Laicos Misioneros Combonianos

El Papa Francisco en la Audiencia General de hoy: ‘Nos detenemos hoy en el testimonio de San Daniel Comboni’

Papa Francisco

Os dejamos traducida la intervención del Papa Francisco hoy, con el video de la misma en italiano.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En el camino de la catequesis sobre la pasión evangelizadora, nos detenemos hoy en el testimonio de San Daniel Comboni. Fue un apóstol lleno de celo por África. De aquellos pueblos escribió: “se han apoderado de mi corazón que sólo vive para ellos” (Escritos, 941), “moriré con África en los labios” (Escritos, 1441).

Y a ellos se dirigió así: “el más feliz de mis días será cuando pueda dar mi vida por vosotros” (Escritos, 3159). Es la expresión de una persona enamorada de Dios y de los hermanos y hermanas a los que servía en la misión, de los que no se cansaba de recordar que “Jesucristo sufrió y murió también por ellos” (Escritos, 2499; 4801).

Lo afirmaba en un contexto caracterizado por el horror de la esclavitud, de la que fue testigo. La esclavitud “cosignifica” al hombre, cuyo valor se reduce a ser útil a alguien o a algo. Pero Jesús, Dios hecho hombre, elevó la dignidad de todo ser humano y denunció la falsedad de la esclavitud. Comboni, a la luz de Cristo, tomó conciencia del mal de la esclavitud; comprendió también que la esclavitud social tiene sus raíces en una esclavitud más profunda, la del corazón, la del pecado, de la que el Señor nos libera. Por eso, como cristianos, estamos llamados a luchar contra todas las formas de esclavitud. Por desgracia, la esclavitud, como el colonialismo, no es cosa del pasado. En el África tan amada por Comboni, hoy desgarrada por numerosos conflictos, “después del político, se ha desencadenado un ‘colonialismo económico’ igualmente esclavizante (…). Es un drama ante el que el mundo económicamente más avanzado cierra a menudo los ojos, los oídos y la boca”. Por ello, renuevo mi llamamiento: “Dejad de asfixiar a África: no es una mina que explotar ni una tierra que saquear” (Reunión con las autoridades, Kinshasa, 31 de enero de 2023).

Volvamos a la historia de San Daniel. Tras un primer periodo en África, tuvo que abandonar la misión por motivos de salud. Demasiados misioneros habían muerto tras contraer enfermedades, debido al desconocimiento de la realidad local. Sin embargo, si otros abandonaban África, no así Comboni. Tras un tiempo de discernimiento, sintió que el Señor le inspiraba un nuevo modo de evangelizar, que resumió en estas palabras: “Salvar África con África” (Escritos, 2741s). Era una intuición poderosa que ayudaba a renovar el compromiso misionero: las personas evangelizadas no eran sólo “objetos”, sino “sujetos” de la misión. San Daniel deseaba que todos los cristianos fueran protagonistas de la acción evangelizadora. Con este espíritu pensó y actuó de forma integral, implicando al clero local y promoviendo el servicio laico de los catequistas. Así concibió también el desarrollo humano, cuidando las artes y las profesiones, y fomentando el papel de la familia y de la mujer en la transformación de la cultura y de la sociedad. ¡Qué importante es, también hoy, hacer avanzar la fe y el desarrollo humano desde dentro de los contextos de misión, en lugar de trasplantar modelos externos o limitarse a un asistencialismo estéril!

La gran pasión misionera de Comboni, sin embargo, no fue en primer lugar el resultado de un esfuerzo humano: no fue impulsado por su coraje o motivado sólo por valores importantes, como la libertad, la justicia y la paz; ¡su celo nació de la alegría del Evangelio, se inspiró en el amor de Cristo y condujo al amor por Cristo! San Daniel escribió: “Una misión tan ardua y laboriosa como la nuestra no puede vivir de pátinas, de sujetos de cuello torcido, llenos de egoísmo y egocentrismo, que no se preocupan como debieran por la salud y la conversión de las almas”. Y añadía: “Debemos encenderlas con la caridad, que tiene su fuente en Dios y en el amor de Cristo; y cuando se ama verdaderamente a Cristo, entonces las privaciones, los sufrimientos y el martirio son dulzura” (Escritos, 6656). Su deseo era ver misioneros ardientes, alegres, comprometidos: misioneros -escribía- “santos y capaces. […] Primero: santos, es decir, libres de pecado y humildes. Pero esto no basta: hace falta la caridad que hace capaces a los sujetos” (Escritos, 6655). La fuente de la capacidad misionera, para Comboni, es por tanto la caridad, en particular el celo de hacer propios los sufrimientos de los demás, de sentirlos en la propia piel y saber aliviarlos, como buenos administradores de la humanidad.

Su pasión evangelizadora, además, nunca le llevó a actuar en solitario, sino siempre en comunión, en la Iglesia. “No tengo más que una vida para consagrarla a la salud de esas almas”, escribió, “ojalá tuviera mil para dedicarlas a ese fin” (Escritos, 2271). Una vida o mil vidas: ¿quiénes somos nosotros solos con nuestra corta vida, si no es toda la Iglesia haciendo misión? ¿Cuál es el celo de nuestro trabajo -parece preguntarnos Comboni- si no es eclesial?

