Laicos Misioneros Combonianos

Tengo, todavía, la tierra roja en mis chanclas.

LMC BrasilLa tierra que me gustaría permaneciese como un regalo eterno, una tierra sagrada, rica en historia y memoria. La memoria es una caja de imágenes, emociones, hechos, palabras que no debemos permitir que amarillee o se llene de polvo. La memoria me permite entender mi presente y el del mundo, me permite construir mi futuro y el futuro del mundo.
La memoria me permite alimentar mi corazón y recargarlo.
Esta memoria, para conmemorar el encuentro que forma parte de la Romería de los Mártires que se celebra en una pequeña ciudad de Mato Grosso, Ribeirão Cascalheira, cada 5 años.
En esta romería se recuerdan todas esas personas en América Latina que han dado sus vidas por la causa de la justicia: la defensa de la tierra, para defender la vida, contra la violencia, contra la dictadura, contra la opresión de los poderosos, contra la arrogancia del poder político y económico.
Hombres, mujeres, jóvenes, niños, pueblos indígenas, agricultores, trabajadores, abogados, periodistas, misioneros activistas de la Pastoral de la Tierra, los derechos humanos y, sindicalistas y personas que lucharon valientemente por la justicia, la libertad, la paz, la verdad. La lucha por la tierra ha sido siempre fuerte en Brasil, es una amenaza que sigue matando. Matando a cualquiera que se oponga y denuncie la violencia y la intimidación en las tierras indígenas, en los campos de los Sin Tierra, en las comunidades de agricultores y pescadores.
Los grandes intereses económicos dirigidos por las multinacionales y los intereses privados continúan destruyendo, amenazando, expropiando tierras y pueblos. Mártires del pasado, así como los mártires del momento, las luchas que las personas que viven en América Latina y en todo el mundo. Todas las situaciones de injusticia, violencia y desigualdad son un grito al mundo, un grito que no se puede mantener en silencio, en el olvido…. es necesario recordarlo, mantenerlo presente en la memoria.
En esta tierra roja y sagrada, encontramos la presencia de un hombre, de un profeta de la esperanza que, a pesar de sus 88 años dentro de un cuerpo enfermo y cansado, quería participar, tal vez en su última peregrinación:
!Don Pedro Casaldáliga! La vida de Don Pedro es un testimonio del Evangelio hecho carne y huesos, un testigo que vale más que un libro de teología. Una vida entregada en el servicio a los últimos, una voz importante en la lucha contra el latifundio y su crueldad. En varias ocasiones fue amenazado de muerte, tanto en tiempos de la dictadura, como recientemente. Él nunca se rindió, nunca se dejó intimidar.
Hombre pequeño de gran fe y valor.
Cuando fue nombrado obispo de San Félix do Araguaia, por su consagración, Don Pedro llevaba el sombrero de paja de los campesinos, en lugar de la mitra, un palo de madera de los indios Tapirapé y el anillo de madera de Tucum en lugar de oro.
Siempre ha estado del lado de los campesinos e indígenas, siempre defendiéndolos.
A la vista, aunque sea en una silla de ruedas, con su cuerpo curvado y dolorido, para mí fue una gran emoción, porque su espíritu aún emana energía y su persona vale más que mil palabras.
!!Don Pedro grande, grandioso el deseo de estar presente en esta celebración!! No se lo quería perder.
Hice casi 30 horas de autobús desde el estado de Minas Gerais hasta el estado de Mato Grosso, durmiendo en el asiento y parando en varias estaciones de servicio.
Muchas personas participaron en esta peregrinación, de todas partes de Brasil.
Fui con un grupo grande de Minas (dos autobuses) de varios grupos de la pastoral social. Ha sido una buena convivencia y la riqueza de conocerse. Ha sido bueno el intercambio y la energía positiva que se ha respirado en todo momento, el deseo de estar allí y continuar una parte de la historia.
La alegría, el compartir, la lucha, la oración, la comunión, la solidaridad, la construcción, la amistad, la memoria, son las palabras claves de esta peregrinación que permanecen en mí.
Amo este país, me encanta el espíritu de construcción y “lucha” que es parte de las Comunidades Eclesiales de Base, que aunque debilitado, existe y continúa. Creo que la Teología de la Liberación no es algo que se refiere al pasado, ¡está muy presente! Presente en la causa indígena, en la lucha por la defensa de la tierra y la naturaleza, en la lucha por los derechos humanos, en la lucha en defensa de las mujeres y en contra de una cultura machista, está dentro de las cárceles y los presos, en la lucha contra el racismo, contra los prejuicios, contra una cultura que separa y no acoge, como en el caso de los migrantes. Hay una iglesia que camina con las personas, que conoce la Tierra y no permanece cerrada en palacios de lujo, es una iglesia que camina descalza, capaz de tirar los zapatos y experimentar la vida sobre la piel desnuda.
Seré romántica, nostálgica, pero también realista y capaz de mantener el entusiasmo, el coraje y la voluntad de creer, una vez más, que otro mundo es posible (teniendo en cuenta el aniversario de los días del G8 en Génova) y que nosotros, sólo nosotros podemos construirlo, con nuestro trabajo, nuestras elecciones, nuestras luchas, nuestros testimonios, fieles al amor que mueve todo y que todo edifica. Vidas por la Vida, Vidas por el Reino.

