Laicos Misioneros Combonianos

Jóvenes en camino

Este camino con los jóvenes ya cuenta con medio año y la verdad es que cada día sentimos que va más lejos. Desde los primeros días sus vidas se cruzaron con las nuestras y desde ese momento decidimos que de alguna manera teníamos que caminar juntos.

El grupo nació y, aunque sin nombre, fue creciendo con el testimonio de vida de todos.

Ahora son ellos los que llevan el timón. Nosotros plantamos un poco de la semilla que traemos dentro y juntos veremos cómo dará frutos.

Paula y Neuza. LMC Arequipa

Pascua: María Magdalena, Pedro y el “otro discípulo”

Comentario a Jn 20, 1-10, Domingo de Pascua, 1 de abril 2018
En este Domingo de Pascua, leemos la primera parte del capítulo 20 de Juan, en el que encontramos una comunidad de discípulos formada por tres protagonistas: María de Magdala, Pedro y el “otro discípulo”, al que podemos llamar Juan siguiendo la tradición. Los tres, además de ser ellos mismos, nos representan a nosotros y a todos los discípulos que quieren aprender del Maestro a vivir la vida verdadera. Les invito a leer con calma, lentamente, este pasaje del evangelio, a partir de la propia vida. Por mi parte, me detengo brevemente en cada uno de estos tres personajes:

1) María Magdalena: amor fiel e incondicional
María de Magdala (el pueblo del que procedía) era seguramente una mujer extraordinaria, con una gran fuerza interior. No conocemos su historia previa, pero sabemos que había encontrado en Jesús un Amigo fiel, un Maestro indiscutible, un señor del que fiarse… Ella le siguió desde Galilea hasta Jerusalén, en las duras y en las maduras, y le ha permanecido fiel hasta la muerte, y más allá de la muerte, como demuestra el episodio de hoy.
Precisamente, en el evangelio de hoy, la vemos caminando hacia el sepulcro, movida por una absoluta fidelidad, aunque no sabía cómo remover la piedra que cerraba la entrada al sepulcro y a pesar de pensar que su Amigo y Maestro estaba muerto. Nada de eso le importaba a ella, cuyo amor era sin condiciones, absoluto. Y aquel amor, que no se rendía ni ante la muerte, obtuvo el premio de encontrar la piedra removida, supo reunir la comunidad y recuperar la esperanza, que más tarde se verá confirmada: Verá a Jesús como es realmente, en su realidad más auténtica, no como un hombre muerto, sino como el Hijo del Padre, viviendo para siempre.
Contemplando a esta mujer, nos vienen ganas de imitarla en la radicalidad de su amor, contra toda tentación de abandono, y de entregarnos totalmente a Jesús sin condiciones, en las duras y en las maduras, sin miedo a las posibles “piedras” –pecados, fracasos, oposiciones– que se nos atraviesen en el camino, con una fidelidad sin fisuras, sabiendo que, como ella y como San Pablo, “sabemos de quien nos hemos fiado” y que también a nosotros Jesús se nos manifiesta vivo y presente en nuestra historia personal, en la Iglesia y en el mundo de hoy. Y es a partir de esta experiencia de Jesús viviendo en nosotros que somos llamados a ser misioneros, testigos ante un mundo incrédulo, que piensa que la muerte y el mal tienen la última palabra.

2) Pedro: el pecador que se deja guiar
Pedro era, según todos los indicios, el jefe de aquel pequeño grupo de discípulos, pero no parece que fuera el más creyente, ni el más lúcido, ni el más rápido en comprender las cosas.. De hecho, no fue el primero en ir al sepulcro, ni fue el primero en llegar: era el más lento, aquel al que le costaba más comprender los caminos de Dios. Pero era humilde, sabía reconocer sus errores y abrirse a los otros, aprovechándose de su lucidez.
Contemplando a Pedro, muchos de nosotros nos vemos representados en él. También nosotros tenemos nuestra historia de pecado e infidelidad; también nosotros tenemos dificultades para comprender los caminos de Dios en nuestra vida; también a nosotros nos cuesta creer que Dios sigue vivo y operante en nuestra Iglesia y en nuestro mundo de hoy; también nosotros tenemos miedo de ser engañados y estamos tentados de caer en la decepción… Pero también nosotros, como Pedro, estamos llamados a abrirnos a los otros, dejarnos acompañar por quien ha visto primero, dejarnos conquistar una vez más por Jesús y, como Pedro, decir: “Señor, tú sabes que te amo”.

