Laicos Misioneros Combonianos

¿QUÉ ES LA ORACION?

Uganda
Uganda
Cristianos orando en la Gruta de María nuestra Madre

Mucho se dice sobre la oración y mucho se ha dicho sobre la oración. Las redes sociales están llenas de oraciones y muchas personas hacen preguntas sobre la oración. Admiramos la vida de muchos santos, vivos y muertos. Lo que es sorprendente acerca de las personas cuyas vidas reflejan la gloria de Dios, como Santo Padre Pío, Santa Madre Teresa y muchos otros es que se consideraban pecadores y que no sabían cómo orar. Nuestro propio Papa Francisco, cuya vida ha conmovido a muchos y muchas personas lo siguen en las redes sociales, se considera pecador y siempre le pide a la gente que ore por él. Muchas personas han dedicado sus vidas a la oración y aún continúan orando sin cesar. Por todo ello la pregunta sigue en pie, ¿qué es la oración y cómo podemos orar?

Según el Oxford English Dictionary, la oración se define como una práctica de comunicación con el propio Dios. Otras personas pueden decir que la oración es una conversación silenciosa o en voz alta con el Dios invisible. No importa cómo oremos y el método que usemos, todo apunta a hablar con Dios.

Muchas sectas religiosas diferentes llevan a sus seguidores a orar de maneras particulares para alimentar la espiritualidad de sus seguidores. ¿Cuál es entonces la diferencia entre religión y espiritualidad? Muchos estudiosos tienen diferentes enfoques para definir la espiritualidad, aunque todos están de acuerdo en lo que es la religión. La religión puede ser sencilla, diferentes personas reunidas bajo el mismo techo para orar juntas de una manera apropiada para ellas. En la Iglesia Católica, nuestra oración principal es la Celebración de la Sagrada Eucaristía en la Santa Misa. Otras religiones diferentes tienen sus propias ceremonias según lo que consideran adecuado para ellos .La espiritualidad, en términos simples, puede ser lo que más importa al ser interior de una persona, lo que habita en su interior, lo más deseado , más valorado en lo íntimo de una persona y que la persona no puede hacer nada sin él. Muchas personas consideran en ese grado de intimidad al dinero, al amor por los hijos, el cónyuge, el trabajo, los automóviles, los ídolos, los teléfonos o las tabletas, las computadoras, los espíritus de los antepasados, que son muy importantes en África y en otras partes del mundo .Se dice que esta cosa tan íntima que ocupa la mente y la vida de la persona es su espiritualidad .Lo que necesita una persona para consolarse en términos de profundidad es la espiritualidad. Algo que hace a alguien entrar en su intimidad constituye la oración para esta persona. Algunas personas recurren a brujos o espíritus ancestrales para buscar respuestas rápidas a sus necesidades. Como misioneros, nos encontramos con estas personas y hay veces que encuentras en medio de la Santa Misa a personas que se ponen a consultar su teléfono. Hay ciertas situaciones en las que la persona puede llevar las oraciones y seguir el orden de la Misa o las canciones que puede llevar en su teléfono. Entonces, ¿qué sería lo íntimo para ti en tu vida como misionero? Si tienes distracciones cuando quieres concentrarte en la oración, quizás haya que revisar tu espiritualidad y por tanto necesitas orientación sobre cómo superar esto y tener los métodos adecuados de oración .Una verdadera oración se consigue cuando toda tu atención y tu ser se sienten atraídos por Dios o las Escrituras en las que ha elegido enfocarte. Sin embargo, hay veces que una persona no se siente en la oración como se explica, aun así la intención en la oración siempre debe persistir para orar a Dios, como veremos más adelante en este artículo. No se trata de estar con otros. Por lo tanto, la religión ayuda a dirigir la espiritualidad de una persona hacia Dios, centrándose en Dios y no en ningún otro consuelo cuando lo necesite. Una persona espiritual nos dice que busquemos a Dios en consolaciones pero no en consolaciones de Dios. Esto nos lleva a enfocar toda nuestra atención a Dios cuando estamos en oración, cuando surgen los desafíos; colocamos nuestra atención en Dios y no en otras cosas .En un Himno muy hermoso que cantamos, Jesús nunca falla… las cosas de este mundo te defraudarán pero Jesús nunca falla… lo cual enfatiza la importancia de enfocarte en Dios más allá de enfocarte en cosas terrenales que todas tienen un fin, en caso de que tengamos un problema importante en nuestra vida.

¿Qué dicen otros sobre la oración?

Soren Kierkegaad dijo que en una verdadera oración, no es Dios quien oye lo que se le pide, sino el que reza si continúa orando conseguirá escuchar lo que Dios le tiene que decir. Por tanto, en la oración no necesitamos buscar soluciones rápidas a nuestras peticiones, sino rezar hasta que suceda algo. Es importante orar siempre y no perder el corazón Lc. 18: 1. Es importante siempre rezar sin fatigarse, enfocar nuestra atención en Dios en cuerpo y mente.

Jesús nos aconseja que seamos persistentes en la oración. Al igual que la amistad, la oración requiere tiempo, esfuerzo y sacrificio .En nuestra vida cristiana, nunca deberíamos hablar de éxito sino de fidelidad a Él y a su Palabra, incluso si no obtenemos lo que hemos pedido. La verdadera oración no tiene ninguna condición, debemos orar y seguir orando en todo momento, incluso si no conseguimos todo lo que queremos. En todo lo que oramos, es muy importante pedirle a Dios que se haga su voluntad en nuestra vida, no lo que pedimos él en nuestra oración. Siempre le pedimos a Dios que responda nuestras peticiones, pero debemos recordar que ponernos al servicio de Dios, debemos preparar nuestra alma para la tentación con todo lo que enfrentamos en la vida.

Muchas veces como misioneros enseñamos a otros a orar, les mostramos cómo vivir como cristianos, pero podemos no aprender a orar nosotros mismos. Por ello, le pedimos a las personas que recen por nosotros. Esto es muy bueno, pero debemos ser conscientes que el corazón de la oración está en el individuo y los otros intercederán por nosotros solo para añadir lo que ya tengamos en nuestro corazón.

