2025 comenzó con buen pie con nuestra asamblea anual, que tuvo lugar del jueves 9 al domingo 12 de enero. Fue un momento de profunda reflexión, evaluación y planificación, en el que echamos la vista atrás al año pasado y nos preparamos para el viaje que tenemos por delante.
Momentos de formación
A lo largo de la asamblea, evaluamos nuestras actividades, las reuniones de formación y el servicio que prestamos. También revisamos y actualizamos nuestros estatutos, asegurándonos de que siguen guiándonos eficazmente en nuestra misión. Además, evaluamos nuestro informe financiero y trazamos planes concretos para el año 2025.
Un momento particularmente especial fue la celebración de nuestros miembros que se preparan para su experiencia de misión en Kitelakapel. Su compromiso es un hermoso testimonio de la llamada que todos compartimos: salir y proclamar el Evangelio.
Las tartas fueron de la comunidad de Kitelakapel para agradecer a los LMC de Kenia su apoyo, y para dar la bienvenida a las nuevas LMC que se preparaban para la misión y que más tarde se unirían a nosotros en Kitelakapel para su experiencia comunitaria.
Lo que más destacó de esta asamblea fue el sentido de responsabilidad compartida y el deseo de crecimiento. Fue inspirador ver hasta qué punto cada miembro está implicado en la configuración del futuro de nuestra misión. El énfasis en la formación, el servicio y la planificación cuidadosa muestra un fuerte compromiso no sólo con la acción, sino con un trabajo misionero sostenible y significativo.
Nuevo equipo coordinador
Entre los planes para 2025, uno de los principales es apoyar a quienes se preparan para la misión en el extranjero y garantizar que estén bien equipados espiritual y prácticamente. También hay un fuerte compromiso con el fortalecimiento de nuestras iniciativas locales, la mejora de la forma en que acompañamos a las comunidades y el fomento de un compromiso misionero más profundo.
Al entrar en este nuevo año, pedimos a Dios que bendiga abundantemente nuestra misión. Que Él guíe nuestros pasos y fortalezca nuestra determinación. Y que nuestro amado San Daniel Comboni interceda por nosotros mientras seguimos caminando en la fe y el servicio.
Ha comenzado la etapa final en la formación de los candidatos de América del movimiento de “Laicos Misioneros Combonianos” (LMC) un tiempo de estar sintonizados con ellos mismos y con los otros LMC antes de salir a la misión ad-gente para dar una respuesta generosa al llamado recibido de ir a la evangelización de los pueblos más abandonados, razón principal por la cual existimos como grupo.
Son cuatro personas que comparten esta vivencia: Mariana Meléndez Cándido, 36 años; Rosalinda Olivo Oria, 69 años; Sandra Luisa Rodríguez Andalón, 64 años; todas mexicanas y José David Rojas Quesada Costarricense, 43 años; desde la óptica humana no se entiende el dejar familia, trabajo, amigos, costumbres, sabiendo que solo los une el ideal de Comboni, con el único objetivo de estar listos para la misión.
Ahora son parte de una misma familia donde fortalecido con la oración hace razonable el estar juntos. Unidos recordando que el ser hijos del mismo Padre los hace hermanos, rescatados por Jesucristo que desde la cotidianidad los invita a estar con Él y movidos por el Espíritu Santo puedan ser enviados a los más necesitados como lo hizo en su tiempo Daniel Comboni.
Hoy continúa este legado como herederos del Carisma, la Familia Comboniana (MCCJ, HC, SC, LMC).
En la ciudad de Manizales, departamento de Caldas en Colombia, entre los días 25 y 26 de enero del presente año, en las instalaciones de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar, se llevó a cabo el primer encuentro presencial de los LMC de Colombia, en esta reunión se hizo planeación correspondiente para el año 2025.
Dentro de los temas tratados se definieron las fechas y lugares para los Campo Misión de Semana Santa y Navidad; en para los cuales queda en cabeza de la nueva coordinación hacer la socialización de los lugares con los MCCJ del país, para como siempre, trabajar de la mano junto con ellos.
