Laicos Misioneros Combonianos

Asamblea LMC en Portugal

Es hora de (re)lanzar desafíos y de respirar profundo

El pasado fin de semana realizamos nuestra segunda Asamblea Nacional. Nos encontramos en nuestra querida casa de Coímbra y aprovechamos este tiempo para mirar y reflexionar sobre el presente y sobre todo el futuro.

Con la gracia de Dios, llegamos al final de la revisión de nuestro directorio (que esperamos sea aprobado en breve) y, ante la realidad de nuestras comunidades de vida, trazamos directrices para el futuro teniendo en cuenta los retos planteados en la Asamblea LMC International de diciembre del 2012 en  Maia.

Quisimos, como es habitual, vivir esta Asamblea con la presencia de las personas que están en formación. Así que con ellos, compartimos los  momentos de oración, comida y ocio, viviendo estos momentos a la luz de la Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio”. Por tanto, fue con esta alegría y con la ayuda del P. Silverio Malta (MCCJ) que, estando en Asamblea, permanecimos en comunión con los candidatos en formación y con toda la familia comboniana.

En nuestras oraciones, la “Alegría del Evangelio” fue leída y rezada a la luz de la alegría, el sufrimiento y la esperanza de los LMC en misión y de los pueblos a las que somos enviados.

De hecho, la creciente violencia en la República Centroafricana y la inestabilidad política en Mozambique nos deja inquietos, en sufrimiento y en comunión con los LMC allí presentes y con estos pueblos víctimas de estas situaciones, pero, es también por esta cruz que encontramos la fuerza para nuestro caminar en la fe y la esperanza de Aquel que ha vencido la muerte y el dolor.

por Susana Vilas Boas

La hermana Angelique Namaika en Granada

CARTEL DEFEl pasado viernes 7 de febrero, la hna. Angelique Namaika, Premio a la Fraternidad 2013 otorgado por la revista Mundo Negro editada por los Misioneros Combonianos, estuvo en Granada invitada por la Familia Comboniana para dar su testimonio y compartir su  vida y su trabajo junto a los más pobres y olvidados.

Más de un centenar de personas nos dimos cita en el Centro Suárez de los jesuítas para escuchar en primara persona el testimonio de esta mujer luchadora y apasionada por la vida. Todo un testimonio de esperanza en medio de tanto sufrimiento.

La hermana Angelique  trabaja con las víctimas de las atrocidades del mayor criminal de la reciente historia de la Humanidad. Joseph Kony, el sanguinario líder del Ejército de Resistencia del Señor, campa a sus anchas por Congo, Sudán del Sur, Centroáfrica. Decenas de miles de personas  son obligadas a huir de sus hogares, dejando sus casas y familias, perdiendo en ocasiones a sus hijos, convertidos en pequeños soldados.

Esta religiosa es un símbolo del trabajo que la Iglesia desarrolla en uno de los rincones más peligrosos del continente africano y con un colectivo, los refugiados, que suele olvidarse con más facilidad.

Entre otros muchos temas, nos habló de su trabajo en el campo de la formación y acompañamiento psicológico a mujeres que han sufrido la violencia en primera persona y de cómo su trabajo se centra en que se vaya avanzando en la cultura de la reconciliación para que  poco a poco vaya desapareciendo  el odio fruto de las atrocidades vividas.

La hna. Angelique junto a LMC de Granada
La hna. Angelique junto a LMC de Granada
La hna. Angelique durante su conferencia
La hna. Angelique durante su conferencia

De regreso a la misión

DSC08793bTras una corta estancia en tierra de misión peruana ya estoy de vuelta, pero agradezco al Movimiento LMC que me dio esta oportunidad.

Se trataba de apoyar a una de nuestras familias en misión: Isabel y Gonzalo con sus dos hijos, Ángel y Carmencita, tras un accidente. Gonzalo, caminando por una barranquera para atender su labor junto a la gente, resbalo y rodó unos ocho metros dañándose hombro, brazos, cabeza… y lo más grave, una vértebra. Esto fue en noviembre y lo ha tenido postrado en cama hasta mediados de enero, que tras una nueva revisión, el médico le aconsejó empezar a levantarse para dar pequeños paseos.

Nunca se me ocurrió pensar en una vuelta a Perú después de un período misionero en lo alto de la sierra hace más de 10 años… ¡pero estas son las sorpresas que nos brinda el Señor!  Así que totalmente abierta a lo que encontrase y sin saber a ciencia cierta cuál sería mi labor  “…me puse en camino”, más bien, a volar, para aterrizar en Arequipa. Allá me reuní con mis hermanos Gonzalo e Isabel.