LMC Brasil

Emma Chiolini, LMC

Acompañando la comunidad LMC de Awassa

Comunidad LMC AwassaDurante estos días he tenido la posibilidad de ir acompañando a la comunidad LMC de Awassa en sus diferentes servicios misioneros.

Creo que es muy destacable la sencillez con la que lo hacen y destaca a la vez el grado de acogida y relación que tienen con la gente del lugar.

Allá donde vayas van saludando a unos y otros. Ellos siempre van a pie o en bici y eso les posibilita estar muy cercanos a la gente.

Os intentaré contar un poco de cada uno.  Comenzaré de la más nueva por el lugar hasta los más antiguos.

Magda EtiopiaMagda Fiec lleva algo más de dos meses. Su misión principal en este tiempo es estudiar amhárico. Y, si bien yo no me entero de nada y me resulta difícil de valorar, al menos puedo ver que se comunica ya con las personas, y a aunque algunas veces tiene que buscar palabras y expresiones, para el poco tiempo que lleva no está nada mal (para los que no sepáis el Amárico en una lengua semítica que nada tiene que ver con nuestros caracteres latinos y os aseguro que a primera vista u oída uno no se entera). Por otro lado, saca algunos ratillos para comenzar a echar una mano en algunas cosillas. Ayuda un poco en la escuela profesional a las combonianas y ahora está preparando un encuentro de la juventud paralelo al que se realizará en Cracovia con el Papa pero con los jóvenes de Awassa. Esta semana estará con un grupo de jóvenes de retiro en Getsemaní (un centro de retiro a la orillas del lago, muy sencillo y bonito donde posibilitar, especialmente a los laicos el tener un tiempo de oración y encuentro con Dios).

Madzia in EthiopiaMadzia Plekan lleva ya más de año y medio en Etiopía. La idea a su llegada era que colaborara en el Hospital de Bushulo como fisioterapeuta, pero por diferentes motivos no fue posible. No tuvo problemas en reconvertir este servicio y hacerlo itinerante. De esta manera cada día va de un sitio a otro a cuidar a sus numerosos pacientes, colabora en la casa de las misioneras de la caridad de la madre Teresa donde atiende a muchos de ellos y en varios orfanatos. Se ocupa de las personas con necesidades especiales y en especial de los niños. Ver la ternura con la que los recoge de sus cunas, y trabaja con ellos es digno de admirar. Durante un buen rato les da la sesión de rehabilitación que cada uno necesita, casi sin que estos se den cuenta, y así poco a poco va ayudando a los que han sido abandonados y que aquí no tienen posibilidad de este tipo de atención especializada. También es cierto que de vez en cuando también se ocupa de los misioneros que por aquí están, ya que más de uno acude a ella cuando tiene algún achaque. Aparte de este servicio colabora en otras muchas cosas, siempre dispuesta a ir de un sitio a otro. Estos días viaja con la delegación de jóvenes que acude al encuentro de la juventud con el Papa Francisco en Cracovia. ¿Qué mejor que una guía polaca que les acompañará y enseñara todo en amhárico?, creo que es un privilegio que les pueda acompañar. Así que durante dos semanas no podremos estar con ella. Esperamos encontrarla a su vuelta en Addis Ababa.

