Laicos Misioneros Combonianos

Enviado a Mozambique a compartir a Cristo

 En la capilla de San Juan Pablo II de Cracovia, el LMC Bartłomiej Tumiłowicz fue enviado oficialmente en misión a África.

Bartek

Bartłomiej Tumiłowicz aceptó el reto de ser un misionero laico en el continente, de donde “saldrá la primavera de la Iglesia”, como dijo el patrón de su parroquia, San Juan Pablo II.

    En su homilía, el obispo Robert Chrząszcz se refirió al pasaje evangélico sobre los Apóstoles que querían sentarse junto al Salvador en Su Reino (Marcos 10,35-45), señalando que, para llegar allí, primero hay que ponerse el manto de la humildad durante la vida terrenal: – ¿Estas palabras realmente ponen el mundo al revés? En realidad, no. Sólo es ponerlo en orden. Jesús rompió a menudo los esquemas de pensamiento establecidos para introducir el orden del Evangelio, que era la garantía de la verdadera felicidad. Él quiere liberarnos de los deseos que nos esclavizan. Hoy quiere convencer a cada uno de nosotros de que nuestra grandeza no consiste en dominar y poseer.

El jerarca indicó, por ejemplo, al patrón de la parroquia, que con amor asumió la gran responsabilidad que le correspondía: – “Quien quiera hacerse grande entre vosotros, que sea vuestro servidor”. El patrón de nuestra comunidad parroquial, San Juan Pablo II el Grande. Y sabemos que su grandeza no fue que fuera Papa, sino que fue grande porque tuvo una actitud de servicio. Quiso servir al hombre en el puesto en el que Dios le había puesto. Porque la actitud del servicio no significa esconderse en las sombras, no tomar posiciones o huir de la actividad. Tampoco es necesario cambiar el trabajo por uno más servicial.

Bartek

    El clérigo destacó que esta humildad ayuda a conseguir grandes cosas. Refiriéndose a la tarea emprendida por el misionero laico, señaló: – Sabemos y creemos que Bartlomiej no va allí a reinar para poder llamarse de repente un gran misionero, o para considerarse importante porque “voy a ser misionero”. Él va allí a servir. Por lo tanto, esta misión es grande, muy importante. Cuanto más tengamos esta voluntad de servir, de entregarnos a los demás en nuestro corazón, más grandes seremos a los ojos de Dios.

Por eso hoy recordamos a San Juan Pablo II el Grande y a aquellos otros grandes santos que, con su servicio y su don, mostraron la grandeza de la sencillez y del amor a Dios. Hoy rezamos también por Bartlomiej para que el buen Dios le acompañe, para que comprenda bien este espíritu de servicio, que le será muy necesario allí en su labor misionera. Que pueda abrir los corazones de otras personas a Cristo. Pero empezando por abrir su propio corazón.

Bartek

LMC de Polonia

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