Laicos Misioneros Combonianos

Sostener la mirada

Un comentario a Jn 21, 1-19 (Tercer domingo de Pascua, 10 de abril de 2016)

jesusEl texto de hoy, como todos los textos bíblicos, puede ser leído desde muchas perspectivas y ángulos. Yo les propongo leerlo desde la perspectiva de uno de sus protagonistas principales: Simón Pedro, un discípulo cuya relación con el Maestro ha sido profundamente dañada por su actuación en los días de la Pasión. ¿Cómo experimentará Pedro la presencia viva de Jesús? ¿Cómo un reproche? ¿Cómo si nada hubiera pasado? ¿Cómo una nueva oportunidad?

1. Pedro es un buen líder, pero estéril. Es un buen pescador; conoce su oficio. No se queda inactivo sin hacer nada. Tiene iniciativa. Pero es estéril. Sus conocimientos, su ascendiente sobre los demás no le sirven de nada. De hecho, es incapaz de pescar. Lo que no sabía Pedro y va a aprender en esta madrugada es que Jesús se va a valer de ese fracaso para mostrarle su amistad incondicional, cambiando su vida.

2. Pedro es ciego para ver al Señor. Se mueve en medio de la noche como todos los demás, pero, además, cuando clarea el alba, cuando aparece alguien en la orilla, es incapaz de distinguir las sombras de la realidad; no sabe ver lo nuevo que Dios prepara en su vida. Quizá esté demasiado concentrado en su afán por demostrar que es un buen pescador, quizá tema perder el liderazgo sobre sus compañeros o demasiado amargado por el fracaso, o preocupado por lo que van a comer… El hecho es que es incapaz de mirar al horizonte y ver al Señor. Necesita la ayuda del discípulo amado. ¿Será que Pedro no se siente amado y eso lo inhabilita para ver? Pedro, al parecer, lo tiene todo: conocimiento, responsabilidad, iniciativa, autoridad… Pero no ve, porque le falta la experiencia del amor. Lo bueno de Pedro es que –a diferencia de los fariseos y los líderes del pueblo- se deja iluminar por el discípulo amado. Se parece al ciego (Juan 9) que se deja curar y su vida se abre a la verdad de Dios.

3. Pedro estaba desnudo. Como Adán en el paraíso, Pedro tomó conciencia de su desnudez, de su indignidad. Según el relato de pesca milagrosa de Lucas (5, 4-7), Pedro exclama: “Apártate de mí, que soy un pecador”. Como Adán, había pretendido ser como “dios”; había pretendido organizar la pesca por sí mismo, como Adán que quería organizar la creación como un dominio suyo. Pedro se cubre, colmo si eso importara, y sale al encuentro del Maestro. La respuesta de Dios es que quiere hacer amistad con el “mono desnudo” y pretencioso. En el paraíso sale a pasear con él; en Galilea le prepara la cena, comparte con él la mesa de la comunión. ¿He tomado conciencia de mi desnudez ante Dios o pretendo ocultarme bajo alguna hoja de higuera, como Adán? ¿Me muestro ante Dios tal como soy sin caretas ni falsas pretensiones?

4. Pedro recordaba la mirada de Jesús. Hay una página de Anthony de Mello que ayuda a entender bien la experiencia de Pedro, después de haber negado al Maestro ante un criado: Le dijo Pedro: “Hombre no sé de qué hablas”. Y, en aquel momento, estando aún hablando, cantó un gallo, y el Señor se volvió y miró a Pedro… Y Pedro saliendo fuera, rompió a llorar amargamente. Yo he tenido relaciones bastante buenas con el Señor. Le pedía cosas, conversaba con Él, cantaba sus alabanzas, le daba gracias… Pero siempre tuve la incómoda sensación de que Él deseaba que le mirara a los ojos…cosa que yo no hacía. Yo le hablaba, pero desviaba mi mirada cuando sentía que Él me estaba mirando.
Yo miraba siempre a otra parte. Y sabía por qué: tenía miedo. Pensaba que en sus ojos iba a encontrar una mirada de reproche por algún pecado del que no me hubiera arrepentido. Pensaba que en sus ojos iba a descubrir una exigencia; que había algo que Él deseaba de mí. Al fin, un día, reuní el suficiente valor y miré. No había en sus ojos reproche ni exigencia. Sus ojos se limitaban a decir: “Te quiero”. Me quedé mirando fijamente durante largo tiempo. Y allí seguía el mismo mensaje: “Te quiero”. E, igual que Pedro, salí fuera y lloré.

