Laicos Misioneros Combonianos

Arequipa: ¡un lugar magnifico!

Misner in Peru¡Saludos a todos de la Familia Misner desde Perú!

Nuestras hijas se están adaptando muy bien. Lydia nuestra hija mayor va a cumplir 7 años en próximo día 26 de mayo. Ella está estudiando en el colegio de los Sagrados Corazones donde está aprendiendo español, inglés, y francés.  Nuestra hija menor tiene 4 años y está estudiando en la cuna jardín para los niños aquí en la parroquia del Buen Pastor. Las dos quieren mucho a los padres y a las hermanas que están trabajando con los misioneros Combonianos.

Karissa y yo empezamos nuestro trabajo médico hace una semana en Villa Ecológica, que está a las afueras de la ciudad. Karissa está especializada en los adultos y yo soy pediatra. Tenemos mucho amor y respeto por el Padre Conrado y su pasión por hacer este lugar especial para poder atender a estas personas sin cuidados médicos.

Por favor, ténganos presentes en sus pensamientos y oraciones.

Gracias por la posibilidad de este servicio misionero y por la gente de Arequipa.

Matt, Karissa, Lydia, y Violet Misner. Familia LMC de la NAP en Perú

Mi comienzo en Etiopía

EtiopiaDespués de largos preparativos por fin llegué a Etiopía. Todo el mundo me recibió muy bien. Nuestra Laica Misionera Comboniana Madzia Plekan vino de Awassa a recogerme al aeropuerto, para ayudarme y explicarme todo lo referente al principio de mi estancia. Junto con el Padre Sixto y el Padre Julio (Provincial de Etiopía) hemos tomado la decisión de ir a Awassa al día siguiente. El primer plan establecido era que iba a aprender amárico en la capital durante al menos 3 meses. Un nuevo curso de amárico comenzará en junio, por lo que podré pasar las primeras semanas para conocer a mi destino en Awassa, la comunidad y los fundamentos del lenguaje. Esto fue una sorpresa muy agradable para mí. Mi nueva comunidad me recibió muy afectuosamente. Madzia, Maggie y Mark me ayudan tanto como les es posible. Los tres hijos de Maggie y Mark son motivo de mucha alegría y vida. Los niños también me aceptaron como un nuevo miembro de su comunidad. Awassa es una ciudad grande, sin embargo, es tranquila y muy pintoresca. Ahora me estoy empezando a conocer el lugar, la gente y los diferentes servicios misioneros.

La semana pasada celebramos la Pascua. No fue sólo un momento de encuentro con el Señor resucitado, sino también una experiencia interesante de celebración en mi nueva cultura que está llena de diferentes elementos sorprendentes. La Iglesia Católica en Etiopía tiene mucho en común con la Iglesia ortodoxa. Obviamente pasamos Pascua en nuestra comunidad. Se mantuvieron dos tradiciones polacas: Pintar el huevo de Pascua y el desayuno del domingo de Pascua.

Estoy empezando a aprender amárico esta semana. Voy a tener tres clases por semana con un maestro profesional y cinco clases de tutoría con un chico de la zona que habla inglés. Si estamos satisfechos con el método de aprendizaje, tal vez continuaré mis estudios aquí, en Awassa. En ese caso, podría quedarme en casa. Un gran reto me está esperando ahora – ¡el aprendizaje del lenguaje amárico!

Magda Fiec, LMC en Etiopía

 

¡Perdónanos nuestras deudas!

Emma assembleia prisoesDel 22 al 24 de abril he participado en Uberlandia, una ciudad de Minas Gerais, en la Asamblea Regional de Pastoral penitenciaria, un encuentro anual que reúne a todos los representantes del Estado de Minas Gerais que trabajan en este ministerio. El tema era: Ecumenismo, Justicia y Misericordia.

Una justicia que es la madre de la paz, una justicia que se realiza con Misericordia y Verdad, una justicia no sólo se realiza con la razón, no sólo con el corazón, sino la Justicia que es razón y corazón juntos.

Justicia que a menudo sufren de una burocracia sofocante, vieja y conservadora, de una corrupción que es el mal del mundo, que se olvida de ser restaurativa, que busca el bien de todos, para ser punitiva y elitista. Hay un proverbio africano que dice que “a los juicios hay que ir con una aguja de coser y no con un cuchillo para cortar”, una justicia que trabaja para traer la humanidad perdida, incluso cuando usted es culpable, porque sólo a través de un acto de misericordia y no de condena vendrá el cambio, la vida y la esperanza. Si yo no lo creyera, no podría hacer mi servicio misionero en la Pastoral Penitenciaria, donde tres veces por semana me encuentro a los presos y presas de la cárcel masculina y femenina. Es mi Evangelio cotidiano, donde las heridas de la culpa sangran y causan dolor, del que cometió el crimen y el que lo recibió: “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

Saber perdonar, escuchar, a través de un recorrido que se realiza en conjunto, culpable y víctima, a través de una reconciliación que cambia completamente la vida, el peso de la culpa y el peso del odio.

En los días de la Asamblea sentí fuertemente mi compromiso con este camino, así como mis colegas que son voluntarios en las cárceles. Ninguno de nosotros recibe un salario, ni elogios de la gente, por el contrario, nos ven más como “amigos de los bandidos y vagabundos” debido a que los prisioneros son considerados los desechos del mundo, un mal a ser erradicado y no para recuperarse.

