Laicos Misioneros Combonianos

Ha pasado más de un año desde que llegué a África

A veces la gente me pregunta si echo de menos Polonia, la familia o los amigos. Bueno, reconozco que es absolutamente normal tener nostalgia. Algunos días me gustaría poder ver a mi familia y amigos y hablar con ellos, pero luego viene la idea de que me gustaría que fuera sólo por un momento, después del cual me gustaría volver aquí, a África. Esos pensamientos no aparecen muy a menudo, rara vez tengo tiempo para sentarme y pensar; siempre es mejor vivir aquí y ahora, porque el tiempo vuela sin piedad. Estoy escribiendo sobre las añoranzas porque hace unos días celebré el primer aniversario de mi llegada a África, por lo que un montón de recuerdos vinieron a mi cabeza.

En resumen, este año ha sido rico en nuevas experiencias, nuevas personas, lugares y culturas. Fueron hermosas e imposibles de describir al máximo todas las situaciones, sentimientos y recuerdos. De todas maneras la mayoría de ellos los podéis encontrar en mi blog. ¡Gracias a Dios por este tiempo!

He pasado las últimas dos semanas trabajando como de costumbre. El área de la fisioterapia ha mejorado mucho. Durante mi tiempo aquí todo el mundo se ha ido acostumbrando y ahora la cooperación con los médicos y las enfermeras es más fluida. Me ayudó mucho el recibir el equipamiento desde Polonia, por lo que les doy las gracias una vez más.

 

LMC en Etiopía: Maggie, Mark y Emebet Banga

Maggie, Mark and Emebet

¡Saludos desde Etiopía! Somos Mark, Maggie y nuestra hija Emebet. Somos LMC de Canadá y trabajamos en Awassa, Etiopía, desde hace 4 años. Los Padres, Hermanos y Hermanas Combonianas de Etiopía nos han acogido con mucho cariño y realmente nos sentimos parte de la Familia Comboniana.

Nosotros nos unimos a los LMC motivados por nuestra fe y nuestro deseo de dejar más sitio en nuestros corazones a Dios. Nos sentimos llamados a darnos más en esta manera concreta en una misión multicultural.  Sentimos esta invitación como un joven matrimonio, y así sencillamente, dijimos “Sí” con mucha emoción e ilusión. Nuestra vida misionera ha sido plena y estamos agradecidos a Dios por todas las bendiciones que nos ha dado. Nuestra mayor bendición ha sido nuestra hija Emebet, a quien hemos adoptado aquí en Etiopía. Ahora tiene 2 años y cada día somos conscientes del gran regalo que Emebet ha supuesto en nuestras vidas, y nosotros en la suya.

Maggie trabajó durante nuestros primeros años aquí en el Centro de Salud Católico Bushulo, a unos 7 km al sur de Awassa, aprovechando su formación en medicina natural (Naturopatía), práctica clínica y actividades de salud pública. Ahora Maggie es mamá a jornada completa cuidando a Emebet (¡el más noble y divertido de los ministerios!). Mark trabaja en la Secretaría Católica de Awassa, la principal oficina de coordinación de la Diócesis de Awasa, que cubre el sur de Etiopía. Es el responsable de los programas sociales y de desarrollo de la Iglesia Católica en esta diócesis, incluyendo educación, salud, agua, promoción de la mujer, emergencias y otros servicios sociales para los más pobres. Juntos, como marido y mujer, tenemos además otros ministerios como trabajar como orientadores en el Colegio Católico y en la Asociación de Estudiantes de la Universidad de Awassa, facilitando la organización de encuentros y retiros en el Centro de retiros Getsemani, dando clases de arte en un orfanato local y enseñando Teología del Cuerpo.

Es difícil precisar dónde empieza nuestro trabajo y dónde acaba nuestro tiempo personal, y damos gracias por ello. Esta es una consecuencia de la vida misionera, dónde nuestro trabajo es nuestra vida y dónde nuestra vida es nuestro trabajo, y en ambos intentamos darnos a Dios.

