Laicos Misioneros Combonianos

Fin de semana de Espiritualidad Comboniana

LMC Portugal

LMC PortugalEl pasado fin de semana, del 8 al 10 de junio, los Laicos Misioneros Combonianos estuvieron presentes en el Fin de Semana de Espiritualidad Misionera Comboniana, realizado en Maia y que tuvo como tema a San Daniel Comboni – desafío para los jóvenes de hoy.
El encuentro comenzó el viernes por la noche con la presentación de todos los participantes, entre los que estaban miembros de las diferentes ramas de la familia comboniana y algunos amigos y colaboradores.

La mañana del sábado comenzó con un momento de oración orientado por los candidatos a LMC presentes.
La Secular Comboniana, Helena Laranjeiro, abrió la temática convocando a todos los presentes haciendo una lluvia de idea sobre la palabra Joven. Entre las varias palabras y expresiones citadas, se concluyó que los jóvenes son buenos y, muchas veces, son las “personas” que los definen como “malos”. Aún dentro de la búsqueda de la definición de Jóvenes, se hicieron pequeños grupos que discutieron entre sí la visión de la realidad juvenil en los días de hoy y sus aspectos positivos y negativos.

LMC PortugalLa segunda parte de la mañana estuvo marcada por el testimonio del P. Nuno que pertenece a la pastoral universitaria de Coimbra, hablando sobre su trabajo con los jóvenes hoy, subrayando que no podemos fijarnos solo en el número de jóvenes presentes en las actividades, parroquias y movimientos, sino en la calidad de estos jóvenes, siendo esa una ventaja, ya que es más fácil trabajar y acompañar. Desde su experiencia, destacó algunos de los errores comunes de la Iglesia, como animadora de la comunidad, refiriendo que debemos hablar con entusiasmo y alegría, mostrando lo que decimos sobre la alegría de seguir a Jesús Resucitado.

Por la tarde, la sesión fue orientada por el p. Ricardo Gomes que compartió su experiencia como padre joven y también lo que Daniel Comboni ya decía acerca de los jóvenes. Nos dividimos nuevamente en grupos para reflexionar y discutir algunos escritos de Comboni destinados a vocaciones jóvenes.
Al final de la tarde se prosiguió con la Adoración al Santísimo, siendo ese un momento fuerte del día, una vez que nos permitió reflexionar e interiorizar el tema, todo lo que se oyó y compartió.
Después de la Eucaristía con la comunidad de Maia, seguimos con una barbacoa en forma de convivencia, donde no faltaron las sardinas asadas, el caldo verde, la música animada y una buena dosis de animación.

El domingo por la mañana, después de la oración, seguimos con un taller orientado por la hermana Arlete y con la participación del padre José Vieira (provincial de los Misioneros Combonianos), Sofía Coelho, Mónica Silva y Filipe Oliveira, que desde su vínculo a diferentes grupos de jóvenes y modos de vida, testificaron sobre la tema de los “Jóvenes en la iglesia”.
Así, vivimos un fin de semana muy rico en compartir, testimonios y, sobre todo, en reflexión y oración, en un ambiente muy familiar y caluroso.

LMC Portugal
Mónica Silva

Retiro sobre “la misión de los Laicos Misioneros Combonianos: desafíos, sueños, esperanzas”

retiro LMC

retiro LMCDurante el sábado 16 y domingo 17 de junio nos encontramos en la Osservanza en Bolonia para un tiempo de convivencia, rezar juntos y reflexionar sobre la “Misión de los Laicos Misioneros Combonianos: desafíos, sueños, esperanzas”, dirigido por el Padre João Munari.

El sábado por la tarde estuvieron presentes del grupo de Bolonia: Micaela, Emma, ​​Chiara, Eileen, Agostino, Giuliana, Annalisa y Michele y del grupo de Padova: Fabrizio, Francesca, Dorella y Roberto.

Comenzamos a partir del significado del término “Misión” y de la Palabra.

Para empezar, el padre Juan nos recordó que el Evangelio es una propuesta para todos, tanto para los laicos como para los sacerdotes, hermanas, etc. Las bienaventuranzas son un ideal de vida para todos, no sólo para los religiosos.