5. Jesús lo compromete en un diálogo de amor. Este diálogo tiene los siguientes componentes:
5.1 El diálogo lo inicia Jesús. Lo invita a comer y a renovar la amistad perdida. Fue Jesús el que le llamó, el que le unió al grupo de los Doce. Es también Jesús el que lo vuelve a llamar y le dice “Sígueme”, pero ya después de todo lo que ha sucedido.
5.2 Pedro es consciente de su fragilidad y de su pecado. Ya no es el discípulo impetuoso e inconsciente que cree que el amor es cosa de un día o que la buena voluntad es más fuerte que nuestras debilidades físicas, sicológicas, emocionales, etc. Pedro ya ha hecho el ridículo; ya sabe que ha fallado estrepitosamente y se siente humilde y temeroso de su propia debilidad. Pedro dice que sí ama al Maestro, pero no con arrogancia inconsciente. Lo hace desde la experiencia del fracaso.
5. 3 Pedro acepta la misión de pastorear al rebaño. Ya no es él que toma la iniciativa, como pasó con Moisés en Egipto. Moisés fracasó cuando la iniciativa era suya, pero tuvo éxito cuando aceptó la iniciativa del Señor. Pedro ya no es el que invita a pescar. Es el Maestro que lo invita a pastorear con mucha humildad, sin autoritarismos (sin que entre ustedes haya “padres” o maestro”).
5.4. El amor y la misión es hasta la muerte. Pedro se resistió todo lo que pudo a aceptar el camino de Jesús como Siervo de Yahvé. Eso no entraba en sus planes. Ahora, al renovar su amor al Maestro y aceptar su misión, desde la experiencia del pecado y la infidelidad, lo hace consciente de que en el camino está la posibilidad de llegar hasta la donación de la propia vida. El amor, frágil, es ahora decidido y total, sin condicionamientos. No se trata de decir: Bien o, si me va bien estoy contigo, pero, si no, me retiro. No, el amor y la misión son sin marcha atrás, sin condiciones, poniendo en juego toda la vida.
5.5 Jesús le dice: “Sígueme”: Es decir, Jesús le renueva el llamado que le había hecho junto al mismo lago, tiempo atrás, cuando el proyecto del Reino se presentaba como una novedad ilusionante. Ahora es un proyecto crucificado por las autoridades y traicionado por Pedro. Ahora está mucho más claro que el proyecto es de Dios, pero que no va a ser cómodo, tanto por la oposición exterior como por el pecado que sigue habitando en Pedro.
Pedro, el líder pecador tiene que aprender cada día el camino del discipulado. Cada día renovará su camino de seguimiento tras las huellas de Jesús.
P. Antonio Villarino
Madrid

El encuentro del domingo

Un comentario a Jn 20, 10-31, segundo domingo de Pascua (3 de abril de 2016)

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El evangelista nos narra dos encuentros, en dos domingos sucesivos (a los ocho días) de la primera comunidad de discípulos con Jesús, después de su muerte. Destaco en el texto de hoy cinco pasos:

  1. Una comunidad con las puertas cerradas por miedo. Así era la comunidad de los discípulos después de aquella experiencia traumática de la muerte de Jesús. Habían soñado tanto con un Mesías y Rey poderoso e invencible… Hasta esperaban que alguno de ellos podía ser ministro o un personaje importante en este reino que Jesús iba a inaugurar. Pero el fracaso que tuvieron en Jerusalén y la muerte de Jesús les hunde en el miedo. Sólo piensan en esconderse, defenderse, evitar correr la misma suerte del Maestro, evitar riesgos, exponerse.