La situación a nuestro alrededor es de pobreza severa y miseria con necesidades aparentemente sin fin. Las demandas que hacen y los rostros de las personas que viven aquí son reales, y nos desafían porque no siempre podemos tenemos respuestas. A veces reímos y a veces lloramos, y otras veces nos miramos con los ojos muy abiertos sin saber qué hacer. Pero a través de todos estos encuentros estamos creciendo y cambiando, intentando vivir  “codo con codo” con nuestros hermanos y hermanas etíopes. Esta es nuestra alegre lucha de cada día. Los posts y reflexiones que compartiremos con vosotros son la historia de nuestra experiencia LMC. Rezamos para que Dios continúe transformándonos, tanto a vosotros como a nosotros, en las personas que fuimos creados para ser.

Maggie, Mark y Emebet

Laicos Misioneros Combonianos

Awassa, Etiopía

 

El sueño de Dios en nosotros

“La posición de un discípulo misionero no es el centro sino la periferia.”

Papa Francisco

Lourdes Vieira

Me encuentro hace seis meses en esta inmensa periferia de Contagem continuando la misión que Jesús nos confió como LMC. Cuando llegué aquí, me asusté pensando en que podría ayudar, porque me di cuenta de que la comunidad caminaba pastoralmente bien, cada área con su coordinador, todo funcionaba bien.

“Pero cuando silenciamos el corazón, ¡Dios habla!”

Claro, estaba el acompañamiento vocacional de los candidatos a ser LMC, pero como sabemos los vientos no son de muchas vocaciones, sobre todo en este nuevo contexto por el que pasa nuestra economía brasileña. Pero cuando silencianos el corazón ¡Dios habla! Hay un dicho del pueblo Macua de Mozambique que dice: “Yakhala enokhala mmurimani, ekoma khoniwa” (Cuando hay ruido en el corazón no se oye el latido). Entonces, un bonito día de oración, me puse en manos de Dios y le pedí al Espíritu Santo, con mi permiso, que me pusiera al servicio de los hermanos de las afueras de Minas Gerais.

Por consiguiente, era necesario formarse en algo nuevo. Estudié Masaje terapéutico y adquirí algunas nociones de Biomagnetismo con el padre Jorge y Regina que me ayudaron con alegría.

“En los pequeños gestos me voy encontrando con la realidad de este pueblo…”

Ahora atendiendo a las personas en la Casa Comboniana y en el Centro de Estudios de las Hermanas de Pampulha, siento que sólo es necesario entregarse y el resto le corresponde a Él. La Pastoral del niño también hace parte de esta llamada, en estos días estamos terminando un curso de capacitación para los nuevos líderes, esta vez no tan preocupada por los niños malnutridos (como en Mozambique) sino por los niños con obesidad  de cero a seis años de edad. En este momento estamos trabajando con 8 grupos, ayudando a 200 familias y alrededor de 300 niños que son acompañados por la Pastoral del Niño, aquí en el área de la parroquia. En los pequeños gestos, me voy encontrando con la realidad de las personas que buscan felicidad, salud y seguridad, ¡vida en abundancia!

La misión de hoy ya no es sólo el deseo de ser misionero, sino también la necesidad de formación para los rápidos cambios que están sucediendo y no siempre estamos dispuestos a abrir de nuevo la cabeza sentarnos en los bancos de una escuela para servir mejor a los hermanos y hermanas.

Por supuesto, no podía dejar de hablar del Papa Francisco. He estado en Aparecida do Norte para una reunión de la Pastoral del Niño y pude verle de cerca, a los pies de la patrona de Brasil, y en la emoción de las palabras de nuestro pastor recé por todos los que se pierden en las drogas, las familias y por tener más vocaciones en la Iglesia. Así continuamos en esta camino, ¡juntos!

Por María de Lourdes Vieira – LMC Brasil Ipê Amarelo

 

¡Nuestro modo de vivir la misión!

Una reflexión – oración de nuestros amigos Maria Grazia y Marco Piccione, Laicos Misioneros Combonianos de Italia.

CLM family in UgandaLos Piccio (como les llamamos sus amigos) son… papá Marco (el Piccione original), mamá Maria Grazia y sus dos hijos Francesco (de cuatro años) y Samuel (de dos años y medio).

