Laicos Misioneros Combonianos

Madereros y milicias en la Amazonía marañense

Nota pública de miembros de 14 países de la Red Eclesial Panamazónica sobre la violencia ambiental en el Municipio de Buriticupú y región, estado de Maranhão, Brasil

Durante todo el año 2015, una ola de violencia y destrucción fuera de control parece irradiarse del municipio de Buriticupú, en el norte de Brasil. El centro neurálgico de la actividad maderera en Maranhão, que ya devastó prácticamente todo el territorio del municipio, continúa operante y en expansión hacia los municipios vecinos. Como las áreas dedicadas a la agropecuaria ya no poseen maderas de alto valor económico, el foco de sus atenciones ahora son las unidades de conservación y las tierras indígenas.

BuriticupuPara esto, la situación geográfica de Buriticupú es privilegiada. Los más de 20 aserraderos allí instalados buscan madera en la Reserva Biológica de Gurupí y en las Tierras Indígenas Arariboia, Caru y Awá, todas en un radio de menos de 150 Km.

La actuación del Estado brasileño frente a esta situación ha sido siempre fragmentada e incoherente. Al nivel federal, IBAMA (Instituto Brasileño de Medio Ambiente) e ICMBio (Instituto Chico Mendes de Conservación) han conducido operaciones puntuales de combate a la retirada ilegal de madera. Las de más estruendo con fuerte aparato de seguridad, incluso con la presencia contundente del ejército brasileño, hicieron aprehensión de equipamientos usados para derribar y transportar los árboles.

Sin embargo, nada se hace para afectar al motor económico de esa organización criminal: los aserraderos, que continúan en pleno funcionamiento y facturando todos los días decenas de tráileres cargados de madera extraída ilegalmente. Esas acciones de represión puntual no resuelven el problema y sirven para potenciar la rabia de los madereros, poniendo en peligro a quienes defienden la Reserva, sean estos campesinos, ambientalistas o funcionarios públicos.

Por otra parte, el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) nada hace para que se cumpla la ley. Ni proporciona tierras adecuadas en otros lugares para que los pequeños campesinos no necesiten vivir en la Reserva, ni revela la falsedad de los títulos de tierras que los grandes propietarios ostentan, compran y venden como si fuesen válidos.

El Estado de Maranhão, siempre escudado en el argumento de que las áreas en conflicto son de competencia federal, también mantiene una actitud doble. Si por un lado la Secretaría de Derechos Humanos muestra preocupación con la situación de violencia y dice estar en busca de alternativas económicas para la extracción ilegal de madera, la Secretaría de Medio Ambiente (SEMA) licenció, solamente en 2015, siete aserraderos en el municipio de Buriticupú, incluso sin que existan áreas con plan de manejo forestal suficientes para justificar ni una ínfima parte de la madera comercializada.

La situación de violencia llegó al extremo en el territorio de la Reserva Biológica de Gurupí (ReBio), con el asesinato el 25 de agosto de 2015 de Raimundo dos Santos, presidente de la Asociación de los Pequeños Productores Rurales de la comunidad Brejinho Rio das Onças II. Raimundo fue cobardemente asesinado con diversos tiros y golpes de machete. Meses antes había registrado denuncia ante la policía civil por amenazas. Su esposa, Maria da Conceição, también fue herida con diversos tiros, presenció la muerte de su compañero, pero consiguió escapar, gravemente herida. Ella permaneció internada por casi dos semanas en el Hospital Municipal de Açailândia, bajo escolta policial.

En la Tierra Indígena Arariboia la estrategia de los madereros fue plantar fuego en la selva para impedir que los indios Guajajara se organicen en brigadas para combatir la deforestación. Un grupo aislado de cerca de 80 indígenas Awá Guajá quedó totalmente rodeado por las llamas. Cuando los equipos del IBAMA llegaron para ayudar a controlar el fuego, madereros armados los recibieron a tiros. Otras áreas indígenas de la región continúan siendo pretendidas e invadidas por los madereros: Alto Turiaçu (mayor área indígena de Maranhão), Bacurizinho y Guajajara-Canabrava.

Los episodios cada vez más frecuentes de enfrentamientos armados con equipos de vigilancia, el espionaje y monitoramiento a que son sometidos los equipos de los órganos ambientales, las constantes filtraciones de la fecha y planes de las operaciones de combate a la deforestación y los recientes asesinatos de líderes campesinos y ambientalistas, nos permiten afirmar que los madereros (principalmente los afincados en Buriticupú) forman una extensa organización criminal, con ramificaciones en varios municipios y agentes infiltrados en varios órganos públicos (como ya quedó demostrado en algunas operaciones policiales), que mantienen milicias fuertemente armadas y dispuestas a disparar a quien ose enfrentar el imperio de la ley de la fuerza, que es la que actualmente manda en esta parte del Brasil.

