Laicos Misioneros Combonianos

Otro momento de familia comboniana

Combonianas EuropaEl pasado fin de semana tuve la oportunidad de volver a participar en la asamblea de la provincia Europa de las misioneras combonianas. En Madrid se volvieron a unir hermanas llegadas desde Berlín, Paris, Reino Unido, Portugal y España cada una con la ilusión de compartir el día a día de su llamada misionera.

Hay quien ve en las asambleas unos días de largas sentadas y de oír muchas palabras. Creo que las asambleas de la familia comboniana son momentos de compartir vivencias y crear ilusión misionera.

Esta provincia nacida con la ilusión de comprender y proponer presencias misioneras significativas en Europa, en un momento donde la misión se concibe no sólo como un desplazamiento geográfico del norte al sur del mundo, sino como un encuentro con todos los sures que están esparcidos por el mundo, por un encuentro con los hermanos y hermanas que viven excluidos o al margen. Nos reunimos con nuestros corazones misioneros llenos de las vivencias en tierras africanas, americanas, asiáticas que quiere mostrar en Europa la necesidad de vivir en comunión con aquellos pueblos más pobres y abandonados. Ese mismo corazón no puede sino abrirse también a los que aquí en Europa son víctimas de la exclusión, explotación, pobreza… Tejer en comunidad, en familia, un estilo de vida profético significa ponerse del lado de los de abajo, de los que les restan oportunidades. Sabiendo que tantas situaciones en el Sur siguen siendo abisalmente sangrantes pero que en esta aldea global la interrelación entre todos, la interdependencia nos hace estar al lado de los que sufren en cualquier lugar el globo, en solidaridad los unos con los otros procurando un mundo mejor para todos, donde las causas, acciones y consecuencias de nuestros quehaceres están fuertemente interligadas en esta aldea global en la que habitamos.

Desde esta realidad hemos reflexionado sobre la necesidad de la reconciliación en nuestras comunidades, en nuestro entorno. Sólo desde el amor que trasforma el corazón, y de ahí genera vida, podemos proponer unas relaciones cada vez más fraternales, entendiéndonos hijas e hijos del mismo Padre (Abba), nos posibilita estar por encima de diferencias y dificultades para establecer vínculos de fraternidad.

Ha vuelto a resonar con fuerza la intuición de Comboni de ser Cenáculo de Apóstoles constituidos por religiosos, sacerdotes, religiosas, seculares y laicos como una sola familia. Este don del carisma comboniano nos desafía a pesar juntos, trabajar juntos, rezar juntos y proponer como familia la necesidad de la misión hoy.

Los desafíos de la ministerialidad, de la presencia misionera allá donde estamos, en el trabajo de animación misionera abriendo puertas y ventanas para dar a conocer la vida que hay y necesita de nuestro apoyo en tantos rincones del mundo, el trabajo con las situaciones del sur en Europa como los inmigrantes, la trata, las periferias donde es necesario un empeño en temas de justicia y paz para atender las situaciones así como un abrazo de cercanía para atender a las personas… y todo ello en red con los laicos que cada día están empeñados y viviendo en estas realidades, con otras congregaciones, con entidades sociales, con un verdadero trabajo en red que fortifique las acción de cada persona e institución empeñada en este servicio de dar vida en abundancia a los que más lo necesitan.

Revitalizar cada día la vida comunitaria, donde todos y todas seamos protagonistas, donde proponer un estilo de vida más humano, sostenible, cercano al necesitado, abierto y acogedor a los que nos rodean.

La formación que nos ayude a crecer en nuestra espiritualidad, a estar atentos a las nuevas realidades, a estar preparados para un mejor servicio, que equilibre nuestro hacer con la reflexión y la oración que nos ayuda a ser, estar y hacer con sentido en el día a día de nuestra vidas.

Como colofón celebramos también los 50 años de votos de tres de las hermanas presentes, testimonio de fidelidad y entrega que nos anima en nuestro camino misionero.

Por todo ello cada asamblea de la familia comboniana, y esta lo confirma, sigue siendo ese lugar para rezar y soñar juntos un mundo mejor, para caminar juntos y como en el sendero de Emaús descubrir la presencia de Jesús que está a nuestro lado y nos va desvelando y abriendo los ojos para las realidades de este mundo, nos anima y precede en el camino a Galilea.

Gracias por estos días

Alberto de la Portilla

[España]: “CARISMA COMBONIANO: Las ramas del árbol”

Familia CombonianaCreo que cuanto más nos sentimos desafiados, mayor puede ser el convencimiento para aceptar tal desafío.

