Laicos Misioneros Combonianos

Mi nombre es “Ella hizo llover”

Ethiopian Children

Los nombres tienen un significado y una riqueza única en Etiopía, y la elección del nombre de un bebé puede ser de diferentes formas. Las raíces cristianas del país se revelan hoy en día en los nombres que les ponen a muchos de los nuevos bebés. Como otros muchos cristianos en todo el mundo, es frecuente ponerles nombres bíblicos, de los apóstoles o de los santos. Aquí por ejemplo son nombres comunes Hanna, Salomón, Isaac y Juan.

Pero lo que es más frecuente y con una belleza única aquí es que muchos nombres etíopes son compuestos y son, más que una palabra, pequeñas frases. Algunos ejemplos son:

Ehitnesh – Tu eres una hermana
Terunesh – Eres maravilloso/a
Serkaddis – Siempre nuevo/a
Zenebetch – Ella hizo llover
Engedawerq – Invitado de oro
Yibeltal – Él está por encima
Yemiseratch – Ella la que trabaja
Nega – Se convirtió en el alba

Los significados a veces revelan las circunstancias del nacimiento del bebé, algún rasgo de personalidad que los padres ven en el niño/a o una aspiración o deseo de los padres para su hijo/a. Por ejemplo el nombre Tesfaye significa “Mi Esperanza” y se usa con frecuencia si la madre es muy pobre o soltera, reflejando su esperanza en la futura bondad y éxito de su hijo/a. O el nombre Mitiku que significa “Sustituto” que se le da a un bebé tras la muerte de un hermano o hermana. Uno de nuestros amigos se llama Teshale que significa “Él se siente mejor” porque nació enfermo pero se recuperó.

Muchos nombres compuestos tienen su origen en la fe de los padres y reflejan alguna de las características de Dios. Los ponen para venerar y agradecer a Dios por el regalo de una nueva vida en este mundo, por ejemplo:

Meheretu – Su Misericordia
Gashow – Su Escudo
Mebratu – Su luz
Gebre Mariam – Hijo de María
Habte Mikael – Regalo de Miguel (si los padres habían rezado a S. Miguel arcángel para pedir un bebé)

Otra característica única es que no hay apellidos familiares. La tradición es que el nombre del padre sea el apellido del hijo. Mi padre se llama Alex Banga, si yo hubiese nacido en Etiopía yo me llamaría Mark Alex en vez de Mark Banga. Además las mujeres al casarse nunca toman el nombre del marido como apellido sino que mantienen el nombre de su padre.

Como los nombres amáricos todavía suenan extranjeros para nuestros oídos, no notamos la gran diversidad que hay. Meheretu entra en nuestra mente como Meheretu y rápidamente lo clasificamos como una palabra extranjera, y no lo decodificamos en su significado amárico. Pero si nos paramos a pensar en lo que estamos escuchando es muy curioso para nosotros. Los nombres compuestos mostrados arriba no simbolizan el significado pero son de hecho palabras literales. Solo imagina que tú escuchases esta conversación:

“Buenos días Mi Escudo

“Hola Tú eres maravilloso, ¿Cómo te va?. ¿Viste a Mi Esperanza anoche?”

“No, Mi Esperanza no vino a la fiesta pero Él se siente mejor estuvo con su nueva novia Ella es hermana

Los nombres por un lado nos han ayudado para aprender amárico, porque no necesitábamos aprender un montón de nombres como vocabulario nuevo. Podemos traducir los nombres en un significado literal que nos refuerza la gramática amárica y nos ayuda a recordar sus nombres, lo cual es una ventaja, Pero por otro lado ha sido difícil, cómo habrás visto al leer el ejemplo de arriba y quizás te has quedado un poco confuso. Esto nos pasa a nosotros cuando escuchamos la radio. No siempre estamos seguros si el programa es sobre el gobierno o si la persona que está siendo entrevistada se llama “El Gobierno”. Además algunos nombres se pueden utilizar tanto para chicas como para chicos. Por ejemplo Tesfaye – Mi Esperanza o Figere – Mi Amor.