El Estado brasileño perdió totalmente el control de este territorio, hasta el punto de no conseguir ya ni entrar en determinadas áreas bajo control de estos grupos armados. Mientras tanto, los criminales, con el apoyo de algunos parlamentarios de todos los niveles de gobierno y de muchos alcaldes de los municipios afectados, continúan haciéndose cada vez más fuertes y dueños de la situación.

El constante tráfico de camiones cargados con troncos de árboles centenarios, arrancados de los últimos remanentes de la selva amazónica de Maranhão, continúan siendo el paisaje urbano más frecuente en Buriticupú.

Las entidades abajo firmantes, uniéndose al clamor de las comunidades afectadas[1], lanzan una petición urgente a todas las instituciones que pueden y deben intervenir para interrumpir esta tragedia y evitar la muerte de la selva de Maranhão y de las comunidades que viven en ella y con ella.

Es urgente un plan articulado, permanente y eficaz de clausura de los aserraderos ilegales de la región y del transporte de madera, así como una inversión consistente en alternativas productivas, de manejo y protección forestal. El Estado, los movimientos sociales, las iglesias y la sociedad civil organizada como un todo necesitan aliarse en esa tarea conjunta en defensa del futuro.

La hermana Dorothy Stang decía: “La muerte de la selva es la muerte de todos nosotros”. La hermana murió por esa causa, para que la vida nunca más fuese exterminada en la Amazonía.

 

Firman de Brasil, Colombia, Perú, Guayana, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina, México, España, Inglaterra, EEUU, Canadá, Ciudad del Vaticano, el 20 de noviembre de 2015:

 

Dom Leonardo Ulrich Steiner; Secretário Geral da CNBB, Brasília

Dom Belisário da Silva; Presidente Regional Nordeste 5 CNBB, Maranhão

Dom Mário Antônio da Silva; Presidente Regional Norte 1 CNBB, Manaus

Dom Bernardo Johannes; Presidente Regional Norte 2 CNBB, Pará

Dom Philip Dickmans; Presidente Regional Norte 3 CNBB, Tocantins

Dom Neri José Tondello; Presidente Regional Oeste 2 CNBB, Mato Grosso

Dom Roque Paloschi; Bispo de Porto Velho – RO e Presidente do CIMI

Dom Wilmar Santin. Bispo de Itaituba – PA

Ir. Maria Inês Vieira Ribeiro; Presidente de Conferencia de Religiosos de Brasil

Ir. Irene Lopes; Secretaria Executiva da Comissão Amazônia da CNBB

Ir. Ildes Lobo; Irmãs de Santa Doroteia – Manaus

Ir. Joao Gutemberg; Maristas en la Amazonía – Manaus

Armindo Goes Melo. Yanomami. Director de Hutukara – RR

Raimunda Paixao; Equipe Itinerante missionária – Manaus

Ir. Arizete Miranda; AM

Izalene Tiene; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – AM

Chico Loebens; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – AM

Hno. Darwin Orozco; Capuchinos en la Amazonía – AM

Ir. Julio Caldeira; Consolatos en la Amazonía

Dário Bossi; Missionários Combonianos – Maranhão

Vanthuy Neto; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – AM

Mons. Pedro Barreto; Arzobispo de Huancayo – Perú

Mons. Oscar Urbina; Arzobispo de Villavicencio, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal – Colombia

Mons. Walter Heras; Presidente Pastoral Social Caritas – Ecuador

Mons. Rafael Cob; Obispo delegado por la Amazonía de Ecuador

Rafael González Ponce; Presidente/a de Conferencia de Religiosos de Ecuador

Mons. Eugenio Coter; Obispo delegado por la Amazonía de Bolivia

Mons. Julio Parrilla; Obispo vice-presidente de Cáritas de Ecuador

Mons. Omar de Jesús Mejía Giraldo ; Obispo delegado por la Amazonía de Colombia

Mons. José de Jesús Quintero Díaz; Obispo delegado por la Amazonía de Colombia

Mons. Figueroa; Obispo delegado por la Amazonía de Colombia

Mons. David Martínez. Obispo de Puerto Maldonado – Perú

Gloria Luz Patiño; Presidente/a de Conferencia de Religiosos de Perú

Paul Martin, sj; Delegado por Obispo de Guyana

Jaime Campos, OFM; Chile

Alfonso López Tejada. Líder Kukama. Perú;