¿Por qué rezamos?

Muchas personas tienen razones para orar y tenemos que entender que hay muchas razones por las cuales las personas rezan .Algunos rezan por conseguir un cónyuge, mejorar en los negocios, tener éxito en lo académico, conocer a Dios, encontrar la vocación en la vida, por el alma de los fallecidos, especialmente por aquellos en el purgatorio. Cualquiera que sea la razón, debemos centrar nuestra oración en lo expresaron nuestros autores en espiritualidad:

Personalmente, algunos de los motivos por los que rezamos incluyen;

  • El perdón de nuestros pecados, pecados que cometemos todo el tiempo y por los que nuestra oración debe pedir perdón como Jesús dijo … vengan a mí todos los que están sobrecargados y les daré descanso Mt 11:28
  • El amor de Dios. Tenemos que orar por la perseverancia en el amor de Dios, ya que nuestro amor humano es condicional y centrado en nosotros mismos en la mayoría de los casos de nuestra vida.
  • El amor por la oración, cuando persistimos en la oración, tendemos a sentir amor por la oración como parte de nuestras vidas.
  • Para encontrar perseverancia y paz. Las miradas desprotegidas a menudo son la causa de los pecados graves, como dijo un maestro espiritual. A menos que tengamos paz en nuestras vidas, no podemos entender lo que significa la verdadera paz en la vida de otras personas

Por la Iglesia;

  • Para glorificar a Dios, venerar a la Santísima Virgen María, a los Ángeles, a los Santos y a muchos otros.
  • Por las necesidades espirituales de los hijos de Dios
  • Por la liberación de las almas en el purgatorio

Para vivir y rezar bien, nuestros líderes espirituales nos animan porque el alma devota debe ser pura, honesta, transparente en todo lo que hacemos con nuestras manos, labios, ojos, oídos y todo el cuerpo. San Pablo nos dice “tu cuerpo es el templo del Espíritu Santo, ¿que está en ti y a quien recibiste de Dios? 1 Cor. 6:19. Como seres humanos, no es fácil conocernos a nosotros mismos de manera transparente, como John Powel SJ dijo ” revelarme a mí mismo, abierta y honestamente, requiere la valentía más pura”. La mejor oración es aceptar y creer que no somos nada ante Dios y no somos más que pecadores y orar por su misericordia y perdón.

Debemos saber que no hubo nada que Jesús haya hecho sin orar y nosotros tampoco podemos hacer nada sin oraciones en nuestra vida, como lo que Jesús pasó en el desierto Mt.4: 1-11 .Una buena oración es donde nos sentimos libres de derramar nuestro corazón sin temor. La oración puede ser compartir una relación con Dios y algunas personas solo necesitan estar en presencia de Dios

Hay una historia de Simon Makonde que nació en domingo, bautizado el lunes, se confirmó el martes, se casó el miércoles. Se enfermó el jueves, fue llevado al hospital el viernes, murió el sábado y fue enterrado el domingo. Esta historia muy imaginaria explica que el viaje de la santidad no es algo muy corto. Tiene que ser probado por el tiempo y los desafíos. Lo que importa es dónde estarás al final de los tiempos, en el infierno o el cielo. Para orar bien, San Alfonso María de Ligorio nos dice que debemos centrar nuestra atención en ese día en que moriremos, ya sea cerca o lejos, en una muerte dolorosa o pacífica, solo o en el cuidado de los demás. Cuando muramos, ¿cuál será nuestro destino en el último día del juicio? Mt. 25: 1-13 Para orar bien siempre miramos a nuestra muerte o al juicio final. Debemos vivir una vida basada en las bienaventuranzas y las enseñanzas de la montaña Mt.5. 1-12

¿Dónde vemos a Dios en nuestra vida?

Dios está en todas partes y podemos encontrar a Dios en todo lo que hacemos y en las personas que conocemos. El hecho de que pueda leer este mensaje significa que está bendecido entre miles de millones de personas en el mundo que no tienen acceso a Internet, ni a una computadora, tiene ojos capaces de leer en comparación con millones de personas ciegas, bendecido porque pertenece a un grupo que tiene una gran preocupación el uno por el otro. Todo esto exige un gran agradecimiento a Dios. Cuando miras la naturaleza, los árboles, la arena, los animales, los pájaros, el agua, el viento y las corrientes de agua fría / caliente son todas formas en que podemos apreciar a Dios en las criaturas como lo hicieron San Ignacio y otros santos. Se cuenta una historia de San Ignacio cuando una noche se asomó al balcón de su casa y al levantar la mirada para mirar las estrellas las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas con los ojos fijos en las estrellas. Esto es algo bueno donde podemos tratar de identificar a Dios en nuestra vida.

PRINCIPIOS DE LA ORACIÓN

Los maestros espirituales aportaron algunos puntos para ayudarnos y guiarnos en nuestra oración. Estas son solo algunas sugerencias pero que personalmente me han ayudado mucho.

