Laicos Misioneros Combonianos

Obras son amores y no buenas razones

Un comentario a Jn 14, 23-29 (VI Domingo de Pascua, 1 de mayo de 2016)

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El texto que leemos hoy forma parte de los discursos de despedida de Jesús en el evangelio de Juan. El texto, que hay que leer como un gran testamento de amor que Jesús deja a sus amigos y discípulos, se presta a muchas reflexiones. Yo me detengo apenas en una de sus frases: “El que me ama guardará mi palabra… El que no me ama no guarda mis palabras”.
Todos estamos de acuerdo que el amor, en todas sus dimensiones, es la esencia de la vida. Pero, mi modo de ver, el amor puede estar falseado por dos actitudes contradictorias: un “eficientismo”, que todo lo cifra en “obras”, sin tener en cuenta los sentimientos, las palabras, las sonrisas, la mirada…; y un “espiritualismo” o “sentimentalismo”, que todo lo cifra en palabras bonitas, arrumacos o apariencias, sin hacer nada concreto.
Sin embargo, el amor tiene que tener estas dos dimensiones complementarias:

1) El amor debe ser concreto, hecho de obras y actitudes concretas, que buscan el bien de la persona amada (sea Dios mismo, sea mi esposo o esposa, sea mi comunidad o cualquier persona. Jesús dice: “El que me ama, guarda mi palabra, cumple mis mandatos”. San Pablo concreta aun más:

“El amor es paciente y bondadoso: no tiene envidia, ni orgullo ni jactancia. No es grosero, ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal” (1Cor 13,4-5).

Y Santiago es mucho más concreto y “tierra-tierra”:

“Si un hermano o una hermana están desnudos y faltos del alimento cotidiano, y uno de vosotros le dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les da los necesario para su cuerpo, ¿de qué le sirve?” (Sant 2,15-16).

En esta línea de pensamiento, podríamos concluir: Tú dices que amas a tu esposa o esposo (o tu comunidad), pero no le ayudas en su vida concreta o no la comprendes en su manera de ser, ¿de qué le sirve tu amor? Tú dices que amas a Dios, pero no le haces caso a sus mandamientos, no haces nada por los pobres, no ayudas en la Iglesia, ¿es verdadero tu amor?

2) Por otra parte, el amor es mucho más que sus manifestaciones concretas. Sin hechos no hay amor, pero los hechos no bastan, porque pueden estar contaminados de orgullo, egoísmo, afán de ser importantes, afán de dominio… El amor es algo más,quizá intangible, pero muy real. Es una implicación de vida, es una cercanía incondicional a la otra persona, incluso cuando uno no puede hacer nada por el otro, por las circunstancias en las que vive. Por eso San Pablo dice también:

“Aunque repartiera todos mis bienes a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada mi sirve” (1Cor 13,3).

En este sentido, Jesús alaba a aquella mujer que hace un gesto totalmente “inútil” derramando un frasco de perfume caro para honrar a Jesús. Es que el amor no siempre es eficiente, no siempre es calculador, no siempre es “lo más útil”. El amor es un gran don que no puede “comprarse ni venderse”. El amor es, en buena parte, un don del Espíritu Santo que Jesús prometió a los suyos.

Como decía el abbé Pierre, “la vida es un poco de tiempo que Dios nos ha regalado para aprender a amar”. A vivir se aprende viviendo y a amar se aprende amando. Y en la medida que aprendemos a amar, no de palabra sino de verdad, hacemos experiencia del Padre que “habita en nosotros”, de Jesucristo que nos ilumina con su Palabra y del Espíritu que nos hace crecer continuamente en ese amor.
P. Antonio Villarino
Madrid

Encuentro Familia Comboniana en España

Familia CombonianaEste pasado fin de semana se ha celebrado el tercer encuentro de Familia Comboniana en España bajo el lema “Familia Comboniana: Juntos en Camino”.

Estuvimos presentes más de 60 personas entre religiosos(as) y laicos(as) combonianos(as) y además hemos podido contar este año con Isabel como representante de las Misioneras Seculares Combonianas que ha podido participar con todos nosotros.

Ha sido un fin de semana donde profundizar sobre nuestros sueños y miedos en este camino de Familia Comboniana y los compromisos que facilitarán seguir juntos por este camino.

