Laicos Misioneros Combonianos

Testigo de un camino común

Marisa LMCEl 7 de agosto, de este año 2016 se celebró en Viseu, Vila Nova do Campo, el envío misionero de la Laica Misionera Comboniana (LMC) Marisa Almeida en una misa presidida por el Obispo D. Ilídio Leandro en la Iglesia Parroquial de Vila Nova do Campo.
José Tolentino Mendonça dice: “Al lado de tu amigo, ningún camino será largo.” Y este camino hecho junto con los LMC parece que comenzó ayer. Parece que fue ayer cuando empecé este viaje con Marisa, la LMC a la que presentamos “con todo lo que somos”. Conocer a Marisa ha sido uno de los mayores tesoros que este camino me ha traído. Al igual que el Evangelio de este domingo, Jesús vino a repetirnos una y otra vez: “No tengan miedo.” Él nos conoce. Él conoce nuestros miedos más profundos, nuestras ansiedades, nuestros obstáculos y las heridas que tenemos que superar. Pero frente a todo esto nos repite: “No tengan miedo”. Y a menudo, tan a menudo, nos centramos en nuestra debilidad, en nuestros miedos y nuestra pequeñez. Tantas veces repetimos con palabras y con la vida: “Señor, soy tan pequeña, pecadora, débil e incapaz”. Y Él siempre nos repite: ” No tengan miedo”.
Así os pasa a vosotros. Así me pasa a mí y lo mismo le ocurre a Marisa. Muchas fueron las veces que en silencio, cada uno de nosotros se preguntó: “¿Yo? ¿Pero yo? Pero Dios, ¡¿con la cantidad de gente tan audaz y valiente me eliges a mí?! “Tantas veces hemos pensado que no somos capaces. Pero él no elige a los capacitados, sino que capacita a los escogidos. Es a nosotros, los frágiles y pecadores a quienes Dios da el Reino de los Cielos. Este fue el tesoro encontrado en los LMC y al que todos ustedes están invitados a seguir y descubrir en su vida: el Amor. Es este Amor que nos hace estar aquí. Es este Amor que nos hace ir. Y cuando nos atrevemos a seguir, compartir y vivir este amor, somos y experimentamos un poco del Reino que el Padre por tiene preparado en el cielo. Este camino es el que nos hace ir, y por eso estamos aquí.
Pero, yo no existo sola. Ninguno de nosotros existe en soledad. Marisa no existe por sí misma. Estamos juntos, como repito a menudo. Y este estar juntos es ir con ella, aunque sea a océanos de distancia. Es por haber experimentado y sentido este amor que Marisa responde a la llamada con un SÍ. Ella también se equivoca, como nosotros. También cae como nosotros. También tiene miedo, como nosotros. Pero escucha en su corazón a Jesús que le dice: “No tengan miedo” y confía diciéndole SÍ con su vida. Y nosotros vamos con ella, estamos con ella y somos misioneros con ella. La misión se hace con los pies de los que parten, las rodillas de los que rezan y las manos de los que ayudan. Haciéndolo así permanecemos juntos. Estando juntos experimentamos el amor de Dios.
Doy las gracias a toda la familia comboniana, presente a través de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, las Misioneras Seculares Combonianas, las hermanas misioneras Combonianas y los Jóvenes en Misión, toda la comunidad y todos los que se unieron a ella, físicamente y espiritualmente, en este momento – hicieron de este momento una experiencia de Amor, un pedazo de cielo. Sintámonos provocados, como ella, a confiar en Dios respondiendo con un SÍ a su invitación Amor.
“Pensar en una persona que ama es rezar por ella”, dice Santa Teresa del Niño Jesús, por eso os invito a cada uno de ustedes a pensar en Marisa para que su misión sea rica y produzca mucho fruto.

¡No tengan miedo, permanecemos juntos!
Marisa LMC
Paula Sousa. Portugal

 

Promoción vocacional en Ghana

CLM GhanaLa institución “En la Casa de Mi Padre” (IMFH) construida por un comboniano tiene como objetivo el mostrar el amor de Dios a los pobres y marginados. Para ello, casi todos los años, nuevas entradas se realizan mientras que otros tienen que partir para realizar más estudios, ya sea para continuar la Escuela Secundaria o para pasar a una institución de educación superior. Los aspirantes a LMC que viven dentro de las instalaciones de la Institución participan para ampliar su vocación con todos los que están en formación dentro de la Institución. Por ello, estamos pensando en iniciar un grupo vocacional para abordar este interés.

