Laicos Misioneros Combonianos

Animación Misionera en Lijó – Barcelos

BarcelosUna semana después de la Pascua, y haciéndonos eco de las palabras de Cristo resucitado: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo” (Jn 20,21), la comunidad de vida de Oporto partió y compartió la experiencia de vida misionera en la Parroquia de Santa María de Lijó (Barcelos).

La aventura comenzó el viernes por la noche con el grupo de jóvenes Gaudium, con quien pasamos una tarde bien animada y llena de misionaridad. El sábado, después de una mañana dedicada a convivir, a la reflexión litúrgica y la reflexión sobre la identidad LMC (de acuerdo con el desafío de la última Asamblea Internacional en Maia), la tarde se pasó con los jóvenes de catequesis de 7º, 8º, 9º y 10º año. Una tarde llena de vida y compartir misionero que culminó con la celebración de la Eucaristía con toda la comunidad parroquial.

El domingo estuvo lleno de celebración Eucarística y, en cada momento, el anuncio misionero, fue guiado no sólo por la alegría misionera, sino también por la acogida y generosa disponibilidad de toda la comunidad parroquial. El día y la actividad terminaron con un “gracias” fluyendo desde el corazón. Un agradecimiento que se extiende a toda la comunidad y, en particular, a los jóvenes y catecúmenos que modificaron sus programas y horarios para estar con nosotros y, de una manera especial al párroco – P. João Granja – quien no escatimó esfuerzos para poder acompañarnos a lo largo de todo el fin de semana. De hecho, “la mano del Señor ha hecho maravillas, la mano del Señor fue magnífica” [Sal 117 (118)].

LMC Portugal

Comer juntos, abrir la mente, ser testigos

Comentario a Lc 24, 35-48, Tercer Domingo de Pascua, 19 de abril de 2015
Leemos hoy la última parte del capítulo 24 de Lucas. Después del episodio de los dos discípulos de Emaús, que reconocen a Jesús “al partir el pan” y que vuelven a Jerusalén para contar lo que han vivido, Jesús se muestra a todo el grupo en el ámbito del cenáculo, el lugar donde la comunidad estaba reunida, aunque más bien triste, confusa e incrédula. En el texto que leemos hoy podemos encontrar, como siempre, muchos motivos de meditación. Por mi parte me detengo en tres:

MinoCenaEcologica1) La importancia de comer juntos: “Comió ante ellos”.
Lucas nos cuenta que, ante el pasmo de los discípulos, que no se atrevían a creer lo que veían, Jesús les pidió pescado y se puso a comer en su presencia. Comer con alguien ha sido siempre y sigue siendo hoy, en las más diversas culturas, un gesto de gran importancia social. Comer juntos afianza las familias, fortalece las amistades, crea lazos sociales… y hasta favorece los negocios.
Por lo que nos cuentan los evangelios, para Jesús era normal y frecuente participar en comidas a las que era invitado, ya fuera para celebrar una fiesta (Caná), una amistad profunda (Mateo) o quizá simple curiosidad (algún fariseo). Con cierta frecuencia Jesús comparaba el Reino de Dios con un banquete al que el Padre Dios nos invita. En efecto, comer juntos es un signo de la nueva humanidad fraterna que Jesús ha proclamado en nombre de su Padre celestial; y de esta fraternidad, sellada con su sangre, es anticipo la última cena.
Por eso Jesús ha hecho de la comida comunitaria un signo evidente de su presencia en la comunidad de sus discípulos, compañeros de lucha por el Reino del Padre en medio de un mundo frecuentemente hostil. Cierto que todo se puede dañar y que a veces las comidas no son lo que parecen, engañando con una aparente pero falsa fraternidad. Eso puede pasar también con el gran sacramento de la presencia viva de Jesús: la Eucaristía. Podemos falsearla y de hecho lo hacemos. Pero, honestamente vivida, la Eucaristía es el gran signo de una humanidad renovada, de una Iglesia que escucha la Palabra y comparte el pan. Seguramente, si vivimos la Eucaristía con honestidad, Jesús se hará presente entre nosotros, la comunidad crecerá en comunión (incluida la comunión de bienes para la vida) y la humanidad tiene dentro de sí un fermento capaz de renovarla profundamente.

