Laicos Misioneros Combonianos

Inauguración de la nueva casa del LMC en Kenia

CLM Kitelakapel

El pasado domingo 15 de mayo tuvo lugar un acontecimiento histórico: la casa de los LMC en Kitelakapel (Kenia) fue oficialmente inaugurada y bendecida por el obispo Maurice.

La ceremonia se realizó en presencia de los LMC de Kenia (Beatrice, Margaret, Alexina), MCCJ de Kacheliba (fr. Chrisantus y fr. Charles) algunos hermanos de Nairobi y fr. Korir – representante del Provincial de MCCJ Kenia, muchos cristianos y estudiantes de las escuelas de los alrededores y por supuesto… los miembros de la comunidad internacional LMC – Linda y Josephine.

Acompañemos a esta nueva comunidad del LMC con nuestras oraciones.

Carta a la Familia Comboniana

Familia Comboniana Limone

“Trabajemos todos sin otro afán de emulación que el de ganar más almas para Cristo, ayudándonos mutuamente. Compartan un mismo deseo, un mismo fin, un mismo empeño todos los que aman a Jesucristo”

(Escritos 2182)

Queridas/os todas/os:

Nosotros los miembros de los Consejos generales y el Coordinador de lo LMC, nos reunimos desde el 22 al 24 del pasado mes de abril, en la casa natal de San Daniel Comboni en Limone, movidos por el deseo de hacerles partícipes, aunque sea en parte, de lo que vivimos y compartimos, les escribimos esta carta esperando que la comunión que experimentamos llegue también a cada uno de ustedes, allá donde la Providencia los ha puesto, para servir y dar su vida por el anuncio del Señor Jesús, crucificado y resucitado.

Esta ha sido la primera reunión que se pudo realizar de manera presencial, después del largo tiempo de aislamiento causado por la pandemia, con todo lo que ello ha significado, por el alto precio pagado, hasta con la vida, por muchos cohermanos y cohermanas. Una pandemia que ha obligado a posponer la Asamblea General de las MSC y también el Capítulo General de los MCCJ que se celebrará el próximo mes de junio. En este año en el que las SMC están celebrando el 150° aniversario de su fundación y en el mes octubre también tendrán su Capitulo General. Todas estas razones han motivado esta reunión, no menos importante, la sinodalidad a la que nos invita la Iglesia universal, y nuestro ser Familia Comboniana que es, de por sí, expresión de una Iglesia sinodal. Nuestro caminar como Familia Comboniana no es algo opcional, no se limita al encuentro entre responsables, más bien se hace vida en las comunidades, en las misiones concretas donde se vive y se trabaja con objetivos compartidos.

El “encontrarse” para compartir como familia nació discretamente pero ha evolucionado, más que como resultado de una programación, movido por el deseo percibido y la conciencia de pertenecer a una raíz común. Encontrarse siempre es una ocasión para crecer en la conciencia de ser parte de una misma Familia carismática, porque así nos ha pensado San Daniel Comboni, para fortalecer el compromiso de seguir sintiéndonos parte de ella y los frutos, que han crecido con el tiempo, nos confirman que este es el camino correcto.

Nuestro anuncio y testimonio, más allá de los ministerios y servicios que estamos llamados a realizar, es ante todo vivir como hermanos y hermanas, miembros de la misma Familia: sin este testimonio, incluso las actividades más bellas pierden valor. Todos aquellos que han experimentado la colaboración y el trabajo en conjunto como Familia Comboniana, saben que no es fácil y que incluso algunos no entienden este valor de la colaboración, sin embargo, nosotros creemos sinceramente en ella y les invitamos a mantener este horizonte como una meta deseable.

Un encuentro fijado también para evaluar el camino hasta aquí recorrido, tomando como base la carta sobre la colaboración escrita en 2017 y el trabajo sobre ministerialidad en el que participaron un gran número de miembros de la FC, gracias al compromiso y dedicación de la Comisión designada y otros colaboradores capacitados y cualificados. Damos gracias al Señor que nos ha sorprendido con lo que hemos podido conseguir y sobre todo por quienes han participado y disfrutado de este camino.