Elvy Monsanto; Departamento de Justicia y Solidaridad, CELAM – Colombia

Hugo Ramírez; ALER – Perú

Asunta Montoya; SIGNIS – Ecuador

Mauricio López; Comité Ejecutivo REPAM. Secretario Ejecutivo – Ecuador

Luis Enrique Pinilla; Comité Ejecutivo REPAM. DEJUSOL – Colombia

Pedro Sánchez; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – Equador

Alfredo Ferro; Comité Ejecutivo REPAM – Colombia

Daniela Andrade; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – Ecuador

Adda Chuecas; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – Perú

Humberto Ortiz; Comité Ejecutivo Ampliado REPAM – Perú

Romina Gallegos; Red Amazónica Ecuador

Augusto Zampini. Asesor Teológico; Argentina

Ana Cristina García; Cáritas Española

Clare Dixon. CAFOD; Inglaterra

Thomas Hollywood. CRS; Estados Unidos de América

Anne Catherine Kennedy – DP – Canadá
Cristiane Murray; Radio Vaticana

Hermana Mercedes Casas; Presidente de la Conferencia Latino-Americana de Religiosas y religiosos (CLAR) – México

Luz Marina Valencia; Secretario Ejecutivo de la CLAR

[1] Vean, por ejemplo, las desesperadas apelaciones de los Guajajara en Brasilia y la campaña de Greenpeace denunciando el incendio de la T.I. Arariboia:

http://www.greenpeace-comunicacao.org.br/email/cyberativismo/2015-10-28m.html

Acaparamiento de tierras y gobierno justo en África

landgrabEl acaparamiento de tierras y el gobierno justo discutido en una conferencia panafricana única a partir de hoy antes de la visita del Papa a África.

La conferencia hará hincapié en el estado de acaparamiento de tierras en África, los casos de resistencia en todo el continente, así como las respuestas de la Iglesia y su creciente participación en temas de apropiación de tierras.

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Tierra de la comunidad Gassol que se han asignado a Dominion Granjas en Nigeria. Foto por CEED

El acaparamiento de tierras es un problema grave en toda África, lo que requiere una atención urgente, ya que pone en peligro los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria. Ya ha desplazado cientos de miles de personas de sus tierras, privado de recursos naturales, y amenazado sus medios de vida.

El acaparamiento de tierras y la gobernanza justa, cuestiones que constituyen una importante amenaza a la soberanía alimentaria, se discutirán en la conferencia “Acaparamiento de tierras y gobierno justo en África”, se inaugura hoy en Nairobi, Kenia, organizados por SECAM (Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar) con la colaboración de AEFJN (África Europa Fe y Justice Network), AFJN (África Faith & Justice Network) y CIDSE (red de agencias católicas de desarrollo). El evento reunirá a unos 150 participantes del continente y más allá de África, incluyendo a muchas personas que participan directamente en las lucha por el acaparamiento de tierras.

El acaparamiento de tierras es más a menudo descrito como la adquisición de grandes extensiones de tierra en los países en desarrollo por empresas internacionales, gobiernos o individuos. En los últimos años el acaparamiento de tierras ha aumentado tras el alza mundial de los precios de los alimentos en 2008, lo que llevó a los inversores a mirar hacia el Sur Global, en particular hacia África, por el potencial de la tierra para producir alimentos y biocombustibles para la exportación hacia los mercados internacionales. Grandes extensiones de tierra también están siendo adquiridos con fines especulativos, conocidos como “banca de la tierra”, donde el comprador tiene la tierra y la vende después.

Entre los casos que se presentarán durante la conferencia está el que implica el proyecto italiano Senhuile SA, que ha arrendado 20.000 hectáreas de tierra en la Reserva Ndiaël en Senegal, la tierra utilizada durante décadas por los habitantes de unos 40 pueblos de la zona. Esto dio lugar a un conflicto permanente con los habitantes del pueblo, que quieren que el proyecto se detenga. El caso de los agricultores en el estado de Taraba de Nigeria y en Kenia, que están siendo expulsados ​​de las tierras que han cultivado durante generaciones para dar paso a la estadounidense Granjas Dominion para establecer una plantación de arroz, también será un tema de discusión. Los casos de tierras en Bolloré en Costa de Marfil, Camerún, Liberia, Sierra Leona y los casos de Mozambique, la República Democrática del Congo y Malí también se expondrán.

landgrabEsta conferencia tiene lugar antes de la visita del Papa Francisco a Kenia, Uganda y la República Centroafricana. El Papa ha expresado con anterioridad una gran preocupación por el tema de la apropiación de tierras. En un discurso pronunciado en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en Roma en junio de 2015, Francisco advirtió contra el “acaparamiento de tierras de cultivo por las empresas y los estados transnacionales, que no sólo privan a los agricultores de un bien esencial, sino que afecta directamente a la soberanía de los países”. El Santo Padre señaló que: “Ya hay muchas regiones en las que los alimentos producidos van a países extranjeros y la población local es doblemente pobre, porque no tiene comida ni tierra”.

