Laicos Misioneros Combonianos

El sueño de Dios en nosotros

“La posición de un discípulo misionero no es el centro sino la periferia.”

Papa Francisco

Lourdes Vieira

Me encuentro hace seis meses en esta inmensa periferia de Contagem continuando la misión que Jesús nos confió como LMC. Cuando llegué aquí, me asusté pensando en que podría ayudar, porque me di cuenta de que la comunidad caminaba pastoralmente bien, cada área con su coordinador, todo funcionaba bien.

“Pero cuando silenciamos el corazón, ¡Dios habla!”

Claro, estaba el acompañamiento vocacional de los candidatos a ser LMC, pero como sabemos los vientos no son de muchas vocaciones, sobre todo en este nuevo contexto por el que pasa nuestra economía brasileña. Pero cuando silencianos el corazón ¡Dios habla! Hay un dicho del pueblo Macua de Mozambique que dice: “Yakhala enokhala mmurimani, ekoma khoniwa” (Cuando hay ruido en el corazón no se oye el latido). Entonces, un bonito día de oración, me puse en manos de Dios y le pedí al Espíritu Santo, con mi permiso, que me pusiera al servicio de los hermanos de las afueras de Minas Gerais.

Por consiguiente, era necesario formarse en algo nuevo. Estudié Masaje terapéutico y adquirí algunas nociones de Biomagnetismo con el padre Jorge y Regina que me ayudaron con alegría.

“En los pequeños gestos me voy encontrando con la realidad de este pueblo…”

Ahora atendiendo a las personas en la Casa Comboniana y en el Centro de Estudios de las Hermanas de Pampulha, siento que sólo es necesario entregarse y el resto le corresponde a Él. La Pastoral del niño también hace parte de esta llamada, en estos días estamos terminando un curso de capacitación para los nuevos líderes, esta vez no tan preocupada por los niños malnutridos (como en Mozambique) sino por los niños con obesidad  de cero a seis años de edad. En este momento estamos trabajando con 8 grupos, ayudando a 200 familias y alrededor de 300 niños que son acompañados por la Pastoral del Niño, aquí en el área de la parroquia. En los pequeños gestos, me voy encontrando con la realidad de las personas que buscan felicidad, salud y seguridad, ¡vida en abundancia!

La misión de hoy ya no es sólo el deseo de ser misionero, sino también la necesidad de formación para los rápidos cambios que están sucediendo y no siempre estamos dispuestos a abrir de nuevo la cabeza sentarnos en los bancos de una escuela para servir mejor a los hermanos y hermanas.

Por supuesto, no podía dejar de hablar del Papa Francisco. He estado en Aparecida do Norte para una reunión de la Pastoral del Niño y pude verle de cerca, a los pies de la patrona de Brasil, y en la emoción de las palabras de nuestro pastor recé por todos los que se pierden en las drogas, las familias y por tener más vocaciones en la Iglesia. Así continuamos en esta camino, ¡juntos!

Por María de Lourdes Vieira – LMC Brasil Ipê Amarelo

 

Experiencia comunitaria de los LMC en Polonia

CLM PolandEl 4 de noviembre tres Laicas Misioneras Combonianas comenzamos la última fase de formación para partir a misión.

Es un tiempo de experiencia comunitaria. Ahora formamos nuestra pequeña comunidad, viviendo en la casa de los Misioneros Combonianos en Cracovia. El objetivo de estos cuatro meses que estamos viviendo juntas, es prepararnos para salir a misión a Uganda, adonde iremos el próximo año.

La experiencia comunitaria es un tiempo para crecer en la fe y enriquecernos mutuamente. Será una experiencia muy interesante para nosotras, pues tendremos la oportunidad de conocernos los unos a los otros, aprender a vivir juntos, compartir las alegrías y las penas.

Esta última fase de la formación es muy activa y con muchas y diversas actividades – ¡así que tenemos muchos planes! Adquiriremos el conocimiento necesario, pero también nos comprometeremos en varias actividades. Lo primero de todo es continuar creciendo y profundizando en nuestra fe. Hemos comenzado un curso de Biblia y teología, que busca ampliar el conocimiento de la fe, la religión y la Biblia. La formación que recibamos nos servirá tanto para el trabajo en misión como aquí en Polonia.

También estamos conociendo mejor la figura de S. Daniel Comboni, su espiritualidad y carisma, aprendiendo cómo amar a la gente, los que están cerca de nosotros – los más pobres y abandonados. Hay cosas que sólo las puedes aprender mediante acciones o actividades específicas, por eso comprometernos en trabajos voluntarios es muy importante. Cada una de nosotras hará voluntariado en distintas instituciones, porque la ayuda comienza aquí, a nivel local. Debemos ser capaces de ver a aquellos que están cerca.

El aprendizaje de la lengua también es muy importante. El inglés es la lengua oficial en Uganda, así que estamos estudiándolo ahora en Polonia para evitar la barrera del idioma. También participaremos activamente en la animación misionera y en encuentros y retiros con los Misioneros Combonianos.

Los últimos meses antes de partir son una locura, porque tenemos que hacer un montón de cosas formales. Tenemos que encontrarnos cada una con nuestros obispos para informarles de nuestra partida. También estamos visitando un centro de Formación Misionera, donde podemos conocer a otras personas que se preparan para salir a misión (laicos, padres y religiosas).

Así que tenemos un montón de trabajo. Sabemos que cuatro meses pasan muy deprisa y tendremos que decir adiós. Esperamos que este tiempo de experiencia comunitaria sea bueno para todos – tiempo de trabajar, estudiar y crecer espiritualmente. Os pedimos a cada uno que recéis por nuestra comunidad y por cada una de nosotras.

Asia Owanek, Laica Misionera Comboniana

Ecos del encuentro: El Reino de Dios: ¿mito o realidad?

“El Reino de Dios es una realidad en continua construcción en cada uno de nosotros”

Semente

La casa de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús acogió el pasado fin de semana en Lisboa, a los laicos que iniciaron su formación el pasado mes de septiembre, durante las Jornadas Misioneras en Fátima.

Fueron días intensos y de una gran riqueza, gracias a los formadores, la Hna. Comboniana Carmo Ribeiro y el Laico Misionero Comboniano Pedro Moreira.

El tema escogido para la reflexión fue: “El Reino de Dios: ¿mito o realidad?”. Fue del agrado general y dejó seguramente el dulce sabor de que el Reino de Dios es una realidad siempre en construcción en cada uno de nosotros, y  que va más allá de la propia Iglesia, donde exista,  entre otras cosas, amor, perdón, alegría, humildad, … semillas del Verbo, que por pequeñas que puedan ser, el Espíritu siembra dónde y cuándo quiere.

El Reino de Dios es la meta final de todos los hombres y mujeres.

El Reino de Dios es el propio Jesús, y por tanto el Reino de Dios es Amor.

Gracias a todos y todas por la acogida tan generosa, por todo lo que nos transmitieron y enseñaron y por el bonito testimonio de Vida y de Amistad.

S. Daniel Comboni tenía razón cuando dijo “No temáis, yo muero, pero mi obra no morirá”

Por Rufina Garcia