  1. La oración es una relación interpersonal con Dios. Tiene que ser sentido en el interior de la persona pero no necesariamente escuchar un menaje con lo que se debe hacer. Cuando rezas debe encontrar un sentimiento interior en tu corazón. Usa pocas palabras y sé concreto.
  2. La oración es una comunicación afectuosa con Dios realizada a través del Espíritu Santo y sostenida por el Espíritu Santo. Debemos estar listos para entregarnos al Espíritu Santo para que tome el control de nuestras vidas .La oración debe venir de la mente y del corazón. Cuando ores, esfuérzate por perdonar a todos los que te ofenden y pide perdón por todo lo que pudiste haber ofendido para tener una buena vida de oración Mt. 6:12, y San Pablo nos dice que oremos con el espíritu que intercede por nosotros Rom. 8:26.
  3. Aprender a agradecer a Dios es el principio más simple pero importante. El que no hace agradece no es bienvenido ni apreciado. Para que nuestra vida de oración sea buena, debemos estar agradecidos a Dios y a otras personas en nuestra vida, y esta apreciación se dirige a Dios en nuestra oración.
  4. La oración es sobre todo una expresión de amor. Gracias a Dios por todo lo que ha hecho en tu vida y te ha entregado. Ora por el empoderamiento que supone pedir la gracia de Dios sobre tus decisiones. Ama con actos de caridad a Dios y a los hermanos y siempre pregúntale a Dios “¿qué es lo que quieres de mí? ¿Qué puedo hacer en esta situación?”
  5. La oración es hacer que el poder de Dios baje en nuestras debilidades y dificultades Ef. 6:11. Busca soluciones antes de pedir ayuda a Dios .Cuando sentimos que somos débiles, lo mejor que podemos hacer es invocar el poder de Dios en nuestras debilidades y suplicarle su perdón y misericordia por haber pecado contra él.
  6. La oración de simple presencia o oración de silencio es muy importante, es decir, ponte en la presencia de Dios sin palabras. Dedica un tiempo tranquilo, en la presencia de Dios, sin decir una palabra y sin tener nada que ocupe tu mente. Pon toda tu presencia a Dios en Adoración.
  7. El corazón de la oración está en escuchar. Escucha la voz de Dios hablándote
  • Nuestra mente, que debe estar clara y sin pensamientos negativos, debe enfocarse solo en Dios y en las maravillas que Dios ha hecho por nosotros. No pensar en venganzas, en cometer o planear un crimen. Dios siempre usa formas normales de hablar con nosotros, solo escucha y sigue lo que obtienes. De esta manera, debemos ser conscientes de las falsas voces positivas del diablo. Encontrarte con tu acompañante espiritual es necesario para discernir las voces de Dios o del diablo
  • Tu voluntad de hacer algo ¿Qué es lo que siempre deseas hacer?¿Es agradable a Dios según lo que la iglesia nos enseña a hacer? Un amigo que le da un buen consejo tanto en el aspecto espiritual como en otras áreas de la vida es Dios hablando con usted a través de ese amigo. Siempre debemos escuchar a las personas que nos hablan en nuestras comunidades u otros lugares sobre nuestro carácter, sobre lo que debemos conservar, y lo que necesitamos dejar en cuanto a nuestro carácter.
  • Tus emociones, ¿cómo son, felices o arrepentidas, contentas o insatisfechas?
  • ¿Qué estás imaginando siempre en tu vida, tanto pública como privada? ¿Te imaginas conversando con Jesús, la Madre María y los Ángeles o algo opuesto a lo que se sugiere aquí?
  • ¿Qué hay en tu memoria en lo que siempre piensas, algo que agrada a Dios o que agrada al diablo?
  • Cristo también nos habla a través de su propia vida personal que leemos de la Santa Biblia y la aparición que la Iglesia Católica aprueba que los católicos sigan
  • Él nos habla a través de los Profetas y lo que nos ofrece la Iglesia Católica, especialmente a través de las encíclicas del Santo Padre, el Papa.
  1. El lugar y el tiempo son importantes para orar y deben ser propicios. Sin embargo, no necesitas siempre estar en silencio para rezar. Simplemente desconecta el ruido de tu mente en medio de un lugar ruidoso si se trata de tu voluntad de orar.
  2. Luchar con problemas en la oración, en forma de distracciones en la oración, es muy normal y siempre es de esperar en nuestra vida humana. Pero esto no debería hacer que abandones tu oración y comunicación con Dios. Tales distracciones incluyen sueño, pensamientos y muchas otras cosas, pero solo reza para superarlas. Nuestros líderes espirituales nos animan a persistir en la oración incluso si llegan las distracciones. Una razón por la que nos dormimos en oración es porque vamos a orar cuando ya estamos cansados ​​de lo que hicimos durante el día. Esto puede requerir un cambio en su horario de oración o es un signo de un cuerpo cansado y agotado. Por lo tanto, debe tomar un descanso de lo que hace y tomar un retiro que pueda nutrirlo y hacerlo capaz de comunicarse con Dios en oración. Si siempre reza en las horas de la tarde un cambio a la mañana temprano podría ser de ayuda. Dicen que lo que importa en la oración es la intención, aunque el camino puede no ser apropiado y tener tanto en cuenta para su intención de oración importa mucho y Dios escucha esas oraciones incluso con muchas distracciones.
  3. El Padrenuestro debe convertirse en la base de una oración cristiana tal como nos la enseñó nuestro Señor Jesús. Nunca debería ser recitado, sino meditado. La oración del Padrenuestro cubre toda nuestra vida si se la medita de palabra en palabra y esta debería ser nuestra raíz de la meditación diaria.

Hay muchas maneras en que podemos orar en un grupo desde el oficio divino, oraciones familiares recitadas en grupo y oraciones mentales que se han visto útiles en la vida de oración. Todos los santos practican la oración mental o la meditación diariamente, tanto los santos que viven como los ya muertos. Tales meditaciones pueden enfocarse en determinar la voluntad de Dios en nuestras vidas o incluso encontrar a Dios en lo que hacemos como lo sugiere San Ignacio de Loyola. Si usted es agricultor necesita ver a Dios en las plantas y animales que cuida, un maestro encuentra a Dios en los alumnos o estudiantes a los que él /o ella enseña, un matrimonio debe encontrar a Dios en la vida del cónyuge y de los hijos y en el hogar y muchos otros ejemplos en todo el trabajo que hacemos. San Ignacio sugiere en sus Ejercicios Espirituales imaginar a alguien caminando junto a Jesús o asistiendo a su sermón en la montaña o hablando sobre el juicio final. ¿Qué preguntas le harás o caminarás con el Señor Jesús en su Pasión en el huerto, en el camino al Calvario?, ¿cómo crucificaste a Jesús hasta ahora y cómo pretendes reconciliarte con él? lamentando tus pecados y pidiendo perdón. Estas son solo sugerencias menores, pero cada persona debe encontrar la mejor manera de orar y meditar guiados por el Espíritu Santo en las oraciones personales.