2) Abrir la mente: “Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras”
Jesús les abre la inteligencia, para que puedan comprender las Escrituras a partir de lo que están viviendo y para que entiendan lo que están viviendo a partir de las Escrituras. También esto sucedía con frecuencia en los diálogos de Jesús con sus discípulos y con las multitudes que lo seguían. Precisamente por eso Jesús era Maestro: porque tenía palabras luminosas, claras y pertinentes, que eran como faros que iluminaban la realidad. Escuchándolo a él, era fácil comprender, por ejemplo, que curar a un paralítico era más importante que “guardar” el sábado; que el Padre se alegra por un pecador que se arrepiente; que ayudar a un desconocido herido en el camino nos hace verdaderamente hijo de Dios (herederos de la vida eterna)… Y más fuerte todavía: que su propia muerte tiene sentido como un acto supremo de confianza y generosidad, superando la muerte con la entrega libre de la propia vida.
Por eso, hasta el día de hoy y por siglos que vendrán, los discípulos nos reunimos para escuchar la palabra sabia de Jesús, para dejarnos iluminar constantemente por ella en un diálogo fecundo con la vida de cada día. Desde lo que nos pasa entendemos mejor la Palabra y desde la Palabra entendemos mejor lo que nos pasa. Y en ello experimentamos a Jesús vivo que nos acompaña en nuestro caminar.

3) Ser testigos: “Su nombre será predicado a todos los pueblos”
Escuchar la palabra luminP1000916osa de Jesús, comer con él y con la comunidad de sus discípulos, experimentar la presencia de su Espíritu en mi vida y en el mundo, es el mayor don que yo haya podido recibir. Eso ha transformado mi vida, haciéndome sentir Hijo amado y hermano entre hermanos. Por eso, como Pablo, como Pedro, como Lucas, y millones de discípulos, yo también quiero ser testigo, misionero, alguien que quiere compartir con el mundo el gran don recibido. Ser testigo de Jesús en el mundo es lo más fascinante que una persona puede ser.
La misión no es una carrera orgullosa para crear prosélitos de una secta o para hacer propaganda de una ideología o para difundir un gran sistema religioso… La misión es ser humildes testigos de un don recibido: Una Palabra que continuamente da sentido a la vida en medio de tantas contradicciones propias y ajenas; una fraternidad que se aprende a construir día a día, no porque somos mejores que nadie sino porque somos sólo discípulos, aprendices de un proyecto que nos supera, pero que cuenta con nosotros; un Espíritu que, conforme a la promesa de Jesús, nos acompaña en todas las circunstancias, como una fuerza interior que nos guía en libertad y amor, contra viento y marea y a pesar de nuestros propios pecados.
Gracias, Jesús, por tu Palabra; gracias por tu comida de fraternidad; gracias por tu Espíritu, que nos acompaña en la dulce tarea de ser tus testigos.
Antonio Villarino
Roma

Congreso con motivo de los 150 años del “Plan para la regeneración de África”

congreso RomaÁfrica, continente en camino.

Queridos amigos, como participante en la Congreso del pasado 13-14-15 marzo de 2015, “África en camino”, organizada con motivo del 150 aniversario del “Plan para la Regeneración de África” ​​de nuestro fundador San Daniel Comboni, ofrezco como reflexión una síntesis de Fulvio del Giorgi, que resume la esencia del trabajo de estos tres días, que se vivió intensamente y con alegría en el intercambio y reunión de toda la familia comboniana.

La conferencia concluyó con la Misa, celebrada por el cardenal Fernando Filoni.

Agradecemos a la Madre General Luzia Premoli quien abrió el acto dando la bienvenida y exponiendo el programa de estos días y también agradecemos el Padre General Enrique Sánchez González, quien terminó el trabajo con una invitación a desarrollar en nuestras vidas y en nuestra misión las reflexiones que han surgido en el congreso. “Hicimos un viaje juntos como una oportunidad para conseguir un nuevo aire, el aire fresco donde reconocemos que la humanidad está cambiando y no podemos negarlo. Ahora, a partir de esta nueva sensibilidad -dice el p. Enrique- el sueño de Comboni se revela hermoso, actual y un gran desafío.

Recordemos que África no necesita bienhechores, ya que es capaz y cada vez más consciente de sí misma y nuestros misioneros se dan cuenta de ello sobre el terreno.

