Laicos Misioneros Combonianos

Comunidad de formación en Portugal: experiencia e ilusión

LMC Cristina y TereLos dones de cada una pueden enriquecer a la otra
Este tiempo que pasamos en comunidad, lo vivimos como un período de preparación para la misión.
La ruptura con la rutina diaria, el trabajo, el compartir con los amigos, la familia, las prioridades que nos marcan desde la sociedad de consumo, etc. Todo cambia para llegar a una sociedad de subsistencia. Haciéndonos repensar lo que de hecho son prioridades y/o necesidades de verdad.
Estando siempre enfocadas, en la misión y con ojos fijos en Jesús, nuestra planificación comunitaria comienza cuando nos damos cuenta de la riqueza que tenemos, la experiencia de una y la ilusión de la otra, que nos permite superar los retos a los que nos enfrentamos.
Miedo, desanimo en el aprendizaje de la lengua, inseguridad de no responder a las expectativas y necesidades de la misión, dificultad de adaptación y todos otros pensamientos que muchas veces nos asoman, rápidamente se superan con momentos de respeto mutuo, de oración y de compartir.
Con nuestro intento de entendernos las carcajadas se hacen presentes, pintando de muchos colores nuestros corazones, de amor y alegría.

Tere Monzon y Cristina Soussa. Comunidad de formación internacional en Portugal

Familia Comboniana (España) en Almería

LMC España

LMC EspañaLa semana pasada se reunió en Granada (España) la comisión de Familia Comboniana para seguir dándole forma al nuevo proyecto de misión que como familia misionera queremos empezar en Almería, concretamente en S. Isidro de Níjar.

La realidad de los migrantes allí instalados, la mayoría africanos, nos interpela y nos llama a dar una respuesta desde nuestro Carisma Comboniano de “Salvar África con África”.

Gracias a la comisión por vuestro empeño y trabajo y por sonar juntos/as un nuevo tipo de presencia misionera como Familia.

Compartimos un pequeño video de una de las visitas que se hizo a los distintos asentamientos de migrantes el curso pasado y que muestran la realidad que allí nos encontramos.

LMC España

Vida en comunidad

LMC Portugal¡Noticias maravillosas!
Esta semana, el martes, llegó a Portugal la LMC española Teresa Monzón. Se encuentra realizando la experiencia comunitaria con la LMC Cristina Sousa en Braga.
Están las dos estudiando en Braga, aunque lenguas diferentes: Tere el portugués y Cristina el francés.
Acogemos a Tere con mucha alegría y estamos unidos también a esta comunidad. Rezamos para que en ella nazcan frutos que generen vida, “vida en abundancia”.
Bienvenida Tere. ¡Estamos juntos!

LMC Portugal
LMC Portugal

Semana de formación en Granada, España

LMCEsta pasada semana estuve acompañando a la comunidad Lisanga en Granada. Esta vez la formación fue en español, lo que paradójicamente fue un rollo pues la mayoría del material lo tenía en inglés o portugués, pero me vino bien para ir teniendo el material en diferentes lenguas.

Éste siempre es un momento privilegiado para mí. Salir del despacho, de los correos electrónicos y las videoconferencias para tener la oportunidad de compartir en primera persona con nuestros LMC. En este caso con David y Aitana (LMC de España) y especialmente con Paula y Neuza (LMC de Portugal que se están preparando en España para partir a Perú). David y Aitana son profesores y estábamos en la semana final de clases así que andaban muy atareados con exámenes, evaluaciones y actividades propias de este tiempo. De todas maneras hicieron hueco para compartir algunos momentos importantes de la formación y la semana. Ellos se ofrecieron voluntarios para acoger y hacer comunidad con Paula y Neuza en los meses que están aquí estudiando español y preparándose para salir al Perú.

Con Paula y Neuza compartí la mayor parte del tiempo. Por la mañana nos levantábamos temprano para rezar laudes y comenzar el día. Los primeros días tenían clases de español por la mañana, los otros días aprovechamos el primer momento de la mañana para hacer algo de deporte. Hay que estar en forma, la misión requiere también de ello. Sobre todo estar preparados para caminar mucho con la gente.

Después tuvimos bastante tiempo para conversar sobre la misión, la comunidad, compartir nuestro carisma comboniano, hablar sobre la Iglesia y los diferentes estilos de misión, conocer en profundidad nuestro LMC a nivel internacional y muchas otras cosas.

