Laicos Misioneros Combonianos

Reunión anual LMC Brasil

LMC BrasilTerminamos el primer día de la reunión LMC Brasil. 11 personas asistieron, entre ellos Marco y Valentina, pareja de laicos misioneros italianos que están trabajando con los Misioneros Combonianos en Açailândia, Maranhão, y Emma, LMC italiana que llegó el 2 de este mes para unirse a la comunidad de LMC Ipê Amarelo.

Compartimos las experiencias realizadas durante el 2013 de las distintas comunidades y también reflexionamos sobre el tema “Coyuntura comboniana y misionera” partiendo de algunos desafíos planteados por el padre Jorge y el equipo coordinador LMC relacionados con los conceptos de nueva evangelización, conversión, algunas palabras significativas del Papa Francisco y la propuesta de la 51 ª Asamblea General de la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil).

Al final de la tarde, reproducimos los talleres celebrados en la Asamblea de Maia, lo que nos ha ayudado a empezar a pensar en los próximos pasos como LMC para la reflexión del segundo día.

Concluimos la noche con algunos videos sobre la APAC (sistema penitenciario alternativo), la comunidad internacional de Carapira y la causa indígena.

¡Contamos con las oraciones de todos para la continuidad de nuestro encuentro!

¡Estamos juntos!

LMC Brasil

Adviento 2013: “Deja que brille tu luz”

AdvientoEn este tiempo de Adviento rezamos como comunidades unidas en todo el mundo, que el Espíritu Santo nos inspire a transformar nuestro mundo; nos dé poder para buscar el bien común para todas las personas; y nos dé el espíritu de solidaridad que nos hace uno con todos aquellos que sufren injusticia y viven en la necesidad. Textos adjuntos de la oración para el Adviento 2013 en Inglés (text) y Español (texto 1, texto 2, texto 3 y texto 4).

“Dios me quiere mucho”

dsc04962Queridos amigos y amigas,

Les resumo lo que nos ha ocurrido y lo que estamos viviendo. El  día 6 me caí por un terraplén cuando caminaba y tengo una fisura en una vértebra lumbar. Debo estar en cama al menos 1 mes, hasta que me hagan otra radiografía. Han descartado daños neuronales y de órganos internos.

Gracias a Dios sólo es eso. Desde el primer momento en que me di cuenta de lo que había pasado, me di también cuenta de que el Señor me había cuidado. Caí por una ladera de piedras, arena y vidrios rotos y sólo me hice heridas superficiales. Hasta las lentes las recuperaron intactas.

Muchas veces he caminado por ahí, por acortar, sabiendo que era peligroso, pero tratando de hacer como todos acá. ¿Por qué ahora me he caído?

Ahora estamos pasando cada día con fortaleza. Los niños lo acusan mucho, están muy inquietos, asustados de lo que me podía haber pasado. Y todo el trabajo cae sobre Isabel. La vida nos pone a prueba.

Estamos tratando de profundizar en esta experiencia. Sabemos que sólo en el Señor podremos caminar esta etapa. Esta ocasión dolorosa es oportunidad de sentir ese amor tierno del Señor y contemplar cómo se abren nuevos caminos.

Primero, la acogida maternal de los padres combonianos.  Desde el fondo de la quebrada les llamé por celular, además de a Isabel, y dos de ellos bajaron a prisa por el mismo camino arriesgado que yo. Me dieron agua, fruta, me consolaron, rezaron conmigo. Me sentí familia. En estos primeros días, mientras me fortalezca un poco, los padres nos han acogido en su casa, que están más acondicionada y cerca del hospital. Los niños, con su inquietud, son además una alegría en esta casa habitualmente tan tranquila. Van por ahí dando abrazos y haciendo cosquillas en la barriga a los padres.

Luego, las visitas de los vecinos y amigos, sobre todo los más humildes de Villa Ecológica. El vigilante de la clínica advirtió a Isabel que estaba llegando gente sospechosa preguntando por mí. En los tres días de hospital sentí que no tenía capacidad de recibir más cariño. Las vecinas que me daban con mucho cuidado la sopa mientras Isabel conversaba con los doctores. Las que traían fruta y yogur gastando lo que habían ganado en el día. Las que abrían la Biblia y rezaban por mí, como nosotros hemos hecho en sus casas cuando lo han necesitado.

Y la experiencia de detener las actividades, los proyectos tan hermosos que estábamos llevando a cabo, como la catequesis de adultos, justo a una semana de la celebración de la Confirmación. Confiar que este es un nuevo tiempo del Señor, donde Él nos está dando nuevas enseñanzas que necesitamos para ser más felices. Que Él se encargará de seguir la tarea, que para eso es suya.

Gracias siempre por estar cerca de nosotros, y mucho ánimo con su trabajo misionero.

