Laicos Misioneros Combonianos

Te envío a ti…

Entre las numerosas celebraciones y eventos importantes que ha experimentado recientemente la familia comboniana, ha estado también el envío del padre Maciej Zielinski, que finalmente parte para la misión. Ha sido el responsable de los Laicos Misioneros Combonianos en Polonia. El pasado domingo el obispo Jan Piotrowski lo envió oficialmente y le dio la bendición pastoral para el tiempo de su servicio en misión. El padre Maciej desde el 1 de enero pertenece oficialmente a la Provincia de Kenia, donde pasará los próximos años, trabajando y ayudando a los que más lo necesitan.

La celebración de envío tuvo lugar en su parroquia en Tarnów, donde la familia, los amigos, los Misioneros Combonianos y Laicos Misioneros Combonianos lo acompañaron.

“Si alguien conoce a Cristo no lo puede guardar para sí mismo, sino que lo debe proclamar ” – subrayó el obispo Piotrowski. Y por eso, Maciek decidió que él quiere compartir su experiencia de Dios con aquellos que no lo conocen todavía, aquellos que no conocen el Evangelio todavía.

El padre Maciej fue el responsable de la animación vocacional y del trabajo con los jóvenes en los últimos años en Polonia. Comprobando la cantidad de jóvenes que participan en la ayuda a las misiones, se puede decir abiertamente que esta estancia fue muy fructífera. Y aunque el padre Maciej entiende a los jóvenes y se encontraba a gusto en este trabajo, extrañaba a África, poder trabajar en el Continente Negro. Ahora, por fin, llegó el momento. Y aunque estamos un poco tristes por su partida, al mismo tiempo nos alegramos con él.

Cada uno de nosotros debe mucho a Maciek. Como grupo LMC queremos darle las gracias por el tiempo y el compromiso con nuestro Movimiento en Polonia. Gracias por entusiasmo que el padre Maciek encendió y el amor por la misión. Te damos gracias por cada sonrisa, cada buena palabra, para nosotros ha sido como un “padre”. Siempre podíamos venir, hablar y encontrar una ayuda.

“Si un misionero se siente solo en la misión, significa que no somos comunidad, no somos Iglesia” – dijo en la homilía el obispo Piotrowski . La oración es muy importante en la obra misionera, ya que hace sentir la unidad de toda la Iglesia y nos convierte en una verdadera comunidad de creyentes. Estamos llamados a orar por el P. Maciek, así como también por toda la obra misionera de la Iglesia, entremos en lo más profundo de nuestros corazones, y esta solicitud no se quedará sin respuesta.

Grupo LMC Polonia

Formación para la misión

Una semana no es mucho tiempo así que hay que aprovecharla bien. Sin duda mi semana en Polonia dio para mucho. En esta ocasión quería compartir con todos sobre el tiempo de formación con la comunidad internacional que se dispone a partir a Uganda.

Dedicamos 3 días intensivos (mañana tarde y noche) para formación. No fue fácil el realizar esta formación en inglés ya que no es la lengua materna de ninguno de nosotros y además necesita perfeccionarse un poco antes de partir a misión (ya lo harán en Londres a partir de marzo). Pero no hay obstáculo grande cuando hay voluntad, así que nos pusimos en marcha. Pronto sacamos los diccionarios de español, polaco e inglés para acertar en la palabra exacta y la ayuda mutua no se hizo esperar. Al final lo hicimos posible (aunque al concluir el día la cabeza pedía descanso por el esfuerzo pero valía la pena).

Creo que ha sido una semana bonita, interesante y necesaria. Como la gran familia que somos todos nos sentimos responsables de esta comunidad que marcha a  abrir nuevos caminos y creo que era importante tomar un tiempo para acompañarlas. Este tiempo de formación fue un tiempo de diálogo donde compartir nuestro ser LMC, nuestra llamada vocacional y los sueños que como misioneros tenemos. A todos estos ideales, que son importantes hablar antes de partir como comunidad, les añadimos un buen tiempo de profundización y aprendizaje más “profesional” de nuestra estancia y servicio en la misión.