DSC05867Ha sido tan rico este mes que deseo compartir en este blog lo que percibí estando a su lado.  Me acogieron con todo cariño haciéndome sentir como un miembro más de la familia, ya que desde el primer momento me descubrieron lo que son y lo que viven desde sus entrañas, su vulnerabilidad, fragilidad y gran generosidad.

Dejando atrás amigos, trabajo, familia… salieron de sí mismos pensando en los demás, en llevar a otros hermanos la Buena Noticia, la certeza de que Dios está en su mundo de pobreza, junto a ellos, que no los olvida, que hay esperanza a pesar de las duras condiciones en las que viven. Pero esto son palabras y no eran suficientes para que esa verdad, calase hondo o resultase convincente. De manera que dejando la casa parroquial en la que vivían, se instalaron en Villa Ecológica, un asentamiento en la periferia de Arequipa. Y lo que he visto allá es cómo con su forma de vida, imbuidos entre el pueblo como una familia más, han sabido llevar la experiencia liberadora de Jesús al mismo centro de sus corazones. Día a día comparten la pobreza y limitaciones del entorno, la carencia de comodidades; atienden y acogen a cada persona con respeto, paciencia y amor; forman a grupos que luchen contra la violencia y la injusticia, que reconociendo sus derechos las puedan denunciar; apoyan la pastoral y organizan con jóvenes grupos de oración… Sobre esto, acompañé en ocasiones a Isabel confirmando lo que de alguna manera conocía.

¿Qué me ha supuesto…? una “puesta a punto” En los encuentros con la gente revivir muchas cosas: la alegría del encuentro; la escucha; dejarme acoger; crear, aunque por poquito tiempo, una relación de respeto, de cordialidad, ellos me mostraron sus casas sencilla; la esperanza en Diosito para sus vida… Y el sentimiento que surgía en mí era de agradecimiento y de humildad,  pues ¿qué podía decirles con un billete de vuelta en el bolsillo?

DSC05884Por otro lado tuvimos los tres ratos para compartir sobre su trabajo y su  estilo de vida. Planteamos los retos de la misión: la soledad cuando falta una comunidad; el desgaste y los tiempos de cansancio; la necesidad de estar física y psíquicamente fuertes; las dificultades que conlleva la presencia de familia con hijos de 4 y 7 años; la falta, a veces, para tener un “acompañante” que ayude a discernir en tiempos de frustración o de sequedad; la pérdida de perspectiva cuando se entra en una rutina. También, en algunos ratos, la certeza de que sigues los pasos de Jesús sintiéndose instrumentos…

Oramos juntos todo esto y fue una gozada… Han sido muchos diálogos francos y abiertos que me han calentado  el corazón y mi vocación misionera se ha ilusionado como si fuese una jovenzuela.

Junto a ellos de alguna manera mi vida ha crecido porque he tenido la oportunidad de ver a Isabel y Gonzalo  vivir honestamente el Amor de Dios. Que Él les bendiga siempre.

Mª Carmen Polanco. LMC España

 

Te envío a ti…

Entre las numerosas celebraciones y eventos importantes que ha experimentado recientemente la familia comboniana, ha estado también el envío del padre Maciej Zielinski, que finalmente parte para la misión. Ha sido el responsable de los Laicos Misioneros Combonianos en Polonia. El pasado domingo el obispo Jan Piotrowski lo envió oficialmente y le dio la bendición pastoral para el tiempo de su servicio en misión. El padre Maciej desde el 1 de enero pertenece oficialmente a la Provincia de Kenia, donde pasará los próximos años, trabajando y ayudando a los que más lo necesitan.

La celebración de envío tuvo lugar en su parroquia en Tarnów, donde la familia, los amigos, los Misioneros Combonianos y Laicos Misioneros Combonianos lo acompañaron.

“Si alguien conoce a Cristo no lo puede guardar para sí mismo, sino que lo debe proclamar ” – subrayó el obispo Piotrowski. Y por eso, Maciek decidió que él quiere compartir su experiencia de Dios con aquellos que no lo conocen todavía, aquellos que no conocen el Evangelio todavía.

El padre Maciej fue el responsable de la animación vocacional y del trabajo con los jóvenes en los últimos años en Polonia. Comprobando la cantidad de jóvenes que participan en la ayuda a las misiones, se puede decir abiertamente que esta estancia fue muy fructífera. Y aunque el padre Maciej entiende a los jóvenes y se encontraba a gusto en este trabajo, extrañaba a África, poder trabajar en el Continente Negro. Ahora, por fin, llegó el momento. Y aunque estamos un poco tristes por su partida, al mismo tiempo nos alegramos con él.

