Laicos Misioneros Combonianos

¡Bienvenida Élia!

Elia

EliaEl 3 de julio llegó al aeropuerto de Lisboa la LMC Elia, que regresaba de la República Centroafricana después de cinco años de servicio misionero en la misión Mongoumba.

Después de la acogida en el aeropuerto con gran alegría por parte de los LMC Pedro, Liliana y Flávio y la hermana Carmen, fuimos a comer a la casa de las Combonianas en Olivais, donde se encontraban además de la comunidad de las Combonianas la familia de Pedro. Durante el almuerzo conversamos y compartimos aventuras de la misión. Fue un hermoso momento de convivencia. ¡Después del almuerzo todavía hubo espacio para unos deliciosos pasteles de Bienvenida! Por la tarde, Elia continuó viaje a su casa en el Algarve, donde se encuentra ahora con su familia.

Agradecemos la disponibilidad de las Combonianas y deseamos a Elia un buen retorno y una buena readaptación a la realidad de nuestro país.

¡Bienvenida Élia!

LMC Portugal

Nuevo logotipo de los LMC en Portugal

Logo LMC Portugal

El 25 de enero de 2016, los LMC de Portugal celebraron los 18 años desde su fundación. En este sentido, para conmemorar esta ocasión, el Movimiento renueva su imagen y pasará a usar un nuevo logotipo.

Este nuevo logotipo incorpora elementos clave de la espiritualidad laical Comboniana:

  • La Cruz
  • Jesucristo

Las 4 figuras que surgen en primer plano forman una cruz. “… La cruz es la marca de toda las obras redentoras de Dios, porque todas ellas nacen y crecen al pie de la cruz.” (San Daniel Comboni, E.4564). Nosotros también somos conscientes de que la misión implica la aceptación de las inevitables dificultades y sufrimientos con la marca de la cruz. Sin embargo, sabemos en las dificultades, en la sensación de fracaso o frustración, Jesús siempre generó y genera Vida para su pueblo.

  • Internacionalidad e interculturalidad

Las 4 figuras que forman la cruz, con los colores de los continentes (África, Asia, América y Oceanía), aparecen con los brazos abiertos (que da la idea de movimiento, de partida), significan la alegría, la disponibilidad y la llamada de todo laico misionero comboniano de anunciar a Jesucristo a los que todavía no le conocen. El color blanco del corazón en la figura verde representa el continente europeo.

Una característica misionera es vivir en provisionalidad, no “asentar raíces”, con toda la precariedad y fragilidad que esto puede implicar; el sentirse caminantes hacia Dios y peregrino hacia el hermano. Como misioneros que somos, tenemos una voluntad positiva y real para ir hacia los otros pueblos, viviendo la misión ad gentes en medio de otras culturas, credos y razas, que es constitutivo de nuestra vocación específica. “La Obra debe ser católica, no española, francesa, alemana o italiana. Todos los católicos deben ayudar a los pobres negros, porque una sola nación no puede ayudar a toda la raza negra”. (San Daniel Comboni, E.944).

 

  • Sagrado Corazón de Jesús

El corazón representado en la figura verde pretende significar la gran devoción de San Daniel Comboni al Sagrado Corazón de Jesús. En una de sus cartas, Comboni revela que su Plan para la Regeneración de África fue escrito en el Vaticano en el momento de la beatificación de Margarita María Alacoque. Coincidencia o no, Comboni pide su ayuda, ya que ella también amaba mucho al Sagrado Corazón de Jesús. (San Daniel Comboni, E.1736).

Es cierto que Comboni a lo largo de su vida siempre coloca máxima confianza y devoción a la cruz y al Sagrado Corazón de Jesús, hasta el punto de dedicar todo su Vicariato de África Central. “Por eso fijé el tercer domingo de septiembre, día 14, dedicado a la exaltación de la Santa Cruz, el día de consagrar solemnemente todo el Vicariato del África Central al Sagrado Corazón de Jesús.” (San Daniel Comboni, E.3202).

 

  • África Amor y los pobres

No es casualidad que el corazón presente en el logo esté sobre el pecho de la figura verde, representando el continente africano. Daniel Comboni ofreció su vida al corazón de África, con África en su corazón. Presente en la muerte en África de uno de sus compañeros de misión, Comboni en lugar de desanimarse se siente interiormente confirmado en la decisión de continuar con su misión. “Las últimas palabras de mis hermanos y mías siempre serán ‘Nigrizia o muerte’. (San Daniel Comboni, E.3004).

  • La importancia de la vida comunitaria

El punto de unión de las 4 figuras que componen la cruz significa nuestra vivencia comunitaria.

Nuestro camino tiene una dimensión comunitaria. Es importante que en el Movimiento busquemos estructuras que ayuden a fortalecer los lazos afectivos, la acogida de los que regresan de la misión, la vida de grupo, compartiendo la vida y la fe, etc. Esta vida comunitaria no significa necesariamente que vivir “bajo un mismo techo”, pues la vida comunitaria laical, cuenta con sus propias características y riquezas. Sin embargo, creemos que en esta diversidad de formas, lo esencial es vivir en comunión desde el intercambio de los bienes y la propia fe. “Todo era soportable para estos dignos ministros de Jesucristo, que sólo buscan la gloria de Dios y la salvación de las almas más abandonadas. En la pequeña comunidad de Jartum reinaba la paz, el orden y el espíritu de Jesucristo”. (San Daniel Comboni, E.2042).