¿Por qué la oración mental y qué constituye una oración mental?

Sin la oración mental, un alma no tiene luz. Alguien dijo “aquellos que mantienen los ojos cerrados no pueden ver el camino de su país”. Necesitamos darnos cuenta de que las verdades externas son todas cosas espirituales que se ven no con los ojos del cuerpo sino con los ojos de la mente por reflexión y consideración, como nos dice un escritor espiritual. San Bernardo nos dice que la meditación regula los afectos, dirige las acciones y corrige los defectos. Un santo durante su vida dejaba morir de hambre al cuerpo durante semanas si su cuerpo se dejaba llevar por la lujuria o los deseos de la carne y castigaba el cuerpo sin comida o bebida hasta que estuviera muy débil y le pregunta al cuerpo si podía vencerlo Dios en sus meditaciones, para la perfección en la vida dirigida a la santidad. Esto puede enseñarnos una lección sobre la superación de los males en nuestra vida con el ayuno. Jesús derrotó al diablo en el desierto con ayuno y oración, y esto nos puede enseñar algo para aprender sobre cómo lograr la santidad en la vida.

Santa Teresa del niño Jesús dijo que aquel que descuida la oración mental no necesita un demonio para llevarlo al infierno, sino que él mismo se lleva allí con sus propias manos. Abbot Diodes dijo algo similar, que el que omite la oración mental pronto se convierte en una bestia o un demonio. San Pablo nos avisa que sin peticiones de nuestra parte, Dios no concede la ayuda divina y sin la ayuda de Dios no podemos observar los mandamientos 1 Tesalonicenses 5:17 que debemos orar sin cesar. Esta oración viene mejor en meditaciones.

San Juan Crisóstomo dijo que por medio de la oración podemos obtener de Dios sus gracias; sin oraciones es absolutamente imposible llevar una buena vida. El descuido de la oración mental es la causa de la gran relajación de la moral que presenciamos todos los días, incluso en algunas de nuestras comunidades y familias religiosas. Dios desea ser preguntado, cuestionado y hasta vencido por cierta inoportunidad en la oración. La caridad no puede perdurar a menos que Dios le dé perseverancia, ¿cómo nos dará el Señor perseverancia si nos negamos a pedírselo? Santa Teresa nuevamente dijo que sin oración mental no hay comunicación con Dios por la perseverancia de la virtud. El Cardenal Bellarmino dijo que es imposible para quien descuida la oración mental vivir sin pecado. San Agustín dijo que para obtener la misericordia y la gracia divinas, no es suficiente orar en lenguas, también es necesario orar con el corazón. La oración mental hace que uno vea su propia miseria y regrese a Dios. La oración mental hace un alma; modesta, humilde, devota y mortificada en todas las cosas. La falta de oración mental lleva al orgullo, a la falta de devoción, a no frecuentar los sacramentos y la Iglesia, a apegarse a la vanidad, a conversaciones inútiles, a tiempos pasados, a placeres terrenales. San Juan Crisóstomo nos dice nuevamente que aquel que no le reza a Dios o no desea disfrutar de su conversación divina está muerto… un alma muerta no puede ser penetrada por Dios. La oración mental es la raíz de una vid fructífera. San Climaco dijo que la oración es un baluarte contra el asalto de las aflicciones, la fuente de las virtudes, el que procura las gracias. Y Santa Ruffina se hace eco de un punto similar cuando dice que todo el progreso espiritual del alma fluye de la oración mental, y Gerson dijo que aquel que descuida la meditación no puede, sin un milagro, llevar la vida de un cristiano. San Ignacio de Loyola notó que la oración mental es el camino más corto para alcanzar la perfección y quien más avanza en la meditación logra el mayor progreso en la perfección.

Algunas virtudes mostradas por personas que viven una vida de meditaciones incluyen las siguientes, pero no se limitan exclusivamente a esto;

  • Humildad y un gran corazón para perseverar en la vocación como lo hicieron San, Daniel Comboni y otros santos vivos y muertos .San Bernardo dijo que el hombre verdaderamente humilde no desea ser anunciado como un hombre humilde, sino que desea ser reputado y considerado inútil.
  • Siente el sufrimiento de los demás y sé capaz de sanar de la forma que te resulte más conveniente.
  • Ten un corazón disponible a los demás incondicionalmente
  • Ama a los pobres y al sufrimiento
  • Confía en el Sagrado Corazón de Jesús y en el Inmaculada Corazón de María en todo momento
  • Siempre sea positivo con las personas y sus problemas tanto a nivel personal como con los demás también
  • Comparta sus desafíos y logros, la vida con los demás, siempre tenga en mente que la fe sin acciones y buenas obras en una relación están muertas
  • Siempre están tranquilos, felices, tienen visiones para el futuro, tanto buenas como malas, confían en Dios en todo momento y en todas las circunstancias que atraviesan en la vida

Por lo tanto, un buen cristiano debería;

  • Nunca tema caer y cuando caiga mire directamente a Jesús por el perdón de sus pecados que comete todo el tiempo. Esto los acerca tanto a la perfección que es un paso adelante hacia la santidad.
  • Mira la cruz todo el tiempo. Cada vez que miras a Jesús en la cruz, llenas tu mente de pensamientos sobre su pasión y muerte y te pones en una posición de pensar acerca de los pecados que cometes que todavía clavan a Jesús en la cruz todos los días
  • Reza todo el tiempo ya sea en el pecado, la santidad, las tristezas, las alegrías y en cualquier condición en que se encuentre en la vida
  • Tenga un acompañante espiritual con quien estar en contacto en todo momento cuando lo necesite o no lo necesite, sino como guía durante toda su vida.
  • Renueve sus promesas bautismales, compromisos y votos todo el tiempo
  • Sabe que es muy difícil ser cristiano, pero puede seguir adelante y pedir la Gracia de Dios para hacerlo.