No es accidental que nuestros institutos se estén revigorizando a través de muchos hermanos que vienen de África y esto demuestra la certeza del “Plan” de Comboni. África debe convertirse en el protagonista de su historia.

congreso RomaEl don recibido por Comboni es un regalo, no sólo para él, sino para todos los que después de él viven el poder del Espíritu dentro de este camino.

África tiene algo que nadie tiene. Tiene una vida propia, es un don particular, valioso para toda la humanidad. No se puede explicar, hay que vivirla; es una experiencia de amor. Así que les deseo a todos ustedes continuar este viaje, para continuar esta experiencia de amor con la nueva frescura de una nueva juventud africana”.

Os dejo esta hermosa síntesis sobre los temas del Congreso realizada por Fulvio De Giorgi y traje a casa para compartirla con ustedes! Un saludo y buena misión a todos.

Rosanna Braglia, LMC Italia

 

congreso Roma“Si Daniel Comboni estuviera aquí, al ver todo esto, tendría el corazón lleno de consuelo y de alegría ante el espectáculo de un África tan crecida, de los hijos e hijas de sus instituciones involucrados en este gran proyecto, de su sueño, en parte ya una realidad con muchos frutos, además y sobre todo en mujeres laicas, y en parte sigue siendo sólo una pista que ha de seguirse para el futuro.

Este es el fruto principal de nuestro encuentro y nos sigue llamando a ponernos en una nueva dirección. Es fundamental decir esto, y todos los participantes en la reunión han subrayado que, de África no debemos tener nunca más una mirada catastrófica, triste o manera negativa de mirarla.

El Papa Francisco nos recuerda que “sólo los que buscan la felicidad de sus vecinos, pueden ser misioneros”. Un pensamiento que nos recuerda lo que dijo Comboni: “Es el Sagrado Corazón de Jesús, el que me ayuda a superar todos los enormes obstáculos que tengo que enfrentar con el fin de hacer realidad mi Plan para la regeneración de los pueblos africanos con los propios pueblos africanos”.

Las palabras claves son dos: “PLAN” y “CORAZÓN”.

La primera palabra es “PLAN” [aquí se ha de tener en cuenta que en italiano la palabra correspondiente tiene varios significados. Nota del traductor]. ¿Qué es un plan? Es un proyecto que pone a prueba la capacidad crítica de cada uno y pide también el compromiso de la voluntad sostenida por una gran esperanza.

Todos nosotros, no importa de qué continente vengamos, estamos llamados a descolonizar nuestras esperanzas, nuestras propuestas, nuestros planes, nuestras formas de ver, confiando en una esperanza que es más grande que nosotros, y nos apoya en nuestro compromiso. La descolonización de la forma de mirar limpia nuestros ojos y nos ayuda a ver bien el hecho de que África continúa en crecimiento, y que Europa puede convertirse en su socio en sus factores positivos. El hecho es que en África podemos encontrar una especie de nuevo Renacimiento. Europa puede cooperar con ella, caminando juntos en amistad.

El África de los pueblos africanos nos ha dicho que quiere vivir en plenitud su vida al lado de los otros pueblos. Por lo tanto (descolonizando la forma de pensar y superando los estereotipos), la dispersión y la emigración transcontinental en todas direcciones son una fuente de beneficio a pesar del hecho de que son causadas por las desigualdades existentes en el interior de los propios países de los emigrantes y de los grandes sufrimientos que genera.

Pero es importante no fijar estos acontecimientos en el interior de un horizonte negativo de muerte, sino liberarlos y regenerarlos como una ocasión, como una oportunidad, por un mundo más diversos y más bello.

Aquí hemos visto: ¡más bello! Las exposiciones de fotos, las esculturas, las películas y la música que se han ofrecido en esta reunión nos obligan a reconocer, en términos generales, la gran belleza y la creatividad estética que viene del nuevo arte africano, del nuevo cine. Y nuestra esperanza puede ver mejor lo que es, subrayando conexiones positivas que van a convertirse en proyectos y planes de crecimiento a nuestro alrededor.

La palabra “Plan” [teniendo en mente la palabra italiana] incluye también la idea de nivelación, es decir de llenar valles y bajar montañas, de poner todas las cosas en el mismo nivel. Y aquí se nos recuerda el sermón en el Evangelio de Mateo, el de Jesús en la montaña, el que Lucas llama Sermón del Llano, donde leemos también las palabras amenazantes “¡Ay de vosotros los ricos!”. Si todos estamos en el mismo nivel, podemos mirarnos directamente a los ojos; de esta manera las injusticias y las desigualdades se hacen insoportables. “Quitar a los poderosos de sus tronos y ensalzar a los humildes” es la dinámica del MAGNÍFICAT.

