Laicos Misioneros Combonianos

Presentación de Monika en su camino a Centroáfrica

LMC Polonia
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Mi nombre es Monika, tengo 24 años y soy fisioterapeuta.

Me interesa mucho todo lo relacionado con mis estudios. Trabajo con entusiasmo en mi profesión porque siento que encontré mi fe en ella. Siendo joven descubrí en mi corazón la necesidad de servir a quienes necesitan mi ayuda, a quienes son los más pobres y los más solitarios. En la escuela secundaria estaba buscando asociaciones, grupos y personas que me ayudarían a ir a misión. Conocí el Movimiento de los Laicos Misioneros Combonianos gracias a una amiga. Fue ella quien me recomendó la forma en que los padres combonianos preparan a los jóvenes para ir las misiones. Después de mi primer año en esta formación, tuve la oportunidad de obtener experiencia en una experiencia misionera de un mes en Kenia. Tuve la oportunidad de ver cómo funcionan las misiones y cómo trabajan los misioneros. Pero lo que fue más importante, pude conocer a las personas a quienes podría ayudar en el futuro.

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Esto despertó en mí el amor más grande a mis responsabilidades, a otras personas y estar con esas personas y compartir sus sufrimientos. Motivada por mis propias necesidades, un año más tarde organicé nuevamente para mí y para otros dos amigos una experiencia de tres meses en la misión en Kenia. En primer lugar, en Lokichar, trabajaba como fisioterapeuta con niños discapacitados. Fue un lugar extraordinario para mí. Por un lado, vi mucho sufrimiento, pero por otro lado sentí mucho amor por parte de estos niños y las personas que querían ayudarlos. No puedo encontrar las palabras adecuadas para describir mis sentimientos y recuerdos sobre este lugar. Junto con mi amiga Martha, ayudábamos a los niños, pero también orábamos con ellos, participábamos en las misas y dedicábamos nuestro tiempo libre a pasar tiempo con los niños. Por ejemplo, hablando con ellos, haciéndoles sonreír o simplemente tomándoles de sus manos. La segunda parte de mi misión la pasé en la parroquia de Amakuriat. Pudimos ver cómo funciona una parroquia misionera, cuántos kilómetros necesita caminar una persona para llegar a una comunidad pequeña y también vi cómo la apreciaban.

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Me gustaría trabajar en el área de la vida espiritual de las personas a las que me enviarán porque creo que es Dios quien nos llama a hacerlo y a difundir sus palabras a través de nuestra presencia y también de la Palabra.

El 20 de octubre de 2018, me convertí oficialmente en Laica Misionera Comboniana y comencé mi “experiencia comunitaria”: durante los siguientes 3 meses viví con los Misioneros Combonianos en Cracovia. Fue un tiempo muy fructífero: comencé a aprender francés, tuve clases sobre la Biblia, Daniel Comboni, misionología y comunicación internacional. También fui voluntaria en la casa de la Madre y el Niño.

El 3 de marzo de 2019 en la iglesia de Saint Jack en Opole, fui enviada oficialmente a una misión en la República Centroafricana por el Obispo de la diócesis de Opole, Mons. Andrzej Czaja, y recibí una cruz misionera.

Ahora estoy esperando mi visa, y espero dejar Polonia en abril. Mi primera parada será en la República Democrática del Congo, donde tendré 2 meses de curso de francés y luego la República de África Central, mi nueva misión.

LMC Polonia

Unidos en la oración

Monika Jamer, laica misionera comboniana

Nuevo equipo coordinador para LMC de Portugal

LMC Portugal

Estamos contentos al compartir que un nuevo equipo abraza la misión de coordinar los LMC en Portugal. Durante la Asamblea General de los LMC de Portugal, celebrada en octubre, fueron elegidos los nuevos cargos de coordinación de los LMC en Portugal y este fin de semana (17 de marzo) el equipo asumió el cargo, abrazando una nueva misión.

En la foto podéis conocer a este gran equipo. De derecha a izquierda: Márcia Costa (Presidente), Élia Gomes (Vicepresidente), Sandra Fagundes (Tesorera), hermana Carmo Ribeiro, padre Francisco Medeiros.

Pedimos todas las bendiciones del Señor, por intercesión de San Daniel Comboni, para este nuevo Equipo. Rezamos para que siempre sean iluminados por el Espíritu Santo para tomar las mejores decisiones para el futuro de los LMC y que cada uno de nosotros sea también capaz de apoyarlos siempre y de responder a las necesidades: no las necesidades de la dirección, sino más que eso, las necesidades que los LMC y la misión del Señor piden.

Os deseamos lo mejor para todos, especialmente a la nueva dirección de los LMC en Portugal.

