Laicos Misioneros Combonianos

Finaliza el III encuentro LMC América

AntiguaEl III Encuentro de los Laicos Misioneros Combonianos en América se llevó a cabo en Ciudad de Guatemala, del 16 al 20 de Setiembre, junto con el Comité Central de los LMC. La semilla plantada por san Daniel Comboni no ha dejado de dar frutos abundantes en los corazones que hacen silencio para escuchar la voluntad de Dios.

El Encuentro contó con la participación de los LMC del continente –EUA/Canadá, México, Guatemala, Costa Rica, Colombia, Perú, Brasil- así como de los padres asesores y una hermana Comboniana. Éste fue realmente un encuentro lleno de culturas e idiomas, pero unidos por un mismo espíritu misionero y comboniano.

Cada día, todos nos encontramos en la Santa Eucaristía, la cuál fue el alimento necesario para enfrentar los desafíos de trabajo que se nos presentaron conforme avanzó el Encuentro.

Después de la misa, en las jornadas de trabajo se tocaron diferentes temas, relacionados con el Camino de los LMC: coordinación, estructura, economía, formación, misión, entre otros; con el fin de llegar a acuerdos y propuestas que ayuden a cada comunidad a seguir profundizando en este hermoso carisma que hemos recibido como don de Dios.

Fueron días de mucho cansancio, de debate, de buscar el Camino común. Pero también fueron días de alegría, de compartir, de conocernos y sentirnos parte de una hermosa familia que va creciendo, quizás no a pasos agigantados, pero sí a pasos firmes bajo el peso precioso de la cruz de Cristo.

También, días de sentirnos hermanos, más allá de un idioma o una nacionalidad, más allá de las fronteras físicas, nos sentimos hijos bajo la protección de san Daniel Comboni. Cada día pudimos recordar que nuestro ser comboniano brotó del corazón traspasado de Cristo, clavado a ese madero.

Entre las sesiones de trabajo, pudimos conocer, también, más sobre la labor que se está realizando en cada Comunidad LMC de los distintos países participantes, y de esta manera, enriquecer la experiencia comunitaria vivida. Y nuestros hermanos guatemaltecos nos regalaron varias actividades culturales, para conocer más de la riqueza, historia y tradiciones “chapinas”.

Hoy, al mirar hacia atrás, no queda otra cosa que sonreír, con paz en el corazón por el trabajo realizado, sabiendo que el verdadero encuentro apenas comienza. Si queremos que las conclusiones del Encuentro den fruto, todos debemos poner manos a la obra, debemos trabajar juntos y esforzarnos por llevar el mensaje de Cristo a tantos hermanos que aún no lo conocen.

Necesitamos estar más en comunicación, reconocer que la misión no le pertenece a un país, sino a la Iglesia, a todos los que la conformamos. Necesitamos el apoyo de nuestros hermanos mayores, los MCCJ, y asumir nuestro papel protagonista como Laicos Misioneros Combonianos. Necesitamos construir juntos, y comprometernos en un trabajo misionero más global. Falta camino por recorrer, pero justamente nuestras carencias son las que deben motivarnos a seguir adelante, buscando crecer y mejorar, para acercarnos más al llamado específico de Dios. El camino se recorre más fácilmente cuando lo caminamos juntos.

Algunos, quizás, querrán saber si el Encuentro valió la pena, o si fue un éxito. Creo que las cosas de Dios no se pueden medir en estos términos, pues podríamos malentender la obra. Y esta obra se construye desde el Amor, con Amor y por Amor. Ese Amor que incluye el sacrificio de estar dispuestos a dar la vida.

Sin embargo, algo que sí podemos afirmar, es que el Encuentro ayudó para asumir juntos nuestro papel, para estrechar lazos, para conocer los rostros –y sobre todo los corazones- de quienes, desde sus realidades y países, van construyendo el carisma de San Daniel Comboni en la cotidianidad y el anonimato, conscientes que el único protagonista de la obra es Jesucristo, como bien lo entendió Comboni.

Christian Madriz

Simposio Comboniano-Propuestas concretas para el Plan de Acción Apostólica en vista del Capítulo general XVIII

SusanaDespués de una semana de trabajo, desde el Plan de Comboni hasta la reflexión sobre la misión hoy, quisimos hacer la síntesis del trabajo realizado, tratando de llegar a conclusiones aceptadas por unanimidad por los participantes.

Así, por grupos, elaboramos ​​propuestas concretas para la misión comboniana hoy. Estas se discutieron en asamblea plenaria con el fin de llegar a un plan de acción apostólica coherente tanto con las urgencias de la misión como con la identidad comboniana.

Por la tarde, los participantes reflexionaron y propusieron determinados aspectos para ser tomados como una contribución al XVIII Capítulo general.

Al final de esta semana, permanece un grito en el corazón de cada uno de nosotros: somos misioneros “para que tengan vida y una vida en abundancia.”

Susana y P Enrique

Susana Vilas Boas

Encuentro de la familia LMC – América

Guatemala 1Hace 150 años, un 15 de setiembre, en Roma, un joven sacerdote llamado Daniel Comboni, inquieto por la salvación de las almas más abandonadas, y dejándose guiar por el Amor que ardía en su corazón, escribió un plan para llevar un mensaje de esperanza y alegría a estos hermanos, sin imaginarse jamás que esta semilla llegaría a ser fecunda y daría frutos hasta hoy.

Hoy, tantos años después, su carisma sigue inquietando corazones alrededor del mundo, de personas que no quieren quedarse de brazos cruzados, y que necesitan compartir la felicidad de saberse amado por Cristo, a todo el mundo.