El bautismo recibido da pleno derecho (y deber) a cada uno para sentirse parte integrante de la Iglesia, anunciar el Evangelio, trabajar por la Iglesia, es un “derecho de ciudadanía” dentro de la Iglesia para todos los bautizados. Y si queremos construir algo, debemos hacerlo desde la Palabra, no desde documentos.

Nos hicimos algunas preguntas: ¿Qué significa hacer del Evangelio el ideal de nuestra vida? ¿La iglesia se perdió hoy? ¿Qué es lo que el Espíritu nos pide? ¿Por qué el Papa Francisco habla tanto sobre la necesidad de renovar la liturgia? ¿También sentimos esta necesidad? ¿Sentimos fe y vida en las liturgias de nuestras iglesias?

Partiendo de quiénes somos y recordando que el fundamento de nuestra fe es la Palabra, que celebramos en la liturgia, nos concentramos en nuestra relación con el mundo como Iglesia.

La gran revolución es entender que la Iglesia no es el centro del mundo, sino que es la Iglesia la que gira en torno al mundo, así como ocurrió en la revolución copernicana.

Y la renovación de la Iglesia también pasa por la liturgia.

Más adelante dimos tiempo para hablar de los dos grupos: como grupos de Bolonia y Padua hablamos sobre los compromisos asumidos en el territorio durante este año. Hemos enfatizado la riqueza que cada uno de nuestros grupos tras años de camino y que se corre el riesgo de perderlo, disipándolo y no reconociéndolo, por falta de una memoria común.

Después de reflexionar, en torno a la Palabra, cada uno de nosotros presentó una señal del camino de este año: el folleto de los “aperitivo de los Pueblos” organizados en Padua, el folleto de reuniones en las parroquias sobre los “nuevos estilos de vida” organizados en Bolonia, algunos libros significativos (incluyendo Ave María de la escritora Murgia), Wipala, un lápiz 80% reciclado que no rompe y hasta escribe sin punta, la tarjeta con nuestro nombre, el aceite de Nardo.

Después de la cena nos reunimos para escuchar los testimonios de vida misionera de las Hermanas Elisabetta y Federica, Misioneras Combonianas, respectivamente, en Chad y en Centroáfrica. Fue bueno sentir como la alegría y la pasión guían sus pasos, incluso en las dificultades que encuentran diariamente en sus trabajos entre esas poblaciones. Elisabetta, una médica que trabaja diariamente con heridos muy graves debido a las armas de fuego a causa de la guerra interna en Chad; la hermana Federica, una enfermera que trabaja entre los pigmeos en el bosque.

El domingo por la mañana partimos del Evangelio de Juan (6.1-14): Jesús pide a los discípulos, después de la multiplicación de los panes, que recojan las sobras: “Recoger los pedazos que quedan para que no se pierda nada”.

¿Qué hicieron? “Recogieron los pedazos y llenaron doce cestos con las sobras de los cinco panes, dejados por los que habían comido. ¿Cuál será el motivo de tanta riqueza?

Debemos tener cuidado para que nada se pierda. Pensando en nuestros grupos este Evangelio nos invita a redescubrir la riqueza de nuestros grupos en toda Italia.

A continuación, leímos algunas partes de la carta de 1994: Carta del Superior General y su Consejo a todos los cohermanos sobre el Laicado Misionero Comboniano. Aconsejamos a todos para releerla, nos sorprendió leer algunas definiciones, negro en el blanco, afirmando la importancia de la identidad del laico misionero comboniano (“tocado, inspirado y contagiado por el carisma de Comboni”) “Los LMC constituyen un hecho nuevo que nos obliga como religiosos a confiar, tener disponibilidad y creatividad…”, escribe el padre general y muchas otras cosas bonitas que fortalecen la fuerte relación entre religiosos y laicos dentro de la familia Comboniana. En primer lugar, sin embargo, este documento nos recuerda que ser LMC es una vocación. Y aquí todos debemos reflexionar sobre nuestra vocación.

