Laicos Misioneros Combonianos

“Coloreando África”

Carmen LMCQué fácil es disfrutar haciendo cosas bonitas, creando, inventando y “construyendo” a partir de la imaginación y los materiales que tenemos alrededor.

En el Orfanato de St. Jude, ha aparecido “Art Studio” un espacio preparado por mis amigos españoles que vinieron este verano a visitarnos y limpiaron, ordenaron y pintaron un almacén, para después transformarlo en un sitio precioso.

Era un sueño que se ha hecho realidad, porque debido a mi “rama artística” tenía ganas de poder hacer algo “diferente y bonito” con los niños del Orfanato. A veces con los mayores (14, 15 años) no resulta fácil la comunicación, porque están en esa edad difícil, en la que se revelan un poco contra todo. Estaba segura de que a través de estas actividades esa comunicación iba a ser más sencilla, y así ha sido.

Muchas ideas en la cabeza, mucho tiempo recogiendo retales de preciosa tela africana del mercado, recogiendo chapas y semillas, plásticos, sacos, y guardándolos con paciencia, con ganas de hacer cosas divertidas con todo el material.

Es un laboratorio artístico donde nos juntamos a trabajar haciendo monederos, cuadernos, pendientes, pulseras, y otras cosas que iréis descubriendo conforme las vayamos terminando, (porque ideas diferentes siguen apareciendo). Escuchamos música, hablamos, y lo mejor es ver el resultado en la preciosa tienda que ha surgido después de dos meses de trabajo.

La finalidad no es sólo la venta, aunque siempre es importante sacar algún dinero que ayude a mantenernos a todos cada día, que no es fácil.

Queríamos que los chicos tuvieran oportunidad de trabajar con la imaginación y la creatividad, elementos que considero importantes para el desarrollo de la persona. No queríamos solo juntarnos a hacer pulseras, sino ver una mesa llena de cosas y pensar “¿de aquí qué puede salir?”, proponer, inventar, y por qué no…..soñar un poco.

Antes de empezar, le pedí a Dios paciencia para explicar a los chicos como trabajar y le pedí también poder transmitir mi entusiasmo, porque la más ilusionada con todo esto era yo, y creo que lo sigo siendo J.

Los resultados son maravillosos, y he de decir que hemos sorprendido a todo el mundo, incluido el Hermano Elio, director, los trabajadores, y personas que se acercan a visitar el Orfanato, se han quedado encantados con nuestro pequeño rincón artístico.

Los trabajos por supuesto están repartidos según las edades, hay quien se dedica a pegar martillazos a las chapas para dejarlas planas, quien recorta letras, quien usa el pegamento, las tijeras, quien une bolitas con el elástico… pero sea lo que sea lo mejor es que lo estamos pasando realmente bien, y que todos disfrutamos viendo el resultado de nuestro trabajo.

Cuando se dan cuenta de que pueden hacer cosas preciosas, se sienten orgullosos y quieren más, y el hecho de verlas “expuestas” en nuestra bonita tienda, les hace sentirse de verdad importantes.

Así que ahora, si venís a visitarnos al Orfanato de St. Jude en Uganda, aparte de jugar con los pequeños, pasear con los chavales que están en silla de ruedas, leer y pintar, correr, y hacer todo tipo de cosas que se les puede ocurrir a 100 niños juntos, tendréis que pasar por nuestro “Art Studio”, primero para ver lo bien que trabajamos, y segundo, por supuesto para comprar algún souvenir en nuestra tienda.

¡Os esperamos!

Carmen Aranda LMC

Reunión aspirantes LMC en Ghana

LMCEste 14 de noviembre, nos reunimos en Abor para nuestro encuentro formativo.

Al principio, rezamos Laudes y meditamos sobre una carta de San Daniel Comboni a sus padres (Escritos n.55- 62). Después de esto, tuvimos una presentación sobre la historia de la familia de LMC. La presentación se basa en la que Alberto de la Portilla presentó en Kinshasa en nuestro segundo Encuentro Continental Africana.

En la presentación primero presentamos las distintas reuniones internacionales de los LMC con sus conclusiones. Haciendo hincapié en la de Ellwangen en 2006. A continuación la disposición de la MCCJ en caminar con los laicos. El último paso fue la presentación de los diferentes grupos LMC en el mundo con su forma de aproximarse a la misión.

Después de esto, hablamos un poco acerca de la venta de la revista New People. El coordinador insistió en la necesidad de disponibilidad de cada miembro a comprometerse en la respuesta a nuestra vocación LMC. Hablamos también sobre el compromiso en nuestros diferentes lugares.

La oración y la comida de la comunidad pusieron fin a la reunión.

Después de la reunión, se nos informó de la designación de un nuevo capellán para el grupo, esta persona será el P. Felipe Zema, MCCJ. Damos las gracias al Provincial y su Consejo por su atención y disposición para ayudarnos a crecer en nuestra vocación.

Justin Nougnui, coordinador.

¿Pilato o Jesús?