Siempre es ilusionante compartir estos momentos previos a la salida. Las inquietudes, los desafíos a afrontar y por encima de todo la confianza en Aquel que nos llama por nuestro nombre para servir lejos de casa.

Durante este tiempo en España muchos son los que han compartido con ellas su experiencia de misión, las han visitado o ellas han podido visitar a muchos LMC españoles y religiosos que han servido en misión (en Perú y otros países). De esta manera la misión se hace comunidad. No son ellas las que van a título personal sino que como misioneras son enviadas por nuestra comunidad LMC, que se hace presente en todo momento, se compromete en su formación y las acompaña también con su oración. Con ellas también nosotros vamos a Perú (comentaban algunos).

La semana terminó con el encuentro de evaluación de los LMC de la zona Sur de España. Creo que ellas se han sentido muy acogidas por todos ellos y por la familia comboniana en Granada (religiosos y religiosas) con las que han compartido muchos momentos de estos meses. Y para la zona Sur ha sido un bonito revulsivo, siempre que la misión toca a nuestra puerta nos moviliza, nos anima, nos pone en movimiento y da vida. Así ha sido aquí en España también con la preparación de nuestras compañeras de Portugal. Gracias.

Rezamos para que les vaya muy bien en su misión y estaremos siempre para acompañarlas en este camino de servicio a nuestros hermanos y hermanas en Perú.

LMC en Granada

Un saludo

Alberto de la Portilla

Con María, peregrinas del Amor

LMC comunidadAl igual que el que se pone en camino y sale de la comodidad de su casa, también nosotros, mochila a la espalda y con el corazón repleto de certezas y dudas, nos pusimos en camino… Peregrinas, en una carretera que no tiene inicio ni fin, por caminos ya recorridos y otros que jamás serán recorridos. Avanzamos por terrenos descubiertos, por suelos llenos de historia, por calles cubiertas de amor, avanzamos con Él, y plenas de María.

En el alma la certeza de que somos eternos peregrinos, de que somos a ejemplo de Jesús, simples refugiados en busca de Dios, en busca de plenitud y libertad…

Partimos y nacemos como comunidad en el mes de María, en el mes del centenario de las apariciones de Fátima. Nos sentimos enviados por María. Nos inspiramos en ella, misionera del sí. Buscamos seguir sus pasos. Ser misionero es sentirnos como María, embarazadas de Jesús, es ser sagrarios vivos de Jesús, es llevar a Jesús.

Estamos lejos pero nos sentimos peregrinos del Amor y nos sentimos en camino con todos los que se reúnen en Fátima festejando la gracia y la misericordia de las apariciones de Nuestra Señora junto al Papa. Sentimos que hoy, y tantos otros días, María aparece en nuestro corazón revistiéndonos de Gracia, Amor y Misericordia. Todos estamos llamados a seguirla. Todos estamos llamados a ser misioneros, como ella.

No tengas miedo. Pues hallaste gracia delante de Dios – dijo el ángel a María. Dios creándonos a su imagen nos mira constantemente con una ternura inmensurable, encuentra en cada uno de nosotros un refugio donde habitar. Nos llama. Nos envía continuamente ángeles para decirnos que no tengamos miedo, que Dios ha hallado gracia en nosotros y nos llama a ser misioneros del amor. Y nosotros le respondemos tantas veces con un ¿Yo? Pero… ¿yo, Señor? Nosotros, mirando a un lado y a otro lado, pensando que se equivocó. Nosotros, que tantas veces quedamos atrapados por las heridas que tenemos dentro, en nuestras angustias y en los caminos ya recorridos, prisioneros de las heridas e imperfecciones que tenemos. Nosotros que tantas veces dudamos de la llamada de Dios. Impidiendo recibir la llamada. ¡Confiemos! Seamos como María, respondamos SÍ, llevémoslo dentro de nosotros, donde quiera que vayamos.

La misión nos necesita. La misión nos convoca. La misión es difícil, pero si vamos juntos, cogidos de la mano, nos unimos a Dios, convirtiéndonos en instrumento de Dios, permitiendo que Él nos ame y trabaje en nosotros.

Digamos como María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador“.

Familia Comboniana
Comunidad “Lisanga”
Aitana, David, Neuza y Paula

Nueva comunidad de formación en Granada-España (entre LMC de Portugal y España)