En septiembre, comenzaremos nuevamente a dar forma y contenido a nuestra caminata para el próximo año, preparándonos para enfrentar con fe y coraje los desafíos que nos serán presentados, ¡seguros de que no estamos solos en este camino!

retiro LMC

Grupo LMC de Bolonia, Italia

Encuentro de los Consejos generales de la Familia comboniana en Pesaro

Consejos generales familia comboniana 2018

Consejos generales familia comboniana 2018El encuentro de la Familia Comboniana ha tenido lugar en Pesaro (Italia) los días 2 y 3 de junio, que como ya viene siendo habitual, reúne a los consejos generales de combonianas, seculares y combonianos, así como al coordinador de los Laicos Misioneros combonianos. En ocasión del Sínodo sobre la juventud que se celebrará este año, se ha aprovechado para reflexionar sobre los jóvenes y la vocación misionera.

Se ha invitado a la Secular María Pia dal Zovo, la Hna. Daniela Serafin y al P. José de Jesús Villaseñor a compartir su experiencia de trabajo en la pastoral juvenil y el acompañamiento vocacional. Todos ellos han insistido en la necesidad de acercarse al mundo juvenil desde una óptica distinta que abra las puertas a la escucha atenta de sus sueños y expectativas. La experiencia religiosa de los jóvenes es muy diversa de la de generaciones precedentes y esto puede causar dificultades a la hora de comunicar la misión como experiencia de vida. La dificultad a comprender ese mundo nos puede llevar a una visión negativa, estamos llamados a descubrir en ellos la acción de Dios en una era nueva donde las relaciones interpersonales desempeñan un papel fundamental.

En la segunda parte del encuentro se han evaluado los ecos recibidos del mensaje que se escribió el año pasado: “Más allá de la colaboración”. Se ha percibido como un buen instrumento para caminar y profundizar en ministerios comunes ya existentes y otros por explorar. Se han discutido brevemente las propuestas emanadas del Foro Comboniano, recientemente celebrado en Salvador de Bahía. Son intuiciones válidas para continuar elaborando un camino como Familia en un sector tan misionero y urgente como la Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC). P. Jeremías ha realizado una breve presentación sobre el carisma comboniano a la que siguió un momento donde se pudo compartir cuáles son los elementos carismáticos que se sienten en este momento más fuertes.

Finalmente, todos los participantes han expresado su satisfacción y la validez de estas reuniones para favorecer el conocimiento mutuo y poder animar así el desarrollo de actividades concretas.

El corazón de Jesús – misión de la compasión

Corazon de Jesus Comboni

Corazon de Jesus ComboniCompadecido, extendió su mano y lo tocó diciendo: “Quiero, queda limpio” (Mc 1,41)

Esta acción simple de Jesús está llena de significado y expresa fuertemente su actitud hacia los marginados. Es también un acto de rebelión contra la injusticia basada en un sistema socio-religioso de exclusión. Así, el Padre se revela a nosotros (Col 1,5), en un hijo que, a lo largo de los caminos de Palestina, es capaz de tocar a un leproso para curarlo. Marcos, ya en el primer capítulo, nos revela a Cristo que es capaz de amar, con un corazón que rebosa compasión, la cara visible de Dios que lo ha enviado (Mc 1,1).

La devoción al Corazón de Jesús es, desde los inicios de nuestro Instituto, una fuente de espiritualidad donde nuestra misión está firmemente arraigada. En ella entramos en la intimidad de la persona de Jesús, en sus actitudes, en sus deseos y en la visión del mundo nuevo que anuncian las Bienaventuranzas. Por lo tanto, su contemplación nos revela el núcleo de nuestra vida consagrada: la centralidad del amor de Dios como clave para la lectura de la historia de la salvación. Un amor que se encarna y se define como pasión total por la humanidad (AC 2015, no. 22). Para profundizar este misterio la oración personal es un espacio cualificado porque es un encuentro íntimo con Jesús en la humildad. Se convierte así en una experiencia de perdón, de acogida y de gratuidad, que nos transforma y nos moldea según su Corazón.

El Corazón traspasado del Buen Pastor nos llama a la donación constante de nosotros mismos, con todo lo que somos. La misión es donarse sin esperar nada a cambio, para vaciar nuestra vida por los otros. Esta es nuestra consagración: hacer de nuestra vida un instrumento de la misericordia del Padre encarnado en el carisma dado a Comboni. Nuestra historia, con todas sus limitaciones e inconsistencias, nos deja testimonios imborrables de hermanos que han consumido sus vidas hasta el fin por el Evangelio. Hombres que se han dejado modelar en un ciclo de conversión permanente a través de la experiencia de la relación con el amor del Padre, se convierten en pan para los hambrientos y esperanza para los desesperados (AC 2015, no. 14).

