Laicos Misioneros Combonianos

Ecos de la misión LMC

SusanaDesde muy temprana edad quería estar lo más cercana posible a los que nada tienen y, sobre todo, ser una con ellos, para poder ser un puente entre los más pobres de los pobres y sus autoridades locales y por supuesto entre ellos y Europa.

Recuerdo que cuando me fui, con 24 años, a una misión en la República Centroafricana no tenía ni idea de lo que me esperaba. Yo sólo sabía que Dios me estaba llamando y el corazón de África me necesitaba tanto como yo lo necesitaba.

En este sentido, la formación de los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) fue muy importante y me ayudó a confirmar mi vocación de misionera laica y en el carisma de Comboni. En aquel momento yo amaba África, y no concebía la idea de “ser feliz” sin esforzarme activamente por un mundo más feliz, más justo y verdadero, hoy, después de cinco años pasados en el corazón de África, puedo decir que la donación a la Misión me trae algo más que felicidad, me lleva al sentido de la vida, la fuerza para la esperanza en el mañana y, sobre todo, me hace sentir el amor y la presencia de Dios más que nunca, después de todo, estando entre los más pobres del mundo, me siento entre las personas más amadas de Dios.

Olvidados por los hombres

PigmeosEn la República Centroafricana, este país tan olvidado por los hombres y amado por Dios, me integré a lo que fue la primera comunidad internacional LMC: Mongoumba, en pleno bosque, viviendo y trabajando con los pigmeos y los bantúes (no pigmeos).

Una de mis luchas diarias era la lucha para que la creciente deforestación terminase. En efecto, si la tala no cesa, pronto ya no existen pigmeos en la región y los bantúes, que viven en las aldeas, se convertirán en mano de obra barata de aquellos que quieran explotar la región.

Actualmente, debido a esta situación, los pigmeos y los no pigmeos se han visto obligados a vivir demasiado cerca y, por supuesto, el choque cultural – para la que nadie estaba preparado y que se impuso por los intereses de las empresas maderas europeas- ha hecho que los pigmeos vivan en un estado de esclavitud y de total exclusión social. Para ayudar a hacer frente a esta exclusión social, la misión ha creado y gestiona seis escuelas para la integración de los pigmeos. Las escuelas están dispersos por la selva en un radio de unos 60 km. Intentamos, a partir de un método específico, que los niños pigmeos asistan los primeros años de la educación primaria para después integrarse mejor en las escuelas públicas.

Otros problemas que abundan aquí, tienen que ver con la salud. En la medida que los pigmeos viven de la selva, esta, al ser destruida, abre un camino de hambre y enfermedades. Por un lado, de hambre, porque los árboles, que son la dieta básica, son sacrificados. Por otro, de salud, las enfermedades aumentan porque los árboles y las plantas medicinales utilizadas en la medicina tradicional, comienzan a ser difícil de encontrar. En este sentido, y también para ayudar en este camino de integración de los pigmeos en el sistema de salud pública, la misión dirige una clínica de salud. Esta está especialmente dirigida a los pigmeos y a los más pobres de la aldea. Aquí no pasamos consulta, sólo sirve como un puente entre los pacientes y el centro de salud pública, además de dar el apoyo necesario para la toma de medicamentos. Nosotros trabajamos con un enfermero-socorrista centroafricano que nos ayuda a controlar que los pacientes tomen los medicamentos correctos y hacer sensibilización sanitaria en los campamentos de pigmeos.

En esta área, las luchas son más que diarias: ¡son cada minuto! En todo momento nos enfrentamos a errores clínicos graves en el centro de salud pública, que se derivan tanto de la ignorancia y la negligencia de los que trabajan allí como de la discriminación y la falta de conciencia de la importancia y valor de la vida.

En este sentido, hay días que este centro de salud parece producir más muerte que vida. Así que cuando las muertes ocurren “sin tener que pasar”, eso nos lleva a las peleas que a veces terminan en los juzgados y a veces en el Ministerio de Salud.

Dar voz

Escola Pigmea Mirando a este pueblo – pigmeos y bantúes – una se da cuenta de que son simplemente víctimas de la corrupción mundial que ayuda al Gobierno centroafricano a estar más preocupado por los suministros de armas que con la salud y la educación. ¿Cómo podemos, en este contexto, remar contra la corriente? Ciertamente, no es tarea fácil, pero no nos desalienta, por el contrario, nos hace luchar por la vida y la verdadera libertad en este país, teóricamente independiente, sigue sufriendo abusos cotidianos de la colonización.

