Laicos Misioneros Combonianos

Visita a Rondônia en la Amazonía Brasileña

LMC BrasilLlegada al pequeño aeropuerto de Jí-Paraná y tener una calurosa acogida de treinta y muchos grados.
A la salida José me estaba esperando para llevarme a su casa. Allá Rose y sus tres hijos me han acogido con mucho cariño en familia.
Rose trabaja en el Instituto Padre Ezequiel Ramín desde donde llevan numerosos proyectos que intentan mantener vivo el legado del Padre Ezequiel de justicia para todos.
Hemos tenido un rato para visitar el instituto conocer de sus actividades. Ahora andan de mudanzas pero pronto estarán al cien por cien.
LMC BrasilEn estos días he tenido la oportunidad de visitar una aldea indígena de los indios Arara. Rose trabajó por más de 12 años en la pastoral indígena. Conoce a todas las familias y a tenido a bien mostrarme algo de su realidad. Allá hemos pasado la mañana visitando las distintas familias de la aldea. Conversando y riendo con ellos.
En Brasil sus tierras son invadidas muchas veces, el acceso a educación y salud es complicado y las madereras intentan sacar todo lo posible. Cuentan que la entrada de la televisión también ha traído muchos cambios en poco tiempo.
Rose (LMC que lleva 14 años en la zona) me comenta que la Amazonia es una zona donde todos vienen a sacar algo ya sea de la tierra o de las personas.
José (su marido) trabaja en la pastoral de la tierra. También cuenta los muchos problemas con las ocupaciones (las que buscan el derecho de la tierra y la de algunos que hacen negocio de ellas), la violencia con los fazendeiros y otros tipos de violencia…
Realiza un trabajo en la línea del padre Ezequiel Ramín (comboniano asesinado hace 30 años). Me cuenta sobre los movimientos campesinos que intentan la reforma agraria, buscando tierras para el pequeño agricultor. La invasión y destrucción de la Amazonía por intereses económicos, los pistoleros que siguen matando y haciendo desaparecer a los líderes que incomodan…
Me va contando algunos de los casos que desde la pastoral de la tierra acompañan, documentan y ayudan (no a todos, pues no todos actúan de una manera adecuada). Un trabajo que no está bien visto por muchos y que muchas veces se hace difícil.
LMC BrasilNos hemos acercado a un campamento pero, como él sospechaba, ya estaba totalmente desalojado por la presión a la que le estaban sometiendo. Hemos evitado ir a otros que están en situación conflictiva. Os dejo algunas fotos de este campamento abandonado.
Muchas gracias a toda la familia que me han dejado ser parte de sus vidas por unos días.
No puedo dejar de agradecer al Señor por la vida de entrega y servicio a los que más lo necesitan que hacen nuestros LMC en Brasil.

LMC Brasil

Hoy será un día largo de viaje. Empezando a las 8 de la mañana en carretera hacia Porto Velho y continuando el viaje a las 2 de la mañana en avión hacia Imperatriz, via Brasília, después algo más de coche hasta Açailândia.
Un saludo Alberto

De paso por Ipê Amarelo

LMC BrasilA las 4 de la mañana ya voy camino del aeropuerto con Cristian, nos lleva su hermano y sobrino (siempre encontrando acogida y disponibilidad allá por donde paso).

Cristina se ha animado a acompañarme unos días a Ipê Amarelo (Belo Horizonte). Además de sus años en la zona de las amazonas entre los pueblos indígenas también estuvo de misión en esta comunidad y como formadora y coordinadora del grupo. Así que tengo la suerte de que me acompañe y me enseñe y con Lourdes podamos conversar estos días.

LMC BrasilNos ha venido a recoger al metro el P Joaquín (comboniano de la comunidad de Nova Contagem donde está Ípê Amarelo) con Lourdes y hemos comido con la comunidad comboniana.

LMC BrasilEn Ipê Amarelo tenemos una casa de formación y misión. Estaos implicados en la casa comboniana, punto de referencia de numerosos programas de atención social implicados en la comunidad, como atención psicológica, atención sanitaria con medicina alternativa, grupo de mujeres, programa para la infancia, actividades culturales, artesanía y reciclaje…

Además de esta parte más formal gran parte del trabajo de la comunidad es acompañar y visitar las familias de la comunidad. Ir casa por casa saludando a unos y otros.