Siempre hemos sabido que la presencia de los laicos en la misión evangelizadora de Daniel Comboni fue una realidad desde los inicios de su apostolado. Sin embargo, sentir decir al ponente del “work shop” sobre el PLAN PARA LA REGENERACIÓN DE AFRICA, Joaquín Valente (misionero comboniano) que siendo una intuición fundamental del Plan, la Familia Comboniana: Religiosas(os) y Laicos (as), el CARISMA es como un árbol con sus ramas que si alguna de éstas se separa de dicho árbol, deja de tener vida y el árbol entero es afectado.

La fidelidad a nuestro Carisma Comboniano no deja de cuestionarnos e invitarnos a vivirlo cada vez más profundamente y el deseo de crecer en la unión entre las diferentes RAMAS de la Familia Comboniana nos lo vamos despertando mutuamente a través del conocimiento mutuo.

Personalmente, y no he sido la única, he constatado con gran gozo que en este encuentro ya conocía a todos los Laicos (as) Combonianos, cosa impensable solo hace unos años. Este conocimiento crea lazos de amistad, cariño y comprensión de los diferentes estilos de vida que vive la Familia Comboniana.

Con gran alegría he vivido este encuentro; los 20 años vividos en Uganda me han enriquecido a nivel de colaboración con las demás fuerzas apostólicas y he experimentado la alegría de la unión. En la actual realidad española puede ser más fatigoso este camino de colaboración y unión, pero si en otros Continentes y contextos se puede colaborar aún sin tener el mismo CARISMA, ¿no vamos a conseguirlo entre los miembros de esta Familia Comboniana?

Creo que la unidad nos desafía, tanto a las Misioneras Combonianas, como a los Misioneros Combonianos y a los Laicos(as) Misioneros Combonianos. Creo también que el camino a seguir sea la escucha de la Palabra de Dios, la escucha de la grandeza del legado de Comboni (Carisma) y la escucha de cada uno de nosotros, para comprender como debemos ser fieles y enriquecernos con la novedad que cada uno aportamos en el momento actual de nuestra historia.

El orgullo de tener un Fundador con intuiciones (PLAN) tan divinas y humanas, lo hemos experimentado y esto ha aumentado nuestros deseos de crecer en unidad. Lógicamente, primero siendo “EL CENÁCULO DE APOSTÓLES” que Comboni quería de nosotros.

Personalmente creo que tenemos que enfrentarnos a un gran desafío: ¿Estamos llamadas (os) a abarcar todos los campos de apostolado que encontramos a nuestro alrededor? Hemos escuchado con satisfacción, que siendo el CARISMA un DON para implementación de un aspecto concreto del Reino de Dios, cada Carisma tiene su tarea que complementa el TODO. Por lo tanto debemos seguir reflexionando para no querer abarcar todo cuanto hay que hacer en la Iglesia y en la Sociedad y así también dejar espacio a los demás Carisma.

Encarnita Cámara Liébana. Misionera Comboniana

(Actualmente en España para el ministerio de la Animación Misionera)

 Familia CombonianaQueremos compartir con vosotros/as el encuentro de la Familia Comboniana, que hemos tenido en Madrid, con motivo del 150 aniversario del Plan de Comboni.

Debo deciros que se han superado todas mis expectativas. En principio iba con la idea de que sería una formalidad más, dentro de las actividades programadas para dicho evento. La verdad es que ha sido un tiempo precioso y rico en todos los sentidos, se notaba que el espíritu de Comboni estaba allí actualizando su Plan, recordándonos que teníamos que unir todos nuestros esfuerzos y poner nuestro corazón al servicio de los más pobres y abandonados; que con diferentes características continúan estando hoy en las “Áfricas” de nuestro mundo. Todo esto sin perder la perspectiva de Cristo crucificado que sigue sufriendo en todos nuestros hermanos a causa del egoísmo y de la injusticia.

El P. Joaquim Valente nos fue desgranando poco a poco el PLAN DE COMBONI PARA LA REGENERACIÓN DE AFRICA. Dicha exposición nos iluminó y nos ayudó a ver cuál es nuestra misión hoy como familia comboniana. Fruto de la escucha reflexión y el compartir, surgieron un montón de ideas para trabajar como familia comboniana al servicio de la misión en los diferentes campos como: inmigración, animación misionera, lugares de presencia, comunidades mixtas, la misión hoy en España… además de lo que ya estamos compartiendo como la PJV, asambleas y celebraciones.

