Laicos Misioneros Combonianos

Sólo dos pequeñas manos

Ethiopian children in Fullasa

En el evangelio de Mateo (Mt 18, 1-5, 10, 12-14), en respuesta a la pregunta “quien es mayor en el reino de los cielos”, Jesús llama a un niño pequeño junto a él. El presenta al niño como modelo de cómo debemos acercarnos y confiar en Dios.

Una historia de Rafael González, un comboniano que trabajó en Kenia, acudió a mi mente cuando escuche este evangelio.

“Había 120 niños pobres y hambrientos en la escuela infantil de la misión, situada en el semidesierto del norte de Kenia donde yo vivía. Ellos recibían allí su única comida del día. A medio día los más pequeños se colocaban en fila para recibir la comida. Latas viejas, cuencos de madera o solo dos pequeñas manos recibían una modesta cantidad de gachas hechas con harina de maíz hervido con agua.

Una niña llamada Namoe, que caminaba de muy lejos cada día para asistir a la escuela, llenaba su pequeña lata de judías cada día. Pero a diferencia del resto de los niños, que se comían la comida allí mismo, Namoe se alejaba de la misión con su lata llena.

Un día la seguí a cierta distancia. Ella caminaba y caminaba con las gachas en la mano. A pocos kilómetros de la escuela, se encontró con su madre y su hermana menor, sentadas en una sombra junto al camino.

Namoe se sentó. Colocó su pequeña lata de gachas en el medio. Ella compartió su única comida del día con su madre y su hermana.”

Que hermoso acontecimiento de amor presenció Rafael aquel día. Y a mí me habla de un modo especial de las palabras de Jesús hoy: “a menos que cambies y te hagas como un niño, no entrarás en el reino de los cielos”.

Maggie, Mark, Emebet, Isayas y Therese Banga, Laicos Misioneros Combonianos, Awassa, Etiopía

2 comentarios en «Sólo dos pequeñas manos»

  1. Estamos demasiado preocupados por cosas superficiales, que si tengo esto, que no tengo aquello, olvidándonos que nuestros hermanos, apenas se pueden llevar un pan a la boca… como decía un escrito peruano, hay mucho por hacer.
    Gracias a los Misioneros Combonianos.

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    • Tienes mucha razón Graciela. Andamos preocupados por tantas cosas sin importancia, nos engañan en la publicidad para que creamos que “ser” es “tener”.
      Esta niña nos da una lección a todos, haciéndonos ver lo realmente importante en la vida.
      Ojalá sepamos seguir su ejemplo y hacernos como niños.
      Gracias a todos aquellos que ofrecen su vida para que haya “Vida en abundancia”.

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