Comentario a Jn 18, 33-37 (Jesucristo, Rey del Universo, 22 de noviembre del 2015)

pilatoEstamos ya en el último domingo del año litúrgico, en el que celebramos la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
Para entender el sentido de esta celebración, la liturgia nos ofrece cinco versículos del capítulo 18 del evangelio de Juan, en los que se nos narra una de las siete escenas que constituyen el juicio a Jesús de Nazaret. Leamos con atención e inteligencia este interesante diálogo entre Pilato, aquel representante de un poderoso Imperio (con ejército, funcionarios, leyes y dinero a sus disposición), y el manso Maestro de Galilea, encarcelado, “entregado por los suyos”, sin más poder que su propia persona desnuda, sin falsas decoraciones ni máscaras, sólo con la verdad de su ser Hijo de Dios.

Mientras Pilato representa un mundo que defiende los propios intereses, fundado en la violencia y en la mentira (el arma más característica de Satanás, “padre de la mentira”, con la que engañó a Adán y Eva haciéndoles creer que eran lo que no eran), Jesús, humilde e indefenso, se proclama testigo de la verdad, “a pecho descubierto”, sin más poder que el de esa misma verdad, que consiste en que Él es Hijo de Dios y que cada ser humano es también infinitamente amado por el Padre. Jesús, desde su verdad de Hijo, confronta el mundo de Pilato, hecho de mentira, violencia e injusticia.

Ante este cuadro que nos pinta Juan, todos estamos llamados a escoger nuestra manera de estar en el mundo: ¿Yo, de qué lado me pongo, del lado de Pilato o del de Jesús? ¿Quiero construir mi vida sobre la mentira y la arrogancia de quien se cree “dios” o sobre la verdad de quien es, en verdad, hijo amado de Dios?

Es verdad que, si uno escoge a Jesús, corre el riesgo de que se rían de él, como se rieron de Jesús. Incluso dentro de la Iglesia, o entre los cristianos, hay bastantes que piensan que hay que aliarse con el poder de este mundo, aunque sea corrupto o injusto. Jesús, sin embargo, no quiso que su reino fuera “de este mundo”.

Al celebrar la Eucaristía hoy, le digo a Jesús: Tú eres mi rey, tú eras el modelo sobre el quiero construir mi vida. Quiero ser parte de tu reino de verdad y de amor, de justicia y fraternidad.

P. Antonio Villarino
Roma

Ojos abiertos, esperanza firme

Comentario a Mc 13, 24-32 (XXXIII Domingo del T.O., 15 de noviembre del 2015)

Apocalipsis-8-El-silencio-y-el-trueno-de-la-oración

Estamos prácticamente al final del año litúrgico. El próximo domingo es el de Cristo Rey, el último, y después sigue el Adviento, con el que comenzamos un nuevo año litúrgico y la preparación a Navidad.En este penúltimo domingo del año leemos seis versículo del capítulo 13 de Marcos, que está dedicado al discurso “escatológico” (sobre los últimos acontecimientos de Jerusalén y del mundo). Después siguen dos capítulos sobre la muerte y resurrección de Jesús que se leerán en otro tiempo.
Sobre este texto propongo tres reflexiones:

1.- Un mundo en crisis
Tratemos de situarnos en el contexto de Jerusalén que vive una crisis histórica con mucha confusión política, social y religiosa; una Jerusalén sobre la que pesan serias amenazas por parte del Imperio romano; unja Jerusalén donde abunda la corrupción y la división entre sus clases dirigentes, mientras muchos pobres se sienten indefensos y abandonados; una Jerusalén orgullosa que no quiere escuchar llamados a la conversión y que rechaza claramente a Jesús, que propone una regeneración a fondo.
Preguntémonos: ¿Se parece en algo aquella situación a la de nuestro tiempo?

2.- Un aviso: “esto se acaba”
Jesús avisa que, si no hay un cambio profundo, esta situación acabará dramáticamente. Y lo dice recordando las palabras de los profetas en otras situaciones similares. De hecho, ya la profecía de Daniel lo había dicho: “El sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, los astros caerán, las potencias se desharán”. Son palabras similares a las que otros autores han usado para describir la caída del Imperio romano o el gran cambio que se produjo en América y en África con la llegada de la colonización. “El mundo se derrumba”, es el título de una famosa novela del escritor nigeriano Wole Soyinka.
Preguntémonos: ¿Tiene eso algo que ver con lo que estamos viviendo en nuestro tiempo?