En cuanto a nuestros nombres, aunque Maggie es un nombre corto y facil de deletrear en alfabeto amárico (sólo dos caracteres) no hay una palabra amárica equivalente o similar, así que ellos se esfuerzan por recordarlo. Hemos descubierto, y no deja de ser gracioso, que si Maggie utiliza su nombre largo con un toque español y se presenta como Margarita ¡no tienen problema para recordarlo!. En mi caso no hay un nombre más fácil de reconocer bajo el sol etíope que uno de los Evangelistas, Marcos.

– Mark & Maggie Banga

Laicos Misioneros Combonianos en Awassa, Etiopía

Y Jesús me retó a hacer algo nuevo…

Catequista en PeruHay cosas realmente increíbles que se vuelven bendición si sabes decir que sí… eso me pasó como Laica Misionera Comboniana en el increíble mundo de interactuar con niños. En mi vida diaria enseño en una Universidad y un buen día el buen Dios me preguntó si quería ser Catequista de Primera Comunión, la respuesta fue sin pensarla, sólo fue por amor, dije sí. Sí??!!! Sí. Pero yo no era especialista en niños y sólo había llevado alguna vez la Confirmación de adolescentes. Era evidente, Dios quería regalarme una experiencia inolvidable… una verdadera misión (que en un momento pensé “imposible”)

“La Cumbre”(Pamplona Alta, San Juan de Miraflores) es parte de nuestra zona de Misión en Lima. Nosotros como LMC llegamos a esta periferia urbana-humana con mucho entusiasmo, y si bien no hay que saber de trekking o alpinismo, simplemente hay que mantener la sonrisa mientras uno sube los cerros de nuestro sector de Misión. Una pequeña guitarra, unos banners de nuestro Jesús y María Santísima y en ese precario salón de madera de triplay, cada domingo YO FUI EVANGELIZADA por la pureza, humildad y esperanza de cada niño que se preparaba muy entusiasmado para recibir su sacramento. Compartíamos la Palabra de Dios y la hermosa buena nueva de que Jesús también tenía su casita en ese cerro tan lejos de la ciudad llena de centros comerciales, autopistas y modernidad. Que Jesús también esperaba el camión cisterna que lo abasteciera de agua porque en esos cerros no hay agua potable, pero hay mucho amor.

Luego de varios meses cuando ya la arena de los cerros dejó de hacerse fango y empezaba a brillar tímidamente el sol de diciembre en este lado de Lima, Jesús hizo su morada en el corazón de mis “catequistas”, porque yo compartí el Kerigma entre bailes, canciones y conversaciones y ellos, mis pequeños, me evangelizaron con la convicción de llegar felices al día de su Primera Comunión. Este mes de Enero, el Señor me dio el honor de volver a trabajar con niños en otra ciudad de mi país, y en ellos volvía a revivir mi primera experiencia como LMC “catequista”. Esa gracia me bendijo y pensar que todo empezó con un sí.

Elizabeth Huaita

LMC-Perú

¿A que se dedican los Laicos Misioneros Combonianos?

CarolinaLa respuesta es un poco compleja, por el momento sólo te contaré lo que hacen Mine y Caro, dos LMC que se encuentran en la Montaña de Guerrero, en la cultura Na‘Savi, oficialmente conocida como Mixteca.

Ellas se encuentran en el pueblo de Huexoapa, perteneciente al municipio de Metlatónoc, y a la parroquia de San Miguel Arcángel, diócesis de Tlapa. En Huexoapa viven alrededor de 200 familias, su lengua es tu’un savi o mixteco, aunque hay quienes hablan también el español.

Los LMC tenemos la misión en este pueblo desde hace seis años, hasta la fecha han sido ocho las misioneras que han servido en esta misión, en periodos diferentes. Cada una de ellas ha compartido parte de su ser, de sus conocimientos, de su fe con el pueblo y a su vez, el pueblo con ellas.

Caro llegó a esta misión en septiembre del 2014 y Minerva en febrero del 2015 para relevar a las compañeras que ahí se encontraban. Primeramente Dios, ellas estarán por tres años en este pueblo. Aunque el tiempo que llevan ahí no es suficiente para conocer y comprender todas las riquezas y carencias que la cultura tiene, han tratado de asimilar lo que les ha sido posible, sintiéndose parte del pueblo, disfrutando y valorando lo bueno que hay en él, y aportando su granito de arena en la construcción de un lugar mejor, cada una desde sus capacidades y conocimientos.