3) “El otro discípulo”
Entre los discípulos hay uno (llamémoslo Juan), que parece ser el más veloz, el más intuitivo, el más capaz de percibir la novedad de Dios, de creer y ver más allá de la superficie. Ciertas cosas, en efecto, solo se comprenden con los ojos del amor, que nos permite ir más allá de las apariencias.
También entre nosotros, hay algunos que parecen ver con mayor rapidez los signos de los tiempos, percibir antes que nadie el “viento” de la historia con el que Dios está impulsando a la humanidad. Estos discípulos son un don para todos, aunque con una condición: que sepan permanecer “comunitarios”, que no vayan adelante en solitario, que sepan adaptarse al ritmo de los más débiles o más lentos… Solamente así se construye la comunidad, solamente así el Señor se revela verdaderamente como el centro del nuevo proyecto de humanidad, la nueva creación, la “nueva semana” o tiempo de gracia iniciado con el Domingo de Pascua.
En efecto, como Dios ha creado el mundo en una “semana” simbólica, según el Génesis, así también Dios está re-creando el mundo, re-generando la humanidad en esta nueva “semana”, en la cual actúa Jesucristo, eternamente vivo, Palabra eterna del Padre. Como María de Magdala, Pedro y Juan, también nosotros creemos en esta nueva creación, en este nuevo amanecer que despunta de las tinieblas de la muerte, porque el Amor de Dios es más fuerte que la muerte y el pecado.

P. Antonio Villarino
Bogotá

Mi paso por el nordeste brasileño

LMC BrasilYa estoy en Açailândia (Maranhão). Aquí estoy con Xoancar, Liliana y Flávio.

Todo el día de hoy lo hemos dedicado al trabajo de “justiça nos trilhos”. Desde donde se apoya a las comunidades afectadas por las empresas mineras (sobre todo la Vale).

Sólo para dar una idea de las dimensiones: en la zona está ubicada la mina de hierro más grande del mundo a cielo abierto (con 500mt de profundidad). Sacan el metal en tren hasta el mar. Trenes de más de 300 vagones.

Ahora han doblado la línea férrea y pretenden tener trenes de hasta 600 vagones. Unos trenes que circulan día y noche. Una mina que podría durar más de 2 siglos pretenden agotarla en 60 años. Y para eso pasan por encima de todo y de todos.

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Los trenes y camiones pasan por medio de las comunidades o las dividen. La contaminación es tan grande que las cosas y casas siempre tienen una capa de polvo de hierro encima, por más que limpies. Así que imaginar los pulmones, ojos y pieles de las personas. Muchos han tenido que dejar sus casas por enfermedades. Por no hablar de la contaminación acústica. El patio de sus casas da a la siderúrgica. Los desechos del hierro candentes se acumulan detrás de la casas y muchos niños suben a las montañas que forman y a veces se rompe la capa de arriba que ya se ha enfriado y se queman pues abajo el hierro sigue ardiendo, como lava.

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Nos han contado la lucha de la comunidad por buscar un lugar donde reubicarse. Donde cada paso por este derecho a una vivienda digna se convierte en una lucha a ganar en la calle. Una comunidad organizada y concienciada gracias, entre otras cosas, al trabajo y apoyo de laicos y religiosos Combonianos que han dado formación, apoyo jurídico, estructuración… Acompañando paso a paso esta lucha.

Aquí los LMC como educadores populares visitan las comunidades (muchas son asentamientos de reforma agraria, gente que ocupa la tierras para poder cultivar y reivindicar el derecho a la tierra que le reconoce la Constitución), forman a los líderes, apoyan las reivindicaciones, hacen grupos de presión a nivel internacional (la Vale es una gran multinacional).