Todo lo que hacemos es el resultado de nuestra pasión y nuestra convicción de fe por una prisión que puede educar y no sólo castigar, que puede ser más digna y respetuosa, que sabe cómo crear misericordia y paz.

Brasil ocupa el cuarto lugar entre los países con el mayor número de presos en el mundo, después de Estados Unidos, Rusia y China. Los derechos humanos no son bienvenidos en las prisiones brasileñas y otras prisiones en el mundo, esta es también nuestra “lucha” su pleno reconocimiento.

El hacinamiento, el saneamiento inexistente, los ratones que hacen compañía a los detenidos, la violencia física y psicológica, actividades ilegales. Todo esto sucede al visitar las cárceles, donde la humanidad y la legalidad no tienen ningún significado, en una contradicción completa en una estructura que debe reconstruir y asegurar estos valores. Estas son las reflexiones, propuestas y compromisos que conversamos en nuestros días de reunión, que alentó e inspiró nuestro SÍ a esta pastoral, recordando que no hay delito ni pecado que pueda eliminar al hombre del corazón de Dios Misericordioso.

Emma assembleia prisoes

Emma, ​​LMC

Campo misión en Semana Santa.

Campo mision MexicoConfirmamos que Dios es ternura y misericordia y que los jóvenes están muy comprometidos con la gente que sufre.

El grupo LMC de Guadalajara atendimos a la invitación de los padres Gustavo Covarrubias y David Tena, para asistir al campo misión 2016, en Tala Jalisco. Nos integramos con el grupo juvenil éxodo. La preparación se llevó a cabo algunas semanas antes por medio de lecturas y un retiro espiritual durante el cual acordamos con los jóvenes y los padres el programa de trabajo. Reconocemos la buena logística pues nos entregaron horarios, material y rosarios benditos para ofrecerlos a los enfermos; así como las instrucciones por si alguien quería confesarse, recibir la comunión o la extrema unción.

Durante la Semana Santa, por las mañanas acudíamos de forma individual cada quien a un centro de catequesis para apoyar a las catequistas en la exposición del tema central que fue la misericordia, hacíamos dinámicas y tareas con los niños. A media mañana, nos dividíamos en equipos de 6 o 7 personas para ir al hospital, asilo o centro penitenciario respectivamente.

En el hospital visitamos a los pacientes en su cama individualmente, hacíamos oración y cantos. Los enfermos agradecían nuestra presencia, algunos nos compartían sobre su enfermedad y la relación con su familia. Al principio, los jóvenes entusiasmados querían hacer actos de magia y vestirse de payasitos pero no se pudo, aún así hacían sentir un ambiente muy alegre.  Llegamos a pasar hasta más de una hora con algún paciente que no quería que lo dejáramos de escuchar.  Llevamos cartas de aliento a los enfermos y de felicitación a las señoras que acababan de tener a su bebé.

Campo mision MexicoEn el asilo, de igual forma, saludábamos y reuníamos a los ancianos, hacíamos oración y dinámicas para conocernos, leer la biblia, o jugar algún juego de mesa como la lotería. La gente tuvo mucha apertura y confianza para compartir sus dolores, sus alegrías y lo que estaban viviendo. Se notó siempre la ayuda del espíritu santo para iluminarnos con palabras de amor y de paz.

En el centro penitenciario sólo nos autorizaron convivir con un grupo de presos. Con ellos hacíamos dinámicas y reflexiones sobre pasajes de la escritura como el hijo prodigo, la crucifixión y muerte de Jesús. Una actividad fue leer la carta que la presa de Cd. Juárez dirigió al papa Francisco. Algunos recibieron el sacramento de la confesión y el Padre David celebraba la eucaristía. Al terminar la visita, comíamos algo con ellos para fomentar la convivencia. Se notaba que les alegraba nuestra presencia, les daba esperanza y ganas de seguir adelante.

Campo mision MexicoPor las tardes, las familias del pueblo nos recibían en sus casas para darnos de comer, ofreciéndonos siempre lo mejor que ellos tenían. Después de comer nos trasladábamos a la capilla que nos correspondía en grupos de tres o cuatro para dar charlas a jóvenes y adultos sobre el triduo pascual y la misericordia de Dios, durante las cuales hubo muy buena participación.

Cada una participó en las actividades del triduo pascual en las diferentes capillas; sólo algunos nos reunimos el viernes durante la participación en el viacrucis en la parroquia del centro. Esta experiencia fue muy agradable, el haber conocido jóvenes sanos con ideas muy solidarias y que expresaban mucha ternura. También creemos que ellos estuvieron muy contentos de interactuar con nosotras y con todo el trabajo que realizamos. Nos adaptamos al trabajo en equipo y había responsabilidad en su forma de trabajar, eran muy activos y atentos, compartían su alegría, bailando, cantando y gritando. Nos quedamos con esa dulzura de saber que si siguen perseverando con esa entrega y amor, llegaran muy lejos en el amor a Dios y a sus hermanos.

Campo mision Mexico

Adri, Oli y Mire. LMC México