El sábado pudimos contar con Carmen Sara y Luis Guitarra para dinamizar el encuentro. De una manera pausada y dinámica nos ayudaron a ir profundizando e intercambiando nuestras esperanzas, a través de historias, cuentos, canciones y dinámicas de grupo fuimos construyendo entre todos y todas el árbol de la Familia Comboniana.

El domingo fue momento para compartir los proyectos concretos que van saliendo adelante como la Pastoral Juvenil Vocacional, la Animación Misionera que se desarrolla en Granada o el proyecto que se llevará adelante este verano en el Camino de Santiago. Pequeños pasos pero que van afianzando y haciendo posible y evaluable este camino común.

Todo ello aderezado con los momentos de compartir la liturgia, con celebraciones que nos ayudaron a vibrar y colocar a los pies del altar este sueño común y una bonita vigilia oración donde nos unimos a todos los que peregrinamos como Familia Comboniana en cuatro continentes.

Que es Señor nos ayude a vencer nuestros miedos y nos impulse con la pasión de San Daniel Comboni a hacer posible con experiencias concretas esta realidad de Familia Comboniana por el bien de la misión a la que intentamos servir cada día.

“Tú vales mucho para mí”

Un comentario a Jn 13, 31-33ª. 34-35 (V Domingo de Pascua, 24 de abril de 2016)

MinoCenaEcologicaEl breve texto que leemos hoy forma parte de los discursos que Juan pone en boca de Jesús durante su última cena, cuando se despide de sus discípulos con una especie de testamento. En estos versículos de hoy se usan dos términos de gran espesor significativo: Gloria y Amor. Detengámonos un poquito en cada uno de ellos.

a) La gloria: “Glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti”.
Según el Vocabulario Bíblico de León-Dufour, el término “gloria” significa algo así como “peso”, “espesor”, importancia, respeto que se inspira. En ese sentido, la expresión “glorifica a tu hijo” significa “reconócele la importancia” (que otros no quieren reconocerle), “dale la estima” que se merece. De hecho, esta “gloria”, estima o importancia a los ojos propios y de los demás es algo que todos buscamos afanosamente. Sin eso parece que no somos nadie, casi como que estuviéramos “muertos” socialmente.

Pero la pregunta es: ¿qué es lo que me hace importante y valioso ante mí mismo y ante los demás? ¿Cuál es la base para mi “gloria”? Según la Biblia, algunos ponen la base de su “gloria” en lo siguiente:
-las riquezas, como en el caso de Abraham (Gn 13, 2)
-la elevada posición y “autoridad” social, como José en Egipto (Gen 45, 13)
-el poder e influencia que irradia una persona (Is 17, 3ss)
-el resplandor de la belleza, como en Aarón (Ex 28,2)
-la dignidad, como la del ser humanos “coronado de gloria” (Sal 8, 6).

En contraposición con estas actitudes, al final de su vida, a la hora de entregar su “testamento”, Jesús proclama que su “gloria” (su auto-estima, su importancia) se basa solamente en Dios, no en el éxito, ni en el triunfo humano, ni en las riquezas, ni en un grupo poderoso de amigos, ni en la eficacia de su metodología apostólica o sus estudios bíblicos… solamente en Dios. El sentirse en comunión con el Padre es lo que le hace sentirse “glorificado”, “reconocido”, “estimado”, “valioso”, como dice Isaías:

“Tú vales mucho para mí,
Eres valioso y te amo…
No temas que yo estoy contigo”
(Is 43, 3-4).