Maggie LMC EtiopiaMaggie lleva ya 6 años en Awassa y en una semana regresará a Canadá. Es la encargada de la intendencia en la comunidad, de organizar las comidas y demás necesidades. Ahora con sus tres hijos esto también ocupa gran parte de su tiempo. Pero ha sabido compaginarlo muy bien con su servicio. Continúa ayudando en diferentes orfanatos. Ocupándose de los niños pequeños y también lleva a los suyos para que jueguen con los otros durante el tiempo que ella va. Por otro lado realiza talleres de manualidades con los niños del barrio donde va enseñándoles diferentes cosas (y son anfitriones de innumerables cumpleaños en su casa pues a todos les gusta celebrarlos allí, probablemente por el bizcocho y los globos que ellos portan a la fiesta). Participa también en un grupo de oración ecuménica. Sin olvidar la actividad deportiva comunitaria que son los dos partidos de freesbi semanales para mantenerse en forma y compartir con un grupo de extranjeros y etíopes esta afición deportiva. A destacar también que vaya donde vaya siempre hay algún conocido o alguien con quien conversar. Tras seis años es una más de la comunidad, muy conocida y apreciada.

Mark LMC EtiopiaY por último hablaré de Mark. Al igual que Maggie, sus seis años aquí le ha convertido en una persona de referencia. Además Mark ha estado al servicio de la Diócesis durante estos seis años apoyando en la administración y organización de la misma. Ha sido un fuerte pilar en los programas de desarrollo y en la reorganización de la diócesis. Especialmente volcado con los sacerdotes y hermanas etíopes en el desarrollo de los diferentes proyectos y en el apoyo en la búsqueda de financiación. Como él dice, el espíritu de Comboni anima ayudar especialmente a los africanos, a apoyar las diferentes iniciativas, a mediar con los financiadores (a veces tan exigentes con los papeles), para que los proyectos de apoyo a las escuelas, hospitales, orfanatos, centros de acogida de leprosos, iglesias, pozos de agua y demás proyectos vayan saliendo adelante. Sin duda, este trabajo de seis años le ha hecho ser una persona de referencia en la diócesis y cada vez que algún misionero, sacerdote local o religiosa se lo encuentra y se va despidiendo todos le agradecen el trabajo realizado, lo echaran de menos. Este tiempo también está siendo especialmente muy intenso con la llegada del nuevo obispo. Está manteniendo muchas reuniones para ponerle al día del trabajo de la diócesis, del plan sexenal aprobado y además intentando que el trabajo que ha ido realizando se quede bien encaminado y en manos de las diferentes personas que lo seguirán de ahora en adelante. En sus ratos libres, además de estar con sus tres hijos, también participa en un grupo de estudio bíblico ecuménico que le ha permitido ir profundizando en las diferentes expresiones del cristianismo en Etiopía y en su propia fe, como él reconoce. Es una oportunidad para crecer como iglesia en Awassa en este sentido.

Para Mark, Maggie, Emebet, Isayas y Teibe se va terminado su tiempo en Awassa. A fin de mes se desplazan a Washington donde Mark realizará un master de pastoral familiar, donde se quieren especializar para continuar su servicio misionero. Es tiempo de despedida, de ponerse en las manos de Dios para afrontar este nuevo desafío.

Les deseamos lo mejor en este nuevo desafío como familia.

Familia Comboniana Awassa

Un saludo desde Etiopía

Quince días en Etiopía

LMC EtiopiaYa hace quince días que llegamos a Etiopía, quince días intensos en emociones, sensaciones, colores,…

Viajar como familia, con dos hijas de 14 y 15 años, es más complicado que cuando hace ya tantos años estuvimos en Mozambique, pues para ellas es su primer contacto con África (al menos que se acuerden), con lo que ello implica de diferente en todo, ya no sólo en la fisionomía de las ciudades, los puestos de fruta ambulantes, una circulación que es una locura, la sensación de ir llamando la atención vayas por donde vayas, sino sobre todo la dificultad para comunicarte con la gente, el no poder hablar su lengua y por tanto no poder conocer su visión del mundo, de la vida, de su propia realidad.

