ASÍ DICE EL SEÑOR: He aquí mi siervo -yo lo recibo – en él se complace mi alma; Yo el Señor te he llamado para la justicia y te tomé de la mano; te formé y te hice como alianza del pueblo, luz de las naciones, para abrir los ojos a los ciegos, liberar a los cautivos de la cárcel, sacar a aquellos que viven en la oscuridad.
Después de conocer el grupo de los LMC, haber hecho una experiencia durante dos meses en nuestra comunidad de formación y misión de Ipê Amarelo en 2013, Valdir Moreira regresó a su ciudad natal para reflexionar y escuchar más claramente el llamado de Dios en su vida.
Nuestra realidad es un reto en todos los sentidos, creo que cada campo de la misión tiene sus retos! Así que no siempre esperamos el regreso de los que vienen aquí para conocer el camino misionero.
Pero cuando pones tu oído en el corazón del Padre que siempre está llamando obreros a la viña, la violencia urbana, el trabajo, la vida comunitaria, en resumen, los desafíos son pequeños frente al compromiso bautismal.
Jesús cruza el río Jordán, deja padre, madre y comienza su misión, Jesús se coloca en la cola de los hombres.
En la estela de Jesús, Valdir después de reflexionar se pone en camino para servir, atraviesa el Estado de São Paulo y llega al estado de Minas Gerais.
Las huellas de Jesús en Ipê Amarelo
¡Después de la fiesta de acogida llega el momento de poner sus manos en el arado!
Inicia la caminata formativa, la primera reunión se inició ya en los primeros días de su llegada.
El Padre Jorge Padovan, nuestro director espiritual se pone a disposición para animar y guiar una vez más una nueva vocación LMC. Pidamos al Dios de la esperanza y de la vida, bajo la intercesión de San Daniel Comboni y de Nuestra Señora Aparecida que continúe derramando bendiciones sobre todos.
Valdir también ha comenzado a trabajar para la ayuda económica, como laicos vivimos de nuestro sustento, sin olvidar a los que nos ayudan en este camino, inclusive ofreciendo empleos remunerados.
Por Maria Lourdes Vieira