He tenido la suerte de pasar estos días visitando con Cristina y Lourdes (a veces juntas y a veces separadas). Un tiempo precioso. Ver cómo la gente las aprecia, como saben de sus vidas, de su historia, de sus preocupaciones, como en la conversación salen las preocupaciones normales del día a día y ellas (siempre atentas) van tomando nota en su cabeza, aconsejan, ayudan y/o se llevan cosa para después en casa pensar y ver cómo se podría ayudar.

LMC BrasilHemos celebrado la misa con la comunidad, donde me han presentado y dado la bienvenida junto a Cristina. Después Lourdes nos ha organizado una comida con mucha de la gente cercana a los LMC donde entre otros han participado Tere y Alejo con sus hijas (ellos colaboran mucho con la formación de los LMC y tiene una vida de entrega muy bonita), Vanesa (que estuvo en Mozambique como LMC) con su marido y su niña pequeña, Adelia (LMC implicada en temas sociales como al APAC y otra atenciones) y así hasta una treintena de personas.

Hemos podido visitar a la madre y hermana de Marcelo (LMC que después me encontraré en Balsas). Me encanta este ser familia que rodea a los LMC.

LMC BrasilAl día siguiente hemos sacado tiempo para ir con Adelia (otra LMC de Petrolândia que está a una media hora) a visitar Ouro Preto. Pueblo colonial desde donde los portugueses explotaban las minas de oro con los esclavos negros traídos de África.

LMC BrasilDespués en Mariana hemos comido con Paulinha (asesora jurídica de la LMC). Nos cuenta la lucha que llevan adelante a partir de la rotura de la presa, responsabilidad de las mineras que siguen explotando la zona. Un desastre ecológico al que se suma el hecho de arrasar barrios humildes con pérdidas de vidas humanas por no haber previsto las cosas y por no avisar a la población. Por supuesto buscan lavarse las manos, no responsabilizarse y persiguen a quienes luchan por la gente acusándoles de mala prensa que aleja el turismo de la zona.

LMC BrasilAl día siguiente hemos ido a Itauna a visitar una APAC. ¿Os imagináis una cárcel donde los presos tienen las llaves de todo? La cárcel nos la enseñaron dos “recuperando” [así se llaman a los presos de manera general (porque todos están para recuperarse) y a todos se les llama por su nombre (portando una tarjeta con el mismo). Nos han enseñado tanto el régimen semi-abierto como el régimen cerrado. Solo para pasar de un lado a otro tuvo que estar un funcionario presente mientras los recuperandos abrían la puerta.

LMC Brasil

Un sistema de prisiones que cuesta un tercio que la normal, tiene un montón de voluntarios y una comunidad implicada. Tienen un índice de reincidencia del 28%, frente a un 85% del resto del país y un 70% a nivel mundial.

Comimos con los recuperandos de régimen cerrado (ensalada, puré de calabaza, arroz, alubias y lasaña de pollo). Por la tarde echamos un rato conversando con Valdeci [LMC que es el coordinador de las diferentes APAC (más de 60 en Brasil y abriéndose a otros países)].

LMC BrasilNo me extiendo más pero os dejo un link a nuestro blog donde publicamos recientemente una entrada con el premio que últimamente ha obtenido como emprendedor (ahí también podéis ver algo más sobre las APAC).

https://lmcomboni.org/blog/premio-de-emprendedor-social/

A la mañana siguiente madrugón y de nuevo al aeropuerto camino de Rondônia.

Un saludo Alberto

Un tiempo en Curitiba

LMC BrasilEl viaje a Curitiba en autobús se ha hecho un poco pesado, viajar de noche y con las rodillas hundidas en el asiento delantero no es del todo cómodo. Como dice Cristina es una de las desventajas de los que tenemos cierta altura.

Me recogieron Cristina (LMC Brasileña y miembro del Comité Central) y Alex (postulante comboniano) y me llevaron al postulantado donde estaría estos días.

Como Cristina estaba ocupada me fui con los combonianos a la lectura de una tesis sobre el decreto ad gentes y la experiencia con el pueblo Pokot de Uganda. Como veis hay de todo en este viaje misionero.

Después por la tarde pude ir a visitar a Guilherma (LMC Brasileña que trabajó mucho en Mozambique). Se encuentra algo delicada de salud. Esperemos que recupere las fuerzas pronto. Echamos una buena tarde juntos, conversando y merendando.