Pero antes de esto, reflexionamos sobre nuestro papel como “LMC.” Además de nuestros diversos servicios, hemos pensado en hacer algo especial para identificarnos como LMC. Estamos muy involucrados en las actividades de la casa, pero ahora queremos centrarnos más en nuestra identidad LMC siguiendo el carisma de San Daniel Comboni. Continuamos reflexionando para seleccionar un servicio especial dentro de IMFH además de la promoción vocacional.
En este sentido, hemos invitado a un escolástico para presentar un tema sobre la Vocación este pasado 17 de julio.
En su presentación, explicó la palabra vocación y demostró la clase de vocación que encontramos en la Biblia. La parte más sorprendente fue su propia experiencia hasta el final de su tercer año de Teología. Concluyó con la necesidad de la fe y la oración a la hora de caminar con el Señor. Justin Nougnui, coordinador del grupo LMC, ayudó al escolástico en la traducción. Además de lo que dijo el escolástico, llamó la atención de los niños y de todos los que estaban en la presentación la seriedad y calidad académica. Es muy importante ser serio y estar concentrado para llegar a un objetivo, y también resaltar que no podemos olvidar el rendimiento académico si queremos decir que sí a la llamada de Dios. A continuación, motivó a los niños a concentrarse en sus estudios para llegar a hacer grandes cosas en la vida.

Justin Nougnui

Fiesta de la Familia, celebración del amor, vida compartida

LMC PortugalEs así mismo, tal como dice el título. Una experiencia de amor incondicional que nos une, que nos permite sincerarnos, compartir, en la oración, en comunidad…

Un nuevo fin de semana, un nuevo encuentro, un nuevo reencuentro. En este fin de semana, en que termina un nuevo año formativo, un año lleno de sonrisas, lágrimas, descubrimientos, de amor, de alegría, de amistad y de un descubrimiento profundo de nosotros mismos y de nuestra relación con Dios. Un año repleto de Dios y de su amor misericordioso para con todos nosotros.

En este eterno recomenzar hubo espacio para meditar, espacio para reflexionar los diferentes momentos, los diferentes instantes que construyeron cada uno de los fines de semana vividos. Tuvimos tiempo para compartir con aquellos que durante todo el año hacen lo mejor para nosotros y por nosotros, como la coordinadora, de aquello que ha supuesto la experiencia de Dios para cada uno de nosotros, vivida dentro del seno de la Familia Comboniana.

Fueron dos días para compartir lo mejor de nosotros, lo mejor de lo que Dios nos da gratuitamente como un don, la vida.

En este fin de semana como familia, rezamos, compartimos, fuimos y permitimos que el otro fuese, reímos innumerables veces, dimos abrazos de vida, deseamos paz, fuimos amor y testimonio vivo de la alegría del Evangelio.

Entre la risa de los niños y las arrugas de la experiencia, dimos Gracias a Dios por todos y cada uno de los allí presentes, por cada uno de los ausentes, aunque muy presentes en nuestro corazón, éramos más de los que estábamos presentes, éramos familia Comboniana, difundida por los cuatro rincones del globo…

Fue extraordinario ser testigos del amor de Cristo presente en cada uno de los familiares que iban llegando, en la mirada de padre y madre que nos hacía cercanos.

La familia reunida, para festejar uno de los infinitos dones que Dios nos da, la familia. Y así fue en familia que dimos espacio, tiempo para que Dios nos hablase a cada uno de nosotros a través de todos aquellos que compartían su alegría

Con el testimonio de Márcia Costa nos hicimos cercanos a los misioneros esparcidos por el mundo, que anuncian con su vida, el Evangelio de Jesucristo, y con el anuncio de la partida de Marisa Almeida todos fuimos tocados con la bendición que supone su vida entre nosotros, así como su abandono en los brazos de Dios y en la mirada materna de Nuestra Señora, madre de las misiones.

Ser Laico Misionero Comboniano es esto mismo, ser y hacerse familia, familia que acoge, que ayuda, que cuida, que planta las semillas concebidas por Dios, que ve germinar e ilumina, que da fruto. Familia que ora que comparte, que crece e ayuda a crecer, que alimenta y da vida. Es la mirada que no olvida, flor que se deshoja, es ser simplemente nosotros.

Ser Laico Misionero Comboniano es estar más cerca del amor de Dios y dar testimonio de la Vida con nuestra vida.

Es bonito ser familia con todos ustedes.

LMC Portugal

Neuza Francisco (Portugal)

 

¡2 nuevos miembros polacos de la comunidad LMC!

Adela e TobiaszEl 3 de junio – en el Día del Sagrado Corazón de JesúsCristo, 2 nuevos miembros se unieron oficialmente a nuestra comunidad Polaca de los LMC. Durante la misa, Adela y Tobiasz mostraron formalmente su deseo de seguir su vocación misionera en el Espíritu de San Daniel Combioni. Ellos leyeron sus compromisos frente a los Padres Combonianos, amigos e invitados. Estaban agradecidos por la fe, la presencia de Dios en su vida y su vocación. Juntos, subrayaron que gracias a su amor conyugal, quieren ser una señal de Dios. Como comunidad, nos gustaría dar las gracias a Dios por Adela y Tobias y orar por ellos. Han sido capaces de confiar en él con valor y dejar que Él les guíe. El primer paso en este camino Comboniano está justo detrás de ellos 🙂