Hermanos y hermanas, San Daniel da testimonio del amor del Buen Pastor, que sale a buscar a los perdidos y da su vida por el rebaño. Su celo fue enérgico y profético para oponerse a la indiferencia y a la exclusión. En sus cartas recordaba de corazón a su amada Iglesia, que había olvidado África durante demasiado tiempo. El sueño de Comboni es una Iglesia que hace causa común con los crucificados de la historia, para vivir con ellos la resurrección. Su testimonio parece repetirse a todos nosotros, hombres y mujeres de Iglesia: “No olvidéis a los pobres, amadlos, porque en ellos está Jesús crucificado, esperando resucitar”.

Original en comboni.org

JMJ Portugal 2023 y CONAJUM Morelia México 2023

LMC Beatriz

Dos congresos un mismo objetivo.

Me refiero a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Portugal 2023 experiencia vivida con miembros de mi familia y amigos que fui encontrando en el camino; así como también al Congreso Nacional Misionero en Morelia México CONAJUM. En ellos tuve la oportunidad de reencontrarme con amigos, obispos de distintos lugares del mundo y del país, laicos misioneros de otros institutos y jóvenes inquietos por descubrir su vocación. Sin faltar la convivencia y trabajo en equipo con mi Familia Comboniana donde sacerdotes, herman@s, seculares y laic@s pudimos escucharnos y apoyarnos. Es por eso que agradezco al Papa Francisco y a las Obras Misionales Pontificas por invitarnos a seguir siendo parte de este proyecto que Jesucristo nos heredó, la Construcción de su Reino.

Estos eventos son espacios donde nuestra Iglesia Católica permite a los jóvenes encontrarse con Jesucristo a través de un sin número de actividades en donde la oración les ayuda a tener un encuentro personal con Él; temas en común para su crecimiento, peregrinaciones que crean lazos de amistad, puesta en común para llegar a acuerdos, conocimiento de otras culturas, foros, conciertos, marchas, así como poder recorrer la Ciudad de la Alegría en la feria vocacional donde el encuentro con la variedad de carismas misioneros de la iglesia les permiten conocer diferentes realidades que los sensibilizan a las necesidades de los demás.

Es inexplicable la experiencia común de orar, escuchar historias, reír, sufrir, cantar, bailar, llorar, batallar, comunicar, dormir, soñar, admirar, respirar, en un mismo lugar abrazando EL AMOR DE DIOS.

Todo esto disminuye cualquier problema o preocupación porque sabemos que Dios nos Ama y nos protege al darnos ese tiempo para sanar cualquier herida y elegir lo que es bueno para nuestra vida, así como somos y ahí donde estamos. Estas palabras nos llenan de esperanza para seguir recorriendo nuestro camino con la confianza de que en las caídas DIOS nos ayudará a levantarnos y en los logros nos enseñará a compartirlos, la comunión que generan estos encuentros nos da la fuerza para regresar a nuestra realidad y buscar la forma de dar vida ahí donde hay muerte.

El mensaje central del Papa Francisco a los jóvenes nos permite como misioneros atrevernos a llevar el Evangelio a todas las realidades que este mundo nos presenta en comunión con los obispos. Estas palabras que nos ayudan a saber cómo continuar en nuestra realidad, son la clave para hacer vida el Evangelio. Abrir nuestros brazos y acoger con Amor a los hermanos que nos necesitan es el legado que nos ha heredado Jesucristo. Dejemos la indiferencia y actuemos con coherencia; porque todos podemos hacer algo para cambiar nuestra realidad de muerte que hoy en día nos persigue.

Los invito queridos hermanos a descubrir con el plan de Dios en nuestra vida para que dejando los miedos podamos emprender el viaje de la misión apostando por la Justicia Paz Integridad de la Creación JPIC y los Valores del Reino de Dios.

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Beatriz Maldonado Sánchez, LMC

Be Afrique = Corazón de África

Élia Gomes

“Donde una vez dejé mi corazón”

Después de siete años en Portugal, cinco de ellos dedicados al apoyo familiar y al trabajo en residencias de ancianos (en las Misioneras de la Caridad de Faro y en el Centro Parroquial de Paderne) y otros dos años de misión en la parroquia de Camarate, me voy para volver a la RCA, donde ya estuve cinco años.

Este regreso no será fácil, pero sé que este es el camino que Dios tiene para mí.

La República Centroafricana (RCA) es el lugar donde siento que he sido llamado a servir a Dios y al prójimo con alegría, con la esperanza de llevar el mensaje del Evangelio y ayudar a construir un mundo mejor y más justo, junto a los más pobres y abandonados, según el estilo misionero de Comboni.

Me enfrentaré a nuevos retos y dificultades, pero confío en que, con la ayuda de Dios y la protección de Nuestra Señora de la Esperanza, podré superarlos.

Doy las gracias a mi familia y a mis amigos por apoyarme en esta decisión.

Doy las gracias a mi parroquia de Paderne y al Centro Parroquial por acogerme siempre con afecto a pesar de mis largas ausencias.

Doy las gracias a mi comunidad de Fetais y a todos los que me ayudaron durante mi estancia en Camarate.

Finalmente, agradezco al Movimiento LMC y a la Familia Comboniana por haberme transmitido la esencia que me inspira a seguir adelante.

“Si tuviera mil vidas, daría mil vidas por África”.

LMC Elia

Élia Gomes LMC – Portugal

Oración de la Familia Comboniana septiembre 2023

Comboni y Jesus
Comboni y Jesus

Para que en nuestra práctica pastoral seamos cada vez más conscientes de las situaciones de explotación sexual y de la difusión del fenómeno del tráfico de mujeres y niños, prestando atención y apoyo a quienes trabajan para eliminar estas situaciones de sufrimiento e injusticia. Oremos.