Laicos Misioneros Combonianos

¡16 años caminando como LMC!

El 25 de enero de 1998 en la casa de los Misioneros Combonianos de Maia (Oporto), comenzó la aventura de los Laicos Misioneros Combonianos en Portugal. Muchos fueron los que asistieron a esta primera reunión, y Dios quiso que, con el esfuerzo de algunos, esta aventura estimulante continúe hasta hoy.
En la actualidad, los LMC, dentro y fuera de sus fronteras, dan testimonio de Cristo como St. Daniel Comboni. De hecho, para nosotros “no hay ni Judío ni Griego, esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Ga 3, 28), por eso debemos anunciar a Cristo – Luz del mundo y Alegría de la humanidad – a todos los hombres y mujeres. Para nosotros, esta llamada desafiante pasa por el anuncio explicito, así como también por el desarrollo y la promoción humana.
16 años después, somos parte de la gran Familia Comboniana y, en particular, de la gran familia LMC extendida por todo el mundo. Hoy, queremos dejar un agradecimiento a todos los que “sembraran y cuidaran” esta semilla LMC y a todos los que, con nosotros, siguen viviendo esta apasionante aventura que nos hace atrevemos a ir más lejos por los caminos de la misión.

por Susana Vilas Boas

Envío oficial de una Laica Misionera Comboniana en Polonia

Monika“La misión no es ir de viaje, porque la misión no es un tour turístico por el mundo, sino que somos enviados en una misión ” – subrayó monseñor Victor Skworc, quien envió a Monika Krason nuestra LMC de Polonia para trabajar en Uganda. Monika irá de misionera a Gulu, donde trabajará en un orfanato dirigido por los Misioneros Combonianos. Ella va a pasar dos años sirviendo a los más pobres y abandonados, donde dará testimonio del amor de Dios, que no se olvida de los africanos.

El envío oficial tuvo lugar el 12 de enero en la parroquia de su familia en Łaziska Górne. Fue en la iglesia de Nuestra Señora Reina del Santo Rosario en la presencia de familiares, amigos, Misioneros Combonianos, Laicos Misioneros Combonianos y todos los feligreses. Fue un evento inusual, porque Monika es la primera misionera en su parroquia.

En la homilía, el Arzobispo destacó que somos responsables del futuro del Evangelio y que tenemos que compartir con aquellos que no lo han oído todavía. Todo el mundo está llamado a ser misionero, no importa si es en tu país o en un país de misión lejano, a veces a miles de kilómetros de distancia. Monika decidió ir a África. Es un trabajo muy bonito, pero también muy difícil, por lo que es importante apoyarla especialmente en la oración. El arzobispo aseguró Monika que la Iglesia y su parroquia la apoyarán en su compromiso como LMC tanto en la oración como a través de la ayuda material.

Monika recibió la cruz del Arzobispo. Esa cruz será la guía en su trabajo misionero, la ayudará en los peligros y será consuelo en los tiempos difíciles. Fue una experiencia inusual y hermosa para Monika, aquí está el verdadero comienzo de la misión. Deseamos a Monika todo lo mejor, momentos hermosos en Uganda y una buena experiencia de una misión entre los Acholi. Y, por supuesto, todos prometemos un recuerdo en la oración.

Envio Monika Envio Monika Envio Monika
Envio Monika Envio Monika Envio Monika
Envio Monika Envio Monika Envio Monika

LMC Polonia

Ecos de la reunión de Navidad 2013

“Todos diferentes, pero todos unidos con Comboni llevando el rostro y la palabra de Jesucristo aquí y más allá.”

Comenzamos dando las gracias a todas las personas que han contribuido directa o indirectamente para que esta reunión de Navidad fuese posible. Agradecemos a Sandra por la organización de la reunión, a la hermana Carmen Ribeiro, al Hermano Pablo y a las misioneras seculares Joanna y Paula por todo lo que compartieron que es esencial para nosotros, los candidatos a LMC, para entender esta vocación misionera de la familia comboniana en particular. Nuestro agradecimiento también al Padre Avelino quien compartió su experiencia misionera y celebró la Eucaristía. Gracias, en fin, a todos los otros que aunque no los mencione trabajaron duro para que la reunión fuese posible.

Este encuentro estuvo lleno de sonrisas, abrazos, momentos de convivencia y dinámicas animadas. Fue el compartir una alegría que con Jesucristo renace sin cesar. Esta fue una reunión familiar. Nos sentimos verdaderamente una familia. Nos sentimos en un mismo barco remando en la misma dirección. En este barco donde no sólo están todos aquellos con los que vivimos este fin de semana, sino también todos los otros miembros de la familia comboniana dondequiera que estén y de donde quieran que sean. Nos sentimos renovados de fuerzas y con ​​la certeza real y física de sabernos unidos, no por la sangre, sino por compartir el mismo creador y la misma misión. Todos diferentes en la vocación pero todos unidos en Comboni llevando el rostro y la palabra de Jesucristo aquí y allá.

Por Paula Sousa (Portugal)