Gonzalo Violero

El sueño de Dios en nosotros

“La posición de un discípulo misionero no es el centro sino la periferia.”

Papa Francisco

Lourdes Vieira

Me encuentro hace seis meses en esta inmensa periferia de Contagem continuando la misión que Jesús nos confió como LMC. Cuando llegué aquí, me asusté pensando en que podría ayudar, porque me di cuenta de que la comunidad caminaba pastoralmente bien, cada área con su coordinador, todo funcionaba bien.

“Pero cuando silenciamos el corazón, ¡Dios habla!”

Claro, estaba el acompañamiento vocacional de los candidatos a ser LMC, pero como sabemos los vientos no son de muchas vocaciones, sobre todo en este nuevo contexto por el que pasa nuestra economía brasileña. Pero cuando silencianos el corazón ¡Dios habla! Hay un dicho del pueblo Macua de Mozambique que dice: “Yakhala enokhala mmurimani, ekoma khoniwa” (Cuando hay ruido en el corazón no se oye el latido). Entonces, un bonito día de oración, me puse en manos de Dios y le pedí al Espíritu Santo, con mi permiso, que me pusiera al servicio de los hermanos de las afueras de Minas Gerais.

Por consiguiente, era necesario formarse en algo nuevo. Estudié Masaje terapéutico y adquirí algunas nociones de Biomagnetismo con el padre Jorge y Regina que me ayudaron con alegría.

“En los pequeños gestos me voy encontrando con la realidad de este pueblo…”

Ahora atendiendo a las personas en la Casa Comboniana y en el Centro de Estudios de las Hermanas de Pampulha, siento que sólo es necesario entregarse y el resto le corresponde a Él. La Pastoral del niño también hace parte de esta llamada, en estos días estamos terminando un curso de capacitación para los nuevos líderes, esta vez no tan preocupada por los niños malnutridos (como en Mozambique) sino por los niños con obesidad  de cero a seis años de edad. En este momento estamos trabajando con 8 grupos, ayudando a 200 familias y alrededor de 300 niños que son acompañados por la Pastoral del Niño, aquí en el área de la parroquia. En los pequeños gestos, me voy encontrando con la realidad de las personas que buscan felicidad, salud y seguridad, ¡vida en abundancia!

La misión de hoy ya no es sólo el deseo de ser misionero, sino también la necesidad de formación para los rápidos cambios que están sucediendo y no siempre estamos dispuestos a abrir de nuevo la cabeza sentarnos en los bancos de una escuela para servir mejor a los hermanos y hermanas.

Por supuesto, no podía dejar de hablar del Papa Francisco. He estado en Aparecida do Norte para una reunión de la Pastoral del Niño y pude verle de cerca, a los pies de la patrona de Brasil, y en la emoción de las palabras de nuestro pastor recé por todos los que se pierden en las drogas, las familias y por tener más vocaciones en la Iglesia. Así continuamos en esta camino, ¡juntos!

Por María de Lourdes Vieira – LMC Brasil Ipê Amarelo

 

La Pastoral del niño (Comunidad Ipê Amarelo)

Psatoral criançaLa Pastoral del niño (pastoral da criança). Celebración de la Vida en la casa de la señora Zita, ejemplo de donación al pueblo de Ipê Amarelo. Margarete y Silvia, después de trabajar toda la semana, se enfrentan al bus abarrotado, pues Ipê Amarelo está en la periferia de Contagem, MG, las dos encuentran las fuerzas  en el amor de Cristo misionero y resucitado para celebrar la vida. Este grupo cuenta también con la participación de otras dos jóvenes, Estefani y Deuslene, voluntarias del propio barrio, para juntos continuar la propuesta de VIDA en ABUNDANCIA

¡MANOS QUE CURAN, QUE LLEVAN CARIÑO, QUE BENDICEN CON EL CORAZÓN ABIERTO!

El padre Jorge Padovan, misionero Comboniano, celebró la Eucaristía y dirigió a los asistentes palabras de ánimo y agradecimiento por los trabajos en la pastoral del niño.

El grupo también reflexionó sobre la importancia de la amistad con las familias a las que se está acompañando, con la integración en el sistema de salud de cada comunidad. Para ayudar a las mujeres embarazadas es necesario que los líderes de las comunidades formen parte de los consejos de sanidad. ¡La pastoral del niño es básicamente un control social para controlar al municipio! Acción, Sanidad, Nutrición y Compromiso Social.

¡BASTAN UNAS PLANTAS DE COL!

Así, si motivamos a las familias a cultivar una pequeña huerta en los terrenos de sus casas, ya se está ayudando a mejorar su salud.

Juntos seguimos los pasos de Zilda en esta bellísima tarea de dar Vida en Abundancia.

Maria de Lourdes Vieira. LMC Brasil