Nuevas orientaciones e indicaciones en relación con los peligros de la apropiación de tierras se expresaron en la encíclica del Papa “Laudato Si”, en la que denuncia un enfoque de explotación hacia la tierra al tiempo que recordó: “Para ellos (comunidades indígenas), la tierra no es una mercancía, sino más bien un don de Dios y de sus antepasados ​​que descansan allí, un espacio sagrado con el que tienen que interactuar para que puedan mantener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en su tierra, ellos mismos la cuidan de la mejor manera. Sin embargo, en varias partes del mundo, se está poniendo presión sobre ellos para abandonar sus tierras, para crear espacio para proyectos agrícolas [industriales] o proyectos mineros que se llevan a cabo sin tener en cuenta la degradación de la naturaleza y la cultura. “(146). En apoyo de Laudato Si y por delante de la conferencia climática COP 21 en París, las conferencias episcopales de todo el mundo firmaron el 22 de octubre, un llamado que pedía la COP 21 “para asegurar el acceso de las personas al agua y a la tierra para recuperar el clima y los sistemas alimentarios sostenibles, que dan prioridad a las personas procurando soluciones en lugar de ganancias”.

La conferencia tiene como objetivo desarrollar estrategias para apoyar y fortalecer a las comunidades locales en sus luchas para detener esta amenaza y para aumentar la resiliencia.

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Enviado por Flávio Schmidt (LMC Mozambique participante)

“Coloreando África”

Carmen LMCQué fácil es disfrutar haciendo cosas bonitas, creando, inventando y “construyendo” a partir de la imaginación y los materiales que tenemos alrededor.

En el Orfanato de St. Jude, ha aparecido “Art Studio” un espacio preparado por mis amigos españoles que vinieron este verano a visitarnos y limpiaron, ordenaron y pintaron un almacén, para después transformarlo en un sitio precioso.

Era un sueño que se ha hecho realidad, porque debido a mi “rama artística” tenía ganas de poder hacer algo “diferente y bonito” con los niños del Orfanato. A veces con los mayores (14, 15 años) no resulta fácil la comunicación, porque están en esa edad difícil, en la que se revelan un poco contra todo. Estaba segura de que a través de estas actividades esa comunicación iba a ser más sencilla, y así ha sido.

Muchas ideas en la cabeza, mucho tiempo recogiendo retales de preciosa tela africana del mercado, recogiendo chapas y semillas, plásticos, sacos, y guardándolos con paciencia, con ganas de hacer cosas divertidas con todo el material.

Es un laboratorio artístico donde nos juntamos a trabajar haciendo monederos, cuadernos, pendientes, pulseras, y otras cosas que iréis descubriendo conforme las vayamos terminando, (porque ideas diferentes siguen apareciendo). Escuchamos música, hablamos, y lo mejor es ver el resultado en la preciosa tienda que ha surgido después de dos meses de trabajo.

La finalidad no es sólo la venta, aunque siempre es importante sacar algún dinero que ayude a mantenernos a todos cada día, que no es fácil.

Queríamos que los chicos tuvieran oportunidad de trabajar con la imaginación y la creatividad, elementos que considero importantes para el desarrollo de la persona. No queríamos solo juntarnos a hacer pulseras, sino ver una mesa llena de cosas y pensar “¿de aquí qué puede salir?”, proponer, inventar, y por qué no…..soñar un poco.

Antes de empezar, le pedí a Dios paciencia para explicar a los chicos como trabajar y le pedí también poder transmitir mi entusiasmo, porque la más ilusionada con todo esto era yo, y creo que lo sigo siendo J.

Los resultados son maravillosos, y he de decir que hemos sorprendido a todo el mundo, incluido el Hermano Elio, director, los trabajadores, y personas que se acercan a visitar el Orfanato, se han quedado encantados con nuestro pequeño rincón artístico.

Los trabajos por supuesto están repartidos según las edades, hay quien se dedica a pegar martillazos a las chapas para dejarlas planas, quien recorta letras, quien usa el pegamento, las tijeras, quien une bolitas con el elástico… pero sea lo que sea lo mejor es que lo estamos pasando realmente bien, y que todos disfrutamos viendo el resultado de nuestro trabajo.

Cuando se dan cuenta de que pueden hacer cosas preciosas, se sienten orgullosos y quieren más, y el hecho de verlas “expuestas” en nuestra bonita tienda, les hace sentirse de verdad importantes.

Así que ahora, si venís a visitarnos al Orfanato de St. Jude en Uganda, aparte de jugar con los pequeños, pasear con los chavales que están en silla de ruedas, leer y pintar, correr, y hacer todo tipo de cosas que se les puede ocurrir a 100 niños juntos, tendréis que pasar por nuestro “Art Studio”, primero para ver lo bien que trabajamos, y segundo, por supuesto para comprar algún souvenir en nuestra tienda.

¡Os esperamos!

Carmen Aranda LMC

Mi experiencia vivida en Chiapas

Isabel¡Hola a todos mis amigos y amigas, a los LMC de México y el mundo, a la Familia Comboniana, colegas y familiares!

