Laicos Misioneros Combonianos

Kitelakapel, nuestra nueva misión

Kenia

En los últimos años, nosotros, como LMC de Kenia, hemos estado en proceso de formación para convertirnos en miembros de pleno derecho del movimiento de los Laicos Misioneros Combonianos. Nos alegra decir que muy pronto, cuatro de nosotros nos convertiremos en miembros de pleno derecho del LMC. Estamos encantados de tener este progreso en nuestro grupo.

En este sentido, hemos comprendido la necesidad de establecer una misión LMC en Kenia en la que nosotros y otros miembros internacionales del LMC podamos dedicarnos al servicio misionero. Por lo tanto, estamos emocionados de mostrar nuestro progreso en la construcción de una casa para el LMC en Kitelakapel, en el condado de West Pokot, aquí en Kenia. La misión estará dentro de la Parroquia Católica de Kacheliba. La construcción está siendo supervisada por los MCCJ ya que nosotros, como LMC Kenia, estamos todavía en nuestras primeras etapas de crecimiento.

Se han hecho grandes avances en la construcción. No sólo se han desarrollado los planos y se han fabricado los ladrillos, sino que también ha comenzado la construcción de la casa. Además, se ha perforado un pozo para garantizar la disponibilidad continua de agua para la residencia. Ya tenemos dos miembros de Kenia que se dirigirán a Kitelakapel para realizar labores misioneras una vez que se hayan completado todas las obras. Además de esto, tenemos nuestro primer miembro internacional del LMC, Linda, que se une a nosotros desde Italia. Estamos muy contentos de darle la bienvenida y comenzar oficialmente el trabajo misionero como comunidad internacional. Esperamos ver este proyecto terminado y tener nuestra primera Misión LMC.

LMC Kenia

¡América Tu vida Es Misión ¡

LMC Guatemala

Con mucha alegría escribimos nuevamente, con un corazón abatido por dejar Brasil, una hermosa comunidad y personas generosas, pero con entusiasmo y esperanza por regresar a Guatemala.

Entre reencuentros con la familia, amigos y amigos de nuestras comunidades y parroquia nos sentimos acogidos y amados, entre llamadas y mensajes a larga distancia con nuestros queridos amigos “mineiros”, iniciamos nuestro proceso de reinserción; a pesar de ser nuestro país de origen nos hemos ido reubicando, reconociendo lugares y personas, asombrándonos de los cambios en los niños y jóvenes y ellos también de los nuestros.

Hoy regresamos con un corazón lleno de muchos aprendizajes, de momentos vividos llenos del amor y misericordia de Dios, pero especialmente con una purificación personal que sabemos que aún continua.  Venimos con mucha fuerza y energía para trabajar por el Reino de Dios, para contarle a todos lo que hemos visto y oído, todo lo que Dios nos ha enseñado.

En esa alegría nuestra comunidad LMC de Guatemala nos organizó una misa y una reunión de bienvenida, “tiraron la casa por la ventana” como el buen guatemalteco diría. Fue una acogida muy reconfortante y lo mas importante a reconocer es que tenemos una comunidad que ha estado apoyándonos en todo momento, con sus dificultades y desafíos, pero es una certeza que esta obra de Dios no es mas que una obra hecha en comunidad con las manos y rodillas de muchos.

Hoy que iniciamos nuevamente nuestra vida como familia, con otra forma de ver las cosas y las realidades, con un corazón que pide justicia y paz. Nos encomendamos a sus oraciones, también nos unimos en oración a todos aquellos que están por partir o que están en misión, para que todo juntos en esa unidad, podamos encontrarnos con el verdadero rostro de Cristo y tener sus mismos sentimientos.

Que San Daniel Comboni siga intercediendo por las necesidades de todos los misioneros y siga tan actuante al lado del Señor para que mas vocaciones religiosas y laicas sean redescubiertas y encaminadas.

¡Que viva la misión! ¡Que viva la familia! ¡Que viva San Daniel Comboni!

Familia Camey Figueroa, LMC Guatemala

Celebrar el Domund con nuevos candidatos a LMC

Domund

El fin de semana que se celebraba el Domund a nivel mundial tuvimos la suerte de realizar un encuentro con algunas personas que se han acercado al grupo LMC de España para conocernos y realizar un discernimiento vocacional.

Siempre es una suerte poder compartir nuestra vocación y, en la medida de nuestras posibilidades, servir de ayuda en el camino vocacional de nuevos misioneros.

Creemos que en este tiempo de Pandemia muchas cosas pararon, pero no así el Espíritu que siempre está presente y no descansa. Si el Señor sigue llamando nuevos obreros a su mies, nosotros queremos estar abiertos a acompañar este camino en la medida de nuestras posibilidades.