Marcos nos habla de la vida de un hombre que tiene como característica principal la compasión, porque este es el rostro que el Padre ha querido mostrarnos. Su atención a los más pobres se convierte así en un elemento constitutivo de la misión de la Iglesia. Un aspecto claramente presente en Comboni (S 2647). La contemplación del Corazón de Jesús nos empuja a una proximidad particular con los excluidos y nos llama a buscarlos en nuevos ámbitos, donde la vida es marginada. Al mismo tiempo, nuestro estilo de vida, que puede ser un obstáculo para el dinamismo y la flexibilidad de la misión actual, está siendo puesto en discusión. Toda nuestra actividad y reflexión debe venir desde abajo, del contacto con la humanidad crucificada. Esta es la expresión más radical de la donación total del Hijo y todavía está muy presente en algunos de los países donde trabajamos que sufren guerra u otras formas de violencia. Nuestra presencia misionera es un signo del amor que fluye del Corazón de Jesús (RV 3,3).

Comboni, hombre marcado por la experiencia religiosa de su tiempo, ha desarrollado su propia dimensión misionera de la espiritualidad del Corazón de Jesús. El don total del Padre en el Hijo es un signo de amor que nos abre a una nueva esperanza. El Reino es un programa para la liberación de la vida en plenitud (S 3323). Esta profunda convicción lo llevó a recorrer miles de kilómetros a través del Nilo y el desierto, poniendo en peligro su vida porque el Cristo traspasado es también una fuente de vida para los más alejados. La audacia de nuestro Fundador al abrir nuevas fronteras a la evangelización es parte de nuestra espiritualidad y misión. La re-visitación de la Regla de Vida es también una oportunidad para crecer en la pasión por el evangelio en busca de los olvidados.

Los desafíos mundiales actuales hacen que nuestra misión sea urgente. Vivimos tiempos llenos de expectativas y deseos de nuevas estructuras políticas, económicas o sociales. Hay una búsqueda profunda y sincera de sentido, pero fácilmente puede caer en respuestas efímeras que conducen sólo a la alienación o al nihilismo. La locura del Evangelio (1 Cor 1,25) transforma el corazón y el mundo; nuestro Instituto sigue siendo llamado a caminar, con la compasión de Jesús, a tocar a los leprosos de hoy.

La fiesta del sagrado corazón nos de la gracia de seguir creciendo en el amor.

 

El Consejo General, mccj

 

Actividad para jóvenes en Daye

CLM Ethiopia

CLM EthiopiaEl sábado pasado con algunos miembros de nuestro grupo de Amigos de Comboni, fuimos a Daye, una de las misiones combonianas entre los Sidamo. Nos reunimos allí con líderes juveniles de diferentes comunidades de la parroquia, llegaron más de 50 de ellos. El tema se basó en el evangelio de Mateo y la parábola sobre los talentos. Hubo una pequeña catequesis sobre el tema, el testimonio de Adela sobre sus talentos y cómo los usa para servir a los demás, y luego tiempo para trabajar en pequeños grupos para descubrir y compartir qué dones nos dio Dios y cómo podemos usarlos.

CLM EthiopiaLos jóvenes tenían muchas ideas sobre los talentos que pueden usar en la iglesia (dirigir grupos, enseñar, cantar o tocar el teclado en el coro, ayudar a los que dejaron la iglesia a regresar, cuidar a las viudas y los huérfanos…).

Después de esta parte más seria, hubo algo de diversión, que llamamos “¡Daye tiene talento!”.

Los jóvenes en grupos prepararon pequeñas representaciones basadas ​​en diferentes parábolas. ¡Realmente se involucraron mucho! ¡Y demostraron que también tienen talentos para la actuación! 🙂
Esperamos que esta reunión los inspire a descubrir sus dones y usarlos. También para nosotros, fue un momento muy alegre y enriquecedor.

CLM Ethiopia
Magda Plekan. LMC Etiopía