Aquí en Awassa hay bastantes edificios de tres y cuatro plantas, y se está construyendo mucho, es un país que nos cuentan en los últimos años ha cambiado mucho, con amplias avenidas asfaltadas, numerosos hoteles, pues esta es la segunda o tercera ciudad del país, y quizás la más bonita, pues se encuentra situada junto a un lago bastante grande y tiene una flora y una fauna increíbles, lo cual hace que sea uno de los lugares turísticos preferidos por los propios etíopes. Y a pesar de ello el contraste con nuestras ciudades españolas es enorme, a nuestras hijas les llama mucho la atención las calles de tierra, los montoncitos de leña para cocinar, las cabras, ovejas, e incluso vacas, andando sueltas por las calles, que cuando llueve la vida no se para y nadie usa paraguas… pero sobre todo les llama mucho la atención la amabilidad de la gente, que todo el mundo te sonría y te salude, que la gente no vaya corriendo a todas partes, que la misa dure una hora y tres cuartos y la gente esté contenta… espero que aprendan mucho de este pueblo y que esta experiencia les enseñe otros valores distintos de los de nuestro primer mundo.

Tanto la comunidad de los MCCJ como la de los LMC nos cuidan mucho y están pendientes de acompañarnos e intentar explicarnos la realidad de este hermoso país, un país de más de 80 millones de habitantes, de los que más de 6 viven en la capital, de los que sólo un 0.9% son católicos, y el resto son 45% ortodoxos y 45% musulmanes. Un país en el que las misiones católicas son en muchos casos lugares de primera evangelización, con una gran necesidad de vocaciones nativas, y dónde a la vez desde la pequeñez del número que representan están ayudando tanto a este pueblo a nivel social y de desarrollo humano. Estamos teniendo la oportunidad de conocer el trabajo que otras congregaciones religiosas están haciendo aquí en Awassa, gestionando hospitales, escuelas de primaria y secundaria, guarderías, escuelas profesionales… El campo de trabajo es mucho en la promoción de la mujer, en educación, en salud… posibilitar un desarrollo real en este pueblo.

La comunidad de los LMC nos han ido contando los diversos trabajos tanto apostólicos como sociales que llevan aquí, y en la medida de lo posible los estamos acompañando para conocer de primera mano la labor que llevan a cabo, y sobre todo ver el amor que ponen al hacerlo. La dulzura y el cariño con el que se ocupan de los niños con dificultades especiales, el trabajo con los jóvenes en la parroquia, la responsabilidad en sus trabajos, el testimonio de familia, su compromiso con los más necesitados, … y todo desde el carisma de S. Daniel Comboni, intentando salvar África con África, cediendo el protagonismo al otro, acompañando, no dirigiendo, desde la sencillez y la humildad de saberse extranjeros, enviados en comunidad a anunciar el Amor del Padre y a construir su Reino.

Agradecidos al Padre por esta vocación, y por la posibilidad de vivir esta experiencia en familia.

LMC Etiopia

Maricarmen, LMC España en visita a Etiopía

Testigos de la esperanza

Emma

EmmaTestigos de la Esperanza es un grupo que se reúne, hace cinco años, en la casa comboniana Justicia y Paz.

Se trata de un grupo de autoayuda integrado por personas con problemas de adicción al alcohol, las drogas, la depresión o a cualquier adicción que aprisiona y no permite vivir bien. Es frecuentado en su mayoría por mujeres, madres, esposas, con hijos o esposos para hacer frente a la terrible adicción al alcohol y las drogas. La herramienta de este grupo es simplemente la palabra y compartir. Narrar, hablar de uno mismo, como una forma terapéutica para compartir el dolor, para encontrar fuerza y apoyo. Aprender a aceptarlo y aprender a escuchar. Porque al compartir una persona no se siente sola, las historias descritas son historias comunes como madres, mujeres, muchas familias que luchan con la dependencia física y emocional que esclaviza. La belleza de este grupo es que se trata de una “pequeña familia”, donde las personas están unidas por la confianza y las relaciones de amistad. Todo lo que viven es compartido en el grupo, la confianza y la credibilidad son los fundamentos que lo construyen. Hace más de dos años que participo como voluntaria y yo soy parte de “esta familia”, cada martes por la noche a las 19:30 voy a conocer y escuchar. Hay momentos en que muchas personas participan otros son pocas, pero cualquiera que sea el número cada martes por la noche la Casa Comboni permanece abierta para crear un espacio donde se puede acoger y compartir no sólo el dolor, sino también momentos de sonrisas y momentos de risa. Hay pesos que es difícil cargar solos, hay que superar la vergüenza de decirlo, para esto nació Testigos de Esperanza, para ayudar a las personas que caminan juntas y encontrar ayuda con gestos simples y concretos. Regina y yo (psicóloga y voluntaria) comenzamos desde la provocación de un tema, a partir del cual se puede empezar a pensar en los problemas que la gente vive y en su propia experiencia, un trabajo que lleva al auto-conocimiento, a reconocer la propia historia y en especial a valorar a las personas, para volver a tomar la vida en sus propias manos, con coraje y determinación.

