Laicos Misioneros Combonianos

Segundo encuentro de Animación Misionera Guatemala–El Salvador

LMC GuatemalaEl pasado viernes 30 de junio, varios miembros de los LMC-PCA de Guatemala, fuimos enviados por nuestra comunidad a El Salvador.

El primer encuentro fue en diciembre del 2016.  En esa ocasión en la animación misionera les compartimos quien es San Daniel Comboni, quienes forman parte de la familia comboniana, quienes somos los LMC, cómo estamos organizados, y un poco de cómo, en Guatemala, La comunidad ha recorrido un camino,  siguiendo las indicaciones del directorio.

En esta segunda ocasión, la animación misionera se realizó el sábado 1 de julio, y duró desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde.

Los puntos del programa de actividades fueron los siguientes:

  • Volver a reconocer a San Daniel Comboni, la familia comboniana y el carisma que nos identifica.
  • La vocación misionera y el ser comunidad al estilo comboniano.
  • Directorio, y explicación de los módulos de formación humana, espiritual y comboniana. Así mismo a manera de testimonio, la manera en que nosotros hemos llevado la formación a lo largo ya de dos años y medio.
  • Taller pequeño de desarrollo humano para finalizar el día y explicar un poco la labor de LMC con respecto al desarrollo integral de las personas.

Frutos del encuentro:

  • Identificación y enlace con las personas que serán los contactos entre Guatemala y El Salvador.
  • Varias personas se motivaron a conocer mejor el carisma comboniano para discernir su vocación.
  • Iniciarán sus reuniones cada último sábado de mes iniciando ahora en julio.
  • De parte nuestra, un compromiso de dar acompañamiento oportuno y periódico a la semilla regada.
  • Orar por los frutos, y por nuestros hermanos salvadoreños.

Los LMC en Guatemala, creemos en el nombre de Jesús y con la intercesión de San Daniel Comboni, que esta obra que es de Dios, se va a lograr.  Los salvadoreños son personas inteligentes, luchadoras, amables, accesibles, abiertas, y sobre todo, lo más importante, es que están llenas de fe y amor a Dios y al servicio del más necesitado.

Nosotros, los guatemaltecos, sin méritos hemos gozado y compartido la misericordia de Dios, el pasado fin de semana.

“EL MISIONERO DEBE A VECES CONTENTARSE CON SEMBRAR UNA SEMILLA QUE DARÁ FRUTOS CON LOS MISIONEROS QUE VENDRÁN DESPUÉS”.

San Daniel Comboni

LMC Guatemala

LAICOS MISIONEROS COMBONIANOS PROVINCIA DE CENTRO AMÉRICA

“SANTOS Y CAPACES HACIENDO CAUSA COMÚN POR LOS MÁS POBRES Y NECESITADOS”

San Daniel Comboni

 

Asamblea Anual LMC Brasil

Asamblea LMC Brasil 2017Realizamos los días 21 y 22 de junio, en el Seminario Comboniano Propedéutico Hermano Alfredo Fiorini de Curitiba / PR, nuestra Asamblea Anual de los LMC de Brasil.

El tema: “Celebrar 20 años de la ALMC con osadía y compromiso misionero” nos ha ayudado a retomar nuestra historia y nos proporcionado un momento privilegiado de intercambio, de compartir, de convivencia y de celebración en este año que cumplimos 20 años de la creación de la Asociación Laicos Misioneros Combonianos – ALMC.

En el contexto de los 150 años de fundación del Instituto Comboniano, tuvimos la gracia de tener presente con nosotros al provincial MCCJ, padre Dario, que nos ayudó a reflexionar con un panel comparativo entre algunas intuiciones fundamentales de Comboni y del papa Francisco. También la alegría de contar con la presencia de la Hermana Nilma de Jesús, provincial de las Hermanas Misioneras Combonianas de Brasil, que compartió elementos esenciales del camino misionero. Como Familia Comboniana reunida se reaviva en nuestro ser la Misión como relación, cercanía, llegar a los retos planteados, ya sea en el mundo de nuestras periferias, de las prisiones, de los sin tierra, de los pueblos indígenas, de los sin voz y sin posibilidades; de los que están al margen. Vivimos un gran encuentro de fraternidad, pues debido a las distancias y las realidades en que estamos insertos, no es posible vernos con la frecuencia que nos gustaría. Es un momento privilegiado de alimentar la mística, rehacer las fuerzas, reforzar los lazos y reflexionar sobre nuestra fe e identidad misionera.