De esta manera entendemos, como Samia Nkrumah (ministro en su país) ha dicho, que es un derecho de los pueblos africanos que puedan controlar su economía en beneficio de los propios pueblos de África y pueden encontrar el camino hacia el Pan- africanismo.

Establecer en el mismo nivel significa llenar los valles y el abismo de la corrupción en las listas del gobierno; significa también reconocer que el camino de la democracia africana debe ser autónomo y nuevo, y no según las formas europeas. Sin duda será un camino con luces y sombras, de gobiernos corruptos y dictatoriales; pero incluso el fracaso de los líderes africanos no debe frenar la comprensión de los ciudadanos, con el fin de establecer un mejor nivel en sus directrices políticas, para que estas no estén centradas en el lucro personal y forme agentes de trasformación social, como dijo Efrem Tresoldi (Nigrizia), citando a Pierli.

Nivelación significa también derribar las montañas de las enemistades y los odios, las montañas de las guerras internas y de la acumulación de armas, como Maurice Simoncelli (Archivio Disarmo) ha demostrado; “Siempre buscando la manera nivelada de la paz y la estabilidad”, según la observación de Alfred Mantica (Intervenciones de Italia en África). El resultado será que las Áfricas en plural, hacia las que se dirige nuestro caminar, son el África de la justicia, el África de la paz, el África de la salvaguardia de la creación, el África de los derechos.

Pero “Plan” [considerando otro significado de la palabra italiana] nos recuerda también que es mejor proceder “poco a poco”. Los que conocen las cartas escritas por Comboni deben recordar que él solía decir: “Sí, muchos misioneros tienen prisa; pero tú sin embargo ve despacio”. Exaltación de la lentitud (!), si esto significa “ser paciente, perseverante, en escucha y discernimiento, caminar juntos sin dejar a nadie atrás”. Significa, entonces, un plan incluyente y participativo eclesiológicamente, con un perfil femenino, también, como la hermana Luzia Premoli (superiora general de las Hermanas Combonianas) dijo junto con la hermana Elisa Kidane (Comboni Fem); un plan que se está poniendo en práctica en las pequeñas comunidades cristianas, como tarjeta. Nos comentó Petrer Turkson.

Desde muchas partes se ha señalado la importancia de la información histórica con el fin de superar las heridas de discriminaciones pasadas y de las guerras civiles más o menos recientes. Todos los países y continentes han pasado por eso; pero todos nosotros nos debemos convencer unos a otros, con el fin de seguir adelante, que tenemos que hablar entre nosotros y buscar juntos una purificación de la memoria y de la historia, si no co-participada, al menos incluyendo los diferentes puntos de punto de vista.

La paciencia y el discernimiento son necesarios, y no una simplificación superficial.

Paciencia = ir despacio. También como una Iglesia que reconcilia y vive como familia de Dios, tenemos la tarea de preguntarnos acerca de la historia de salvación que está evolucionando en la actualidad de Dios y acerca de las responsabilidades a las que estamos llamados.

La segunda palabra es “CORAZÓN”. El Corazón de Cristo. El corazón tiene dos movimientos fundamentales: la sístole y la diástole.

En el Corazón de Cristo estos dos movimientos son encarnación y escatología.

Por un lado, la encarnación. El Evangelio penetra y se hace carne en todas las culturas de hoy con el fin de hacer que florezcan la liberación y la salvación. El Evangelio penetra y se hace carne inculturada tomando sobre sí mismo la complejidad cultural en el pluralismo de identidades cambiantes. Hoy, el Evangelio tiene un rostro mestizo.

Esta encarnación, entonces, puede descubrir, aceptar, dar el valor debido, como ha dicho el (teólogo) Martin N’Kafu, a todos los signos de los tiempos, dondequiera que se encuentren. Sólo así tendremos una teología africana, no porque ha sido reelaborado en África, sino porque puede recoger en sí misma y hacer florecer todas las semillas de la Palabra propagada en las culturas y las religiones africanas, sin excluir a elementos culturales, geográficos o humanos.