b) El amor: “Como yo os he amado, amaos también unos a otros”
La “gloria de Dios es el hombre”, dijo San Ireneo. Dios se siente “reconocido” cuando el hombre encuentra su “gloria”, su importancia. Y esto sucede cuando los seres humanos e reconocen y se aman mutuamente. Jesús sembró la semilla de una humanidad nueva, “gloria de Dios”, reuniendo una comunidad de discípulos cuya ley básica sería el amor mutuo. Quisiera recordar brevemente algunas de las características de esta comunidad en la que los discípulos se aman como Jesús amó:
1.- En la comunidad de Jesús, se lavan los pies mutuamente. “Si yo que soy el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, vosotros debéis hacer lo mismo unos con otros. Os he dado ejemplo para que hagáis lo que yo he hecho con vosotros” (Juan 13, 15). Lavar los pies es reconocer la importancia del otro. Sólo Dios puede ser tan humilde de ponerse al servicio de los otros, sin perder su identidad. Sólo lava los pies, es decir, sólo se pone al servicio del otro, el que se siente tan amado y tan seguro en el amor que no tiene miedo de humillarse.
2.- El que tenga más dones es el que más sirve: “El que quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9, 31). De hecho, Jesús insistía en que entre ellos no hubieras jefes, ni maestros, ni padres. La suya es una comunidad de hermanos, cuyo único Padre es Dios y el único Maestro es Jesús.
3. Escuchan la Palabra y la cumplen: “Y señalando a sus discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mt 12, 49-50).
4.- Se corrigen y se perdonan: “Si tu hermano te ofende, ve y repréndelo a solas…” “¿Cuántas veces debo perdonar? ¿Siete veces? No, hasta setenta veces siete” (Mt 18, 15-35).
5.- Oran para no caer en la tentación: “Velad y orad, para que podáis hacer frente a la prueba; que el espíritu está bien dispuesto, pero la carne es débil” (Mt 26, 41).
6. Se comprometen juntos en la misión que Jesús les encomienda: “Vayan por el mundo entero…”. Sienten que son sal del mundo, pero que tienen que cuidarse para no perder su sabor y su función purificadora; son luz del mundo, pero sólo si se dejan iluminar por la Luz del mundo, es decir, Jesús mismo.

P. Antonio Villarino
Madrid

En camino…

KasiaNo tengo idea de lo rápido que el tiempo pasa. Me ha dado cuenta que ¡¡desde mi último mensaje ha pasado más de un mes!! Así que creo que ha llegado el momento para escribir algo nuevo 🙂

No hay demasiadas cosas que hayan cambiado. Quiero decir, mi tiempo está lleno de diversas reuniones, actividades, etc. Voy a tratar de escribir un poco acerca de los últimos acontecimientos. A mediados de marzo de todos los laicos (candidatos y misioneros) participaron en el retiro en Viseu que fue dirigido por nosotros por uno de los padres MCCJ. A pesar de que no era mi último encuentro con los LMC ya escuché “¿cómo imaginarme que me voy a ir a Mozambique y dejarlos? ‘. Y pensé, están en lo correcto, a pesar de que nos hemos conocido sólo por tres meses he sentido que están muy cerca de mí. No podía imaginar lo sentiría en este corto tiempo. Creo que no era sólo yo la que pensaba de esa manera. ¿Por qué? Debido a que durante la reunión nos prepararon una pequeña sorpresa. Nos enviaron a misión en la misa de su comunidad del domingo. Sabían que he sido enviada por el arzobispo en Polonia pero querían hacerlo de nuevo. Imagínense que no fue mi último envío. Escribiré sobre esto más adelante.

Además de las tareas de cada día tenía que organizar el tiempo para el curso de Biblia y preparar los documentos necesarios para obtener la visa. Imagínense que la burocracia en Portugal es más complicada que en Polonia. Están todos los desplazamientos entre oficinas y los médicos… esto agota a cualquiera. Afortunadamente terminé de recopilar todos los documentos antes de la Semana Santa. Y ¿Por qué era tan importante? Porque el Jueves Santo Barbara y yo debíamos tomar un vuelo a Madrid. La comunidad de España nos invitó a la celebración del Triduo Pascual en común.

¡El tiempo en España fue fantástico! La comunidad estaba compuesta de familias lo que hizo que en nuestra Pascua nos sintiésemos como en casa. Un Padre nos recogió en el aeropuerto y nos llevó hasta el pequeño pueblo, de montaña, cerca de Madrid, donde se reunieron los LMC. Él estuvo allí durante todos los días. Por lo general, la mayoría de los encuentros de formación eran separados para niños y adultos, pero siempre nos encontrábamos después de ellos.

