Laicos Misioneros Combonianos

No te cierres a tu propia carne

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El pasado 6 de febrero 15 personas murieron en la playa de El Tarajal, en Ceuta. Algunos medios de comunicación dijeron que eran indocumentados, subsaharianos, inmigrantes… pero en el fondo eran 15 personas, con 15 historias, con sus 15 familias. Cada una de ellas con su dignidad, con sus derechos y sobre todo con su vida. A raíz de lo que ocurrió ese día se ha producido un gran revuelo, sobre todo porque a nivel político unos y otros se echan las culpas e intentan sacar partido del suceso.

El Arzobispo de Tánger, Monseñor Santiago Agrelo publicó una carta que no tiene desperdicio y que recogemos a continuación.

 Y el Señor dijo: Comparte tu pan y brillará tu luz

No hace falta que nadie lo interprete, pues está dicho para que lo entiendan incluso los niños: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo”.Y después del mandato al alcance de todos, por si hiciese falta, se añade la razón que lo sostiene: “No te cierres a tu propia carne”. ¡El hambriento, el pobre sin techo, el desnudo, son “nuestra propia carne”!

No te cierres a tu propia carne”: Este único conocimiento bastaría para que fuese otra la política de las fronteras, otra la lógica de nuestros razonamientos, otra el motivo de nuestras manifestaciones, otra la matriz de nuestras preocupaciones, de nuestras aspiraciones, de nuestras quejas, de nuestras opciones.

No te cierres a tu propia carne”: Si entras por el camino de esta sabiduría, “romperá tu luz como la aurora”, delante de ti irá la justicia, detrás irá la gloria del Señor, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”.

No te cierres a tu propia carne”, y el pan que compartes con el hambriento, te hará luz para el indigente, como es luz para ti el que, con su vida en las manos como un pan, dijo: “Esto es  mi cuerpo, que se entrega por vosotros”.

No te cierres a tu propia carne”: Sienta a los pobres a la mesa de tu vida, y tú serás para ellos la luz con que Dios los ilumina.

Y a cuantos una y otra vez me recuerdan que la Iglesia no es una ONG, una y otra vez les recordaré que los pobres son “nuestra propia carne”, y que nuestro pan es su propio pan, y que la Iglesia es su propia casa.

Feliz domingo

Otras Cartas publicadas por Mons. Agrelo en estos días acerca de la inmigración:

Carta Emigrantes

Opción por Dios opción por los pobres

Más información en la página web de la Diócesis de Tánger.

Y también podéis seguir a Monseñor Santiago Agrelo a través de Facebook

Poner los pies en las huellas del Fundador

ComboniSan Daniel Comboni nació el 15 de marzo de 1831, en Limone sul Garda, Italia. En la escuela del sacerdote Nicolás Mazza, en Verona, descubrió sus principios fundamentales: la santidad, la búsqueda de la verdad y el ímpetu misionero. Fundó los institutos de los combonianos y las combonianas que hoy están un poco por todo el mundo anunciando el Evangelio entre los más pobres y abandonados. Hace diez años, Comboni fue proclamado santo. Publicamos una guion que nos ayude en la celebración como Familia Comboniana a poner los pies sobre las huellas del santo Fundador.

ORACIÓN COMBONIANA

15 de marzo 2014

Celebramos el aniversario de Comboni durante la Cuaresma, donde todo en la Palabra nos llama a la conversión, a despertar del sueño, a dedicarnos a las obras de la luz. Comboni, hombre de fe, supo despertar y dejarse iluminar por Cristo, y también supo despertar el mundo que le rodeaba con su incansable y apasionada animación misionera.

Hoy, en el contexto de la celebración del décimo aniversario de su canonización, nos unimos en oración con la Familia Comboniana, para invocar al Dios de la luz sobre cada uno de nosotros y sobre todos los pueblos que viven en la “sombra de la muerte” debido a las guerras, la injusticia, la pobreza y la opresión. Con Comboni, le pedimos que nos despierte del sueño.

Celebración litúrgica

Canto

De la Carta de San Pablo a los Efesios (5, 8-14)

Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia. Es verdad que resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente.  Pero cuando se las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará.