Yo salgo siempre, cada encuentro, emocionada, tanto al compartir momentos de alegría, como momentos intensos y profundos, hechos de heridas aún abiertas. Cada historia es una lectura del Evangelio del día, hecho que luchas, batallas, victorias, derrotas, decepciones, en busca del amor que cuida, ya que sólo el Amor salva: el amor a uno mismo, el amor a los demás, el amor por la vida.

En la periferia del mundo donde no hay servicios, es maravilloso ver como se organizan las personas, sin perder el corazón y simplemente en busca de soluciones, tales como dar a luz a un grupo de auto-ayuda para encontrar la fuerza y el deseo de cambiar. ¡Juntos, nosotros podemos!

Emma, LMC

Primera semana en Etiopia

CLM-Community-in-Awassa

CLM-Community-in-AwassaYa llevamos una semana en Etiopía y parece que fue ayer cuando tomábamos el vuelo.

De momento ha sido una semana de bienvenidas y para comenzar a conocer.

Un primer día en Addis Ababa donde conocer la casa provincial, encontrarnos con el P Julio Ocaña con el que compartimos nuestro tiempo de preparación en comunidad cuando salíamos a Mozambique. Lo recordábamos como unos momentos muy especiales donde nosotros partíamos por primera vez a África y él también se preparaba de cara a la misión. Ahora tras casi 18 años nos volvemos a encontrar, en Etiopía, cada uno de nosotros con un poco más de historia.

También un momento especial para saludar el P Juan Núñez. Tras muchos años. Cuando le conocimos él era provincial de España y nosotros comenzábamos como LMC. Hasta ahí los viejos conocidos, a partir de ese momento muchos otros combonianos de la provincia que nos han acogido con mucho cariño.

Nuestro viaje a Awassa fue muy bueno, con parada en un precioso lugar junto a uno de los grandes lagos de la zona. Siempre es bueno viajar en coche pues te da una perspectiva del estado del país, sus carreteras, pueblos, cultivos. Inevitable comparar con nuestra experiencia en Mozambique o en otros países. Descubrir tantos campos arados con bueyes o la infinidad de burros que tiran de las carretas con las que muchos transportan el agua, las patatas y demás.

Por fin llegar a Awassa, capital de los estados del Sur. Conocer al P Mansueto, superior de la casa, que nos acoge muy bien, atento a las distintas necesidades, y el resto de la comunidad. Ésta es casa de paso para las diferentes comunidades del sur, así que de vez en cuando llega algún misionero para hacer compras, arreglar el coche o recoger correo.

Y cómo no, por fin encontrarnos con nuestra querida comunidad LMC. Mark fue el primero en llegar a casa de los combonianos al saber de nuestra llegada y sin deshacer maletas fuimos a saludar al resto de la comunidad (a poco más de 5 minutos de la casa). Allá nos encontramos con Maggie y sus tres hijos, Emebet, Isayas y Teibe, así como con Magda y Madzia. También con un bonito cartel de bienvenida que habían hecho los pequeños de la casa y una buena cena donde ir entablando conversación.

Es lo bonito de la internacionalidad, donde canadienses, polacas y españoles compartimos y nos encontramos como miembros de la misma familia.

Cada día vamos teniendo una actividad diferente. Cada miembro de la comunidad nos va acompañando y mostrando los lugares y actividades donde están empeñados y sacan tiempo para ir mostrándonos la ciudad y sus diferentes lugares (pero esto lo dejaremos para la siguiente entrada).

Siempre atentos a nosotros, con un nuevo plan cada día, y algo nuevo por descubrir en cada momento.

Una experiencia que como familia agradecemos y esperamos sacar el máximo provecho.

Un saludo a todos.