LMC Portugal

Nuevo destino: Santa Cruz Chinautla, Guatemala

LMC Guatemala
Guatemala

En Guatemala, los LMC hemos iniciado este 2019, pidiendo a Dios luz para ver en donde quiere que sirvamos a partir de este año.  En Santa Caratina Pinula,  seguimos con el programa de nutrición infantil, Chispuditos.  Sin embargo, el día de experiencia misionera que hicimos cada mes durante tres años,  lo dejamos atrás y ahora, estamos listos para un nuevo destino…para llevar alegría…fe….esperanza…paz….consuelo…para hacernos solidarios con la injusticia y las carencias que sufren otros hermanos guatemaltecos.

Así, el Señor nos conduce hacia el municipio de Chinautla que pertenece al departamento de Guatemala, su cabecera es Santa Cruz.

Se encuentra en la parte norte del departamento de Guatemala se ubica a una distancia de sólo  12 kms  de la ciudad capital. Son famosos por las artesanías trabajadas en barro que producen con sus propias manos. Toda la población es indígena, pertenecen a la etnia Pocomam.

Desde 1985, sufren abusos políticos de corrupción, la alcaldía de la municipalidad se vio monopolizada por un solo alcalde, quien estuvo apoyando al partido del gobierno de turno, hasta que fue capturado por acusaciones de corrupción en 2015. A pesar de la captura, este personaje, logró que su sobrina fuera electa como alcaldesa para el período 2016-2020 y salió libre de prisión tan solo unos meses después de haber sido capturado, a pesar de la gravedad de las acusaciones en su contra.

Pobres y abandonados…….la alcaldía municipal de Chinautla no permite que llegue ningún camión a recoger la basura, desean desesperar a los pobladores para que desalojen y puedan explotar allí materiales para construcción.  Las personas del lugar tiran su basura en cualquier lugar, especialmente en un rio que pasa en medio del pueblo, porque no tienen a donde llevarla, ni quien se la lleve al basurero municipal. Viven pobreza y pobreza extrema, no tienen a donde ir… ni quieren irse… esas son sus tierras… todos son propietarios.

Es allí a donde Jesús ha llevado nuestros pasos…todo para su honra y su gloria.  Padre Roberto Gómez Palma, es el nombre del párroco de Chinautla, la población en su mayoría es católica, poco han hecho allí las sectas evangélicas.  Apenas hemos llegado dos veces, el 23 de febrero y el 16 de marzo 2019, se percibe a la población muy pacífica y confiada.  Envían a sus hijos a las actividades que hemos hecho, grandes y pequeños llegan solos, muy independientes y seguros.

Pedimos al Señor nos regale todo lo necesario para anunciar el Reino y compartir la alegría del Evangelio. Además nos ilumine para encontrar aquella necesidad en la que nosotros colaboremos desde nuestro ser Laicos Misioneros Combonianos. Nos ponemos en manos de la Providencia y confiamos en los Sagrados Corazones de Jesús y María, al estilo de San Daniel Comboni.

“Santos y Capaces, haciendo causa común con los más pobres y abandonados”.
(San Daniel Comboni)

Lily Portillo

LMC-PCA, Guatemala

La ligereza del mal y la conversión

Jesús
Jesús

Un comentario Lc 13,1-9 (III Domingo de Cuaresma, 24 de marzo de 2019)

Lucas reproduce en el capítulo 13, que leemos en este tercer domingo de cuaresma, un hecho de crónica que hoy aparecería en las primeras páginas de los periódicos y en los noticieros de todos los medios de comunicación: Pilatos masacra a unos galileos “mezclando su sangre con la de los sacrificios que ofrecían” en el templo, añadiendo un matiz de sacrilegio a la noticia en sí ya bastante macabra.

Como primera reacción a esta lectura se me ocurre pensar que el mal ni es novedoso ni está superado por los avances de la humanidad. También hoy sigue habiendo demasiados hechos atroces, “salvajes”, incomprensibles, indignos de la humanidad: masacres sin cuento en los colegios, en los lugares de culto, en las plazas atestadas de pacíficos turistas, en todos los países y a manos de personas de distintas culturas y extracciones religiosas.

¿Cómo reaccionar ante esta realidad evidente, transversal y persistente a través del tiempo?

Esa es la cuestión que planteó Jesús a sus coetáneos y nos sigue planteando a nosotros. Entonces como ahora algunos siguen diciendo que estas tragedias son un castigo de Dios por la maldad, a veces escondida a nuestros ojos. Pero la mayoría de nosotros, ciudadanos de una cultura secularizada, nos contentamos con “escandalizarnos” teatralmente por estas tragedias y achacarlas a los gobiernos de turno, a alguien “poderoso”, pero siempre lejos de nuestra responsabilidad personal. A veces nos comportamos como si la cosa no fuera con nosotros, como quien “ve los toros desde la berrera”.

La respuesta de Jesús

Lo que Jesús dice es que estas tragedias son signos de los tiempos para que nosotros aprovechemos la ocasión de cambiar; son como lucecitas que se encienden para que pensemos en cómo estamos gestionando nuestra vida y ver en qué deberíamos cambiar, antes de que sea tarde. No podemos dejarnos adormecer por la banalidad y ligereza del mal. A veces parece que vamos por mal camino, pero “no pasa nada” y seguimos en lo mismo, desoyendo las llamadas de atención que se nos hacen.