Por la noche asistimos a una formación sobre violencia englobada en la campaña por la fraternidad de este año en Brasil. Dentro de las formaciones que se realizan en la parroquia comboniana de Curitiba. Fueron 3 días de formación seguidos, por la noche, donde han participado 110 personas. Me pareció maravilloso ver esta expresión de Iglesia que se forma e intenta comprometer con las realidades en las que vive, dando una respuesta. No es fácil ver esto en otros lugares.

Como no todos son reuniones y encuentros. A la mañana siguiente me llevaron a visitar el jardín botánico de Curitiba. Tiempo para compartir con la comunidad del postulantado y visitar la ciudad.

Por la tarde me encontré con parte del grupo LMC de Curitiba. Me llevaron a conocer dos lugares donde se quieren comprometer como grupo. Estuvimos colaborando con los “catadores”. Son las personas que recogen todo la basura no orgánica, la organizan, seleccionan y venden para vivir. Encargándose así del reciclaje en la ciudad. Tienen una asociación que intentan legalizar para sí mejorar sus condiciones de vida y aquí colabora el grupo LMC local.

Después también visitamos una panadería comunitaria, organizada de manera colectiva, tanto el trabajo como el beneficio. Todo ello en un barrio de la periferia de las ciudad (bastante conflictivo por cierto). Este es otro lugar donde están colaborando y animando los LMC.

Por la noche me pude reunir con el grupo LMC de Curitiba, tuvimos un rato para compartir sobre nuestro LMC a nivel internacional, hablarles de lo que otros grupos y comunidades hacen y responder sus preguntas. Fue un bonito rato donde compartir la realidad de todos nuestros LMC alrededor del mundo. Esperemos que alguno se vaya animando también a salir a otras realidades como han venido haciendo el grupo de Brasil siempre.

Un saludo Alberto

Una historia hecha de nombres

PalermoEl trabajo que estamos haciendo como Misioneros Combonianos y Laicos Misioneros Combonianos en la situación concreta de la migración se logra esencialmente estableciendo redes con asociaciones, organizaciones y movimientos, tanto eclesiales como sociales, involucradas en esta área, en el reconocimiento y la defensa de los derechos de los inmigrantes y refugiados.
Desde septiembre de 2013, el puerto de Palermo, Sicilia, se ha convertido en lugar de donde llegan migrantes de África y otras partes que cruzan el Mediterráneo. A su llegada, estamos presentes para repartir kits de ropa, zapatos, una bolsa con un sándwich, una manzana y una botella de agua, tratando de establecer un contacto con los recién llegados. No queremos ser simplemente una presencia material, sino que también tratamos de recopilar información sobre cómo se trata a las personas que llegan, ya que están cargadas de experiencias indescriptibles, sufridas antes o durante el viaje, y no tienen ni idea de lo que les espera en Italia.
Junto con los vivos, desafortunadamente, en muchas ocasiones, los cuerpos de aquellos que murieron en el mar también llegan. Desde el principio, nuestra preocupación ha sido hacer un seguimiento de estos cuerpos hasta que tengan un entierro digno en el cementerio de Palermo. PalermoCada año en noviembre, en el Día de Todos los Santos, la sociedad civil se une a los representantes de varias religiones para celebrar un servicio interreligioso en su memoria. Es un acto de solidaridad con las víctimas donde denunciar las causas de su muerte, entre ellas los desagradables acuerdos de Italia, y detrás de Italia, de Europa con Libia y otras terceras partes que trabajan para bloquear o rechazar a los migrantes.
Reconocemos la difusión de una cultura de exclusión. Hoy, las personas se sienten libres de cualquier responsabilidad social, de cualquier vínculo con los demás, de cualquier objetivo común. Es urgente centrarse de nuevo en las historias y las vidas de los migrantes para hacer frente al racismo y la xenofobia, que se basan en suposiciones falsas y en informaciones controladas y manipuladas por los medios. A través de actividades que promovemos en las escuelas y en las parroquias, presentamos las historias de los migrantes haciendo historia de las distintas fases de sus viajes: las razones por las que se fueron, su estancia en Libia, que les cuesta la vida, cruzar el Mediterráneo y su llegada a Italia donde terminan siendo meros números. Ir más allá de las mentiras, reconocer y defender los derechos de los migrantes como personas, son todos pasos muy importantes en la construcción de una sociedad multicultural e intercultural.
En cooperación con organizaciones sociales y eclesiales, compartimos espacios de alojamiento para los migrantes y proyectos de acogida con la idea de producir reuniones de base y una relación con el territorio donde ocurre todo esto. En el proceso de aceptación hay etapas críticas ligadas sobre todo al tiempo excesivo que permanecen en los centros de primera acogida y al pequeño número de estructuras especiales o lugares en el SPRAR. En muchos casos, las inserciones de migrantes se convierten en una verdadera “lotería”. Reflexionar sobre los migrantes significa repensar nuestras estructuras sociales, políticas y eclesiales. Significa tener el coraje de cambiar el orden actual de las cosas.
PalermoFinalmente, el elemento constante de nuestra presencia es la denuncia profética de personas e instituciones que especulan con la desesperanza de los migrantes, que explotan su trabajo, o de aquellos, en la pobreza política, que acaparan los fondos destinados al proceso de llegada.
Calvin escribió: “Cada vez que construyes un muro, piensa en lo que dejas afuera“. Lo que hoy parece una estructura de protección, mañana podría convertirse en una prisión. La vida se desarrolla y crece más allá del muro. Pero, si el miedo es contagioso, también lo son el coraje y la esperanza.
P. Domenico Guarino
Palermo, febrero de 2018