Palabra de Dios

Carta de Comboni a cada uno de nosotros

Yo estoy con ustedes, vivo la sed de agua viva y el deseo de REGENERAR. Rezo con ustedes.

Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará”.

Sí, es el momento de despertar, de dejarse despertar por el Resucitado, que siempre se adelanta a nuestros días y nos muestra la aurora de nuevos horizontes. Despertar, abrir las puertas de nuestra vida para dejar entrar la vida de Dios a través de la vida de la humanidad.

Despertad del sueño, poned vuestros pies en las huellas que nuestros pueblos están dejando en el surco de la vida para cosechar la época de la esperanza Pascual que con sabiduría y de mil maneras continúan indicando, siendo testigos y compartiendo con nosotros.

Despertad con el canto de esperanza que tiene el coraje de cantar en la noche oscura.

Despertad del sueño de la mediocridad para hacer eco de la buena noticia de Isaías, preludio del Evangelio: ” No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas; yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto y ríos en la estepa” (Isaías 43: 18-19).

Despertad con el grito de los empobrecidos, oprimidos, excluidos, olvidados, los que tienen hambre y sed de justicia, aquellos que todavía no conocieron la esperanza anunciada por Cristo Jesús.

Despertad a la brisa del viento para abrir vuestros oídos y comprender el eco de la sabiduría de vuestros pueblos que os mantienen en el día a día, el eco de vuestras Iglesias locales que vibran con la vida nueva, el eco del testimonio fiel y mártir de tantas hermanas y hermanos de ayer y de hoy. Permaneced vivos como la semilla que se pudre en el suelo, pero tiene en sí misma el poder para generar vida.

Permaneced despiertos y atentos como las mujeres en la mañana de Pascua, las únicas que fueron al sepulcro, movidas por el valor de una fe que sabe ver más allá de la piedra que bloquea la vida.

San Daniel Comboni:

“… Ahora no hay hora o momento que no piense en vosotros” (Escritos 162). Vosotros sois mi herencia…

Canto

Pregunta para la reflexión:

¿De qué apatías sientes que Comboni te pide que despiertes para llevar adelante su Obra con pasión, alegría y radicalidad?

Breve silencio

Compartir

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús y Padre Nuestro…

Oremos juntos:

¡Gracias, Daniel!

Porque creíste en tu sueño.

Tú nos enseñas que es posible ver África a través de los ojos de Dios.

Gracias porque viste y permaneciste fascinado con los africanos viéndolos con el rayo puro de la fe, una mirada de hermano y no de imperialista o esclavista.

Creíste en las capacidades humanas de los africanos, y viste ya a África protagonista de su proceso de liberación.

Tu sueño era el sueño de Dios, tú que creíste y nos enseñas a creer.

Tu vida nos habla de dos encuentros fundamentales:

El primero con Dios y el segundo con los africanos.

Fuiste testigo audaz de la exploración de África y no permaneciste indiferente, ni te refugiaste en un conformismo desesperado mas sentiste dentro la llama de la liberación y quisiste hacer historia con los africanos. Su causa se ​​convirtió en la tuya.

El Espíritu te susurró un Plan sabio:

La regeneración de África por la propia África, y fue primavera, fue fuerza, fue pasión, fue liberación integral.

Gracias porque tu sueño nos ilumina hoy frente a los proyectos neo-imperialistas que continúan a abrir la brecha entre el Norte y el Sur del mundo.

Tu sueño nos guía y nos hacen tomar una posición frente al dios-dinero, frente al ídolo que deshumaniza a las personas.

Hoy en día estamos inmersos en una humanidad perdida y débil, y tú nos invitas a creer en la humanidad, a anunciar a Jesucristo con pasión y credibilidad.

No es fácil vivir en un mundo plural y dividido pero tú nos demostraste que el amor lo puede todo.

Te pedimos que nos mantengas unidos a ti y entre nosotros, tus hijos e hijas, para que permanezcamos fieles al sueño de Dios.

Que nuestras diferencias sean fuente de riqueza y creatividad.

Gracias, Daniel, por creer en tu sueño.