Para finalizar: Empezamos y terminamos el encuentro celebrando el Amor alrededor de la Mesa del Banquete como una verdadera familia, donde no podían faltar los niños/as. Toda una bendición de Dios. Salimos con el corazón renovado dispuestos a trabajar con ganas y pasión por la misión.

 Antonia y Félix. Laicos Misioneros Combonianos

 Familia Comboniana

Solo a unos días de haber concluido el encuentro general de la FAMILIA COMBONIANA en Madrid, sigo haciendo memoria y eco de las palabras y mensajes que durante esos días hemos recibido. Teniendo como objetivo: mirar al Plan misionero de Comboni, nos hemos dado a la tarea de mirarnos. Mirarnos a nosotros mismos, mirarnos unos a otros, mirar nuestro camino misionero, mirar nuestros proyectos. Me llena de alegría constatar una vez más que hoy como ayer, no hay “varitas mágicas” para la puesta en marcha y el desarrollo de un plan misionero. Son la fe, la fraternidad y la constancia en el trabajo, los que le han permitido a nuestra familia ponerse en marcha, siguiendo las huellas de nuestro fundador.

Comboni inició en nombre de Dios una obra misionera y el progreso de dicha obra, lo hemos realizado cada comboniano y comboniana (laicos o religiosos). Juntos hemos escrito una historia que nos pertenece. Dios se ha encargado de colocar a cada miembro de la familia en el lugar que le corresponde y ha querido que hoy como ayer, se siga trabajando a favor de la aplicación del plan misionero de Comboni.

Soy consciente de haber participado a un evento sin precedentes en nuestra provincia y que nos coloca a la vanguardia en el camino de una profunda y sincera colaboración en la tarea misionera de la Iglesia. Aunque no se trata de un cambio de época, si estamos de frente a una nueva perspectiva de ver nuestra misión.

Sin duda alguna, yo como todos los presentes, apreciamos la valiosa intervención de P. Joaquim Valente quien a través de sus intervenciones, nos facilitó el trabajo de la reflexión. Fue justamente en el trabajo de grupos, en donde descendimos a nuestro caminar misionero comboniano en la provincia de España. La participación en la sala de parte de muchos de los presentes nos permitió percatarnos del interés que tiene cada miembro de nuestra familia por llevar a la práctica la misión comboniana en la Iglesia la cual sigue siendo nueva y urgente.

Terminamos nuestra asamblea con un buen sabor de boca pero sobre todo con el deseo de seguir dando pasos que nos permitan mirar con esperanza el futuro de nuestra misión. Hemos constatado que en todos está latente el deseo de continuar nuestra peregrinación misionera a favor de los más pobres y abandonados: legado de Comboni.

Héctor Manuel Peña. MCCJ

Votos perpetuos de la Hermana Lilia (comboniana en Carapira)

El equipo misionero de Carapira celebró una gran fiesta el 15 de marzo, celebrando el nacimiento de San Daniel Comboni y las vidas que se siguen consagrando. En este día fue la hermana Lilia Karina Navarrete Solís, quien hizo su profesión perpetua, con el lema “Yo te consagré y te constituí profeta de las naciones” (Jer. 1,5). Conocida como la hermana Lily, es de nacionalidad mexicana y trabaja como directora del Centro de Salud de Carapira. Todo se desarrolló en un ambiente familiar con la presencia de funcionarios del Centro de Salud, líderes parroquiales, religiosos y religiosas de la Diócesis de Nacala y Nampula, entre otros invitados. Después de la celebración presidida por el Obispo de la Diócesis de Nacala, Don Germano, compartimos el almuerzo. Los LMC nos unimos al equipo de trabajo que ayudó a ambientar el sitio, servir la comida, lavar los platos, poner en orden todo de nuevo en su lugar y dando apoyo en todo lo posible. La hermana Teresina, aparte de la responsable de la organización, también fue la madrina de la profesión.

Esto siempre es un momento oportuno para la animación misionera. Así, el grupo de laicos preparó un panel titulado “Daniel Comboni inspira”, que contó con las imágenes y textos breves sobre las cuatro ramas de la familia comboniana: Misioneros Combonianos, Misioneras Combonianas, Misioneras Seculares Combonianas y Laicos Misioneros Combonianos.

¡Recemos por la hermana Lilia y todas las vocaciones!