Guatemala 2Esto es lo que está sucediendo durante esta semana, del 15 al 20 de setiembre, en Guatemala, donde los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) de América se han reunido, como una sola familia, para profundizar en su realidad, conocer y apropiarse de la historia del movimiento, y fortalecer la comunicación, sintonía y relación entre las diferentes comunidades del continente americano.

En dicho encuentro, participan 20 personas de 11 países distintos, todos deseosos de trabajar juntos y buscar nuevas estrategias y líneas de acción que respondan a las necesidades actuales de nuestras comunidades y pueblos que claman por escuchar y recibir el mensaje siempre actual y vivificador de Jesús misionero que llama a todos, porque a todos ama. Esta multiculturalidad enriquece y acrecienta el espíritu de apertura y de fraternidad que debe caracterizar al misionero comboniano.

Guatemala 3El primer día de Encuentro inició con una reseña histórica de lo que ha sido este camino de los LMC, desde sus inicios hasta hoy, así como de los desafíos y obstáculos que aún se deben enfrentar, para ir perfeccionando el Camino que Dios nos presenta.

Esta primera exposición nos permite conocer más a profundidad todos los esfuerzos realizados hasta hoy, y sentirnos más identificados y comprometidos con el trabajo que se debe llevar a cabo. Asimismo, nos presenta un panorama más amplio de nuestra realidad, para tener claro todo el trabajo que aún queda por hacer.

La segunda parte del trabajo, durante este día, amplió aún más la visión de los LMC, pues se trataron dos temas de suma importancia para las comunidades: nuestro grupo de referencia y la estructura y coordinación de los LMC.

La ponencia general de cada comunidad, ayudó a entender cuán variada es la manera de organizar nuestras comunidades LMC en América, y aclarar un poco el rumbo a seguir. Este primer trabajo fue la base, para profundizar, más tarde, en pequeños grupos, sobre estos temas, y las soluciones y propuestas necesarias para poder desarrollar juntos un esquema de trabajo, que nos unifique a todos y nos haga sentir más identificados con nuestro ser laico, misionero y comboniano.

Finalmente, las comunidades LMC de Perú, Costa Rica y Guatemala presentaron la realidad de cada una de sus comunidades, lo que enriqueció a los participantes, con sus propios caminos y experiencias, y permitió tener más claro el trabajo que se está llevando a cabo en cada país.

Guatemala 4En los recesos, entre las sesiones de trabajo, los miembros LMC pudieron compartir e intercambiar experiencias, lo cual permite incentivar un fértil diálogo entre comunidades, y profundizar en las relaciones fraternas de los participantes.

Hace 150 años, un joven sacerdote, enamorado de la tierra africana, soñó con un mundo mejor para sus hermanos más abandonados. Hoy; su sueño, hecho realidad, sigue inquietando corazones enamorados como el suyo, que desean romper las fronteras a punta de Amor, para construir juntos, un mundo más fraterno, más justo, más igualitario.

Guatemala 5Hoy, estas 20 personas, sin un idioma o historia en común, están unidos en un pequeño salón de Guatemala, trabajando juntos, por el fuego misionero que arde en sus corazones, donde todos entienden únicamente una cosa: el Amor de Dios es capaz de ir más allá de idiomas, culturas o fronteras, para transformar la realidad que nos rodea. La misión brota del corazón enamorado de Cristo.

Simposio Comboniano-De la inspiración concreta y la dinámica del Plan a la realidad actual

P Joaquim ValentePrefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (Gaudium Evangelii 49). Con estas palabras del Papa Francisco, comenzó este cuarto día del simposio.

Hoy hemos tratado de recopilar y resumir los puntos de vista de estos últimos días. Para hacerlo, el comité-líder propuso cuatro áreas para la reflexión:

  • La perspectiva de la misión: en el tiempo de Comboni y en nuestro tiempo;
  • El estilo de la misión: en el tiempo de Comboni y en nuestro tiempo;
  • Ministerialidad y formación: en el tiempo de Comboni y en nuestro tiempo;
  • Nuestra misión en la misión de la iglesia local: en el tiempo de Comboni y en nuestro tiempo.

Estos puntos se hann reflexionado a nivel personal y en grupo, y luego discutidos en plenario. Por lo tanto, tratamos de entender lo que se debe cambiar en nuestro ser misionero comboniano hoy, con el fin de responder a este desafío del Papa: ser herido, pero atreverse a ir más lejos para que Cristo pueda ser predicado a todas las criaturas y para que muchos puedan tener vida en abundancia.

Susana Vilas Boas

Simposio Comboniano-La realidad de la Congregación de los Misioneros Combonianos hoy

P EnriqueEl tercer día se inició con las palabras de St. Paul a los Corintios: “El amor nunca pasará” (1 Cor 13,8). Estas palabras fueron el punto de partida para los procedimientos del día que se iniciaron por el superior general de MCCJ – P. Enrique Sánchez que presentó su punto de vista sobre el Plan y la realidad de los Misioneros Combonianos hoy.

Esta reflexión, a dato pistas de lectura sobre la realidad de la misión comboniana en nuestros días y desto surgiron tres palabras claves: misión – como en el Plan de Comboni, la misión es el centro de la nuestra vocación y vida misionera; redimensionar – la urgencia que se necesita hoy para el Instituto dado el cambiamento del contexto social, eclesial e incluso los cambios “morfológicos” del Instituto. El número de miembros se reduce, y dentro de unos años, el 90% de los combonianos seron africanos; interculturalidad – una realidad que nos llama a un cambio en nuestra manera de pensar y de actuar.

Fue precisamente en estos puntos que se desarrollaron debates y grupos de trabajo. Trabajo, esto que culminó con la discusión sobre la emergencia y prioridad de lo desafío de la misión Comboniana de hoy, una discusión orientada y coordinada por el P. Antonio Villarino.

Susana Vilas Boas