Kasia y BarbaraEmpezamos el encuentro compartiendo nuestras motivaciones para participar, nuestros sentimientos de venir y nuestras expectativas. Terminamos con una reunión conjunta con los niños y más tarde fuimos al ático, que se convertiría en nuestra capilla para las celebraciones del Triduo. Celebramos la Liturgia del Jueves Santo y cenamos juntos, hicimos la oración y después tiempo para descansar. El Viernes Santo y Sábado Santo, tuvimos una mini-conferencia, reunión en pequeños grupos, tiempo para caminar, hablar y encuentro de nuevo 🙂 … me encontré con algunas personas que estuvieron en misión en Mozambique y pude saber más sobre el lugar donde voy a servir. Viernes Santo fue un poco más tranquilo de lo habitual. La liturgia en común y la adoración de la noche fueron muy bonitas. Como he mencionado antes tuve más de un envío 😉 . El siguiente tuvo lugar durante la Vigilia Pascual. Junto con Barbara nos invitaron a sentarnos en medio donde nos impusieron una cruz. Alberto con su familia y David, que se va a África durante las vacaciones de verano se unieron a nosotras. Juntos creamos un pequeño círculo interior y el resto de la comunidad hizo otro en el exterior. Empezamos a bailar y durante este tiempo, el padre leyó la bendición, y nos enviaron a misión. Después de la liturgia empezamos la celebración, cantando y bailando donde ¡no había final para la alegría! Desafortunadamente el día siguiente tuvimos que volver a Madrid porque el día después teníamos el vuelo a Porto. El resto del tiempo lo pasamos caminando por la ciudad. Tras el regreso cenamos temprano e hicimos nuestro equipaje. A la mañana siguiente teníamos el vuelo a Lisboa y no d regreso a casa en Braga. Estuvimos alojadas en la casa de los MCCJ donde nos encontramos con gran amabilidad como es costumbre. ¿Por qué Lisboa? Debido a que tenía que conseguir mi visa. Está claro que no iba a conseguir la visa sin problemas, como una señora simpática me indicó me faltaba un documento… afortunadamente pude organizarlo y al día siguiente dejé hecho todos los documentos necesarios sin más dificultad. Ahora estoy a espera de que me llegue el visado y ¡espero tenerlo a mediados del mes!

Visitamos Lisboa también. ¡Es la ciudad increíble! Se puede ver en las fotos. La mayoría del tiempo estuvo Vanessa con nosotras. Vanessa me ayudó con mi visa y su ayuda fue muy valiosa. Cuando vayan a Lisboa ¡no deben dejar de visitar Sintra! Hay algunos castillos maravillosos. El que más me gustó fue el Castillo de los Moros. Está en la colina y la vista desde arriba es impresionante… tierra, mar, río, ciudad, puente… el viernes al final de nuestras vacaciones nos fuimos a Cacia. Sandra y Carlos viven allí, nos quedamos con ellos para hablar y vivir la vida de la comunidad.

El próximo jueves tengo un examen final de nuestro curso de portugués, la familia de Bárbara nos visitará, a continuación, un poco de descanso, LMC y … tiempo para volver a casa!

Como pueden ver, el tiempo pasa tan normal … 🙂 .

¡Les deseo a todos descubrir la tumba vacía y la alegría de Cristo resucitado!

Kasia. LMC Polaca

Inicia la causa de beatificación del padre Ezequiel Ramin

EzequielLa fase diocesana del proceso de beatificación del “Siervo de Dios” Padre Ezequiel Ramin – ya proclamado “mártir de la caridad” por el Papa Juan Pablo II – comenzó con la primera sesión pública el sábado 9 de abril, en la ciudad italiana de Padua. Padre “Lele” Ramin, comboniano de Padua, murió el 24 de julio de 1985 en Cacoal, Brasil. La investigación sobre la fama de santidad, basada en el “super martirio”, muestra la conciencia de que el religioso murió en defensa de su fe, la paz y la justicia.

El trabajo del proceso de rogatorio se abrió en la iglesia de los Misioneros Combonianos en Via San Giovanni Verdara en Padua, con la institución del tribunal sobre el proceso “super martirio” y el juramento de los componentes. Después de un momento de oración, el arzobispo Pietro Brazzale, coordinador general de la rogatoria presentó las motivaciones y el significado. Esto fue seguido del juramento del obispo Claudio Cipolla y de los miembros del Tribunal para la rogatoria diocesana: el juez delegado Mons. Giuseppe Zanon; el promotor de justicia P. Antonio Medio; el abogado notario de las actas, Mariano Paolin, y el notario adjunto y coordinador general de la rogatoria, Mons. Pietro Brazzale.