Desde pequeños nos interesamos por el mundo y la gente, y durante las reuniones los misioneros siempre nos han dicho de forma interesante que la gente de África y del mundo necesita ayuda, apoyo y conocer a Dios.
Ha llegado un momento en nuestras vidas en que ya no tenemos que ir a trabajar, no tenemos que jugar con los niños, los padres se han ido, y queremos dar algo de nosotros mismos, ser útiles a la gente. ¿Por qué no unirse a los misioneros? ¿Por qué no ir?
Empezamos a buscar cómo y quién podría prepararnos para ese viaje. Había un obstáculo: somos “demasiado mayores”, los preparativos son para los jóvenes.
Mientras tanto, el padre Dawid Stelmach llegó a nuestra parroquia como sacerdote auxiliar. Resultó que era responsable de las misiones en la diócesis de Poznań – y siguió…
Todo empezó a encajar. Pasado un tiempo, el P. Dawid se puso en contacto con Magda Plekan – una LMC de Poznań (desde hace cuatro años en misiones en Etiopía), que no se ha desanimado por nuestra edad y estaría encantada de vernos en Etiopía, pero hay que prepararse. Nos ayudaron en esto los Laicos Misioneros Combonianos de Cracovia – son MISIONEROS – que anuncian a Cristo, no sólo con palabras, sino sobre todo con sus acciones, actitudes, amor a los demás, desempeño responsable de sus funciones, y además su dominio es África.
Fuimos a Etiopía como voluntarios a dos centros dirigidos por las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa – uno en Awassa y el otro en Dire Dawa. Ambos centros son clínicas y centros de atención.
Allí no nos sentimos extraños, teníamos la impresión de no haber viajado mucho.
El camino de un misionero está lleno de sorpresas, no siempre es como nos gustaría. A veces lo inesperado puede frustrar tus planes y expectativas.
Resultó ser una pandemia de coronavirus. Sabemos que Dios nos protege: está detrás de cada uno de nosotros, nos apoya y espera que lo veamos, confiemos y nos sometamos a su voluntad.
Hoy estamos aprendiendo el idioma ucraniano, porque nuestros planes incluyen un viaje a Ucrania, a Kamieniec Podolski, donde contactamos con el sacerdote polaco Marcin. En mayo, el sacerdote vendrá a Polonia y nos ha pedido que vayamos con él a Kamieniec Podolski y descubramos in situ cómo podemos encontrarnos allí. Confiamos plenamente en que así sea, ya que no depende sólo de nosotros.
El idioma ucraniano nos lo enseña el diácono que está en Poznań en preparación antes de su ordenación en mayo de este año en la catedral de Kamieniec Podolski.
Nos presentó las condiciones actuales y la situación en Ucrania, las costumbres, el comportamiento de la gente, un poco de historia.
Esto no es África, sino Europa. Ucrania está en guerra con Rusia y esto es un asunto muy difícil y socialmente delicado para un misionero. Esto pone al misionero en una situación especial en la que, en una Europa civilizada, los estados luchan entre sí.
Hoy en día es difícil entender que en Europa pueda haber de nuevo una amenaza a la paz.
Bogumiła y Andrzej – Laicos Misioneros Combonianos de Polonia