En cuanto a la formación, tanto para el grupo de discernimiento, como para el grupo de profundización, se establecieron los programas, temas, responsables y frecuencia; se definieron encuentros virtuales cada 15 días. El programa de discernimiento para las personas que quieren hacer parte de los LMC, inicia el 5 de febrero y finaliza el 3 de diciembre y para los LMC consagrados que entrarán al módulo de profundización, la formación comienza el 12 de febrero y terminará el 10 de diciembre.
Además, se propusieron otros dos encuentros presenciales de los LMC en este año; el primero se llevará a cabo en la ciudad de Cali entre el 20 y 23 de junio; este tendrá como objetivo un conocimiento más profundo del grupo las personas que están en discernimiento y que quieren comprometerse con el Carisma Comboniano; el segundo encuentro será nuestro retiro espiritual anual que iniciará el 31 de octubre hasta el 3 de noviembre en el Municipio de Suaza en el departamento del Huila.
Se calculó el presupuesto económico del presente año y se hizo una proyección, a priori, para el 2026, en miras de la creación y sostenimiento de la primera misión permanente nacional que harán dos de las LMC consagradas, en el municipio de Tumaco, departamento de Nariño, como apoyo a la labor desarrollada en la comunidad por los MCCJ.
Se hizo una retroalimentación de algunos de los acuerdos que se trabajaron en la asamblea internacional de Maia 2024, se revisaron algunas de las actas que se trabajaron los días de trabajo y se explicaron los procesos que se están desarrollando para hacer el reconocimiento de los LMC por el dicasterio.
En el cierre de la reunión se propuso una nueva conformación del comité de los LMC en Colombia, quedando Janeth Escobar en el cargo de coordinadora nacional, Jenny Trujillo Marulanda en el cargo de tesorera y Felipe Mora como secretario del grupo.
Como parte del programa de actividades para el año pastoral 2024-2025, los aspirantes al LMC organizaron una salida misionera a la parroquia de San José en Assahun-Fiagbé del 4 al 5 de enero de 2025. Las actividades realizadas durante esta misión incluyeron una charla-debate, la proyección de una película, visitas a domicilio y la distribución de regalos a los niños. Estas acciones se llevaron a cabo en colaboración con la asociación Avenir Positif, creada en 2012 por colaboradores de las Hermanas Misioneras Combonianas, destinada a promover el bienestar de niños y jóvenes.
Sábado 4 de enero de 2025: Inicio de las actividades
Una primera delegación compuesta por Jean-Baptiste GNIMASSOUN, Ernest BOTRI, Marie-Claire AWUNO y la Hermana Elizabeth CORTE IMPERIAL (SMC) llegó al pueblo la tarde del sábado 4 de enero de 2025. Tras una visita de cortesía al párroco en la rectoría, el equipo se dirigió a la parroquia para iniciar las primeras actividades del programa.
La jornada comenzó con una charla-debate sobre el tema: El Compromiso de los Jóvenes Cristianos en su Parroquia, a cargo de Ernest BOTRI. Este debate animó a los jóvenes a implicarse más en las actividades pastorales. Por la noche, la proyección de la película Jesús de Nazaret en lengua local (Éwé) marcó el final de esta primera jornada.
Domingo 5 de enero de 2025: Actividades principales y clausura
El domingo 5 de enero, fiesta de la Epifanía, una segunda delegación compuesta principalmente por miembros de la asociación Avenir Positif se unió al grupo inicial. Todos los participantes asistieron a la misa dominical dedicada a los niños de la parroquia y sus dos subsedes.
Tras la misa, Jean-Baptiste GNIMASSOUN dirigió una sesión educativa sobre el tema: Nutrición sana para un futuro positivo. Esta sesión sensibilizó sobre la importancia de la nutrición en el desarrollo de los niños.
A continuación, se organizaron diversos juegos con premios para entretener a los niños. Mientras tanto, algunos miembros, acompañados por feligreses, realizaron visitas a domicilio a enfermos y ancianos. Estas visitas brindaron la oportunidad de compartir la Buena Nueva y distribuir kits de alimentos.