Caro ofrece por las tardes clases de regularización, por el momento participan 19 niños de distintos grados escolares, por lo que los atiende en horarios diferentes. El apoyo se reduce únicamente a lectura (para 12 de los niños), y matemáticas (7 de los niños) nivel primaria. Es muy probable que el número de menores aumente, pues cada vez son más los que se interesan y se acercan a ella pidiéndole que “los ayude a estudiar”. Minerva a su vez da clases de tejido y costura, aunque ahora de manera informal, puesto que como lleva menos tiempo en estar en el lugar, las señoras apenas comienzan a conocer su trabajo, sin embargo quienes ya se han acercado han mostrado gran interés, y no sólo señoras sino también algunos de los jóvenes, quienes aprenden con mucha facilidad.

Otras de las actividades que realizan, es el acompañamiento a los niños, jóvenes y algunos adultos que participan en las actividades pastorales, como son el apoyo a los tres catequistas de la comunidad en la preparación del catecismo para confirmación, primera comunión y platicas pre-sacramentales; la reunión semanal con los jóvenes en las que se da formación humana y cristiana; formación en valores y catequética con los niños; Hora Santa los días jueves; apoyo en la preparación de la Celebración de la Palabra al o la joven que la va a presidir, o en la organización de la liturgia cuando hay Eucaristía, que es la mayoría de la veces; clases de guitarra, teniendo ya un cuasi coro: dos mandolinas, un pandero, tres guitarristas (dos mujeres y un hombre), y dos interesadas más, pero que no han podido aprender por falta de instrumento, aunque todos apenas están aprendiendo, ya se animan a tocar algunos cantos en Misa o Celebración de la Palabra.

Además dedican un día de la semana para visitar a las familias y así poder conocerlas más de cerca, alguna de las veces van acompañadas de algún(a) joven o niño(a) del lugar que les ayuda como traductor, puesto que ellas no hablan la lengua local, y no en todas las familias hay quien hable español. Ellas se están esforzando por aprenderla, tanto en la convivencia diaria, intentando memorizar las palabras que la gente les enseña, como en las horas que le dedican de estudio, con la ayuda de una joven del pueblo.

También están tratando de cultivar una pequeña huerta, en un terreno que es parte de la casa que la comunidad les presta para vivir. Para esto, como para otras actividades que realizan, así como en las necesidades que se les van presentando, cuentan con el apoyo de las personas que participan en las actividades ya antes mencionadas, quienes lo hacen gustosamente.

Caro y Mine saben que el trabajo es mucho y que las cosas a veces no marchan como ellas quisieran, pues aunque son muchos los signos de vida que descubren en esta cultura, también están presentes los signos de muerte, aunado a esto sus limitaciones y defectos personales, sin embargo saben que “las obras de Dios nacen y crecen al pie de la Cruz” (San Daniel Comboni).

Al estar ellas en este pueblo se dan cuenta que es más lo que reciben que lo que dan, pero sobre ese tema hablare en otro momento.

Concluyo haciéndote la invitación a unirte en esta construcción del Reino de Dios, desde que lo que te sientas llamado a aportar: asesoría, apoyo económico, oración, dando parte de tu tiempo o entregando tu vida al servicio de la misión.

“La mies es mucha y los trabajadores pocos” ¡Haces falta tú!

LMC México

“No me olviden”

Comentario a Mc 14, 12-16.22-26: Solemnidad del Cuerpo de Cristo, 7 de junio
La fiesta del Cuerpo de Cristo (o Cuerpo del Señor) se celebra en algunas partes en jueves, pero en otras muchas en domingo. Lo importante es que es una excelente ocasión para tomar conciencia de lo que con ello celebramos. Después de leer la narración de Marcos, que la liturgia nos ofrece hoy, comparto con ustedes las siguientes reflexiones:

DSC004311) Recordar a una persona amada
Pienso que a todos ustedes les pasa. A medida que vamos creciendo, hacemos colección de recuerdos de personas que amamos. Estos recuerdos toman cuerpo a veces en una foto, otras en algunos objetos particularmente entrañables, que representan mucho más de lo que son en sí mismos y que, cada vez que los vemos, remueven nuestras entrañas y nos hacen sentir especiales, porque sabemos que hemos sido amados, que hemos amado y que, de alguna manera, ese amor sigue vivo en nosotros. Yo, por ejemplo, conservo como algo muy valioso una gorra de mi papá y, cuando, me la pongo, me siento unido a él, me siento parte de una familia, de una saga de amor. No soy una persona aislada, sino una persona que vive en comunión con tantas otras, cuya memoria y presencia me enriquecen y me hacen ser más y mejor.
Algo así es lo que ha ocurrido con los discípulos, a parir de aquella última cena, en la que Jesús, antes de afrontar la muerte con gallardía, cenó con los suyos, partió el pan (imagen real de su propio cuerpo), repartió el vino (imagen de su propia sangre) y les dijo unas palabras que suenan así: “No me olviden nunca, permanezcan unidos, ámense unos a otros, continúen con la obra del Reino. Yo sigo siempre con ustedes”. Y los sucesivos discípulos, desde hace 2.000 años, se han mantenido fieles a este recuerdo, a este compromiso de amor. A esto le llamamos “memorial eucarístico”, “cuerpo y sangre del Señor”.
No sé por qué la Eucaristía se nos volvió a veces como una “obligación pesada”, como una “cosa de curas”, como un rito mágico o tantas otras cosas. La Eucaristía es hacer memoria del Amigo y Maestro Jesús, es gozar de su presencia, es entrar en comunión con Él, es sentirse alimentado y fortalecido por un amor que no falla nunca, es jurar cada domingo que no le olvidaremos ni a Él ni a su proyecto para la humanidad, ni a sus preferidos, los pobres.

P10008442) Lo mejor está por venir
La cena de Jesús se inserta en una tradición de siglos que tenía el pueblo de Israel. Los judíos lo tenían muy claro: por su historia había pasado Dios de una manera tangible y extraordinaria: en la liberación de la esclavitud, en la difícil travesía de un desierto estéril e incapaz de sostener la vida, en la victoria sobre enemigos que lo querían destruir, en la superación del trauma del exilio… Todo eso lo celebraban –y lo celebran– cada año en la Pascua, como una fiesta de la Memoria, pero también de la esperanza. Si Dios ha sido grande con nosotros en el pasado, lo será también ahora y en el futuro.
Con ese mismo sentido celebramos los cristianos la Eucaristía: celebramos la memoria de Jesús y, haciendo eso, reafirmamos la esperanza (a pesar de nuestros límites, fracasos y pecados) y el compromiso con un futuro más acorde con el mensaje de Jesús: en nuestra vida personal, en nuestra comunidad, en el mundo. Lo mejor de nuestra vida, en cierto sentido, está por venir.

P10105343) La habitación del piso superior: el cenáculo
Para celebrar la Pascua, Jesús mandó a sus discípulos buscar una habitación. Casi parece recordarnos como José buscó un lugar en Belén para que María diese a luz a su Hijo. Es que Dios para “nacer”, para “hacerse pan y vino”, para mostrarse presente necesita un espacio humano que lo acoja. De hecho, es difícil que una comunidad pueda reunirse si no tiene un espacio, un cenáculo, para ello: puede ser la sombra de un árbol, un salón comunal, una vivienda familiar, un templo rural o una catedral… Pero más que ese “lugar” geográfico, Dios necesita una vida, un corazón, una persona, una comunidad abierta, una familia disponible. Sólo así puede repetirse el milagro de su presencia en las personas, en las familias, en la sociedad. ¿Soy yo un lugar abierto para Dios o me encierro en mi propio orgullo y aislamiento?
P. Antonio Villarino
Roma

[Portugal] Vivimos la llamada a la misión como cristianos movidos por la fe y no por el trabajo

LMC PortugalEl pasado viernes 22 de mayo tuvimos una nueva reunión de los candidatos LMC en la casa de Viseu. El tema de esta unidad formativa fue Laicos en la Iglesia – Espiritualidad laical y misionera, presentado por Carlos Barros.

