“¿Sigo así seguro de la misión que tengo que cumplir?” El tiempo es extraño, las situaciones, lo inesperado, la pandemia y las nuevas olas, el incumplimiento de las proyecciones, el cambio, la espera, la expectativa, las alegrías y las penas, los comienzos y los nuevos comienzos pueblan nuestra historia humana.
En el diálogo entre Jesús, Pedro y Andrés, este último ya conocía al Señor y ya lo había anunciado a su hermano. Así se cumple la misión.
¿África? (Nos preguntan todos) ¿Cuándo? La fecha ha llegado, hoy comienza nuestro viaje a Mozambique. Pero la certeza que tenemos es que todo llegará como el Señor quiere, o no. Es la verdadera aventura de vivir según la voluntad de Dios. No es fácil, pero Él es mi refugio y mi fuerza.
Que el Señor nos dé y renueve cada día la esperanza y la certeza de que “cuando hacemos lo que Dios quiere estamos seguros de ser recompensados al final”. He aquí la lógica de ser cristiano, de creer, de vivir en Dios y para Dios. Por eso vivimos para Él cada día y agradecemos la vida que late en nosotros, los pequeños milagros de la vida cotidiana y, sobre todo, las oportunidades que se nos presentan para madurar humana y espiritualmente. Es imposible escuchar al Señor y no darle una respuesta. “Dejando las redes inmediatamente, le siguieron”.
Misión significa salir, pero no significa devorar kilómetros. Como solía decir nuestro querido Dom Elder Câmara. La misión es dejar que Dios guíe nuestra vida y nuestra historia, como guió la vida de San Daniel Comboni y la de nuestra madre María de Nazaret. Pedimos su intersección para que nuestra misión sea guiada por la fuerza divina y contamos con sus oraciones para cumplir juntos esta misión.
Y tú, ¿qué red o redes tienes que dejar? ¿O qué necesitas para abandonarte al Señor?
¡Sigamos! ¡Que Dios nos bendiga y nos guíe!
Regimar y Tito, LMC Brasil