Las virtudes que ayudaron a los santos a perseverar en su fe fueron, pero no se limitaron a ellas;

  • Una inquebrantable fe en Dios y entrega de sus vidas en manos de la divina providencia
  • Tenían la esperanza en cada situación de que la mano de Dios estaba en sus vidas y, por lo tanto, el miedo, la muerte, las persecuciones no eran un problema para que tuvieran miedo en la vida y, como tales, daban sus vidas libremente por Dios.
  • Fueron caritativos con su vida, su tiempo, sus inquietudes, sus oraciones, y dieron todo a los necesitados.
  • Amaban incondicionalmente a los necesitados en todo momento y no estaban apegados a nada de este mundo, es por eso que otros dieron todo lo que tenían a los pobres y necesitados y vivieron una vida sencilla, algo que vale la pena que pensemos sobre nosotros.

Por tanto, necesitamos un corazón que arda por amor a Dios y a nuestro prójimo Lc. 10:27 .Por tanto, necesitamos una relación muy fuerte con Dios, los seres humanos, el entorno, para hacer lo que es agradable a Dios, ya que todos son criaturas y obras de las manos de Dios. Por tanto, debemos tener cuidado con la presencia de Dios con nosotros en todo momento tanto en la vida pública como privada, especialmente en todo lo que hacemos. Santa madre Teresa dice que al final no se trata de cuántos certificados y diploma tenemos, sino de cuánto amor pusimos en todo lo que hicimos. Entonces, sobre todo, debemos tener amor en nuestro corazón para poder agradar al Señor en todo lo que hacemos.

Para progresar en la oración mental, debemos tener cuidado con el Orgullo en nosotros que viene cuando sentimos que somos todo, que nadie sabe lo que sabemos, que somos perfectos en todas las cosas y más ricos en dinero, bendiciones y virtudes que otros Lc. 18: 9-14. Como misioneros, nuestra actitud debería ser la del recaudador de impuestos y decir: “Dios, sé misericordioso conmigo que soy pecador…”. Los santos saben que Dios es el autor de todas las cosas buenas y viven una vida humilde. San Bernardo volvió a decir que el orgullo es menos odioso en los ricos que en los pobres, entonces ¿quién eres? ¿eres el rico orgulloso de su dinero, orgullo, celos, odio, lujuria?

Efectos del orgullo

  • Terminar creyendo solo en ti mismo, sin necesitar la ayuda de Dios y de los demás, y atribuyéndote todo el mérito de las cosas, aunque sea a expensas del esfuerzo y el sudor de los demás.
  • Desmesurada ambición que se vuelve un vicio que nos hace buscar nuestro propio honor con una avidez sin medida. Tenemos que evitar el atribuirnos méritos y confesar que los honores que recibimos se deben a Dios, solo estamos al servicio de nuestros vecinos.
  • Solemos ser muy ambiciosos. San Ambrosio dijo que las ambiciones a menudo crean criminales de aquellos a quienes ningún vicio deleitaba, a quienes ninguna lujuria podía mover, a quienes ninguna avaricia podía engañar.
  • La envidia, que es la tristeza que surge de la contemplación del bienestar de nuestro prójimo
  • La gloria vana, que es un apetito desmedido de alabanza, desea que nuestros méritos resplandezcan con gloria
  • La fanfarronería, es decir, el deseo de ser honrado por encima de los demás, se alaba y exalta a sí mismo, exagerando y amplificando las cosas para hacer que sus méritos parezcan mayores de lo que realmente son.
  • La hipocresía, que demuestra externamente una virtud y santidad que realmente no poseemos.
  • La desobediencia, es decir, ir en contra de nuestros superiores/coordinadores, tratándolos con desprecio, como inútiles.
  • La discordia: discrepancia de la voluntad que le impide ajustarse a la voluntad de Dios y al bien de nuestros vecinos.

Estos son algunos frutos del orgullo en nosotros y la manera de superarlos es practicar todo lo que se ha descrito en este artículo que se puede resumir como;

  • Evite hablar mal de los demás
  • Deja de sentir celos por los demás
  • Su calificación académica de PHD, Masters, bachillerato… no debe ser para pisar a los demás.
  • Si ha orado y rezado pero no has conseguido lo que quieres, cambie su actitud.
  • En sus trabajos, su hogar, su comunidad, ¿las personas lo ven como una inseguridad, seguridad o ven a Cristo en usted o el diablo?
  • Las grandes obras hacen que Cristo brille en ti y en todo lo que haces.
  • Ora para que Dios te dé esa gracia para perseverar en la oración y buenas virtudes cristianas.
  • Recuerde siempre que los santos más grandes querían que cualquiera que los viese sintiera paz y estaban siempre allí para las preocupaciones y necesidades de los demás.

Para resumir todo esto, permítanme compartir con ustedes el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma del 2017, que si podemos tratar de vivirlo en nuestra vida diaria, puede ayudarnos a encontrar la paz en nuestras mentes entre todo lo que hacemos todo el tiempo de nuestra vida No solo es aplicable en cuaresma, sino que debe ser una regla de vida para cualquier ser humano que todavía viva; es decir, son resoluciones excelentes para una vida cristiana a diario;

  1. Ayune de palabras que lastiman y diga palabras amables
  2. Ayune de la tristeza y esté lleno de gratitud y alegría
  3. Ayune de la ira y esté lleno de paciencia
  4. Ayune del pesimismo y esté lleno de esperanza (las personas no pueden cambiar fácilmente como querrían)
  5. Ayune de preocupaciones y confíe en Dios
  6. Ayune de preocupaciones y contemple la simplicidad
  7. Ayune de las presiones y sea más devoto
  8. Ayune de amargura y llénese de alegría
  9. Ayune de rencores y reconcíliese
  10. Ayune de venganza y sea misericordioso
  11. Ayune de egoísmo y preocúpese de compartir
  12. Ayune de palabras y manténgase en silencio para que pueda escuchar (hablar menos y escuchar más)

Que escriba todo esto no significa que practique todo esto, soy mucho peor que usted que lee estas palabras.  Necesitamos orar el uno por el otro para que podamos hacer nuestro trabajo misionero en la vida de entrega total a Dios y a nuestro prójimo.