Hoy en día, la comunidad LMC aquí presente cuenta con la ayuda de los Misioneros Combonianos y las Misioneras Seculares Combonianas. Así en Familia Comboniana, y trabajando desde la comunidad apostólica, se desarrollan proyectos en diversas áreas buscando, con el testimonio de vida, anunciar a Aquel que nos envía a la Misión.

De hecho, la misión, en todas las partes del mundo, necesita testimonios de vida que sean llaves para la liberación de los pueblos. Hoy en día, en la misión, el desafío no es “hacer algo para los demás”, sino “ser alguien con los demás.” La oración sin acción es inútil y lejana a los valores del Evangelio.

Hoy, la misión nos desafía a vivir de acuerdo a los valores que defendemos y en favor de un mundo donde todos, sin excepción, sean considerados, de hecho, hijos de Dios, para que en Él puedan encontrar Vida en abundancia.

Susana Vilas Boas LMC

Las Misioneras Seculares Combonianas se unen a la Comunidad de Mongoumba

PalmiraEl pasado 11 de mayo era enviada en su parroquia de origen Palmira Pinheiro, Misionera Secular Comboniana que tras un periodo de formación en España y Francia junto a los LMC forma parte ya de la comunidad internacional de LMC presente en Mongoumba (RCA).

Palmira, enfermera jubilada, llegó a Bangui (capital de Rep. Centroafricana) ayer martes con las maletas repletas de ilusión y ganas de trabajar junto al pueblo centroafricano. Allí trabajará junto con las LMC Teresa Monzón y Elia Gomes (LMC española y portuguesa) en la misión de Mongoumba. Su incorporación a la comunidad viene a reforzar la presencia misionera en medio del pueblo centroafricano haciendo realidad el sueño de Comboni de ser Cenáculo de Apóstoles en medio del pueblo africano.

Mucho ánimo Palmira en esta nueva etapa de tu vida. Cuenta con todo nuestro apoyo y con nuestras oraciones.

Animación misionera en Meixomil (Portugal)

MeixomilEl fin de semana del 14, 15 y 16 de marzo la comunidad de vida de Oporto se reunió en la casa de los MCCJ de Maia para otro encuentro de animación misionera en la parroquia de Meixomil en Paços de Ferreira. La reunión se inició en oración en el día que se conmemoró el 183º aniversario del nacimiento de San Daniel Comboni. Participando en el carisma de este día tan especial, Dios nos dijo en la liturgia diaria: ” Y el Señor te ha ensalzado hoy para que le seas pueblo único, como él te lo ha dicho, y para guardar todos sus mandamientos;” Deuteronomio 26, 18. Así es como Dios nos ha llamado a otro día de consagración a Él, un día donde nos sentimos felices al ser elegidos para cumplir sus mandamientos, para ser pueblo de Dios.

Embebidos en este ambiente donde compartimos la alegría del don de ser Laicos Misioneros Combonianos, nos anima el ir en busca de caminos de fe teniendo siempre la dicha de vivir en comunión con todos. Compartimos esto con todos los catequizados, la felicidad de tener en común con todas las personas de este mundo este Dios que nos ama tanto, cantamos el cumpleaños feliz a San Daniel Comboni, desafiamos a los jóvenes que se preparan para la confirmación a participar en el proyecto del grupo JIM de Meixomil Ativo.

Durante este fin de semana, en la misma parroquia, también se inició una campaña de recogida de fondos, organizada por el grupo JIM Meixomil activo, para el proyecto ZO KWE ZO – ” Todo persona es persona”. Así, durante el fin de semana dimos voz y compartimos con todas las personas las numerosas dificultades de los pigmeos que todos los días ven vetados algunos de los derechos humanos fundamentales. Aprovechamos esta oportunidad para agradecer a todos los que contribuyeron a que este fin de semana fuera posible, al grupo JIM Meixomil Ativo, al párroco, catequistas y catequizados y toda la comunidad parroquial, que nos recibió muy bien.

Durante este recorrido, siempre estuvo presente la alegría de servir, de ser pueblo de Dios. Como dijo Dios en las lecturas del domingo “Deja tu tierra, tu familia y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré”. Génesis 12:1 Es esta llamada constante de ir a servir sin temor la que nos lleva a dedicar nuestro tiempo cada día a esta tarea, lo que nos hace evangelizar y ser evangelizados. Como dice el Papa Francisco, “Ve, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras, experimentarán que quien evangeliza, se evangeliza, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría”.

por Paula Sousa

[Portugal] Ecos de la reunión de marzo 2014

El 8 y 9 de marzo, se celebró una reunión de formación de los LMC, en la casa de Coimbra. El tema fue “Los documentos de la Iglesia”. La formación fue llevada por la LMC Susana Vilas Boas, sorprendente como siempre. También estuvo con nosotros el P Manuel Lopes.

