron todo de una vez!. Los dividimos en pequeños equipos y con sensación de caos controlado comenzó el trabajo: azadas balanceándose, palas cavando, estiércol volando y plantones cayendo en la tierra. Reímos, cantamos y antes de darnos cuenta el día se acabó. 1200 plantas y flores en su sitio. Así que nos sentamos en la sombra y compartimos plátanos, pan y refrescos. Todo el mundo estaba contento con el buen trabajo del día.
De aquí a unos años, cuando los setos estén frondosos y los árboles sean altos, los jóvenes que en su día colaboraron miraran y sonreirán silenciosamente sabiendo cómo ocurrió todo. Y lo más importantes es que habrán aprendido una gran lección – Podemos lograr grandes y bonitas cosas si estamos dispuestos a esforzarnos y trabajar juntos.
– Maggie, Mark y Emebet Banga, Laicos Misioneros Combonianos, Awassa, Ethiopia
Feliz Navidad desde Aber
La Navidad es una presencia, una presencia de amor. Este es el estilo de Jesús eligió para su misión, este es el estilo que se supone que debemos también tener en nuestra vida como misioneros… ¡dondequiera que estemos! Desde que llegamos aquí en agosto de 2011, siempre hemos tratado de ser una presencia que pueda despertar signos de interrogación en la vida de las personas, es muy difícil dar respuestas a causa de las diferencias que tenemos, pero al menos podemos dar testimonio con nuestro estilo de vida como familia, médico, educador, padre, madre, esposo, esposa y cristianos.
Esta es la razón por la que nunca quisimos hacer proyectos muy grandes, construir estructuras y cosas así.
Jesús no vino con dinero… Él vino pobre, Jesús no construyó templos… sino el templo de su cuerpo. Viviendo aquí ahora por un tiempo bastante largo, tenemos la posibilidad para comparar nuestro estilo con el estilo de algunas organizaciones no gubernamentales… para nosotros, que no tenemos ningún objetivo inmediato que alcanzar, simplemente podemos hacer nuestro trabajo y vivir nuestra vida de la mejor manera posible. Si tuviéramos que valorar la vida de Jesús por los resultados que obtuvo, se puede decir que no lo consiguió. Pero sabemos que no es así.
De la misma manera, nos cuesta ver que en el hospital las enfermeras se muestran perezosas a pesar de Maria Grazia trata de hacerles entender que deben estar más comprometidas por el bien de los pacientes, o no es gratificante cuando fijamos una reunión de la comisión de justicia y paz y no viene nadie… pero estamos seguros de que este es el camino correcto para estar presente entre estas personas.
Así que, donde quiera que estés viviendo en este momento, os deseamos que seáis sea una presencia de amor para las personas que te rodean. Sin importarte los resultados que consigas, pero tratando solamente de dar lo mejor siguiendo los planes que Dios preparó para ti… de la misma manera que Jesús intentó (y logró) hacer la voluntad del Padre!
Necesitamos sentir presencias de amor a nuestro alrededor, estamos llamados a ser presencia de amor entre las personas.
Feliz Navidad desde Aber (Uganda).
Por Marco Piccione