Meditemos sobre estas palabras de Jesús en las apariciones de Vassula Ryden (2005) en La verdadera vida en Dios ​​un consuelo para nosotros es “… ¡ no temas, oh pecador !Si por tus pecados te has hecho esclavo del infierno y eres incapaz de liberarte, ofréceme a mi Padre Eterno y escaparás de la muerte “.Nuestra Madre María también repitió las mismas palabras en el mismo libro cuando dijo: “… si aquí está mi hijo, esfuérzate por salvar tu alma ofreciéndole con frecuencia a Dios”.

Que nuestra Madre María nos enseñe la meditación y la contemplación que hicieron su vida aquí en la Tierra .Oremos al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María para ayudarnos y guiarnos en este camino de descubrir nuestra verdadera identidad como misioneros en busca de la verdad y ofreciéndonos esta verdad a nosotros mismos y luego a los demás, Amén.

Demos la Gloria a Dios por todo lo que somos, o estamos viviendo ya sea bueno o malo.

Ezati Eric, LMC Uganda

Fin de semana de Espiritualidad Comboniana

LMC Portugal

LMC PortugalEl pasado fin de semana, del 8 al 10 de junio, los Laicos Misioneros Combonianos estuvieron presentes en el Fin de Semana de Espiritualidad Misionera Comboniana, realizado en Maia y que tuvo como tema a San Daniel Comboni – desafío para los jóvenes de hoy.
El encuentro comenzó el viernes por la noche con la presentación de todos los participantes, entre los que estaban miembros de las diferentes ramas de la familia comboniana y algunos amigos y colaboradores.

La mañana del sábado comenzó con un momento de oración orientado por los candidatos a LMC presentes.
La Secular Comboniana, Helena Laranjeiro, abrió la temática convocando a todos los presentes haciendo una lluvia de idea sobre la palabra Joven. Entre las varias palabras y expresiones citadas, se concluyó que los jóvenes son buenos y, muchas veces, son las “personas” que los definen como “malos”. Aún dentro de la búsqueda de la definición de Jóvenes, se hicieron pequeños grupos que discutieron entre sí la visión de la realidad juvenil en los días de hoy y sus aspectos positivos y negativos.

LMC PortugalLa segunda parte de la mañana estuvo marcada por el testimonio del P. Nuno que pertenece a la pastoral universitaria de Coimbra, hablando sobre su trabajo con los jóvenes hoy, subrayando que no podemos fijarnos solo en el número de jóvenes presentes en las actividades, parroquias y movimientos, sino en la calidad de estos jóvenes, siendo esa una ventaja, ya que es más fácil trabajar y acompañar. Desde su experiencia, destacó algunos de los errores comunes de la Iglesia, como animadora de la comunidad, refiriendo que debemos hablar con entusiasmo y alegría, mostrando lo que decimos sobre la alegría de seguir a Jesús Resucitado.

Por la tarde, la sesión fue orientada por el p. Ricardo Gomes que compartió su experiencia como padre joven y también lo que Daniel Comboni ya decía acerca de los jóvenes. Nos dividimos nuevamente en grupos para reflexionar y discutir algunos escritos de Comboni destinados a vocaciones jóvenes.
Al final de la tarde se prosiguió con la Adoración al Santísimo, siendo ese un momento fuerte del día, una vez que nos permitió reflexionar e interiorizar el tema, todo lo que se oyó y compartió.
Después de la Eucaristía con la comunidad de Maia, seguimos con una barbacoa en forma de convivencia, donde no faltaron las sardinas asadas, el caldo verde, la música animada y una buena dosis de animación.

El domingo por la mañana, después de la oración, seguimos con un taller orientado por la hermana Arlete y con la participación del padre José Vieira (provincial de los Misioneros Combonianos), Sofía Coelho, Mónica Silva y Filipe Oliveira, que desde su vínculo a diferentes grupos de jóvenes y modos de vida, testificaron sobre la tema de los “Jóvenes en la iglesia”.
Así, vivimos un fin de semana muy rico en compartir, testimonios y, sobre todo, en reflexión y oración, en un ambiente muy familiar y caluroso.

LMC Portugal
Mónica Silva

Dios anda entre los pucheros: Jesús carpintero, hijo, hermano, vecino

Comentario  a Mc 6, 1-6 (Domingo XIV T.O: 8 de julio del 2018)

Marcos nos muestra a Jesús como un maestro peregrino, que, después de recorrer aldeas y pequeñas ciudades de Galilea, en las cercanías del Lago de Galilea, vuelve al pueblo donde creció, Nazaret, y donde, al parecer, en vez de acogerlo, como hicieron tantos vecinos de los alrededores, lo rechazaron. Marcos lo explica con la famosa frase de Jesús: “Ningún profeta es aceptado en su propio pueblo y en su propia casa” y concluye diciendo que Jesús se maravillaba de su incredulidad.

La experiencia de Jesús –ser rechazado por los suyos– es una experiencia bastante común, que a mi modo de ver refleja dos errores que todos cometemos con frecuencia:

  • Imaginarnos a Dios como alguien lejano de la vida cotidiana.

Ha pasado en todas las etapas de la historia y en todas las religiones: Muchos piensan que a Dios hay que buscarlo en lo extraordinario: un lugar maravilloso, una gran catedral, un santuario muy especial, un personaje con cualidades extraordinarias, más allá de las nubes… Como si Dios no tuviera nada que ver con lo que somos y vivimos e nuestra cotidianidad. Sin embargo Jesús muestra todo lo contrario: que Dios se hace uno de nosotros (Emanuel): nace como emigrante, trabaja como carpintero, va los sábados a la sinagoga, suda, bebe, come, hace amigos… Y en y todo eso se manifiesta como el Hijo  amado del Padre.

La mejor manera que encuentro para explicar esta experiencia de Dios que hicieron los primeros discípulos de Jesús –y los que ahora siguen como discípulos-  es la famosa frase de Santa Teresa de Ávila: “Dios también anda entre los pucheros”. Lo dicho: No busquemos a Dios en lo extraordinario, sino en lo ordinario de cada día: en el trabajo, en las relaciones familiares, en las amistades, en la lucha sincera por los derechos de los pobres, en el esfuerzo por la justicia y la honestidad, también en la oración sencilla y sincera (sin aspavientos ni pretensiones retóricas)… “entre los pucheros”.