Pienso que muchos de nosotros somos así: Cuando tenemos un fracaso, un problema, una enfermedad, un pecado… nos acobardamos, nos encerramos en nosotros mismos o en el círculo de los amigos y no queremos saber nada de sueños o de compromisos.

  1. Paz a vosotros. En esa situación de desaliento y miedo, Jesús aparece, “de pie”, es decir, erguido, levantado, en actitud positiva y dinámica; y se hace presente en medio de la comunidad con un mensaje claro, simple y rotundo: “Paz a vosotros”.

Estoy seguro que también hoy Jesús se nos presenta en la familia, en la parroquia, en el grupo de oración, en la intimidad de nuestra conciencia y nos dice: “tranquilo”, “no es el fin del mundo”, “yo sigo estando contigo y con tu comunidad”, “no te dejes acobardar”, “fortalece tus rodillas y tu esperanza”. ¿Lo has sentido alguna vez en tu vida? En todo caso, aviva tus sentidos interiores, abre tu corazón y escucha su voz que te habla por medio de tu conciencia, de las lecturas evangélicas, de la palabra de un amigo, de la esposa o el esposo, de tus hijos o padres… ¡Escucha bien! No permitas que la bulla exterior o interior te impida escuchar su voz que te dice: “Paz, yo estoy contigo”.

  1. Les enseñó las manos y el costado. Aquellas manos y aquel costado estaban agujereados y portaban las señales de la tortura. El Jesús vivo que experimentan los discípulos no es una persona ajena a las duras realidades de la vida; al contrario, él pasó por el sufrimiento, la lucha interior, el fracaso y la muerte. Pero en ello y a través de ello experimentó el amor del Padre, así como su obediencia total y ahora sabe que el mal no vence al bien, que el odio no vence al amor, que la duda no es superior a la fe.

A veces nos gustaría un mundo idílico en el que fuera muy fácil ser buenos, en el que la alegría fuera permanente, en el que no existiera la duda o el mal. Pero la realidad no es así. En la realidad hay límite, enfermedad, duda, fracaso, odio, pecado… Pero Jesús nos dice: de todo eso se puede salir vencedor.

  1. Como el Padre me ha enviado, también os envío yo. Una vez confortados, pacificados, serenados y fortalecidos, los discípulos deben abrir las puertas, salir a la calle y afrontar la sociedad con la fuerza del Espíritu Santo y un mensaje claro: el perdón de los pecados, el amor sin condiciones del Padre, la posibilidad de empezar una vida nueva, como le sucedió a Zaqueo, a la Magdalena, a la adúltera, a Pedro, a Juan y a Tomás, entre otros.

Se dice que todo niño nace con un pan bajo el brazo, es decir, con lo necesario para vivir. De la misma manera podemos decir que todo cristiano (y todo hombre o mujer) nace con una misión bajo el brazo, es decir, con una misión que realizar en el mundo: en la familia, en la sociedad, en la Iglesia. Escuchemos la palabra de Jesús: Yo te envío al mundo, para que seas un testigo de mi evangelio, para que seas agente de paz, para promuevas una humanidad nueva. ¿Cuál es tu misión? Realízala. No te encierres, no seas cobarde. Sé valiente y comparte las riquezas que has recibido.

  1. A los ocho días Tomás estaba con ellos. Tomás se había alejado de la comunidad un domingo y se perdió el encuentro con el Maestro vivo. Los otros lo habían “visto”, pero él no estaba. Fuera de la comunidad no es fácil reconocer a Jesús vivo, que nos trae la paz.

Algunos dicen que no hace falta ir a Misa para encontrarse con Dios. Muy cierto. Pero la experiencia dice que, cuando uno se aleja de la comunidad, termina alejándose de Dios. Sin embargo, la compañía de otros discípulos y la humilde perseverancia en la vida comunitaria son medios muy útiles para percibir la presencia de Jesús que vive y nos acompaña en medio de nuestras crisis y dificultades. Por eso la fidelidad al domingo y al encuentro comunitarios son una gran apertura en nuestra vida para que el Señor se haga presente en ella.