Aquí les comparto un resumen de mi experiencia vivida en Chiapas, en esta etapa de mi vida que fue muy especial y diferente y que Dios me ha regalado,  a donde me llevó a realizar una misión durante el periodo de Enero a Agosto de este año 2015.
Estuve viviendo, trabajando y compartiendo la vida comunitaria con mi amiga Rocío, quien también es LMC y juntas estuvimos en Altamirano, una Cabecera Municipal del Estado de Chiapas.

Chiapas es una de las 32 Entidades Federativas de México. Se encuentra en el Sureste del País, en Frontera con Guatemala. Su Capital es Tuxtla Gutierrez, posee varios de los destinos turísticos más importantes de México, principalmente zonas Arqueológicas y Nichos Ecológicos de gran belleza.  Tiene 122 municipios, es uno de los Estados con mayor población indígena en México, ya que un 30 % de su población habla alguna lengua originaria del Continente.  Además del idioma Español, sus lenguas oficiales son: Tzeltal, Tojolabal, Tzoxil, Chol, Zoque, Lacandon, Chuj, Quiché, Kakchikel.  El territorio de Chiapas presenta una morfología muy compleja: la sierra formada por extensas zonas montañosas, grandes valles, llanuras costeras y aluviales, por este motivo presenta gran diversidad climática y biológica. Algunas zonas han sido declaradas “Reservas de la Biósfera” por albergar varias especies animales y vegetales. En Chiapas se desarrollaron importantes Culturas Mesoamericanas durante la Época Precolombina: la Olmeca, la Maya y la Chiapaneca. A lo largo de los siglos XIX y XX en el Estado se reprodujo y fortaleció una amplia desigualdad social. Los abusos contra los pueblos indígenas y las comunidades rurales generaron un conflicto latente hasta el año 1994 cuando estalló el Levantamiento Zapatista encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, conflicto que continua sin resolverse hasta el momento.

En la historia de Altamirano, se narra que este pueblo se fundó en 1806, por pobladores de las Haciendas de San Antonio y San Vicente que pidieron a la Vicaría de Ocosingo, terreno propio para fundar un pueblo nuevo, eligiendo el paraje de Nacashlan, a unos 30 km al sur de Comitán, en las cercanías del Río Tzaconejá, el cual en 1814 ya contaba con 90 familias indígenas, todos ellos de Etnia Tzeltal. Primeramente fue llamado Ashlumal San Carlos.  Ashlumal (pueblo nuevo).  En 1911, sobre este pueblo que había pertenecido al Departamento de Chilón, se erige el Municipio. En 1935 el Gobernador Victorio R. Grajales le cambia el nombre al pueblo San Carlos, por el de Villa Altamirano en homenaje al poeta Ignacio Manuel Altamirano y en 1942 lo elevan a Municipio de segunda clase. En enero de 1994 se convirtió en uno de los pueblos ocupados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Estuvimos laborando en el Hospital San Carlos, el cual fue construido por el Gobierno de Holanda y es mantenido y financiado en una gran parte por una ONG Holandesa.  En esta unidad de salud, se atiende a toda la gente, en especial a los indígenas, los cuales en su mayoría son tzeltales, pero también llegan tojolabales, Tzoxiles, Zoques y Choles.
La Parroquia de San Carlos, Altamirano cuenta con 85 comunidades, pero se reciben indígenas de comunidades pertenecientes a otros Municipios como son: Ocosingo, Oxchú, Palenque, Yajalón, Chilón… es triste ver como esta pobre gente viaja tanto para recibir atención médica en este hospitalito, que tiene recursos para una atención médica de primer nivel, ya que sólo cuenta con médicos generales y no tiene especialistas de base.  Solamente en algunas fechas del año llegan médicos especialistas voluntarios de México, Estados Unidos, España e Italia los cuales, ayudan a nuestra gente en Campañas Médicas Quirúrgicas de: Ginecología, Urología, Cirugía Plástica y Dermatología. Se cuenta con los programas de Nutrición, Tuberculosis y Salud Mental.
Me impactó también, el darme cuenta de, que en el Estado de Chiapas el Sector Salud es muy deficiente, cuentan con muy pocos hospitales públicos. Es por eso que en este hospital, muchas veces no se puede trasladar a los pacientes graves que necesitan atención especializada de segundo o tercer nivel y que sabemos que aquí se complicarán más o morirán, y en muchos de ellos se pudo haber evitado fatalidades si se contara con buen servicio de salud Estatal.