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2014

cuarema papaEl Papa Francisco ha hecho público su mensaje para la Cuaresma de este año. En el texto ofrecido por Francisco, que toma como lema un fragmento de la Carta de San Pablo para los Corintios -“Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (Cor 8,9)- el Pontífice reflexiona acerca de la “pobreza que enriquece” desde el punto de vista de Cristo, y de las diferentes formas de pobreza que la humanidad sufre en el momento actual.

La pobreza de Cristo es para el Papa una pobreza que “libera y enriquece” y muestra su “confianza ilimitada en Dios Padre”. “Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos; podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo”, afirma el Papa. En este texto, Francisco también alerta contra tres tipos de miseria: “miseria material, moral y espiritual”, que aquejan al ser humano.

 Según nos dice el Papa en este mensaje de Cuaresma, Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza. Y Jesús, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre, para que nosotros nos sintamos hermanos de todos los que sufren, de los necesitados, de los últimos, que son los preferidos de Dios.

El Papa nos invita en su mensaje a que la Cuaresma sea un tiempo para despojarse, para  preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. Sin olvidar que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfiemos de la limosna que no cuesta y no duele.

Texto completo del mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2014

Desde el silencio

Retreat Centre

Maggie y yo hace poco que nos hemos tomado un tiempo para hacer un retiro de 10 días en silencio en el centro de retiros Galilea, que está junto a un lago en un cráter volcánico en las tierras altas de Etiopia. Maggie y yo no solo estuvimos en silencio con el resto de personas,  sino que nos colocaron en cuartos situados en lugares  opuestos, de modo que también estuvimos en silencio entre nosotros. Fue mi primer retiro “dirigido” de tanta duración y solo podía romper el silencio una vez al día durante 30 minutos, en el encuentro diario con mi director espiritual que me ayudaba a dirigir mi oración.

El primer día, mi director espiritual, Fr. Wolde Meskel, un sacerdote etíope, me pregunto por mis expectativas ante el retiro y le respondí algunas cosas relacionadas con mi deseo de estar mar próximo a Jesús. Después el me pilló desprevenido y me dijo que dejara de lado durante el resto del retiro todos los libros de espiritualidad que llevaba conmigo. ¿Qué? ¿Ni siquiera echarles un vistazo? El me aseguró que aunque los libros estuvieses llenos de buenas ideas, éstas me ocuparían de un modo cerebral, leyendo sobre Dios, y esto no es lo mismo que conocer a Dios experimentándole durante mi trabajo en el retiro. En su lugar, Fr Wolde, me dio unos cortos textos bíblicos para que pudiera simplemente sentarme en silencio con Dios.

Salí de la reunión preguntándome como podría sentarme durante 10 días en silencio son solo unas pocas palabras de la Biblia. Durante dos días estuve inquieto y di algunos golpes al aire de mi silencio. Supongo que tenía algunas ideas preconcebidas de cómo debía transcurrir mi tiempo con Dios, yo dictaba los términos. Me di cuenta de lo mucho que necesito sentirme eficaz incluso cuando estoy rezando.  No fue hasta el tercer día en que fui capaz de dejar mis planes de lado y rendirme. Y así comenzó mi retiro de verdad.

¿Qué fue lo que hice? Prácticamente nada.  Mis días de silencio transcurrieron siguiendo una rutina de meditaciones de una hora durante el día basadas en unos pocos versículos de la biblia cada vez, las bienaventuranzas del evangelio de Mateo consumieron la mayoría de la semana. Me di cuenta de que no me sentía cómodo en el silencio. Pertenezco a la cultura del loco ritmo de trabajo de nuestra sociedad moderna, estoy acostumbrado al ruido, a los estímulos sensoriales y la distracción, y con este bagaje es muy difícil oír la voz de Dios en el susurro. Me da miedo estar solo porque me lleva a cuestionarme si realmente si realmente amo y acepto a la persona con la que paso todo mi tiempo. Me lleva a confrontarme con mi debilidad y mi pasado y me siento expuesto a Dios de tal modo que no puedo esconder mis mayores faltas y mi poca fe.