Comenzamos por explicar entre todos que es tener esta vocación LMC y nuestra voluntad de compartirla, después dedicamos una tarde para conocer en profundidad la historia del movimiento y los documentos más importantes a nivel europeo e internacional que nos ayuden a centrarnos en esta construcción de una comunidad internacional, donde esperamos que participen muchos otros LMC de diferentes países y otros continentes, para lo cual es bueno sentar bien las bases.

Para fijar los pilares de esta comunidad trabajamos toda la mañana y parte de la tarde del segundo día en ellos, aportando todos y confrontando nuestras expectativas con experiencias concretas de otros LMC, dudas y sueños.

Después estuvimos hablando sobre la importancia de la inculturación, del conocimiento del otro y de nosotros mismos para no trasladar modelos europeos, para dar el tiempo y el espacio al otro, para que no caigamos en la trampa de traspasar nuestras soluciones a los otros sino ayudemos a que cada persona, cada pueblo, pueda tener voz propia y encontrar sus propias soluciones.

El último día hablamos un poco de la importancia de acercarnos y conocer la realidad en profundidad, de escuchar y callar mucho para entender bien y de tener el tiempo suficiente para compartir nuestras vidas conociendo primero el nuevo entorno y sus gentes (en lo que conforma su identidad).

Y por último terminamos hablando de nuestro querido Comboni  y lo que significaba para cada uno de nosotros, de los retos que nos planteaba el ser Combonianos, el estilo, la metodología, la pasión y la entrega de la que somos herederos y a la que debemos fidelidad. Todo ello como LMC y como familia comboniana. Queremos que ese sea nuestro referente, también allí en Gulu (Uganda) donde trabajar desde la comunidad, desde la familia y desde la realidad y necesidades del pueblo, abiertos a aprender cada día  y a contribuir con lo mejor de nosotros mismos.

Personalmente fue un tiempo muy rico, que me permitió además conocer mejor a esta comunidad y estrechar vínculos.

Espero que se sientan siempre arropada por todos nosotros. Son enviadas por todo el movimiento y como tales estaremos apoyándolas.

Los laicos en la Evangelización

Durante los días 24, 25 y 26 de enero, los laicos en formación se encontraron en la casa de Coimbra para otra reunión. A esta se unieron el P. Manuel Lopes, Carlos Barros, Liliana, que llegó hace muy poco de la misión y Pedro, acompañado de su familia, en calidad de formador.

El tema sobre el que hemos enfocado nuestro estudio y sobre el que se debatió fue “Los laicos en la evangelización.”

En este mundo contemporáneo y globalizado, el hombre cree más en las prácticas que en las teorías. Es decir, los testimonios vivos se vuelven más creíbles y atractivos para la contemplación y para una entrega y fe más fuerte y abundante. De esta manera evidenciamos que los laicos tienen tanta importancia en el proceso de la evangelización como cualquier otro agente, dado que, es por el bautismo donde recibimos esta responsabilidad.

Dios no es indiferente a nadie. Y es por esta razón que, a sus ojos, todos somos responsables del Anuncio de su Palabra, Fuente de Vida. Al responder con un “sí” a Cristo, me comprometo y acepto como mío el Credo presentándolo como mi identidad y mi pasaporte para el otro. Movido por Dios, por la Fe y el Amor, el Laico Misionero tienen en sus manos el anuncio de este Cristo misericordioso, compasivo, justo, bueno y despojado. Se presenta con el rostro feliz y apasionado de Dios, un Dios verdadero que con todos comparte sin distinción.

Nadie  es misionero solo. El testimonio implica el compromiso de todos los fieles – “La participación en la misión universal (…) es el signo de una fe madura y de una vida cristiana que produce fruto” (Juan Pablo II).

Liliana, recién llegada de su misión en Mozambique, también participó con nosotros y compartió su testimonio. Fue con un poco de emoción y alegría que escuchamos, permitiéndonos viajar un poco por los recuerdos que nos ha confiado.

Otro momento de igual importancia y cargado de significado fue la llamada a la hermana Carmo Ribeiro. Ella no pudo unirse a nosotros en esta reunión debido a su estado de salud menos bueno, pero que con humildad nos ofreció. Porque el Amor también lleva esta dimensión del sufrimiento. Un sufrimiento, sin embargo, con sentido y dignidad. Este sacrificio viene, una vez más, a confirmar que la obra de la evangelización requiere del compromiso de todos nosotros.