Y bueno, quiero compartir mi sentir en estas tierras, ya que por un lado ha sido satisfactorio poder trabajar para y por los pobres, pero a la vez he vivido diferentes sentimientos encontrados de tristeza, dolor, impotencia, rabia, incertidumbre, pues me he topado con un contexto muy fuerte y deprimente, nuestros hermanos indígenas aún viven en la miseria, están aislados y excluidos, abandonados y pisoteados por el Gobierno, las Instituciones, por la misma gente que no es indígena y que se nombran mestizos.
Los indígenas viven en comunidades alejadas donde ni siquiera cuentan con los servicios básicos para llevar una vida digna, no cuentan con atención médica rural, casi no hay escuelas y por este motivo un gran porcentaje son analfabetos, no cuentan con recursos económicos para hacer producir sus tierras, sufren y hay gran mortalidad materna, neonatal, infantil y de todas las edades, ya que los está consumiendo el hambre, la desnutrición, las infecciones, la parasitosis, la tuberculosis, el cáncer, el alcoholismo, entre otras…

Es muy doloroso ver como llegan al hospital con sus padecimientos muy avanzados, complicados o terminales, porque no había quien los atendiera en sus comunidades y no tenían dinero para trasladarse a un hospital. Algunos llegan diciéndonos que caminaron horas en la selva y otras más en una pasajera por un camino o por carretera para llegar a nuestro hospital.  Otro de los problemas que tienen es, que a veces dicen que no los quieren atender en los hospitales del IMSS o Salubridad porque no hablan Español y estas Instituciones no tienen personal que funja de traductores. Algo que nos gustó del Hospital San Carlos es que ahí mismo en años anteriores se abrió una escuelita de enfermería donde capacitaron a indígenas como enfermeras y enfermeros y así, ellos mismos son los que traducen a los pacientes. Pues todos los médicos son de fuera y no hablan lengua. Me gustó estar ahí porque me identificaba con el carisma Comboniano también, ya que siempre tenía presente el lema del Plan de Comboni: ” Salvar a África con África”, pues aquí era: “salvar a los indígenas con los propios indígenas”.

IsabelYo llegué en el mes de Enero, y posteriormente en el mes de abril se unió a esta experiencia mi compañera y amiga Rocío, LMC.

Juntas estuvimos laborando en el Hospital San Carlos, ella en administración y recursos humanos, pues su profesión es Administración de Empresas, y yo como Médico General. Ahí, pudimos compartir la vida laboral, así como también la vida comunitaria donde compartíamos rentando una casita en el pueblo. Fue bonito que todos los días nos levantábamos temprano, nos íbamos a caminar y a hacer ejercicio, y regresábamos a casa, hacíamos juntas oración en las Laudes de la mañana consagrando nuestro día y pidiendo por todos;  y después cada una nos íbamos al hospital a hacer nuestra propia tarea laboral. Pudimos compartir, convivir y aprender juntas en esta experiencia misionera.  Compartimos la vida con los indígenas, parte de su cultura, aprendimos a hablar algunas palabritas en Tzeltal como: Jocolawal = Gracias, Cashan = pase, ¿ban ti cux? = ¿dónde le duele?, respire profundo = icha ik!, etc. Disfrutamos el sabor del Pozol que es su bebida popular hecha con maza de maíz y agua, comimos sus ricas gorditas de calabaza, que son rellenas de frijol… fue algo muy especial conocerlos, curarlos, escucharlos, animarlos y motivarlos, darles una palabra de aliento y esperanza, hablarles del amor de Dios, confortarlos espiritualmente especialmente cuando alguno de sus familiares estaba grave o fallecía en el hospital…

Hicimos nuevos amigos, tuvimos buenos compañeros de trabajo y encontramos gente buena en las calles, en los comercios, en la iglesia y hasta en los lugares turísticos a donde tuvimos la dicha de trasladarnos y conocer…  En el último mes, Rocío pudo estar haciendo misión también con los niños, en un barrio de la periferia, donde son indígenas y carecen de muchas cosas, en especial de la educación, Chío pudo ayudarles un poco con sus tareas, a que aprendieran a leer y escribir los que aún no sabían, y hasta dio clases de computación a algunas jóvenes. Yo la acompañé en algunas ocasiones, ya que me la pasaba más en el hospital dando consulta y haciendo guardias de 24 horas y a veces turnos de más carga horaria, en este aspecto era pesado trabajar así, pues eran jornadas muy largas y sobrehumanas poder aguantar mucho tiempo con este ritmo… Pero aunque fue poco tiempo el que estuvimos compartiendo con los niños y sus familias, fue algo muy bonito y reconfortante como misioneras… Creo que para Rocio lo fue aún más intenso, pues fue su propia iniciativa…

Y, como ley de la vida, hubo cosas positivas y negativas en este tiempo de misión, algo de lo más negativo o decepcionante, fue que no pudimos actuar con los enfermos, el personal y la gente, como nos hubiera gustado; tuvimos demasiadas limitaciones y obstáculos, ya que las religiosas Vicentinas (Hermanas de la Caridad) quienes son las que dirigen este hospital, tenían un sistema muy cerrado y les costaba abrirse a los cambios…