Empezamos viendo una película que me tocó mucho “Selma la marcha de la libertad”, que narra la lucha que Martin Luther King tuvo que luchar para conceder el derecho de voto a cada persona, que termina con una marcha épica desde la ciudad de Selma a Montgomery, Alabama, y ​​que provocó que el presidente Lyndon B. Johnson firmase la Ley de Derecho al Voto en 1965.

El sábado Carlos nos habló de la espiritualidad, se ha hablado mucho, pero algunas de las frases que me marcaron fueron “la espiritualidad es un camino hacia Dios”, “es una relación de amor con Cristo,” que es la “vida alimentada por Cristo”. Espiritualidad cristiana no es sólo de algunos, es un estilo de vida…

Tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre la identidad de los LMC en los artículos 4 y 5 del directorio en el que nos pidieron que pensásemos en algunas preguntas:

  • ¿Cómo evalúo mi espiritualidad a la luz de estos artículos del directorio de los LMC?
  • A través de este proceso de formación ¿he ido ganando conciencia sobre algunos aspectos contenidos en estos artículos?
  • ¿Hay algunos puntos en estos artículos cuya finalidad siento que todavía no he conseguido? ¿Cuáles son? ¿Por qué?
  • ¿Crees que algún día podrás guiar tu vida por los principios contenidos en estos artículos?

Durante el sábado por la mañana todavía tuvimos la sorpresa de recibir la visita de Palmira Pinheiro – Misionera Secular Comboniana recién llegada de la misión, que compartió un poco de su vida misionera.

LMC PortugalDespués de la comida, que fue muy agradable, y con las energías reforzadas, ya era hora de volver al trabajo. Carlos continuó hablando de espiritualidad, y más específicamente Espiritualidad Laical donde hablamos del papel de los laicos en la Iglesia y, ciertamente, seguir a Jesús es “una tarea exigente y comprometida”, tenemos que tomar un papel activo, estando disponible para SERVIR y no para ser servido, debemos ser radicales para asumir que “vivimos la llamada a la misión como cristianos movidos por la fe y no por el trabajo.”

Durante la oración vespertina reflexionamos sobre “Id también vosotros a mi viña”, donde Jesús nos invita a ser parte de su viña, no sólo a los religiosos o religiosas, sino a todos los fieles laicos, todos los bautizados, porque todos estamos unidos por el Bautismo. Cada uno de nosotros es parte de la Iglesia, cuando alguien no está presente, la iglesia es más pobre.

Jesús nos invita también a vivir una vida diferente como Laicos, nos invita a vivir despegados de los bienes materiales, los lazos familiares (que es para mí lo más difícil de pensar o imaginar…) y tener el valor de ir… de no tener miedo de decir “Sí Padre, aquí estoy…”.

Por la noche nos presentó el testimonio el P. Ginno Pastor por Skype (las nuevas tecnologías hacen maravillas como esta) donde escuchamos su experiencia en la misión, siempre en Mozambique, donde se notaba que el P. Ginno hablaba de esto con mucho amor. Su sonrisa al hablar de la misión, sus palabras irradiaba amor por los demás, un ejemplo del que fue pobre con los más pobres, alguien que fue sin duda uno de ellos mientras vivía en la misión… La frase que me tocó más en su testimonio fue “la sonrisa del otro lo paga todo 🙂 “.

La noche se fue alargando, ya que fue una gran noche, Pentecostés, donde tuvimos una pequeña vigilia donde cada uno de nosotros pudo compartir lo que es “ser Iglesia” escribiendo en un racimo de uvas cuándo nos sentimos Iglesia… “Soy iglesia cuando… “.

El domingo por la mañana participamos en la Eucaristía con la comunidad de Viseu, y fue bonito sentir la presencia del Espíritu Santo… fue un momento muy especial. Sentí de nuevo el deseo de ser radical, ser diferente y hacer lo que hago por fe y no por obligación, como alguien dijo, “Si es interior y no por obligación esto se refleja”. Es necesario creer en las palabras del Papa Juan Pablo II: “Cristo no quita nada, sólo da” y es con la certeza de este amor por nosotros, que continuo comprometida como cristiana… y espero cada día poder decir al Señor “Heme aquí…”.

Andreia Martins (candidata LMC)