Esta encarnación, como nos ha dicho Cécile Kyengue (miembro de un Parlament europeo), busca la primacía de la vida y por lo tanto se opone y lucha contra el tráfico de cualquier ser humano y contra la nueva esclavitud, es decir, contra los horizontes de la violencia y la muerte en la que es el propio Cristo que es maltratado y asesinado.

En esta inculturación, paso a paso con la encarnación, un gran papel y una gran responsabilidad se ponen en los medios modernos de comunicación, en la televisión y la prensa. Los padres Jules Albanese y Fabrizio Colombo han subrayado este aspecto, junto con los invitados de la mesa redonda.

Por lo tanto un crecimiento positivo de la comunicación en África, considerando juntos digital y papel, tiene lugar en Internet, haciendo siempre visible y transparente el lado positivo que está creciendo en ella, como “La Perla”, definida por sr. Elisa Kidane, en el profundo respeto de la persona. El asunto no es sólo dar voz a los que no tienen voz, sino tal vez, parar de dar voz a los que ya tienen demasiada. Por tanto, la tarea es descolonizar la forma de ver también en las revistas Combonianas.

Pero al lado del primer movimiento, el Corazón de Cristo tiene el movimiento de la escatología, es decir, la capacidad de separarse uno mismo de cualquier injusticia, cualquier ídolo, cualquier horizonte limitado de este mundo. Todos nosotros, los cristianos, de cualquier continente al que pertenecemos, somos extranjeros en este mundo, “estamos en el mundo, pero no pertenecemos al mundo”.

François Kamkindi dijo: “Me siento en casa en muchos lugares”: Esto es bueno, pero puedo decir más “El reino del cual somos ciudadanos, nuestra verdadera patria, no es de este mundo”.

Concluyo con un dicho del siglo 12, de un gran místico, Hugh de San Víctor: “El que halla dulce su país, no es más que un tierno principiante. Para el que toda la tierra es la propia tierra, ya es una persona fuerte”.

“Pero la única persona perfecta es aquella para la que el mundo entero es un país extranjero”. ¡Tomé esta frase de un autor búlgaro que vivía en Francia, que a su vez la tomó prestada de Eduard Said, un palestino que vive en EE.UU., quien, a su vez, la tomó de un autor alemán exiliado en Turquía!”

Fulvio De Giorgi.

PASCUA LMC España 2015: “Escuchar a Dios donde la vida clama”

Bajo el lema “Escuchar a Dios donde la vida clama” nos reunimos la semana pasada en Madrid el grupo de Laicos Misioneros Combonianos para celebrar la Pascua como comunidad.

Han sido unos días intensos de oración y de encuentro con el Señor en su Palabra, en los hermanos, en la naturaleza… pero sin olvidar mirar al mundo y a la realidad, con sus esperanzas y dolores, sus anhelos y propuestas, con sus historias…, pues como misioneros estamos llamados a descubrir y escuchar a Dios allí donde la vida está clamando.

Desde aquí damos las gracias a todos los que habéis hecho posible este encuentro. Gracias por compartir y por ser compañeros/as de camino.

LMC España

Paz, alegría, perdón, misión

Comentario a Jn 20, 19-31:Segundo Domingo de Pascua, 12 de abril del 2015

vigo-hermanitas++++En este segundo domingo de Pascua, seguimos leyendo el capítulo 20 de Juan, que nos habla de lo que pasó “en el primer día de la semana”, es decir, en el inicio de la “nueva creación”, de la nueva etapa histórica que estamos viviendo como comunidad de discípulos misioneros de Jesús. La presencia de Jesús vivo en medio de la comunidad se repetiría después a los ocho días, para tocar el corazón de Tomás, exactamente como sucede con nosotros cada domingo, cuando cada comunidad cristiana se reúne para celebrar la presencia del Señor.
El evangelio nos dice que Tomás no creyó hasta que puso sus manos en el costado herido de Jesús. Precisamente de ese costado herido de Jesús, de su corazón que se da hasta el final, surge, el Espíritu que permite a la Iglesia seguir viviendo de Jesús. Con el Espíritu la comunidad recibe los siguientes dones: paz, alegría, perdón, misión. Veamos brevemente:

P10009071) “Paz a ustedes”
Jesús usa la fórmula tradicional del saludo entre los judíos, una fórmula que algunas culturas siguen usando hoy de una manera o de otra. En nuestro lenguaje de hoy quizá podríamos decir: “Hola, cómo estás, te deseo todo bien, soy tu amigo, quiero estar en paz contigo”. ¿Les parece poco? A mí me parece muchísimo. Recuerdo cuando el actual Papa Francisco, recién elegido, salió al balcón de la basílica de San Pedro y simplemente dijo: “Buona sera” (Buena tardes). Bastó ese pequeño saludo para que la gente saltara de entusiasmo. No se necesitaba ninguna reflexión “profunda”, ninguna declaración especial; sólo eso: una sencilla palabra de reconocimiento del otro desde una actitud de apertura y amistad.
Pienso en la importancia y belleza de un saludo cordial y cariñoso entre los miembros de una familia, reafirmando día a día esa cercanía amorosa que nos da vida y alegría; pienso en el saludo respetuoso y positivo entre compañeros de trabajo que hace la vida más llevadera y productiva; pienso en esa mano que nos damos durante la Misa reconociendo en el otro a un hermano, aunque me sea desconocido; pienso en el gesto de comprensión y apoyo hacia el extranjero… Pienso en una paz mundial que necesitamos tanto en tiempos de gran violencia y conflictividad. En todas esta situaciones, Jesús es el primero en decirme: “Hola, paz a ti”.
Es interesante anotar que, saludando, Jesús muestra sus manos y su costado que mantenían las huellas de la tortura que había padecido. Es decir, la paz de Jesús no es una paz “barata”, superficial; es una paz que le está costando mucho, una paz pagada con su propio cuerpo. Nos recuerda que saludar con la paz a nuestra familia, a nuestro entorno laboral, a nuestra comunidad… no siempre es fácil; más bien a veces es difícil. Pero Jesús –y nosotros con él- es un “guerrero” de la paz”, un valiente, que no tiene miedo a sufrir.

2) Alegría: “Los discípulos se alegraron de ver al Señor”.
La llegada de Jesús, con su saludo de paz, produce alegría. Como produce alegría la llegada de un amigo; como hay alegría en una familia o en una comunidad cuando hay aceptación mutua. No se trata de una alegría tonta, que oculta las dificultades, los problemas o hasta los pecados; no es la alegría de quien falsea la realidad o se droga con el vino, la droga, los placeres de cualquier tipo o un orgullo inconsciente e insensato.
Es la alegría de quien se siente respetado y respeta; la alegría de quien se siente valorado y valora; la alegría de quien se sabe amado gratuitamente y ama gratuitamente; la alegría de quien se reconoce como Hijo del Padre. Es la alegría honda de quien ha encontrado un sentido a su vida, una misión a la que entregar sus días y sus años, aunque eso implique lucha y sufrimiento. Es la alegría de quien ha encontrado en Jesús a un amigo fiel, a un maestro fiable, a un Señor que vence el mal con el bien.

3) Perdón; “a quienes perdonen les quedará perdonado”.
La alegría del discípulo, como decíamos, no es la del inconsciente ni la del “perfecto”, que pretende hacerlo todo bien. Es la alegría de la persona que acepta ser perdonada y sembrar semillas de perdón. Jesús infundió en su Iglesia el Espíritu del perdón, de la misericordia y de la reconciliación. El Papa Francisco ha recuperado para nuestro tiempo este “principio misericordia”. La Iglesia no es el espacio de la Ley o de la condena; la Iglesia de Jesús es el espacio de la misericordia, de la reconciliación, el lugar donde siempre es posible comenzar de nuevo. Sin misericordia, la humanidad se hace “invivible”, “irrespirable”, porque, al final, no somos capaces de vivir de solo ley. Necesitamos la misericordia, la paz, la alegría de la fraternidad.. y eso solo viene realmente como fruto del Espíritu.

4) Misión: “Como el Padre me envió, así les envío yo”.
La comunidad de discípulos, pacificada, perdonada, convertida en espacio de misericordia, se hace comunidad misionera, enviada al mundo para ser en el mundo precisamente eso: espacio de misericordia, de reconciliación y de paz. ¡Cuánto necesita nuestro mundo este espacio! ¡Cuán necesario es extender por el mundo estas comunidades de discípulos para que humildemente creyentes sean lugares de saludo pacífico, de perdón y de alegría profunda!
P. Antonio Villarino
Roma