Los habitantes de Jerusalén no oyeron estas llamadas, persistieron con ligereza e inconsciencia en su camino, sin aprovechar las ocasiones de conversión… hasta que, décadas más tarde, Jerusalén fue destruida y mucha sangre fue derramada bajo las ruinas del Templo o de la muralla que rodeaba la ciudad.

Los acontecimientos históricos -positivos y negativos- son signos de los tiempos que nos llaman a una conversión, un cambio. No se trata de echar la culpa a nadie sino de ver qué cambios debemos producir para evitar que se repitan.

Ese es el don de la cuaresma: invitarnos a aprovechar esta ocasión de cambio, antes de que sea demasiado tarde.

P. Antonio Villarino

Bogotá

Comunidad europea LMC de formación en Granada

LMC formacion Europa
LMC en formación

La pasada semana he podido compartir con Carolina, David y Juan Eugenio un bonito tiempo de formación en Granada. Tiempo para conocernos mejor, rezar juntos, conversar, pasear, cocinar, comer y celebrar la vida y la vocación misionera (también coincidiendo con el cumpleaños de Comboni).

Durante esta semana hemos tenido tiempo para profundizar en nuestra historia como LMC a nivel internacional, revisar los acuerdos tomados en los encuentros continentales africanos y cómo no dedicar bastante tiempo a compartir las conclusiones de nuestra pasada asamblea internacional de Roma. Siempre dedicamos bastante tiempo a conocer la realidad internacional del LMC y especialmente del continente y el país donde irán.

También dedicamos parte de una tarde a ver videos y fotografías de Etiopía y Mozambique, y desde ahí conversar y responder preguntas sobre la realidad que encontrarán.

Después dedicamos bastante tiempo para trabajar sobre la vida comunitaria. Nuestra comunidad siempre es la base de nuestra presencia LMC en misión y el referente fundamental desde donde realizar nuestro servicio misionero, alimentar y vivir nuestra fe. Como el Cenáculo de apóstoles que quería Comboni desde el que irradiar lo que vivimos dentro. Tomamos tiempo para ir desgranando aspectos prácticos como la organización, responsabilidades en la comunidad, proyectos, economía así como otros más profundos sobre como cuidar nuestra espiritualidad, ser familia comboniana, mantenernos en contacto con aquellos que nos apoyan y demás. Siempre de una manera tranquila para poder conversar, intercambiar puntos de vista y aprender los unos de los otros.  Terminamos esta parte estudiando la Carta de las comunidades internacionales aprobada en nuestra pasada asamblea internacional y que es y será el fundamento de nuestra presencia en comunidades internacionales.

LMC formacion

También hubo tiempo para compartir con la familia comboniana de Granada. Una noche con los religiosos y otra con las religiosas. Un bonito momento donde rezar juntos y hablar de la misión. Pasamos un bonito rato en familia, soñando juntos como Comboni nos soñó.

No olvidamos dedicar un tiempo a trabajar la resolución de conflictos. Sabemos que es algo natural en todas las relaciones humanas y también los conflictos aparecen en nuestras comunidades. Por ello, hay que estar preparados para afrontarlos, solventarlos y crecer juntos como personas y como comunidad.

En estos días también sacamos una mañana completa para caminar juntos. Para visitar el bonito paraje de Los Cahorros, con sus paredes verticales y bellos paisaje en Sierra Nevada. Un momento también para probar nuestras fuerzas y concienciarnos que debemos prepararnos bien para peregrinar en el Camino de Santiago (habrá que aprovechar estas semanas previas para terminar de ponernos en forma). Siempre es bonito salir a la naturaleza y tener tiempo para conversar tranquilamente mientras caminamos y agradecemos a Dios por todo lo que nos regala.

LMC formacion

Terminamos abordando el tema de la interculturalidad. Viajar a otro continente, convivir con otras culturas es maravilloso pero es necesario prepararse apropiadamente para conocer las personas con las que conviviremos los próximos años, para respetar su forma de ver el mundo, para compartir nuestra fe procurando no arrastrar en demasía nuestra propia visión de entender el mundo ni tratar inconscientemente de imponerla sino compartiendo y creciendo en la diversidad.

Para terminar la semana compartimos el fin de semana con la zona sur de los LMC de España. Tiempo para compartir, para formarnos, revisar la vida, analizar este tiempo de preparación específica de los hermanos que parten. Recargar energías para nuestro día a día, etc.

LMC formacion

El domingo estuvimos de animación misionera en una de las parroquias de Granada. David pudo dar un pequeño testimonio antes de su salida a misión, aprovechamos para conversar con los parroquianos y, vender algo de artesanía para recoger fondos para la misión.

Ya les va quedando menos antes de partir para África. Recemos por que el Señor les acompañe y guie en este momento de formación tan especial, momento también de espiritualidad y oración para prepararnos a la salida.

Gracias por esta semana juntos.

Un saludo

Alberto (coordinador Comité Central LMC)