También cabe destacar que se entregó al párroco un lote de ropa y zapatos, donados por Maria Aliya, aspirante LMC, para los necesitados.
La misión concluyó con una distribución de regalos a los niños, llevando alegría y esperanza a muchos hogares.
Conclusión
Esta salida misionera fue una verdadera bendición para la comunidad de la parroquia San José de Assahun-Fiagbé. No sólo fortaleció los lazos entre los candidatos a LMC y los feligreses, sino que también proporcionó apoyo espiritual y material a los necesitados.
Con un renovado espíritu misionero, concluimos la Asamblea de los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) celebrada en Maia, Portugal. Este encuentro ha sido una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta nuestra comunidad y para renovar nuestro compromiso con la misión que San Daniel Comboni nos encomendó. Durante estos días, hemos abordado, entre otros temas, los desafíos económicos que como comunidad tenemos, nuestra metodología misionera, la revisión de nuestra estructura de gobierno y nuestra responsabilidad hacia las misiones internacionales.
En un mundo con grandes desigualdades, es crucial gestionar los recursos de manera responsable, garantizando la sostenibilidad de nuestras actividades misioneras. En este sentido, la Asamblea subrayó la necesidad de ser transparentes y rendir cuentas en el uso de los fondos. También se destacó la importancia de diversificar nuestras fuentes de financiamiento y explorar nuevas estrategias que nos permitan mejorar nuestras finanzas para ponerlas al servicio de la misión.
La sostenibilidad económica no solo depende de los recursos externos, sino también de la creatividad y el compromiso de los miembros de los LMC. Nos comprometemos a involucrarnos activamente en la planificación y ejecución de iniciativas que aseguren la estabilidad financiera de nuestra misión a largo plazo.
La misión no debe limitarse a la evangelización, sino que debe ser un proceso integral que promueva el bienestar espiritual y humano. En un mundo cada vez más diverso, debemos trabajar estrechamente con las comunidades locales, empoderándolas para que sean protagonistas de su propio proceso de cambio.
Se hizo hincapié en que nuestra misión debe abordar no solo las necesidades espirituales, sino también las cuestiones sociales, económicas y de justicia. Como Laicos Misioneros Combonianos, nuestro compromiso es ser testigos activos del Evangelio y a partir de nuestro ejemplo de vida, trabajar por la dignidad humana y la justicia social.
La revisión de la estructura de gobierno también fue un tema central. En un contexto globalizado, necesitamos una organización flexible que permita una buena coordinación y que fomente la participación activa de todos los miembros en la toma de decisiones. Se propuso tener un organigrama de pirámide inversa, que contemple a la asamblea general como órgano máximo de dirección, de esa misma forma, a partir de esta asamblea general, se conforman los comités por países, los cuales se unifican continentalmente en un solo comité para que se agrupan en un solo comité central; a este comité central lo acompaña, como consejero un integrante de los MCCJ.
Los LMC debemos ser corresponsables con las misiones internacionales, donde la pobreza y las injusticias sociales son más evidentes. Este compromiso no solo implica apoyo material, sino también espiritual y formativo. La colaboración con otras organizaciones y redes de apoyo es esencial para maximizar el impacto de nuestra misión.
Al concluir esta Asamblea, renovamos nuestro compromiso con la misión de los Laicos Misioneros Combonianos. Nos sentimos más unidos y fortalecidos en nuestra vocación, guiados por el ejemplo de San Daniel Comboni. Continuamos adelante con esperanza, valentía y unos fuertes sentidos de solidaridad y justicia, comprometidos con los más pobres y necesitados.
Como en todos los encuentros por países, nuestra asamblea concluyo con una reunión de integración en la cual, cada país compartió lo mejor de su alegría, con bailes, comidas típicas y bebidas de la región, intercambiamos con alegría parte de nosotros y de lo que nos caracteriza como una sola familia; el más respetuoso, alegre y delicioso cierre de una asamblea que nos une.
Que el Espíritu Santo siga iluminando nuestro camino y que nuestra misión continúe siendo fiel al carisma de San Daniel Comboni.
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