A pesar de la complejidad y riqueza del tema, la creatividad de las presentaciones hizo que la formación fuera un momento agradable en torno a los textos fundamentales de la Iglesia, motivando el deseo de saber. Reconocemos la importancia de los documentos para vivir la fe y la misión en comunión, como miembros de la Iglesia de Cristo.

El programa incluyó la presentación de los documentos más relevantes para la Misión seguidos por la lectura y discusión en grupo para después compartir todos juntos. Transcribo algunos fragmentos de los textos seleccionados:

  • La humanidad puede tener esperanza y debe tener esperanza: el Evangelio vivo y personal, Jesucristo en persona, es la “noticia” nueva y portadora de alegría que la Iglesia anuncia cada día y de la que es testigo cada día. (Christi fideles Laici)
  • El enviado entra en la vida y misión de Aquel que “se despojó de sí mismo tomando condición de siervo”. Por lo tanto, deben estar preparados e ser fieles toda la vida en la una vocación, a renunciar a uno mismo y a todas tus cosas, y hacerse todo para todos. (Ad Gentes)
  • Con el mensaje del Evangelio, la Iglesia ofrece una fuerza liberadora y creadora de desarrollo, precisamente porque lleva a la conversión del corazón y de la mente, hace reconocer la dignidad de cada persona, fomenta la solidaridad, al compromiso y al servicio por los demás, inserta al hombre en el proyecto de Dios que es construir el Reino de Paz y Justicia, ya en esta vida. (Redemptoris Missio).
  • A cada discípulo de Cristo le incumbe el encargo de propagar la fe, de acuerdo con su propia medida. (Lumen Gentium)

El intercambio fue sintetizado por cada uno, en una palabra, que compartimos en la Oración de la Tarde: compromiso, comunidad, comunión /comunidad, voluntad, corresponsabilidad, humildad, generosidad, misión.

El domingo por la mañana, leímos el mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma. Inquietante y desafiante: “Porque la razón de todo esto es el amor divino: un amor que es gracia, generosidad, deseo de cercanía, que no duda en darse a sí mismo y sacrificarse por sus amadas criaturas. (…) No olvidemos que la verdadera pobreza duele”.

Los momentos de oración marcaron el ritmo de la reunión y dieron sentido y fuerza a nuestros propósitos de comunión y misión en la Iglesia.

En el encuentro no faltó la alegría, el compartir, la música, el sol y las flores…

Por todo esto, ¡agradecemos la bondad de Dios!

Por Patricia

El palacio del aprendizaje

El viaje a París me llevó al “palacio del aprendizaje”, la casa de las misioneras Combonianas da “refugio” a todo aquel que quiere conocer y aprender francés para servir mejor a la misión.

Fue, por tanto, aquí, que me encontré con Palmira. Palmira -misionera secular comboniana- lleva ya dos meses en París estudiando y preparándose mejor para ir a la República Centroafricana, donde se integrará y colaborará con la comunidad LMC presente en el mismo.

Siempre animada, Palmira, espera con ilusión y entusiasmo misionero el momento de su salida y la situación en que se encuentra actualmente la República Centroafricana, lejos de desanimarla, es un estímulo para seguir adelante.

“¿Por qué me preguntan si quiero partir? ¡Por supuesto que sí! Estoy aquí para eso y mi deseo es poder ponerme al servicio en esta misión”- dijo Palmira llena de ganas de seguir adelante.

Durante estos días, conseguimos contactar con Elia que se regocija en la fuerza de Palmira y que se reafirma en su voluntad de seguir compartiendo su vida con este pueblo: “cansancio existe, pero nada me hace querer irme. Si Palmira viene, entonces vamos a estar juntas en este camino misionero. En estos momentos difíciles la familia misionera es mi refugio y auxilio”.

Nos encontramos también con Verónica que, por motivos profesionales, está en Francia desde octubre. Verónica está feliz tanto a nivel profesional como en el plano pastoral, ofreciéndose a ayudar a Palmira en lo que necesite.

Quede aquí mi agradecimiento al P Luciano que me acompañó durante estos días, a las Hermanas Combonianas que tan bien me acogieron, gracias a Verónica por una cena fabulosa que nos dio un buen momento misionero y sobre todo un gran agradecimiento a Palmira por lo mucho que hemos podido compartir estos días.

Dios camina con nosotros en este camino que por Él seguimos rumbo a la misión que Él nos confía.

Por Susana Vilas Boas