P. Antonio Villarino

Madrid

Mira, ¡ahí están los Laicos Misioneros Combonianos!

LMC AlemaniaEncuentro de los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) en la casa de Nürnberg del 18 al 21 de marzo del 2016

El viernes, 18 de marzo, llegó el momento: los LMC venidos de todos los rincones de Alemania acudimos a nuestro encuentro. Durante cuatro días, el grupo ha preparado un stand para la presentación de la Familia Comboniana en la reunión nacional de los católicos en Leipzig y a la vez nos dedicamos a ver el texto de preparación de la asamblea continental que tendremos los LMC europeos en Portugal.

Los primeros laicos llegaron muy motivados la noche del jueves, la última llegó bien entrada la noche del viernes, con un arca en el equipaje. Era un ambiente de alegría donde todos estábamos dispuestos y deseosos de celebrar este tiempo juntos y hacer las diferentes actividades. Dado que las últimas reuniones se habían caracterizado por un trabajo más teórico, de reflexión e intercambio de ideas para esta reunión del curso programamos hacer trabajos prácticos, concretos y creativos.

El sábado por la mañana se inició con la misa junto con los Combonianos y las Hermanas Paulinas. Fortalecidos por el desayuno afrontamos los dos temas del encuentro: el encuentro nacional de los católicos y el encuentro LMC internacional. Con gran alegría dimos la bienvenida al nuevo “miembro” (recién nacido) Stella, junto con sus padres Irene y Ulrich, quienes participaron con mucho ánimo.

Con la ayuda de una canción de fondo expresamos pensamientos e ideas por escrito sobre el tema y lema de la reunión de los católicos, “¡Mirad, aquí está el hombre!” Pusimos en práctica las ideas para el stand de la Familia Comboniana, realizamos un juego vinculado a la globalización, ensayamos canciones y preparamos el material. Nos encantó poner ropas de África y América en los maniquíes y hacer carteles para ellos.

LMC AlemaniaEl domingo participamos con la comunidad en la misa del Domingo de Ramos. En la misa se hablaron temas de actualidad como la esclavitud, la situación de los migrantes y la Iglesia mundial. Los niños pusieron símbolos en el altar mientras que los adultos contaron la pasión de Cristo. Pudimos ver bastantes temas vinculados a nuestro camino como LMC.

A partir de la información sobre la historia del movimiento internacional LMC y del texto preparatorio para el encuentro continental de los LMC en Portugal se discutió mucho sobre diferentes temas, en especial sobre los retos de nuestro grupo LMC. Hay avances en nuestro camino así como mucho camino por delante…

Por la noche tuvimos un momento de oración junto con los miembros de la comunidad local en la casa de los Combonianos. Después nos dedicamos de nuevo al trabajo creativo. Algunos realizaron un pequeño folleto sobre nuestro grupo de LMC.

El lunes dejamos a un lado el trabajo e hicimos una visita especial al centro de Núremberg: Un hombre que había vivido en la calle, nos guio por la ciudad por los lugares donde se encuentran las personas sin hogar e instituciones de apoyo. Nos habló de sus experiencias de vida y de lucha. También hablamos con los trabajadores sociales de “Lilith”, “Kassandra” y el punto ecuménico” que sirven a las mujeres con problemas de drogadicción, prostitutas y personas sin hogar.

En este fin de semana hemos sido enriquecidos por los dones de cada uno y el empeño de nuestros compañeros de grupo LMC. Convivimos: Mira, ahí está el hombre – individuo y miembro del grupo; creativo, lleno de ideas, solidario – viviendo la misión.