Además, no pudimos entrar a las comunidades indígenas, donde queríamos hacer un proyecto con nuestro apostolado y trabajo pastoral misionero, ya que actualmente está fuerte el conflicto zapatista y existen enfrentamientos y divisiones entre los mismos pueblos. No dejan entrar tan fácil a sus pueblos.  Por esta razón, ha sido difícil para el mismo párroco, para las religiosas y demás voluntarios y otras organizaciones que quieren trabajar en estas tierras para ayudar a combatir esta pobreza material y espiritual que existe.  Hasta para la misma evangelización ha sido difícil, pues hay diferentes religiones y sectas que se están infiltrando, es triste ver que hay pueblos donde tienen varias iglesias de diferentes religiones y conocimos algunos donde no tienen ninguna iglesia católica, pero sí de otra religión.

Realmente hace falta que vayan más misioneros, laicos, sacerdotes y religiosas a estas tierras…
Aunque fue poco tiempo el que pudimos estar en Altamirano y que hemos decidido salir por el momento, yo no me quedo convencida de retirarme, renunciar y no regresar jamás a estos pueblos, que están tan pobres y abandonados… ha quedado una gran inquietud en mi interior, pues sé que necesitan ayuda. Es ahí donde la misión llama, es ahí donde vemos los Cristos sufrientes, es ahí donde es preciso misionar y dar la vida, cargando nuestra propia cruz con ellos que llevan una cruz que pesa más y que unidos podemos cargarlas y hacer que pesen menos. Es en estas tierras donde hay que ir a hacer promoción humana, para que se desarrollen y alcancen su propia dignidad de seres humanos. Es necesario que sientan que también ellos son hijos de Dios y merecen ser felices en esta tierra.
Yo creo fielmente que no es imposible y con el corazón en la mano, les digo que podemos encontrar una alternativa y una forma de armar un proyecto misionero… mayormente como laicos podemos actuar investigando y buscando apoyo en alguna Institución o en una ONG nacional o internacional, en la Congregación Comboniana, en la Diócesis, o tal vez en otras opciones, para trabajar en estos pueblos de Chiapas, ya que realmente es uno de los Estados más pobres y necesitados de nuestro país. No estoy contenta con decir fui y trabajé y conocí grandes maravillas de la naturaleza, pues aún me está taladrando en mi mente y en mi corazón todos esos rostros de sufrimiento, amargura, dolor, enfermedad, depresión, impotencia, tristeza, desesperación, sed de Dios y hambre de dignidad humana… Que Dios nos ayude a ayudar, los Laicos tenemos muchas capacidades y potencialidades, tenemos muchas locuras, pero que son buenos deseos y sobre todo, tenemos ese espíritu misionero de caridad, y esa alma retadora, pero que a veces solos no podemos, necesitamos gente y recursos; y una cabeza no piensa igual a muchas, los invito a reflexionar en esto y si como LMC de México y el mundo algún día podemos lanzarnos en acción por los indígenas de Chiapas, hagámoslo. Aunque sé que tenemos otros lugares de misión donde se necesita de los LMC, somos conscientes que a veces no podemos cubrir esas necesidades ya sea por falta de economía o hasta por falta de salud personal, meditemos y luchemos por ir cubriendo esos pueblos que no están tan alejados ni en climas y ambientes tan difíciles, y que sí es más posible poder ir y dar lo mejor de nosotros con todo lo que somos y tenemos.  Oremos a Dios para que siga bendiciendo a todos los indígenas del mundo, a los Afroamericanos y a los Africanos… Que San Daniel Comboni interceda por ellos y por todos sus misioneros.

Saludos a todos de su amiga: ISA. LMC.

Un tiempo feliz en Carapira – Mozambique

GermanoLa ida de Jesús, contada en el Evangelio del domingo XXIII del tiempo ordinario, a un territorio fuera de la tradición judía nos dice que la preocupación de Dios está con todos, no dejando a nadie fuera. Un sordo es llevado ante Jesús porque al no escuchar no sabe nada de él y, lógicamente, no podía buscarlo por propia iniciativa. A quién no conoce a Jesús no lo tenemos que censurar, sino más bien conducirlo hasta él.