En los primeros días tuve que luchar con mi necesidad de ser más productivo y eficiente, pero después esa necesidad desapareció. A los pocos días saboreaba cada momento de soledad. En realidad lo que hice fue simplemente estar con Jesús, para aprender de su vida en esos pocos versículos, ponderar su personalidad, contemplar su relación con el pueblo, disfrutar de sus palabras, percibir su forma de amar. Al contemplarle y dejar mis preocupaciones de lado fui capaz de entrar en ese lugar dentro de mi donde Dios reside y en el que me invita a seguirle, a estar y a ser con El.

Lo que sucedió durante el retiro fue un indicador del cambio que se está gestando en mi durante estos últimos años. El silencio le está transformando despacio. Cada vez lo aprecio más porque  que quiero a Jesús cerca y sin filtros. En silencio le encuentro revelándose a mí. Vivir aquí en Etiopía es ajetreado y la mayoría de mis días son tan exigentes como mi vida en Toronto. Pero  lentamente me estoy convirtiendo en un ermitaño, justo en medio del mundo. Aún estoy volcado en sacar adelante el trabajo frenético de cada día, pero valoro los momentos en que sigo la voz de Dios y me siento con El en su esplendor, incluso aunque sea por un momento.

Mark

Maggie, Mark y Emebet Banga, Laicos Misioneros Combonianos, Awassa, Etiopia

El amor en la práctica es algo duro y terrible

Catholic Worker

Dorothy Day, la fundadora del Movimiento del Trabajador Católico, dijo una vez “El amor, en la práctica, es algo duro y terrible si lo comparamos con el amor idílico. La realidad continúa a confrontar nuestros sueños, nuestra esperanza y nuestra visión ideal”. Day sabía bien de lo que hablaba porque ella dio toda su vida luchando en solidaridad con los pobres. Amar a los pobres no es cosa fácil. Incluso cuando sentimos un auténtico deseo de “servir a los pobres” podemos no ayudar pero tener una cierta visión romántica de quién son los pobres y qué pensamos que necesitan. Pero la práctica diaria de la caridad está lejos del romanticismo y me sorprendo cuantas veces no consigo amar a los pobres cuando precisamente eso es lo que estoy intentando hacer. Esto ha sido parte de mi experiencia como un misionero laico en Etiopía.

Pero el amor se mantiene cómo el  centro y única fuente de inspiración. Mt 25, 40 “Aquello que hagáis por uno de estos pequeños, me lo hacéis a mí”. Jesús describe en Mt 25, 31-46 que la herencia de su Reino se basa en algo simple y alcanzable. Una vez más Dorothy Day nos da luz con sus comentarios: “Si Cristo no lo hubiese dicho, parecería loco de atar por creerlo. Pero él dijo que si le damos un vaso de agua a un sediento se lo damos a él. El hizo que el cielo  dependa de la forma en que actuamos con él en su disfraz de corriente, frágil y ordinaria humanidad”.

Mt 25, 40 sigue siendo un gran reto que me da fuerzas. Viendo a Jesús en los que están a mi alrededor comienzo a valorar y preocuparme por sus sufrimientos, así como por sus alegrías,  sus esperanzas y los dones que aportan a este mundo. Comienzo a darme cuenta también de mi propia pobreza, aceptando que, como personas, todos compartimos rupturas, pérdidas, rechazos y tenemos necesidades no cubiertas. Veo que el mayor reto es confiar en el Jesús que son los otros, incluso cuando no puedo verlo. Creedme, hay momentos en los que me froto los ojos para ver a Jesús pero todo lo que veo son errores y decepciones.

También estoy aprendiendo que intrínseco al acto de amar al pobre está la totalidad de las virtudes humanas: paciencia, perdón, empatía, esperanza, perseverancia y coraje. La petición completa del mensaje de Amor de Dios se reduce en la obligación de amar al pobre, con una llamada implícita a la autenticidad y la apertura del corazón llevando esta tarea a la práctica en el día a día (cuando el romanticismo se ha ido)

Cuando reflexiono sobre todas estas cosas, creo que al final de los tiempos, cuando me encuentre cara a cara con Jesús, sólo me preguntará una cosa. ¿Cómo amaste a los pobres?

– Mark

Maggie, Mark y Emebet Banga, Laicos Misioneros Combonianos, Awassa, Ethiopia

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