LMC Alemania

Barbara Ludewig

Noticias de Centro África

Maria Augusta Hola a todos,
Espero que se encuentren así como toda su familia.
Estoy en Bangui, llegué anoche. Yo y toda la comunidad apostólica estamos bien gracias a Dios.
Pasé hoy por la puerta Santa de la catedral de Bangui. Yo estuve allí el día de su apertura, pero no pude pasar, salimos por una de las puertas laterales. Me gustó mucho pasar por allí hoy.
¡En Centro África fue abierta en primer lugar la puerta de la catedral de Bangui, por el Papa, antes que las demás! El 20 de diciembre se abrió la puerta Santa de la catedral de Mbaiki, nuestra diócesis. El día de Navidad abrió la puerta Santa cada parroquia. Del 17 de enero hasta ayer, las puertas Santas se abrieron en todas las capillas que tenían puerta y el Santísimo Sacramento estuvo expuesto en todas ellas para la adoración, en la custodia que el Santo Padre ofreció a nuestra diócesis y que también ofreció a todas las otras de Centro África. Las personas fueron en peregrinación a pie las capillas cercanas. Nosotros, el domingo, fuimos a entregarla a la parroquia de Safa. Vinieron a buscarla a 6 km de la ciudad y luego fuimos en procesión a la iglesia y permanecieron en adoración. La custodia con el Santísimo visitará todas las parroquias de la diócesis hasta terminar “El Año Santo de la Misericordia”.
Desde el 13 de diciembre, no vengo a Bangui, siempre hay mucho que hacer en la Misión…
Desde principios de enero un profesor y yo estamos dando algunas clases por la tarde a los estudiantes para ver si empiezan a leer. Hay muchos estudiantes en CE2 (4º grado y que no leen nada). Gracias a Dios, parece que comienzan a leer un poco las primeras letras. Con la ayuda de Dios, que nos da la fuerza y paciencia para el trabajo, y el deseo los estudiantes de aprender, vamos a conseguir que aprendan. Este mes estuve con una clase tres días, pero es muy difícil porque los estudiantes no entienden francés y yo no sé Sango para traducirles lo que digo. A partir de mayo estaré como directora de la escuela. Recen para que Dios me ayude en este nuevo trabajo.
Desde el 2 de diciembre no llovía, solamente el 17 de febrero se produjo un aguacero como de costumbre aquí. Fueron 75 días sin lluvia… Ya había arbustos secos, algún aguacatero también, veremos si todavía dan frutos. Hubo muchos incendios en el bosque y muchos campos de yuca se quemaron. Muchos árboles cayeron quemados. La atmosfera estaba llena de humo sólo olía eso. ¡Era tanto que hasta te hacía llorar! Esperamos que no cause más hambre de la que ya hay. Gracias a Dios que llegaron dos aguaceros y toda la naturaleza ha cambiado… pasadas 34 horas ya se veían diminutas hierbas a salir donde parecía que todo estaba seco. En realidad, ¡el agua es la sangre de la tierra! Aquí a la lluvia le dicen “ngu ti Nzapa” = agua de Dios, y es verdad. Aquí, en Bangui, no ha llovido y todo está muy seco… ¡hace mucho calor!
Elia sigue cuidando a los niños desnutridos y no sólo. En enero comenzó a ir a Batalimo y encontró casos muy graves, niños muy enfermos. Cuando las madres hacen lo que se les pide (dar a los niños todo lo que se distribuye se pueden recuperarse bien). Cuando se trata de casos más graves son hospitalizados algún tiempo en el hospital.
Los Pigmeos siguen siendo ayudados con medicamentos cuando están enfermos. Menos mal, porque muchos morirían pues no tienen dinero para comprarlos.
En la misión que tenemos un hogar para que los estudiantes pigmeos pueden aprovechar mejor la escuela. Aquí comer, duermen, por la mañana van a la escuela y por la tarde vienen a estudiar durante una hora a la biblioteca. Son una docena de estudiantes.
La semana pasada estuvieron cuatro días en la misión el médico Omnimos y su esposa, como siempre muy amables. Fueron operadas, 16 personas (adultos y niños). Gracias a Dios todo salió bien. Esta semana aquí en Bangui también están operando. ¡Si hubiera más gente como ellos, el mundo sería mejor!
Les deseo una Cuaresma bien vivida.
Unidos por la Oración
Besos
Maria Augusta LMC