El Hno. Antonio Soffientini, compartiendo la reflexión sobre este tema, realizada por la provincia italiana del MCCJ, nos invitó a no poner un adjetivo, una “etiqueta” limitante a la ministerialidad, porque la ministerialidad tiene muchas expresiones y no es solo hacia “el exterior, ad extra”, sino también hacia “el interior, ad intra” y esta última a menudo escapa a cualquier mapeo. Todos los servicios que requiere la vida de la FC son ministerialidad: formación, autoridad, administración, coordinación y acompañamiento en cada etapa de la vida de los miembros, desde el inicio del camino hasta la ancianidad.

Un signo que permanece

Los generales y coordinadores de las cuatro expresiones de la Familia Comboniana han querido expresar su unidad y el deseo de ver crecer la semilla, que el reconocimiento del Carisma de San Daniel Comboni ha generado en ellos en estos años y que estos dos días de encuentro han reavivado, confiándolo a un arbolito de olivo plantado todos juntos, en los terrenos de la casa natal de San Daniel Comboni. Así, cerca de otros olivos, muy antiguos, dedicados a varios miembros de la familia de San Daniel Comboni, crecerá uno nuevo dedicado a la Familia Comboniana.

Queda ahora el desafío de continuar el camino y por eso deseamos pasar “el relevo” a los nuevos Consejos Generales del MCCJ y SMC que serán elegidos en los próximos Capítulos Generales, pidiendo a las MSC y al LMC que actúen como “puente” y enlace, para nuestro camino futuro, juntos.

El Buen Pastor, con el Corazón traspasado, nos muestra el camino y, como prometió, camina con nosotros hasta el fin de los tiempos.

El Consejo general de las Hermanas Misioneras Combonianas

El Consejo general de las Misioneras Seculares Combonianas

El Consejo General de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús

EI Coordinador del Comité Central de los Laicos Misioneros Combonianos

 ”Este Instituto se vuelve por ello como un pequeño Cenáculo de Apóstoles para África, un punto luminoso que envía hasta el centro de la Nigricia tantos rayos como solícitos y virtuosos Misioneros salen de su seno. Y estos rayos, que juntos resplandecen y calientan, necesariamente revelan la naturaleza del Centro del que proceden”. (E 2648)

Una nueva comunidad internacional de Laicos Misioneros Combonianos se pone en marcha en Kenia

CLM Kenya

Desde hace algunos años, los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) están pensando en abrir una comunidad internacional en Kenia. Para responder a este deseo, los Misioneros Combonianos están terminando la construcción de una casa en Kitelakapel (Parroquia de Kacheliba), entre los Pokot, que acogerá a los laicos misioneros. Con la llegada de Linda Micheletti, LMC italiana y Josephine Loree, LMC de Kenia, este sueño empieza a hacerse realidad. Ahora estamos a la espera de más candidatos que puedan ir a hacer comunidad con Linda y Josephine.

“Subira huvuta heri” es una expresión swahili que significa que las cosas buenas llegan a los que esperan. Jueves, 7 de abril de 2022, y Linda Micheletti, nuestra esperada invitada, está por fin aquí. Estamos muy contentos de que por fin haya llegado. Culturalmente, mantenemos los valores de la familia y de la acogida de los invitados en alto, por lo que estamos más que contentos de dar la bienvenida a nuestra invitada a nuestra creciente familia de los LMC de Kenia.

Los Laicos Misioneros Combonianos de Kenia son un pequeño grupo compuesto por cuatro miembros que han completado su formación en diciembre. Otros están todavía en formación. El grupo se reúne mensualmente en Nairobi y también está creando una comunidad en Kitelakapel que ha sido impulsada por la llegada de Linda. Linda, junto con Josephine, serán los primeros miembros de la comunidad.

Estamos contentos de que nuestra familia crezca y esperamos dar la bienvenida a más miembros en el futuro.

https://www.comboni.org/en/contenuti/114332

Mensaje de Pascua del Consejo General MCCJ: “El Resucitado que no nos deja solos”

Pascua

“Para millones de personas, esta Pascua sigue siendo de sufrimiento, conflicto, guerra, desplazamiento, hambre, muerte y destrucción. Observar este escenario desde una perspectiva humana nos da una sensación de miedo, de angustia, de pérdida: un callejón sin salida. En cambio, para nosotros, discípulos misioneros, no es el momento de quejarnos, sino de ver, a través de la mirada de nuestra fe, al Resucitado que no nos deja solos” (Consejo General)

Mensaje de Pascua

“Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar ya no existía… Entonces oí una voz potente que salía del trono y decía: “¡He aquí la tienda de Dios con los hombres! Habitará con ellos y serán su pueblo y será el Dios con ellos, su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni luto, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado”.
(Apocalipsis 21:1-4)

Queridos hermanos,
Con gran alegría nos dirigimos a vosotros, para compartir la Buena Noticia de que el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra ya están entre nosotros: ¡Ha resucitado! “Esta es la tienda de Dios con los hombres“. ¡Aleluya!