Cada uno de nosotros debe mucho a Maciek. Como grupo LMC queremos darle las gracias por el tiempo y el compromiso con nuestro Movimiento en Polonia. Gracias por entusiasmo que el padre Maciek encendió y el amor por la misión. Te damos gracias por cada sonrisa, cada buena palabra, para nosotros ha sido como un “padre”. Siempre podíamos venir, hablar y encontrar una ayuda.

“Si un misionero se siente solo en la misión, significa que no somos comunidad, no somos Iglesia” – dijo en la homilía el obispo Piotrowski . La oración es muy importante en la obra misionera, ya que hace sentir la unidad de toda la Iglesia y nos convierte en una verdadera comunidad de creyentes. Estamos llamados a orar por el P. Maciek, así como también por toda la obra misionera de la Iglesia, entremos en lo más profundo de nuestros corazones, y esta solicitud no se quedará sin respuesta.

Grupo LMC Polonia

Formación para la misión

Una semana no es mucho tiempo así que hay que aprovecharla bien. Sin duda mi semana en Polonia dio para mucho. En esta ocasión quería compartir con todos sobre el tiempo de formación con la comunidad internacional que se dispone a partir a Uganda.

Dedicamos 3 días intensivos (mañana tarde y noche) para formación. No fue fácil el realizar esta formación en inglés ya que no es la lengua materna de ninguno de nosotros y además necesita perfeccionarse un poco antes de partir a misión (ya lo harán en Londres a partir de marzo). Pero no hay obstáculo grande cuando hay voluntad, así que nos pusimos en marcha. Pronto sacamos los diccionarios de español, polaco e inglés para acertar en la palabra exacta y la ayuda mutua no se hizo esperar. Al final lo hicimos posible (aunque al concluir el día la cabeza pedía descanso por el esfuerzo pero valía la pena).

Creo que ha sido una semana bonita, interesante y necesaria. Como la gran familia que somos todos nos sentimos responsables de esta comunidad que marcha a  abrir nuevos caminos y creo que era importante tomar un tiempo para acompañarlas. Este tiempo de formación fue un tiempo de diálogo donde compartir nuestro ser LMC, nuestra llamada vocacional y los sueños que como misioneros tenemos. A todos estos ideales, que son importantes hablar antes de partir como comunidad, les añadimos un buen tiempo de profundización y aprendizaje más “profesional” de nuestra estancia y servicio en la misión.

Comenzamos por explicar entre todos que es tener esta vocación LMC y nuestra voluntad de compartirla, después dedicamos una tarde para conocer en profundidad la historia del movimiento y los documentos más importantes a nivel europeo e internacional que nos ayuden a centrarnos en esta construcción de una comunidad internacional, donde esperamos que participen muchos otros LMC de diferentes países y otros continentes, para lo cual es bueno sentar bien las bases.

Para fijar los pilares de esta comunidad trabajamos toda la mañana y parte de la tarde del segundo día en ellos, aportando todos y confrontando nuestras expectativas con experiencias concretas de otros LMC, dudas y sueños.

Después estuvimos hablando sobre la importancia de la inculturación, del conocimiento del otro y de nosotros mismos para no trasladar modelos europeos, para dar el tiempo y el espacio al otro, para que no caigamos en la trampa de traspasar nuestras soluciones a los otros sino ayudemos a que cada persona, cada pueblo, pueda tener voz propia y encontrar sus propias soluciones.

El último día hablamos un poco de la importancia de acercarnos y conocer la realidad en profundidad, de escuchar y callar mucho para entender bien y de tener el tiempo suficiente para compartir nuestras vidas conociendo primero el nuevo entorno y sus gentes (en lo que conforma su identidad).

Y por último terminamos hablando de nuestro querido Comboni  y lo que significaba para cada uno de nosotros, de los retos que nos planteaba el ser Combonianos, el estilo, la metodología, la pasión y la entrega de la que somos herederos y a la que debemos fidelidad. Todo ello como LMC y como familia comboniana. Queremos que ese sea nuestro referente, también allí en Gulu (Uganda) donde trabajar desde la comunidad, desde la familia y desde la realidad y necesidades del pueblo, abiertos a aprender cada día  y a contribuir con lo mejor de nosotros mismos.

Personalmente fue un tiempo muy rico, que me permitió además conocer mejor a esta comunidad y estrechar vínculos.

Espero que se sientan siempre arropada por todos nosotros. Son enviadas por todo el movimiento y como tales estaremos apoyándolas.