LMC Portugal

¡2 nuevos miembros polacos de la comunidad LMC!

Adela e TobiaszEl 3 de junio – en el Día del Sagrado Corazón de JesúsCristo, 2 nuevos miembros se unieron oficialmente a nuestra comunidad Polaca de los LMC. Durante la misa, Adela y Tobiasz mostraron formalmente su deseo de seguir su vocación misionera en el Espíritu de San Daniel Combioni. Ellos leyeron sus compromisos frente a los Padres Combonianos, amigos e invitados. Estaban agradecidos por la fe, la presencia de Dios en su vida y su vocación. Juntos, subrayaron que gracias a su amor conyugal, quieren ser una señal de Dios. Como comunidad, nos gustaría dar las gracias a Dios por Adela y Tobias y orar por ellos. Han sido capaces de confiar en él con valor y dejar que Él les guíe. El primer paso en este camino Comboniano está justo detrás de ellos 🙂

El sinónimo de “hoy” es “presente”

hoje¿Cuál es la fuerza que nos sostiene? ¿De dónde viene la esperanza para seguir soñando?, ¿para resistir y buscar una sociedad más humana y feliz, fraterna para todas y para todos? Lo que nos mueve son los sueños de una realidad que queremos, una realidad que no incluya situaciones de injusticia impuesta por las desigualdades sociales y económicas. Una realidad que se transforma en la medida en que nosotros la transformamos, a través de nuestros esfuerzos, con nuestros sentidos, con nuestras opciones. Podemos y debemos ser constructores de nuestro destino personal y colectivo, de nuestra libertad creativa. Nuestra pasión y nuestra fe ganan fuerza cuando están en contacto directo con las víctimas de la violencia y la injusticia contra los derechos sagrados y fundamentales que se llaman derechos humanos. Los signos y resurrecciones nacen de nosotros mismos, de la unión y la fuerza de los movimientos sociales y otras articulaciones que vienen desde abajo, desde la sociedad civil y organizada… ¡nosotros! Es posible hacer llover Justicia, fertilizar la tierra y obtener los frutos que han de nacer. Es posible, porque queremos, creemos, luchamos, construimos. El cansancio, la desilusión, el desánimo, el miedo se convierte en una sombra gigante si lo permitimos, pero se hace pequeña e insignificante si nos mantenemos unidos, si la lucha de uno es la lucha de todos. Entre los males más fuertes está la indiferencia absoluta, es el que domina nuestra vida diaria, una especie de ceguera en el mundo que hace que la gente viva en una burbuja, ciega y estéril, incapaz de escuchar los latidos del corazón del mundo, olvidando que en este latir está también el nuestro. Nosotros somos el mundo, la historia es la nuestra, que nadie se sienta excluido, en las palabras de una canción de De Gregori, ¡nosotros estamos escribiendo la historia! Somos parte de un alfabeto que es capaz de escribir cosas maravillosas, si así lo elegimos. Valor, sueños, esperanzas, dignidad, libertad, justicia, respeto, imaginación, fraternidad… tantas plumas con las que comenzar a escribir, donde nosotros somos el papel en blanco donde empezar a hacerlo.

Emma. LMC

El amor es una cuerda que lleva a lo más alto…

CuerdaHermosa, es verdaderamente hermosa la catequesis que estoy haciendo con los presos. Acaba de empezar, pero está yendo bien y cada vez que voy salgo profundamente enamorada, de hecho, todos estamos apasionados, es un tiempo de compartir, buscando la profundidad del alma.
Este deseo de ponerse en camino para entender… para entendernos unos a otros… al encuentro de Dios.
Caminamos con piedras en el corazón, duras, pesadas, que poco a poco intentamos arañarlas, para que sean pequeñas como guijarros, que se pueden retirar del zapato. Por ahora hay seis presos que forman parte del grupo y eso es bueno, ya que cuanto más pequeño es el grupo más fácil es hablar por la intimidad que se crea, para decir las cosas importantes y difíciles de la vida. Estoy muy feliz, también, por tener la oportunidad de estar entre ellos y sin barrotes de hierro o divisiones, sentados en un círculo en un espacio que ayuda a tener proximidad. Es importante estar cerca, contactar con los ojos, escuchar con atención, tomar su mano para orar y finalmente abrazarse para decir GRACIAS. En esa hora y media o poco más, me olvido de estar dentro de una prisión, no recuerdo el uniforme rojo que llevan, olvido el ruido de los otros presos, estamos tan inmersos en la profundidad de lo que se comparte que aparentemente podrían ser el título de un libro de Virginia Woolf : “la habitación de uno mismo” y de hecho es un espacio sólo para ellos, un espacio para nosotros. Me gusta por un camino que trabaja la valorización humana y el autodescubrimiento, lo que lleva a un crecimiento personal interior. Y esto se aplica no sólo a ellos sino también a mí. Es un intercambio, un toma y daca como el querido y viejo, pero aún relevante Paulo Freire decía: “ninguno enseña a nadie, todo el mundo aprende de todo el mundo”. De cada persona podemos aprender, también de los presos y sus historias y estoy agradecida.
Emma, LMC.