  • Volvernos escépticos y duros de corazón, con los que viven con nosotros.

Dice un viejo dicho que no hay persona menos respetuosa en un templo que el sacristán: acostumbrado a moverse en un lugar sagrado, termina por perder el respeto… Nos puede pasar a nosotros con las personas que viven cerca de nosotros: miembros de nuestra familia o de nuestra comunidad, compañeros de trabajo, los catequistas o el párroco de mi parroquia… Viviendo cerca de estas personas, corremos el riesgo de ver sólo sus límites y defectos, ignorando quizá el mucho bien que hacen. Lejos de aprovecharnos de su cercanía para amarlos y aprender de ellos, terminamos por enredarnos en una visión hipercrítica y dura que nos imposibilita para descubrir el mensaje que Dios nos quiere transmitir a través de ellos, a pesar de sus límites y defectos… Dios no se nos presentará con el disfraz de una persona perfecta, sino con la realidad de las personas concretas que nos rodean.

Al escuchar el evangelio de hoy, pido al Señor para mí y para todos esta humildad que nos hace capaces de reconocer a Jesús en el humilde profeta de Nazaret y en tantas personas que hoy viven conmigo y me ayudan a descubrir la presencia divina en medio de la realidad que estoy viviendo, con sus oportunidades y problemas, con  sus aciertos y fracasos.

Señor, no permitas que me vuelva arrogante o cínico como los habitantes de Nazaret. Que mi corazón esté siempre abierto a reconocer  tu humilde presencia a mi alrededor, a pesar de mis propios límites y los de los demás.

P. Antonio Villarino

Bogotá

Dos vidas recuperadas

Comentario a Mc 5, 21-43 (XIII Domingo del TO: 1de julio del 2018)

Marcos sigue presentando a Jesús actuando en las dos orillas del lago de Galilea, con un mensaje claro de cercanía divina a los pobres y a los corazones “rotos”; un mensaje que se expresa, no sólo en palabras inspiradoras, sino también en gestos concretos que confirman las palabras y les dan concreción “física”; Jesús realiza lo que podemos llamar “signos mesiánicos”, es decir, acciones concretas que se convierten en manifestaciones de la presencia de Dios en medio de su pueblo, tanto entre los habitantes de Gerasa (en la “otra orilla”) como entre los de Cafarnaúm.

De “impuras” a hijas
En la lectura de hoy se nos cuenta la historia de dos mujeres (una niña de doce años y una adulta enferma el mismo número de años), que, siendo impuras (una cadáver y la otra perdiendo sangre) son tocadas por Jesús y recuperan, no sólo la vida, sino también su dignidad de hijas, capaces de levantarse (“a ti te lo digo, levántate”), de creer (“tu fe te ha salvado”) y de participar en el banquete de la vida (“denle de comer”).

A veces leemos estos episodios como si Jesús fuera un mago que, con poderes especiales, produce efectos mágicos… Ciertamente, yo no dudo de los poderes extraordinarios de Jesús. Pero creo que esa no es la perspectiva adecuada para entender lo que pasó en la rivera del lago de Galilea ni lo que sigue pasando hoy. La perspectiva adecuada es la del “signo mesiánico”, es decir, una acción, un gesto que nace de la confluencia de dos elementos fundamentales:

-La extraordinaria capacidad de Jesús de amar y entrar en sintonía con las personas en su situación concreta, a pesar de estar condenadas por la tradición; su cercanía afectiva profunda, que, tomando muy en serio la realidad de cada persona, le transmite su propia experiencia de la cercanía amorosa del Padre. Como dice Benedicto XVI, sólo el amor salva. Cuando alguien se sabe amado, recobra su dignidad, es capaz de levantarse y de realizar una vida plena.
– La fe de personas sencillas, que, amenazadas por la enfermedad y la muerte, levantan sus corazones y sus esperanzas a Dios como único refugio… En mi vida misionera en África, Europa y América, he encontrado muchas personas que son como el papá de la niña moribunda o la mujer desesperada ante una enfermedad humillante, prolongada y esterilizante.

Ante una situación así, esas personas buscan una salida por cualquier parte: la medicina, la oración, el buen consejo… Cualquier cosa que ayude a recuperar la vida amenazada. Muchos les dicen que no hay nada que hacer, que se resignen; se burlan de su búsqueda, de su fe, de su no contentarse con lo peor. Sin embargo, esa búsqueda merece ser respetada y tomada muy en serio. Eso es lo que hace Jesús, que, desde una experiencia extraordinaria de comunión con el Padre de la Vida, se siente también en comunión con los hijos e hijas que pasan por momentos difíciles, que, marginados, dudan de su propia dignidad y de ser amados.
Palabras y gestos

Todos los seres humanos, incluso los que se creen más seguros y prepotentes, somos criaturas débiles expuestas a enfermedades, sufrimientos, desprecios, peligros y, en definitiva, a la muerte, aunque algún “milagro” aleje la muerte de nosotros por algún tiempo, como sucedió a la hija de Jairo, la hemorroísa o Lázaro. Por eso no creo que el objetivo de los milagros de Jesús fuese el de dar a las personas un poco más de tiempo en una vida, de todos modos, mortal, sino una vida diferente, una vida con amor y dignidad, como hijos e hijas de un Padre amoroso, que se interesa por nosotros y toma en serio todo lo que nos pasa. Las dos mujeres, después de la acción de Jesús, podían decir en verdad: “Yo soy importante para Dios, yo soy importante para Jesucristo, yo soy importante en la comunidad de los amigos de Jesús. Yo no soy una enferma o una muerta. Soy HIJA”.