Informe de la marcha pacífica realizada por los cristianos en Kinshasa 21-01-2018

marchacongoEn Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, la marcha pacífica de los cristianos fue organizada el 19 de enero por el comité coordinador de los laicos católicos, para el domingo 21 de enero de 2018. En esta marcha, se exigió al gobierno la aplicación inmediata del acuerdo de San Silvestre, del 31 de diciembre de 2016, así como el respeto de la constitución, la estabilidad de la promesa y la cohesión nacional.
El domingo 21 de enero de 2018, cuando llegamos a nuestras parroquias, vimos una fuerte presencia de la Policía de Intervención Rápida (PIR) rodeando nuestras parroquias. Eran numerosos y fuertemente armados.
Al final de la Misa, alrededor de las 9:30 o 10, comenzamos nuestra marcha pacífica, trataron de dispersarnos desde los primeros pasos frente a la puerta de nuestras iglesias, usando gas lacrimógeno y balas reales… Hubo algunos heridos, una de las compañeras murió en el suelo después de recibir dos balas en el pecho. Estábamos en el suelo con rosarios, biblias, crucifijos y ramas. 15 minutos más tarde conseguimos levantarnos para llevar a los heridos a la sala de emergencias. Entre la gran multitud, frente a nuestros verdugos, quien pudo levantarse, se sacudió el polvo de la ropa y luego continuamos caminando.
Había bloqueos policiales por todas partes. En cada barrera, la violencia y la brutalidad eran más fuertes. Después de 45 minutos de caminata la policía hizo una barrera frente a nosotros forzándonos a dar marcha atrás. Cantamos himnos y el sacerdote que estaba al frente pidió a los fieles arrodillarse y rezar el Magníficat. En este preciso momento, cuando todos estábamos de rodillas en el suelo, la policía comenzó a disparar y a lanzar gases lacrimógenos, torrentes de humo que iban contra los sacerdotes, acólitos y los jóvenes que interferían con los arrestos.
Y durante este tiempo, en nuestras parroquias, los sacerdotes habían desaconsejado la participación en la marcha a ancianos o personas que estaban débiles por enfermedad u otra razón, así como a los niños. Se suponía que rezarían un momento para aquellos que iban a caminar y regresarían a casa. Sin embargo, la policía encerró a todas estas personas en la parroquia; cerraron desde el exterior todas las puertas de la parroquia obligando a los cristianos a quedarse hasta las 13:00. Todas estas personas débiles permanecieron más de 6 horas en el recinto de la parroquia sin agua ni comida.
Al regreso de los fieles a la parroquia para concluir la marcha, hemos encontrado a los cristianos encerrados en su propia parroquia. Cuando intentamos romper los candados colocados por la policía, no solo para liberar a los que estaban adentro sino también para entrar y hacer la oración final, los policías comenzaron a disparar y abusaron de los jóvenes, hubo un gran enfrentamiento durante casi 30 minutos. La gente corría en todas direcciones, siempre bajo fuego policial, tratando de saber hacer seguimiento de los que fueron arrestados, los que fueron llevados a casa lesionados, otros heridos y llevados a hospitales… El día fue inquieto hasta las 4 de la tarde y después frío y angustioso, alrededor de las 7 p.m. eliminaron las barreras.