LMC BrasilPara conocer mejor este trabajo por la tarde hemos visitado dos comunidades a pie de la vía (ahora vías) del tren.

Ese tren de 300 vagones que pasa cada 30-40 minutos día y noche. Soltando polvo de hierro, tocando la bocina cada vez que pasa (día y noche). Que no permite a la gente ir libremente a las tierras que cultivan, o a los niños a la escuela, o salir de su poblado si hay una urgencia… Porque no quieren construir pasarelas en cada poblado y las comunidades deben pelear cada una de ellas. Peor está la cosa ahora que hicieron la segunda vía del tren y están doblando el número de trenes. Varias son las personas que han muerto al cruzar o han tenido accidentes graves.

LMC BrasilContinuando con mi visita en Maranhão, el otro día estuve de visita por lugares emblemáticos para nosotros como el Centro de Defensa de la Vida y los DDHH y la Casa Familia Rural.

El Centro de defensa continua con múltiples actividades para la comunidad y los jóvenes (teatro, danza, capoeira…), abierto a la comunidad y a sus luchas sociales pero sobre todo sigue con su principal actividad de lucha contra el trabajo esclavo. Una práctica que sigue adelante en pleno siglo XXI.

LMC Brasil

Después nos desplazamos a la CFR, con Xoancar y Dida. Siguen llegando los jóvenes a estudiar durante una semana (de mañana, tarde y noche) y la semana siguiente vuelven a sus comunidades para poner en práctica lo aprendido. Nos atendió el actual director, ex-alumno de la CFR y que tras pasar por la universidad está a cargo del programa.

Xoancar ahora trabaja en Justiça nos Trilhos (donde también están Flávio y Liliana). Está comenzando un nuevo proyecto de agricultura ecológica experimental, construcciones sostenibles y demás. En los terrenos que están junto a la CFR creará un centro de experimentación y buenas prácticas (tanto agrícolas como de construcción) que ayude a las comunidades campesinas de la zona. Un lugar donde la gente pueda aprender modelos más sostenibles.

LMC Brasil

Proyectos nacidos después de mucho trabajo y reflexión con la comunidad, asumidos por personal allá (la mayoría se han ido formando en la Universidad a partir de implicarse en ellos y gracias al apoyo de los proyectos). Siempre han buscado capacitar a las personas implicadas y dejar un trabajo de calidad en sus manos. Con ciertos problemas de financiación pero con mucha ilusión siguen adelante tras 18 años.

Aquí termina mi visita a los diferentes lugares donde estamos presentes en Brasil como LMC. Ha sido una experiencia maravillosa.

De aquí parto a participar en el Foro Social Mundial y el Foro Comboniano que se celebrará en Salvador de Bahía.

Un saludo

Alberto

 

 

El asno y el perfume

Comentario a Mc 11, 1-11 y a Mc 14-15, Domingo de Ramos, 25 de marzo de 2018

La liturgia nos ofrece hoy dos lecturas del evangelio de Marcos: la primera, antes de la procesión de ramos, sobre la bien conocida historia de Jesús que entra en Jerusalén montado sobre un pollino (Mc 11, 1—11); la segunda, durante la Misa, es la lectura de la “Pasión” (las últimas horas de Jesús en Jerusalén), esta vez narrada por Marcos en los capítulos 14 y 15.
Con ello entramos en la Gran Semana del año cristiano, en la que celebramos, re-vivimos y actualizamos la extraordinaria experiencia de nuestro Maestro, Amigo, Hermano y Redentor Jesús, que, con gran lucidez y valentía, pero también con dolor y angustia, entra en Jerusalén, para ser testigo del amor del Padre con su propia vida.
Toda la semana debe ser un tiempo de especial intensidad, en el que dedicamos más tiempo que de ordinario a la lectura bíblica, la meditación, el silencio, la contemplación de esta gran experiencia de nuestro Señor Jesús, que se corresponde con nuestras propias experiencias de vida y muerte, de gracia y pecado, de angustia y de esperanza. Por mi parte, como siempre, me detengo en tres puntos de reflexión:

1) El rey montado sobre un pollino.
Hace algunos años he podido visitar Jerusalén durante diez días. Y, entre otras cosas, pude caminar desde Betfagé hasta el Monte de los olivos, desde el cual se contemplan los restos del antiguo Templo y la ciudad santa en su conjunto. Es un tramo no muy largo, pero en pendiente, por lo que exige un cierto esfuerzo. Según el texto de Marcos, Jesús hizo este recorrido montado sobre un pollino y aclamado por la gente.
Se trata de una escena que se presta a la representación popular y que todos conocemos bastante bien, aunque corremos el riesgo de no entender bien su significado. Para entenderlo bien, no encuentro mejor comentario que la cita del libro de Zacarías a la que con toda seguridad se refiere esta narración de Marcos:
“Salta de alegría, Sion,
lanza gritos de júbilo, Jerusalén,
porque se acerca tu rey,
justo y victorioso,
humilde y montado en un asno,
en un joven borriquillo.
Destruirá los carros de guerra de Efraín
y los caballos de Jerusalén.
Quebrará el arco de guerra
y proclamará la paz a las naciones”.
(Zac 9, 9-10).
Sólo un comentario: ¡Cuánto necesitamos en este tiempo nuestro lleno de arrogancia, terrorismo y conflictos de todo tipo la presencia de este rey humilde y pacífico que no se impone por “la fuerza de los caballos” sino por la consistencia de su verdad liberadora y su amor sin condiciones!

2) El perfume “despilfarrado”
La narración de la “Pasión” según Marcos, que leemos hoy, comienza con un episodio también conocido, aunque menos que el de la procesión de ramos. Se trata de la historia del frasco de alabastro, “lleno de un perfume de nardo puro, que era muy caro”, y que una mujer anónima rompe para derramar el perfume sobre la cabeza de Jesús. Los presentes en la escena, según Marcos, consideran aquel gesto un “despilfarro” sin sentido. Pero Jesús la defiende diciendo que la mujer se ha anticipado a ungir su cuerpo para la sepultura.
Contemplando aquel precioso frasco de perfume, que se rompe y se “despilfarra”, uno no puede menos de pensar, de hecho, en el mismo cuerpo de Jesús, que será roto para entregar el precioso “perfume” del amor del Padre. La historia de la Pasión que leemos hoy nos habla de un Jesús traicionado por sus amigos, un Jesús angustiado ante el sufrimiento que le espera, un Jesús martirizado hasta el extremo, un Jesús que se siente abandonado… pero un Jesús que se entrega libre y amorosamente: “No se haga como yo quiero, sino como Tú quieres”.
Su muerte puede parecer un “despilfarro”, como la muerte de los misioneros muertos de ébola o de malaria cerebral, como ha sucedido a los dos Hermanos de San Juan de Dios (Liberia) o a algunos combonianos españoles, que yo he conocido personalmente. Uno puede preguntarse: ¿Por qué arriesgar la vida? ¿No es un gesto inútil? ¿No es mejor protegerse y no pasarse en generosidad? La respuesta es sencilla: el amor no tiene límites; quien ama no tiene dudas: quiere romper el frasco, para que su perfume se extienda en un mundo donde no falta el mal olor.
Lo mismo puede decirse de tantas madres y padres que rompen el frasco de su vida en favor de sus hijos, tantos sanitarios que se entregan generosamente a los enfermos, tantas religiosas dedicadas en alma y cuerpo a los ancianos… Cada uno de nosotros es invitado a romper el frasco de su vida a favor del prójimo necesitad.
Contemplar a Cristo en la cruz es identificarse con Él, es ponerse a caminar sobre las huellas de su entrega, confiando en que, aunque se rían de nosotros, el amor es más fuerte que la muerte.