Ese es el mensaje central de Jesús. Para manifestarlo se sirve de palabras, pero también de signos “mesiánicos”, que, tal como aparecen en Marcos, tienen una doble condición:
-son concretos y prácticos, ligados a la vida de la gente; ayudan a las personas de manera “física”; resuelven un problema real de la vida.
-transcienden la materialidad, para transmitir algo que va más allá del gesto concreto en su estricta materialidad: no se reducen a una “ayuda material”, sin alma, desconectada del amor; comunican una confianza en la persona y la llevan a superarse a sí misma, a levantarse y ponerse ella misma a servir.

Por eso, tomando como modelo a Jesús, la misión cristiana camina siempre por ese doble raíl de la palabra y la acción, de la caridad y la fe, de lo material y lo espiritual. Ambas dimensiones son esenciales y se reclaman mutuamente: la palabra sin acción se hace mentirosa, la acción sin palabra pierde su sentido.
P. Antonio Villarino
Bogotá

Retiro sobre “la misión de los Laicos Misioneros Combonianos: desafíos, sueños, esperanzas”

retiro LMC

retiro LMCDurante el sábado 16 y domingo 17 de junio nos encontramos en la Osservanza en Bolonia para un tiempo de convivencia, rezar juntos y reflexionar sobre la “Misión de los Laicos Misioneros Combonianos: desafíos, sueños, esperanzas”, dirigido por el Padre João Munari.

El sábado por la tarde estuvieron presentes del grupo de Bolonia: Micaela, Emma, ​​Chiara, Eileen, Agostino, Giuliana, Annalisa y Michele y del grupo de Padova: Fabrizio, Francesca, Dorella y Roberto.

Comenzamos a partir del significado del término “Misión” y de la Palabra.

Para empezar, el padre Juan nos recordó que el Evangelio es una propuesta para todos, tanto para los laicos como para los sacerdotes, hermanas, etc. Las bienaventuranzas son un ideal de vida para todos, no sólo para los religiosos.

El bautismo recibido da pleno derecho (y deber) a cada uno para sentirse parte integrante de la Iglesia, anunciar el Evangelio, trabajar por la Iglesia, es un “derecho de ciudadanía” dentro de la Iglesia para todos los bautizados. Y si queremos construir algo, debemos hacerlo desde la Palabra, no desde documentos.

Nos hicimos algunas preguntas: ¿Qué significa hacer del Evangelio el ideal de nuestra vida? ¿La iglesia se perdió hoy? ¿Qué es lo que el Espíritu nos pide? ¿Por qué el Papa Francisco habla tanto sobre la necesidad de renovar la liturgia? ¿También sentimos esta necesidad? ¿Sentimos fe y vida en las liturgias de nuestras iglesias?

Partiendo de quiénes somos y recordando que el fundamento de nuestra fe es la Palabra, que celebramos en la liturgia, nos concentramos en nuestra relación con el mundo como Iglesia.

La gran revolución es entender que la Iglesia no es el centro del mundo, sino que es la Iglesia la que gira en torno al mundo, así como ocurrió en la revolución copernicana.

Y la renovación de la Iglesia también pasa por la liturgia.

Más adelante dimos tiempo para hablar de los dos grupos: como grupos de Bolonia y Padua hablamos sobre los compromisos asumidos en el territorio durante este año. Hemos enfatizado la riqueza que cada uno de nuestros grupos tras años de camino y que se corre el riesgo de perderlo, disipándolo y no reconociéndolo, por falta de una memoria común.

Después de reflexionar, en torno a la Palabra, cada uno de nosotros presentó una señal del camino de este año: el folleto de los “aperitivo de los Pueblos” organizados en Padua, el folleto de reuniones en las parroquias sobre los “nuevos estilos de vida” organizados en Bolonia, algunos libros significativos (incluyendo Ave María de la escritora Murgia), Wipala, un lápiz 80% reciclado que no rompe y hasta escribe sin punta, la tarjeta con nuestro nombre, el aceite de Nardo.

Después de la cena nos reunimos para escuchar los testimonios de vida misionera de las Hermanas Elisabetta y Federica, Misioneras Combonianas, respectivamente, en Chad y en Centroáfrica. Fue bueno sentir como la alegría y la pasión guían sus pasos, incluso en las dificultades que encuentran diariamente en sus trabajos entre esas poblaciones. Elisabetta, una médica que trabaja diariamente con heridos muy graves debido a las armas de fuego a causa de la guerra interna en Chad; la hermana Federica, una enfermera que trabaja entre los pigmeos en el bosque.

El domingo por la mañana partimos del Evangelio de Juan (6.1-14): Jesús pide a los discípulos, después de la multiplicación de los panes, que recojan las sobras: “Recoger los pedazos que quedan para que no se pierda nada”.

¿Qué hicieron? “Recogieron los pedazos y llenaron doce cestos con las sobras de los cinco panes, dejados por los que habían comido. ¿Cuál será el motivo de tanta riqueza?

Debemos tener cuidado para que nada se pierda. Pensando en nuestros grupos este Evangelio nos invita a redescubrir la riqueza de nuestros grupos en toda Italia.

A continuación, leímos algunas partes de la carta de 1994: Carta del Superior General y su Consejo a todos los cohermanos sobre el Laicado Misionero Comboniano. Aconsejamos a todos para releerla, nos sorprendió leer algunas definiciones, negro en el blanco, afirmando la importancia de la identidad del laico misionero comboniano (“tocado, inspirado y contagiado por el carisma de Comboni”) “Los LMC constituyen un hecho nuevo que nos obliga como religiosos a confiar, tener disponibilidad y creatividad…”, escribe el padre general y muchas otras cosas bonitas que fortalecen la fuerte relación entre religiosos y laicos dentro de la familia Comboniana. En primer lugar, sin embargo, este documento nos recuerda que ser LMC es una vocación. Y aquí todos debemos reflexionar sobre nuestra vocación.

En septiembre, comenzaremos nuevamente a dar forma y contenido a nuestra caminata para el próximo año, preparándonos para enfrentar con fe y coraje los desafíos que nos serán presentados, ¡seguros de que no estamos solos en este camino!

retiro LMC

Grupo LMC de Bolonia, Italia