Tiempo de pasión

Hablar de Pascua, Resurrección, Cielo Nuevo, Tierra Nueva en tiempos de pandemia y guerra parece una contradicción. En lugar de ver signos de vida, vemos destrucción y muerte, porque las guerras y las enfermedades son signos de la pasión y la muerte de Jesús que continúan en la vida de su pueblo. Para millones de personas, esta Pascua sigue siendo de sufrimiento, conflicto, guerra, desplazamiento, hambre, muerte y destrucción. Observar este escenario desde una perspectiva humana nos da una sensación de miedo, de angustia, de pérdida: un callejón sin salida. En cambio, para nosotros, discípulos misioneros, no es el momento de quejarnos, sino de ver, a través de la mirada de nuestra fe, al Resucitado que no nos deja solos: “Él habitará con ellos y ellos serán su pueblo y él será Dios con ellos, su Dios”. Y enjugará toda lágrima de sus ojos“. El Resucitado es el Crucificado. En su glorioso cuerpo hay heridas indelebles que se han transformado en destellos de esperanza. Como dice el Papa Francisco: “… la indiferencia, el egoísmo, la división, el olvido no son realmente las palabras que queremos escuchar en este momento. ¡Queremos desterrarlos de todos los tiempos! Parecen prevalecer cuando el miedo y la muerte prevalecen en nosotros, es decir, cuando no dejamos que el Señor Jesús triunfe en nuestros corazones y en nuestras vidas. Que Él, que ya ha vencido a la muerte y nos ha abierto el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce el ocaso” (Mensaje de Pascua Urbi et Orbi – 12 de abril de 2020).

Tiempo de escucha y discernimiento

La luz del cirio pascual que enciende nuestras velas es la luz del Señor resucitado que ilumina nuestras acciones y nuestras obras, el fruto de nuestra escucha. La escucha de los gritos de millones de seres humanos que aún viven en situaciones de muerte; la escucha de los Hermanos que caminan con nosotros tras las huellas de la misión; la escucha de la Palabra y de la voz del Espíritu Santo que nos ayuda, a través del compartir y de la oración, a discernir los signos de los tiempos que vivimos como sociedad, como Instituto y como Iglesia. Es en la intimidad con el Señor Resucitado donde hacemos nuestro ser de discípulos misioneros combonianos llamados a vivir la alegría del Evangelio en el mundo de hoy. Somos una misión y a través de nuestro testimonio, de nuestro ministerio, proclamamos el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra, porque “el antiguo cielo y la antigua tierra habían desaparecido y el mar ya no existía… las primeras cosas han pasado“. Resuena la voz de la esperanza: ¡Cristo ha resucitado! Es la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “esquiva” el sufrimiento y la muerte, sino que los atraviesa, abriendo un camino en medio del abismo, transformando el mal en bien: la marca exclusiva del poder de Dios.

Tiempo de celebrar

“…y no habrá más muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor“. La certeza de que el Señor resucitado está vivo entre nosotros nos llena de alegría, reconfirma nuestra misión en la construcción del Reino que es vida en plenitud para todos, especialmente para los más pobres y abandonados. Por eso debemos celebrarlo. Celebrar las pequeñas y grandes victorias que se producen a diario en los gestos de solidaridad, intercambio, reconciliación, fraternidad, justicia y paz en nuestras comunidades religiosas y parroquiales. Celebrar la victoria de que la muerte es superada por la ternura del amor a través del servicio de las personas que son el ángel de la guarda de la puerta de al lado, en medio de las guerras, pandemias, conflictos, violencia, etc. Celebremos el XIX Capítulo General en este contexto de Pascua como un Kairós pascual, un Kairós del Espíritu: “Y el que estaba sentado en el trono dijo: ‘He aquí que hago nuevas todas las cosas‘”. (Apocalipsis 21:5).

¡Feliz Pascua para todos!
El Consejo General
Roma, 17 de abril de 2022