A todos nos sentimos agradecidos por la contribución de este fin de semana. Muchas gracias por la acogida, y por compartir las hermosas muestras de Esperanza, Vida y Amistad.

Por Marisa Almeida

Yo os he enviado a predicar el Evangelio

CLM Poland“Dios te ha elegido para ir y llevar fruto, y que vuestro fruto sea aceptado. Por tanto, id y predicad el Evangelio a todo el mundo. Esta es la cruz, tu guía para los caminos apostólicos. Esta es tu ayuda en cualquier peligro. Esta es tu consuelo en tu vida y en la muerte”.

Las cruces misioneras, que recibieron nuestras tres LMC de Polonia -Ewa Maziarz, Joanna Owanek y Monika Krason- les acompañarán en el trabajo misionero en Uganda, donde fueron enviadas. Ellas respondieron “sí” a la llamada de Cristo. Por amor a Él, darán servicio a los más pobres y los más abandonados, que están esperando por ellas en Uganda. Su envío a África para predicar el Evangelio de Cristo es un acontecimiento muy importante no sólo para los Misioneros Combonianos, sino también para toda la comunidad de la Iglesia. No todo el mundo puede ir a misión, pero aquellos que pueden ir allí lo harán en nuestro nombre. Y Ewa, Asia y Monika servirán a nuestros hermanos y hermanas en nuestro nombre en Uganda, compartiendo con ellos la fe, la esperanza y el amor de Cristo.

El envío de estas Laicas Misioneras Combonianas fue muy solemne. Toda la comunidad eclesial en las parroquias de origen de estas misioneras en Zarzecze y Łaziska Górne rezaron por los LMC. Oramos pidiendo fuerza y perseverancia para ellos. Los pastores de la Iglesia de la Arquidiócesis de Katowice y la diócesis de Sandomierz las bendijeron y les impusieron las cruces misioneras. Monika fue enviada por el arzobispo Viktor Skworc y Ewa y Joanna fueron enviados por el Obispo Christopher Nitkiewicz. Las misioneras subrayaron que son conscientes de las dificultades de la misión en Uganda, pero creen que su trabajo será fructífero. Pero, el “fruto será abundante ” si perseveramos en la oración por ellas y por su trabajo. Y nuestras LMC nos pidieron rezar mucho por ellas.

Que la solicitud de nuestras misioneras sea un estímulo para que todos oremos por las misiones, porque cada uno de nosotros está llamado a ser misionero.

Grupo LMC polaco.

Nueva comunidad LMC internacional en Cracovia

LMC en CracoviaEsto es ser misionera, ser capaz de aceptar los cambios con alegría e ilusión allá donde éstos nos lleven y con los hermanos que sea. Y es mucho más fácil cuando descubro con entusiasmo, que también en Cracovia me siento en familia y en casa. La comunidad me ha recibido con mucho cariño y el conocer a mis nuevas compañeras de aventura sólo ha hecho aumentar mis ganas de llegar a África. Comunidad internacional, tres polacas y una española hablando en inglés y con la intención y el deseo de aprender pronto el Acholi.

Somos Monika, Ewa, Asia y yo Carmen, y a pesar del frío del invierno polaco hay mucho calor en nuestros corazones y toda la voluntad de recorrer este camino juntas como comunidad. No sé si son las ganas que todas tenemos pero hemos conectado de maravilla y se respira muy buen ambiente.

Seguimos con el proceso de formación intentando asimilar e interiorizar cosas tan necesarias como saber quiénes somos (laicas combonianas) nuestra historia y lo que significa integrarse y entrar en una cultura desconocida, diferente y a la que queremos acercarnos con el mayor respeto posible.

Creo que somos un equipo que se va a complementar bastante bien, donde hay mucha frescura y esa alegría por vivir el Evangelio y la Misión, que el Papa Francisco nos está recordando y que nosotras trataremos de no olvidar en ningún momento de nuestra experiencia en Gulu (Uganda).

No podía haber sido más positivo este comienzo de año con mi familia, la familia comboniana, con las laicas polacas y los Padres combonianos de la comunidad de Cracovia. Juntos consiguen transmitir esa idea que todos soñamos de unidad y de entusiasmo por un mismo objetivo: seguir a Jesús al lado de los últimos.

Carmen Aranda Arnao. LMC