El año pasado tuvimos varios encuentros online con el grupo pero finalmente este año, y dado que los niveles de contagio de la pandemia han descendido, nos animamos a realizar un encuentro presencial donde todos nos pudiéramos encontrar. Siempre manteniendo las medidas de prevención necesarias en estos tiempos.

Fue un bonito fin de semana donde nos desplazamos de todas partes del país para compartir el tiempo, para compartir lo que nos ha traído y comenzar a caminar.

En el inicio del año nos parece importante establecer el camino propuesto, el calendario de encuentros y la temática que ofrecemos. Sabemos que es un esfuerzo para todos el desplazarse, el preparase los temas, el liberar los diferentes fines de semana de los encuentros para poder participar, pero creemos que debe ser un camino serio. Requiere de un esfuerzo por parte de todos, pero si el Señor nos llama la respuesta debe ser también seria y comprometida.

El fin de semana lo dedicamos a conocernos más, a empezar a trabajar sobre nuestra línea de vida, nuestra historia de vida con el Señor y los acontecimientos que nos han traído a este momento vital. También a entender nuestra relación con Dios, pues de eso trata discernir una vocación.

Esperamos haber establecidos las bases del camino a recorrer. Este camino se hará con encuentros presenciales y online pero también con el acompañamiento personalizado de cada candidato y el poder participar tanto en encuentros de zona como en encuentros nacionales con el resto de LMC de España.

Como nos tocó el día del Domund, no pudimos sino compartir nuestra alegría con la parroquia Santa Angela de la Cruz en Madrid que nos acogió para dicho evento. Pudimos ayudar a animar la celebración, trayendo algo de nuestra vida en África y América Latina, acercando la realidad de alguno de estos países y nuestras experiencias vitales.

Preparamos la celebración entre candidatos y LMC junto al coro (que nos hizo un bonito regalo sorpresa) y los catequistas de la parroquia. Creo que fue un momento bonito y participativo donde los niños y niñas así como el resto de la comunidad puedo acercarse de manera diferente a este Domund.

Seguimos pidiendo para que el Señor siga llamando a nuevos misioneros y para que nosotros sepamos acompañarles en su camino vocacional.

Sigue habiendo mucha necesidad de misioneros y misioneras, así que os animamos a cualquiera que sienta esa llamada a acercarse a alguno de nuestros grupos y hacer un camino vocacional. Sepamos decir Sí como Maria.

Un saludo a todos y todas.

Alberto, LMC España

Cuenta lo que has visto y oído

Domund

En este mes misionero la Iglesia nos vuelve a animar a ser testigos.

Domund

Nosotros como misioneros presentes en varios continentes somos testigos de una humanidad que quiere vivir plenamente y ser feliz.

Somos testigos de las desigualdades que se extiende por todos los continentes, de la acumulación por parte de algunos que no quieren mirar hacia sus hermanos y hermanas, así como las dificultades de muchos por tener lo más básico.

Pero sobre todo somos testigos de la generosidad y solidaridad que se da entre las personas. Cuando compartimos las dificultades también nos abrimos a compartir la salida de la misma, para compartir las posibilidades de mejora, para compartir lo que tenemos y sobre todo lo que somos.

Como humanidad necesitamos el calor humano, los unos de los otros. Esta pandemia nos ha obligado a alejarnos físicamente en muchos momentos para protegernos, pero sabemos que nada reconforta tanto como un abrazo. En un abrazo expresamos la cercanía y complicidad con la vida del otro, con el sufrimiento del otro, con las alegrías del otro.

Somos testigos de cómo en medio de las dificultades surge la generosidad. Claro que nos abruman las miserias a las que se ven sometidas tantas personas, pero no nos podemos paralizar por esa visión. No debemos cerrar los ojos sino actuar.

Pero no podemos reducir la persona a sus dificultades y olvidar lo mucho que hemos vivido en tantos países y con tantas culturas. La generosidad del que ofrece todo lo que tiene, la apertura de sus casas frente al que viene de fuera, la bienvenida alegre del que se nota extranjero, la capacidad de recuperación y resiliencia que hace a las personas salir cada día a buscarse un futuro mejor para sus familias, el esfuerzo por estudiar y aprender cada día…

Por eso en este mes donde se vuelve la mirada a la misión queremos ser testigos del Dios de la Vida, de cómo su Espíritu se hace presente y llena de Vida las comunidades de las periferias del mundo. Queremos ser testigos de Jesus de Nazaret que camina cada día con el que más le necesita, aun cuando a veces ni somos capaces de percibir su presencia.

Os animamos a todos y todas a dar un paso adelante y comprometernos con la vida. La Vida en abundancia que trae Jesús para toda la humanidad.

Pongamos cada uno nuestro granito de arena.

No podemos callar lo que hemos visto y oído. Hechos 4,20.

Alberto de la Portilla, LMC