Cada día se renueva la invitación de abrirse al otro, de ampliar horizontes, de ponerse en camino, de compartir fe y vida, de ser signo. Nuestra vocación misionera nos impulsa a salir de nuestra realidad, romper fronteras, ir al encuentro de Dios junto a los últimos, celebrar la esperanza y hacerse familia con la humanidad.

Hemos tenido la oportunidad de conversar sobre la actual coyuntura de la ALMC, sus avances y dificultades. Una caminata que se va consolidando, a pesar de las fragilidades. Así reconocemos este tesoro que traemos con nosotros y nuestra responsabilidad en continuar animando misioneramente a la Iglesia y despertando a todos y todas para nuestro compromiso de bautizados.

El punto culminante del encuentro fue la Misa de Acción de Gracias por los 20 años de la ALMC celebrada en la Parroquia de Santa Amelia, gran apoyo en el camino de los LMC de Brasil desde sus inicios en 1995. La acogida de la pareja LMC formada por Liliana y Flávio, que están de camino a Maranhão, región de Piquiá, y su compartir misionero tocaron de modo especial a todos los presentes y en una gran confraternización celebramos y compartimos los nuevos proyectos cosidos por alegrías, también lágrimas, sueños y deseos.

Salimos con algunas metas marcadas y el deseo de trabajar más en sintonía como Familia Comboniana, sea en la Misión como en la Animación Misionera, fortaleciendo los grupos de Espiritualidad Comboniana existentes en Curitiba y Balsas y en otros lugares donde el Espíritu sopla. También nos sentimos en comunión con el camino LMC Internacional y con nuestros hermanos y hermanas esparcidos en más de 20 países por el mundo y con los que en el 2018 tendremos la Asamblea Internacional LMC.

Que en la gracia de la celebración de los 300 años de la Madre Aparecida, inspirados por San Daniel Comboni en el seguimiento de Jesucristo y unidos al camino misionero de la Iglesia de Brasil y del mundo, nos disponemos a cuidar y hacer florecer cada día el llamado misionero de la vocación comboniana. ¡Estamos juntos!

Laicas y Laicos Misioneros Combonianos de Brasil.

Comunicado encuentro de la Familia Comboniana a nivel general

El día 2 de junio de 2017, se celebró en Roma en la Casa General de las Misioneras Combonianas, la reunión anual del Comité Central de los Laicos Misioneros Combonianos y los Consejos Generales de los Combonianos, las Misioneras Seculares Combonianas y las Hermanas Misioneras Combonianas. Un día completo, vivido con momentos de oración, intercambio, reflexión, programación, comidas juntos y la Santa Misa. Los MCCJ acababan de terminar su Simposio con motivo de los 150 años de su fundación, y por lo tanto han compartido con todos nosotros los frutos y las provocaciones recogidas durante el simposio.

Quince años después de la carta escrita conjuntamente por los tres Consejos Generales sobre la “Colaboración para la Misión” queríamos ahora retomar las intuiciones, reconociendo el camino hecho, reforzando determinados aspectos y explorando nuevas propuestas de cooperación. Los Laicos Misioneros Combonianos son una parte integral de la Familia Comboniana que ahora también quiere abrirse a nuevas formas de laicado Comboniano que surgen en las distintas realidades.
La publicación, en definitiva, de dos cartas, una para todos los miembros de los Institutos y otra para los encargados y encargadas de la formación recogerá el trabajo y las directrices que hemos trabajado durante este día.

familia comboniana

Consejeros Generales de MCCJ, SMC, MSC y el Comité Central de los LMC

“Romper el cordón umbilical”

Un comentario a Mt 10, 37-42 (XIII Domingo ordinario, 2 de julio de 2017)

Este domingo leemos cinco versículos del capítulo décimo de Mateo en el que se nos habla de la misión que Jesús encomienda a sus discípulos. Jesús les advierte que las cosas se pueden poner duras y difíciles y que deben preparase para una fidelidad a toda prueba, libres incluso ante la propia familia o la propia vida. Por otra parte, Jesús afirma que quien hace un pequeño gesto de acogida a sus misioneros, se hace a sí mismo parte de esa misión.
Veamos con un poquito más de detalle.

1. Antes de proseguir, aclaremos una expresión que puede resultarnos falsamente escandalosa. Se trata de la expresión que en algunas biblias dice: “Si alguno no odia a su padre y a su madre…”. A este propósito la Biblia de Jerusalén, una de las principales ediciones de la Biblia, afirma que se trata de un “hebraísmo”, es decir, un dicho coloquial propio de la cultura hebrea que, como otros tantos que hay en español, no hay que entender literalmente, sino buscar su fuerza expresiva. Y la Biblia de Jerusalén explica; “Jesús no pide odio, sino desprendimiento completo e inmediato”.