P. Antonio Villarino
Bogotá

Teatro solidario – una fuente de vida

Leiria PortugalComparto con vosotros la que es mi imagen matinal. Aquella imagen de mi ciudad, Linda Leiria, que funciona ahora como telón de fondo para mi mañana de deporte en la que encuentro también a Dios y con él converso. (…) Dialogamos sobre lo que ocurrió el 4 de marzo en “mi” parroquia de Santa Eufemia – un Teatro Solidario llevado al escenario por el TASA (Teatro de Animación de Santa Eufemia): Comedia a partir de las Leyendas de Leiria.

Cuán agradecida estoy a nuestro Padre. En Él confié este Teatro. Muchas fueron las veces que me sentí incapaz. A la memoria muchas veces me venía mi compromiso de Cuaresma que asumí en una oración shemá (oraciones que se desarrollan en Leiria, donde se privilegia el canto y la oración meditada, con inspiración en los métodos de Taizé). Confiar. Confía pues “todo puedes en el que te da fuerza (Filipenses 4:13)”. Confía pues “Dios nunca pide nada que antes Él ya no te haya dado”.

Mientras corro, revivo los momentos en que me desanimé porque las cosas no estaban corriendo tan bien como quería. Pero quiera yo lo que Dios quiere, y sobre todo, que este evento traiga los frutos necesarios a la obra del Señor, a la misión en Arequipa (Proyecto Ayllu) y no más que eso.
Es difícil agradar a todos. Quiero creer que todo lo que hice fue por la Obra del Señor. Después de todo, Jesús no siempre agradó a todos. Y cuán difícil es a veces aceptar las críticas (constructivas o no) y acatarlas en silencio. “Podías hacer a, o b. Pero también podrías hacer c. O quizá d”. Pido perdón por las reacciones menos positivas que he tenido para con aquellos que, aunque yo no lo viera claro, me querían solamente ayudar. ¡Y les debo tanta gracia!

Asumir este evento en nombre de los Laicos Misioneros Combonianos fue vida. Fue vida que se generó, no sólo en mí, sino también en vida que se generó en torno a las relaciones humanas, de las personas que quieren dar(se). Y veo con esta mirada creyente el mundo donde todos (TODOS) somos capaces de amar, todos tenemos un ALMA MISIONERA y (aunque muchas veces en lo escondido) esta necesidad de amar y ser amados. ¡Y es este Amor que debe ser el motor de la vida!

En las semanas anteriores al teatro fuimos invitando a las personas. Muchos dijeron “No puedo”, algunos “No voy, pero compro el billete”, unos cuantos “No sé si voy”, “Yo voy”, “Después de todo no puedo ir”.

Una mezcla de altos y bajos que fueron tejiendo una platea. En realidad, estaba con recelo que la audiencia tampoco fuera suficiente para el TASE (después de todo, actuar en un escenario se hace con más gusto y empeño si el público es numeroso y receptivo). Cuentas hechas, rezaba para que, por lo menos, 50 personas llenasen los bancos de aquel auditorio.
Confía Carolina. Repetía en mí esta frase.
Si supieran la emoción contenida en mi corazón cuando, en esta tarde de domingo que ya ansiaba hace tanto tiempo, llegaron para ver el teatro cerca de 130 personas.

No puedo dejar de agradecer a los presentes, como tampoco a los que estaban de otra forma, en oración, espiritualmente, en pensamiento.

Agradezco también al TASE que de forma gratuita y generosa se dispuso a poner su talento teatral a rendir, colocando a la platea a reír a carcajadas (yo misma lloré de risa).

Agradezco a los varios patrocinadores (unos mencionados en los flyers, otros que prefirieron su anonimato). Y por encima de todo, agradezco a Dios por los frutos de este Teatro Solidario que, mucho más allá de los financieros, son frutos vivos en las relaciones que se establecieron, en el diálogo implicado para su concreción, en los pensamientos que surgieron en la cabeza de cada uno de los colaboradores cuando decidieron contribuir.

¡Muchas gracias a todos!
Desde el fondo de mi corazón, mi más profundo gracias. Y aquí nacieron más “mil vidas para la misión”.

Estoy segura que en todo lo que hicimos tuvo la mano de Dios y de un amigo nuestro, San Daniel Comboni.
LMC Carolina Fiúza