Son una familia de Laicos Misioneros Combonianos de Milán y pertenecen al grupo de los LMC de Venegono Superior (VA)

Viven en Aber (Uganda) desde agosto del 2011, dónde fueron enviados como LMC, fidei donum, de la Archidiócesis de Milán a la Diócesis de Lira (Uganda).

Maria Grazia trabaja como médica en el hospital de Aber, y Marco es educador en el orfanato Santa Clara, trabaja en escuelas y en diversas actividades en los campos social y educativo.

Francesco va a la guardería de la parroquia Santa Josefina Bakhita y Samuel es un niño ugandés que están adoptando. Vive con ellos desde que tenía 10 meses.
Su proyecto en misión es compartir su día a día – trabajo y familia- con la gente que se encuentran cada día, siendo testimonio de responsabilidad, compromiso y cercanía.

Esta reflexión y muchas más cosas podéis encontrarlas en el blog de Piccio, instrumento que utilizan para compartir sus experiencias cada semana con sus amigos italianos (y más gente) que los apoyan y hacen posible su sueño: http://picciouganda.blogspot.it/

 Misión es…

 Misión es… reconocer quien soy (con mi historia, mi cultura, mis habilidades) y este “ser yo” quiero compartirlo con vosotros;

Misión es… compartir una revelación que me hace feliz;

Misión es… cuando me levanto de la cama cada día para renovar el “sí” que dije (como marido, padre, educador, cristiano) y prometo hacerlo lo mejor posible;

Misión es… no esperar cambios en los otros;

Misión es… no tengo ganas pero lo hago de todas formas;

Misión es… no tengo fuerzas, pero sé que puedo tener una reserva extra;

Misión es… no tengo la capacidad, pero lo haré lo mejor posible;

Misión es… tengo miedo pero confío;

Misión es… me cuesta entenderte (y entenderTe) pero me esfuerzo;

Misión es… hacer que los profetas de todos los tiempos continúen viviendo, testimoniando todo lo que hemos aprendido de ellos;

por todo esto, la misión es… crecer desafiándonos a nosotros mismos;

por todo esto, la misión es… con todos;

por todo esto, la misión es… en todas partes;

por todo esto, la misión es… siempre.

La Pastoral del niño (Comunidad Ipê Amarelo)

Psatoral criançaLa Pastoral del niño (pastoral da criança). Celebración de la Vida en la casa de la señora Zita, ejemplo de donación al pueblo de Ipê Amarelo. Margarete y Silvia, después de trabajar toda la semana, se enfrentan al bus abarrotado, pues Ipê Amarelo está en la periferia de Contagem, MG, las dos encuentran las fuerzas  en el amor de Cristo misionero y resucitado para celebrar la vida. Este grupo cuenta también con la participación de otras dos jóvenes, Estefani y Deuslene, voluntarias del propio barrio, para juntos continuar la propuesta de VIDA en ABUNDANCIA

¡MANOS QUE CURAN, QUE LLEVAN CARIÑO, QUE BENDICEN CON EL CORAZÓN ABIERTO!

El padre Jorge Padovan, misionero Comboniano, celebró la Eucaristía y dirigió a los asistentes palabras de ánimo y agradecimiento por los trabajos en la pastoral del niño.

El grupo también reflexionó sobre la importancia de la amistad con las familias a las que se está acompañando, con la integración en el sistema de salud de cada comunidad. Para ayudar a las mujeres embarazadas es necesario que los líderes de las comunidades formen parte de los consejos de sanidad. ¡La pastoral del niño es básicamente un control social para controlar al municipio! Acción, Sanidad, Nutrición y Compromiso Social.

¡BASTAN UNAS PLANTAS DE COL!

Así, si motivamos a las familias a cultivar una pequeña huerta en los terrenos de sus casas, ya se está ayudando a mejorar su salud.

Juntos seguimos los pasos de Zilda en esta bellísima tarea de dar Vida en Abundancia.

Maria de Lourdes Vieira. LMC Brasil