2. El desprendimiento de la familia, por el contrario, es una actitud necesaria, no sólo para seguir a Jesús, sino también para madurar como personas. Se sabe que algunos hijos nunca abandonan la protección de las “faldas de la mamá” y eso les impide crecer y desarrollar su propia vocación; por ejemplo, les impide realizarse en el matrimonio o en una vocación religiosa… La familia es algo muy valioso, que nos da la vida, nos sostiene y nos abraza con un amor gratuito y hermoso. Pero no podemos quedarnos en eso. Cada uno de nosotros tiene que “romper el cordón umbilical” y construir su propia historia. Y parte importantísima de esta historia es nuestro seguimiento de Jesús, para lo cual necesitamos ser libres y desprendidos incluso de afectos muy queridos. Los misioneros, que parten a tierras lejanas, conocen bien esta experiencia.

3. Pero Jesús dice más: A veces hay que saber renunciar incluso a la propia vida, porque sólo quien pierde la vida la ganará. De hecho, las personas que tienen miedo de arriesgar la propia vida terminan por no vivirla de manera completa. También para seguir a Jesús hay que saber arriesgar. Un misionero, por ejemplo, puede exponerse a enfermedades, como la malaria, o a peligros de conflictos y guerras, pero eso mismo le permite vivir plenamente una historia de amor y entrega que le da “más vida”. Lo mismo se puede decir de una madre que se “desvive” por sus hijos: pierde la vida, pero la recupera más plena de amor.

4. En esa misma línea, hay que entender el gesto de acoger generosamente a los apóstoles de Jesús, con “un vaso de agua”. El que se encierra en sí mismo nunca será capaz de acoger la riqueza que supone otra persona. Sin embargo el que sabe salir al encuentro del otro, no sólo ayuda al otro, sino que se enriquece él mismo. Por eso “el que recibe a un profeta”, él mismo participa de la condición de profeta; el que recibe a un “enviado de Jesús”, él mismo participa de la misión de Jesús.
Todo lo que leemos en los evangelios nos presenta a un Jesús que ama la vida, que sabe gozar de la vida y de los bienes de este mundo. Jesús no es un anacoreta que desprecia la vida o los bienes de este mundo. Pero Jesús es libre y se muestra disponible a renunciar a todo con tal de cumplir la voluntad del Padre.

Ojalá el Espíritu nos haga comprender esto y hacer de nosotros personas libres, capaces de desprendernos de cualquier cosa que nos impida seguir a Jesús y amar plenamente.

P. Antonio Villarino
Bogotá

Compartir la vida y los saberes

saberes¿Qué tiene en común una señora rusa con formación universitaria, de más de 70 años, y una señora de Guinea-Bissau, con cerca de 50 años, sin ninguna formación escolar? Pues en este caso que ambas se encuentran en Portugal, viven en un barrio periférico de la gran Lisboa y desean aprender portugués.
Y es que en la Quinta das Mós, en un espacio cedido por el Ayuntamiento para uso de la Parroquia de Camarate, y a partir de la necesidad concreta de estas dos personas, nace el proyecto de alfabetización de adultos.
Basado en el método de Paulo Freire, adaptándolo a esta realidad específica, iniciamos las clases en las tardes. Los niveles de aprendizaje y las necesidades son muy diferentes. Pero en este método, que busca el aprendizaje a partir de la realidad, y permite a la persona tener una mirada crítica sobre sí misma, posibilita esa interacción, y más que eso, la solidaridad entre las personas involucradas.

Poco a poco otras personas se van uniendo al grupo, y se abre una nueva clase por la mañana, ya que algunas de las interesadas trabajan por la tarde. El movimiento es constante. Hay abandonos por cuestiones de trabajo, de salud, de casa.
Las dos clases están formadas por mujeres. Un grupo termina, continúan tres. Las dos del principio y otra chica, más joven, que estudió sólo hasta segundo de primaria.
Las clases son más que letras y palabras. Son conversaciones, compartir dificultades, apoyos, ayuda en la gestión de documentos, encontrar pisos para alquilar, traducir conversaciones, aclarar dudas del día a día, mejorar la pronunciación… Una precisa salir de donde está, la otra tiene una habitación para alquilar; Una quiere aprender costura, la otra sabe y se dispone a enseñar; Una recibe alimentos, comparte con la otra que no tiene ningún salario… ¡Y así seguimos, compartiendo la vida y los saberes, promoviendo el aprendizaje y la valorización de la persona, el compartir y la solidaridad! “Salvar África con África”!

LMC Flávio Schmidt