3. Dos consejos: abran los ojos, reafirmen la esperanza.
Ante aquella situación Jesús da dos consejos que me parecen muy actuales. Ustedes juzgarán, si estoy en lo cierto. Yo resumiría estos dos consejos de la siguiente manera:
         a) Tengan los ojos bien abiertos. No duerman, no cierren los ojos, no se escondan, analicen con cuidado lo que está pasando y sepan discernir lo que es fuente de vida de lo que es causa de muerte. Así como los brotes nuevos de la higuera nos dicen que el invierno ha pasado y la primavera está llegando, de la misma manera hay muchos “signos de los tiempos”, que nos están diciendo que algo viejo se está acabando y algo nuevo está naciendo: en la sociedad, en la Iglesia, en la vida cotidiana. No sirve añorar el pasado que no volverá, no vale esconder la cabeza, como hace la avestruz, esperando que pase el peligro o el trauma que todo cambio comporta. Al contrario, hay que mirarlo a los ojos y descubrir su mensaje.

          b) Reafirmen su esperanza. Los momentos de cambio no son momentos de muerte o ruina, sino de renovación y de nuevas oportunidades. Ciertamente el cambio implica algún tipo de destrucción y de muerte, pero con vistas a una nueva vida; en esos momentos “Él está cerca” para llevarnos a una nueva etapa histórica, a una nueva oportunidad, a algo mejor, porque “el cielo y la tierra pasarán, pero mi palabra no pasará”. No nos apeguemos a un pasado que debe pasar, sino miremos con confianza al futuro que el Señor de la Historia nos prepara.

Esta es el último mensaje de Jesús antes de afrontar Él mismo el momento más dramático de su vida personal: la muerte. Lo hace, con los ojos abiertos y confiando en el futuro de vida que el Padre prepara para él y para la humanidad, como recordamos y celebramos en cada Eucaristía. Viviendo en comunión con Él también nosotros sabremos afrontar los momentos críticos de nuestra existencia, incluido el más dramático de todos, que es nuestro paso definitivo al Padre.

P. Antonio Villarino
Roma

No es aparentar, sino ser

Comentario a Mc 12, 38-44 ( XXXII Domingo del T.O., 8 de noviembre del 2015)

20121110142421-obolo-2Jesús está ya en Jerusalén, centro de la vida social de Israel en todas sus dimensiones (política, económica, cultural, religiosa), y en el Templo, centro del centro, si se me permite la expresión. En Jerusalén, como en muchos lugares de poder de hoy, abunda el lujo, el derroche, la búsqueda del prestigio y de los honores, los vestidos brillantes y la apariencias. En esos lugares, lo importante no es ser, sino aparentar: vestir con marcas de gran renombre, ser nombrado mucho en los periódicos, aparecer en la televisión, incluso dar grandes limosnas en público y presentarse como una persona generosa y solidaria. Todo eso, no por bondad, sino para ganar fama, prestigio y reconocimiento.
Gracias a Marcos, que nos ha conservado la reacción de Jesús ante estos fenómenos de ayer y de hoy, nosotros, sus discípulos de hoy, podemos aclarar nuestros criterios y evitar algunas tentaciones o trampas que el mundo nos presenta y en las que podemos caer, incluso con buena voluntad. Yo entiendo las observaciones de Jesús de esta manera:
1.- ¡Ojo con líderes de pacotilla!
En el tiempo de Jesús había personas –escribas, doctores, fariseos, sacerdotes, reyes y gobernadores–, que buscaban ser considerados como guías de la sociedad y reverenciados casi como si no fueran mortales. Para ello se paseaban con vestidos brillantes, “de marca”, participaban solemnemente en los actos religiosos y hasta daban limosna…
Ante ese fenómeno, más vivo hoy que en el siglo I, Jesús nos dice dos cosas:
 -No se fíen; en algún momento hasta les llama “sepulcros blanqueados”. Son pura apariencia, puro afán de protagonismo. No se dejen engañar por ese tipo de gente que aparece constantemente en la televisión, en los periódicos y, a veces, hasta en los templos o con “cara de buenos”.
-Ustedes mismos nos caigan en la tentación de las apariencias. Busquen la sinceridad de corazón y de las actitudes. ¡Que bella es la vida de quien no tiene nada que esconder, que no pretende ser más de lo que es, que es transparente y fiable en su grandeza o en su pequeñez!

2.- No den algo, denlo todo.
Jesús pone como ejemplo a la viuda pobre, no porque es pobre o porque da poco, sino porque “da todo lo que tenía”. Esto es lo que Jesús pide de nosotros: no que hagamos algún acto de bondad, que seamos generosos alguna vez, sino que entreguemos toda nuestra vida en todo lo que hacemos. Que entreguemos todo en la familia, en el trabajo, con los amigos, en la Iglesia, siempre, con sencillez y autenticidad.
Cierto que ninguno de nosotros es un discípulo acabado, sino que todos estamos en camino. Como dice San Pablo, hay dentro de nosotros como dos personas: el “viejo”, que es como los líderes de pacotilla y el “nuevo”, que quiere identificarse con Jesucristo. Y esa es nuestra tarea como discípulos: ir creciendo hasta parecernos lo más posible Él, de tal modo que desaparezca de nuestra vida todo asomo de falsa apariencia, de doblez e hipocresía y seamos como la pobre viuda que, es pobre ciertamente como nosotros lo somos, pero da todo lo que tiene.

Precisamente, la participación continua en la Eucaristía, compartiendo Pan y Palabra, es un alimento para crecer hasta alcanzar la medida de Cristo, que, como la viuda, entregó todo lo que tenía, incluso su propia vida.

P. Antonio Villarino
Roma