En el camino que hicimos para el viaje a Mozambique íbamos al encuentro de los olvidados por la sociedad, hablo de las personas sin hogar y los más pobres, porque, por mucho que la gente es solidaria, se nos olvida el sufrimiento real de estos nuestros amigos, la soledad. ¿Cuántas veces nos han dicho que éramos diferentes, que llevábamos una sonrisa, un abrazo, una palabra amable…? fue ese el sentimiento que quería llevarme a Carapira. Yo no sabía lo que iba a encontrar, pero llevé el corazón abierto, alegre, lleno de amor para dar. Tenemos que aprender de Jesús a sentir los problemas de los demás e involucrarnos en su solución. Fue ese sentimiento y propósito que tratamos de lograr, y el grupo Fe y Misión realizó. Nos abrimos, escuchamos, miramos, nos involucramos y comprometimos con los estudiantes de la Escuela Industrial de Carapira, con la familia misionera (padres, hermanos, hermanas, laicos), así como con la comunidad de Carapira. Donde me encantó el hermoso trabajo de todos, especialmente de los Misioneros Laicos, que se encuentran cerca de las personas, comunidades y de sus problemas cotidianos, así como de los estudiantes de la Escuela Industrial de Carapira.

Todos los días íbamos al encuentro de la comunidad de Carapira, después de haber rezado Laudes (06:00), después del “mata bicho”, la expresión divertida que significa tomar el desayuno, iba entre 1:30 a 2:00 a estar con los niños, a jugar con ellos, llevaba una sonrisa, ayudaba a sacar agua del pozo a las mamás… estar con la gente, darle un abrazo y una palabra amable a todos los que encontraba. Aprendí que los que no tienen nada de bienes materiales, son los más felices, que no se preocupan por la apariencia física del otro, con la forma de vestir y de estar, pero sí la alegría de vivir y ser capaces de compartir lo poco que tenemos el uno con el otro.

Destaco algunos momentos importantes de mi estancia, un viernes visité con el Padre Firmino la comunidad de Caserna, era el día de los bautismos, me encantó participar en esta hermosa celebración y de una cultura especial, mientras que el P. Firmino confesaba a los jóvenes que iban a ser bautizados, me fui a dar un paseo por la comunidad, y en una de las casas, estaba un joven de 12 años, David, tendido en la entrada, gimiendo de dolor. Habiendo preguntado qué estaba pasando y no obteniendo respuesta del joven apareció la mamá de David, que me informó de que fue mordido por un animal. David tenía la mano muy hinchada, por lo que me asusté y traté de advertir a la mamá para ir al médico, pero ella me dijo que no podía, que estaba muy lejos del centro de salud, y no tenía dinero para ir en transporte público, el único transporte que podría tomar. No podía escapar de esta situación, sin embargo, tomé de la mochila agua potable para limpiar la mano del joven y le ofreció un trozo de pastel, que lleva para comer si tenía hambre, David le encantó comer algo dulce y tan bueno.

Cuando llegué a la escuela de Carapira, fui a la casa de los Laicos Misioneros Combonianos, y pedí ayuda a Marcia, una de las laicas que trabajan en esta misión, portuguesa y del Distrito de Aveiro, que se ofreció de inmediato para ayudar a David.

La semana siguiente me encontraba con un grupo de cinco jóvenes de Carapira hablando en la calle, cuando de repente veo a un hombre que lleva en su espalda a una mujer, que estaba enferma de malaria, y no podía caminar mucho. Pedí ayuda a los jóvenes para ayudar al señor, pero la respuesta fue negativa, como era normal, la señora estaba con malaria… pero no pude soportar ver esta situación sin hacer nada, así que le ayudé, el hombre llevaba a la mujer en la espalda e iba apoyado en mis hombros… que sin ser gran ayuda, pero creo que fue útil. Son pequeños gestos que pueden cambiar el mundo.

Lo que menos me gustó de vivir y ver en Mozambique fue la falta de condiciones en relación con la salud, la educación y la igualdad de derechos pues las mujeres son consideradas inferiores a los hombres. Pero la alegría, la amistad, la sencillez de esas personas consiguen superar cualquier negatividad existente, quiero hacer hincapié en “la educación del pueblo”, son muy educados (les gusta saludar a la gente), incluso sin tener derecho a la educación que muchos otros pueblos tienen.

Todos teníamos varias responsabilidades, unas más costosas, otras más ligeras, pero todas muy importante y con sentido de misión. Vivimos y trabajamos como una comunidad. Agradezco a todas las personas que nos recibieron, nos dieron la bienvenida, que confiaron en nosotros… pero sobre todo a los jóvenes de la Escuela Industrial de Carapira, al tercero B, de los que me sentí más próximos y todos los días me acuerdo de ellos, rezo para que estudien, luchen por un futuro mejor y no se olviden que no pueden ser lo que quieran, no son inferiores a nadie.

He vivido un sueño que nunca olvidaré. Puedo decir que “Olí la Misión”, que me ayudó a crecer como hombre y como cristiano. ¡¡Quiero volver!!

Por eso y para eso, le pido al Señor que nos cure de la sordera y la ceguera, y nos coloque en comunión sincera con su amor y con el mundo que nos rodea.

Germano

¡Hasta pronto Carapira – Mozambique!

Germano Ferreira