¡Estamos juntos!

LMC Carapira

El palacio del aprendizaje

El viaje a París me llevó al “palacio del aprendizaje”, la casa de las misioneras Combonianas da “refugio” a todo aquel que quiere conocer y aprender francés para servir mejor a la misión.

Fue, por tanto, aquí, que me encontré con Palmira. Palmira -misionera secular comboniana- lleva ya dos meses en París estudiando y preparándose mejor para ir a la República Centroafricana, donde se integrará y colaborará con la comunidad LMC presente en el mismo.

Siempre animada, Palmira, espera con ilusión y entusiasmo misionero el momento de su salida y la situación en que se encuentra actualmente la República Centroafricana, lejos de desanimarla, es un estímulo para seguir adelante.

“¿Por qué me preguntan si quiero partir? ¡Por supuesto que sí! Estoy aquí para eso y mi deseo es poder ponerme al servicio en esta misión”- dijo Palmira llena de ganas de seguir adelante.

Durante estos días, conseguimos contactar con Elia que se regocija en la fuerza de Palmira y que se reafirma en su voluntad de seguir compartiendo su vida con este pueblo: “cansancio existe, pero nada me hace querer irme. Si Palmira viene, entonces vamos a estar juntas en este camino misionero. En estos momentos difíciles la familia misionera es mi refugio y auxilio”.

Nos encontramos también con Verónica que, por motivos profesionales, está en Francia desde octubre. Verónica está feliz tanto a nivel profesional como en el plano pastoral, ofreciéndose a ayudar a Palmira en lo que necesite.

Quede aquí mi agradecimiento al P Luciano que me acompañó durante estos días, a las Hermanas Combonianas que tan bien me acogieron, gracias a Verónica por una cena fabulosa que nos dio un buen momento misionero y sobre todo un gran agradecimiento a Palmira por lo mucho que hemos podido compartir estos días.

Dios camina con nosotros en este camino que por Él seguimos rumbo a la misión que Él nos confía.

Por Susana Vilas Boas

Apertura del 150 º aniversario del Plan de Comboni en Carapira

Cruz 150 anosAquí, en la Parroquia de Carapira, todos los miércoles se celebra la misa con los estudiantes católicos de la Escuela Industrial de Carapira y las chicas del hogar femenino de las Combonianas, que son estudiantes de la escuela primaria del barrio. Esta semana, el 19 de febrero, la celebración tuvo una temática especial en su conjunto, con la apertura del año de reflexión de los 150 años del Plan de Comboni. Anticipando así la inauguración oficial de mañana propuesta por el Instituto de los Misioneros Combonianos, esta celebración se caracterizó por la presentación de la cruz conmemorativa de este hito, entregada a cada comunidad MCCJ de la Provincia de Mozambique, explicando a los presentes su significado y motivación. El Padre Gino Pastore, quien presidió la misa, destacó la fuerza y ​​el coraje de Comboni y su inspiración en la elaboración del Plan, que tenía como lema “Salvar África con África”​​, motivando con ello a los estudiantes y las estudiantes a convertirse en protagonistas de su propia historia, la construcción de una mejor realidad social. Lanzó a los estudiantes de la Escuela Industrial que completan 50 años de su fundación, el desafío, inspirado por el ejemplo de San Daniel Comboni, de que también escribiesen el Plan para la EIC para cumplir con este lema.

El jueves, día 20, en la celebración de la Misa con el equipo misionero, el Padre Paulo Emanuel destacó esta fecha mediante la lectura de fragmentos de la carta del general MCCJ y reflexionando sobre el Evangelio en el sentido de no tener la misma tentación de Pedro de ser, aunque sea inconscientemente, impedimento para la realización del plan de Dios en nuestras vidas y en las vidas de las personas.

Después de la cena, el equipo se reunió en la casa de los LMC en tono de celebración para conmemorar esta fecha compartiendo la comida y la conversación. Como símbolo de esta reunión  para motivar la reflexión personal y comunitaria, cada misionero y misionera recibió un mensaje que contiene una de las preguntas que se publicaron en la carta del general de los MCCJ con motivo de los 150 años del Plan, en la parte que nos invita a escribir nuestro propio plan.

¡Que el ejemplo de San Daniel Comboni siga inspirándonos en la vocación misionera y que el Espíritu de Dios, el mismo que guio a Comboni en la preparación del plan, nos ilumine y guie en los caminos de la construcción del Reino!

¡Estamos juntos!

LMC Mozambique