Laicos Misioneros Combonianos

Noticias de la misión de Mongoumba

Maria Augusta LMCAquí ya terminamos el año pastoral el día 3 de julio. Participaron en la misa todos los recién bautizados, los scouts que han hicieron su promesa y todos los peregrinos de las dos peregrinaciones. La primera peregrinación que hicimos a Bangui, con la venida del Papa Francisco, y la segunda a Mbaiki, durante la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Fue una Eucaristía bastante larga, alrededor de 3 horas, pero todo el mundo estaba muy contento.
El obispo de la diócesis hizo un santuario al Sagrado Corazón de Jesús, en lo alto de la colina, desde donde se puede ver un hermoso paisaje. De Mongoumba había unos 250 peregrinos. Comenzamos el 30 de mayo y el 1 de junio llegamos por la noche. Yo no pude caminar porque tenía que conducir uno de los coches que llevan todos los utensilios necesarios para cocinar, la comida y las cocineras. He participado en las oraciones y en las catequesis que se han realizado durante la peregrinación y el día 2 en Mbaiki. En el día del Sagrado Corazón de Jesús, fuimos en procesión al Santuario, a unos 4 km, con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús atrás. La misa fue transmitida por Radio María, Bangui, una radio católica que se escucha bien en Mongoumba. La peregrinación terminó en una de las capillas de la parroquia, Batalimo, con la misa y el bautismo de 30 adolescentes. Pudimos dar gracias a Dios por estar todos allí, con salud y alegría. Annia estaba con malaria y, por tanto, no pudo participar. Elia tampoco, porque alguien tenía que quedarse cuidando a Annia.
A finales de junio terminó la escuela con un bajo porcentaje de aprobados, alrededor del 50% de los estudiantes pasaron de curso este año. Espero que el próximo año serán mejores los resultados…
Hoy estoy en Mbaiki, vine a traer los maestros a participar en una formación de dos semanas, la formación es sobre francés y matemáticas y también en pedagogía. Dios permita que aprendan bien para enseñar mejor a los niños.
Annia, LMC polaca recién llegada, se está adaptando bien y ya sabe bastante Sango. Estudia mucho, y sigue estudiando francés. Aprenden dos idiomas seguidos no debe ser fácil.
Ahora estoy más libre de la escuela, así que aprovecho para ayudar con los niños desnutridos.
Elia regresó el 2 de julio y ya la echamos de menos! Que el Señor le ayude y que todo le quede bien en el brazo que se rompió, ha sufrido mucho con él. ¡Si puede volver estaremos muy contentas!
Siempre unidos en la oración.
Les deseo a todos unas buenas vacaciones.
Besos
María Augusta

¡Bienvenida Élia!

Elia

EliaEl 3 de julio llegó al aeropuerto de Lisboa la LMC Elia, que regresaba de la República Centroafricana después de cinco años de servicio misionero en la misión Mongoumba.

Después de la acogida en el aeropuerto con gran alegría por parte de los LMC Pedro, Liliana y Flávio y la hermana Carmen, fuimos a comer a la casa de las Combonianas en Olivais, donde se encontraban además de la comunidad de las Combonianas la familia de Pedro. Durante el almuerzo conversamos y compartimos aventuras de la misión. Fue un hermoso momento de convivencia. ¡Después del almuerzo todavía hubo espacio para unos deliciosos pasteles de Bienvenida! Por la tarde, Elia continuó viaje a su casa en el Algarve, donde se encuentra ahora con su familia.

Agradecemos la disponibilidad de las Combonianas y deseamos a Elia un buen retorno y una buena readaptación a la realidad de nuestro país.

¡Bienvenida Élia!

LMC Portugal

Cirugía en Mongoumba. 25 años de dedicación y disponibilidad

MongoumbaDurante más de 25 años que el profesor Michel Onimus, ortopedista francés, dedica parte de su tiempo libre para operar en la República Centroafricana, en particular en Mongoumba. Los pacientes que se tratan son especialmente niños, personas con malformaciones congénitas (luxación congénita en el pie, labio leporino), secuelas de la polio, quemaduras y fracturas. Debido a la inestabilidad del país su actividad se redujo durante los últimos tres años que trabajó casi exclusivamente en Bangui.

Antes de la “crisis” estaba con él un equipo de voluntarios jóvenes (anestesista, enfermera…); ahora sólo viaja acompañado de su esposa, Michele, que se ocupa de la logística. Por lo tanto, cada vez cuenta más con el apoyo de Barthelemy, anestesiólogo centroafricano del Centro pediátrico de Bangui que ¡siempre encuentra un “poco de tiempo” para trabajar con el profesor!

En su equipaje traen todo lo que necesitan para las intervenciones desde el material quirúrgico al esparadrapo… y cuando salen nos dejan lo que no se utiliza.

Desde que estoy en Mongoumba hemos recibido la visita del Dr. Onimus cuatro veces, la última el pasado febrero en el que 31 pacientes fueron atendidos, operados 15 y 4 los programaron para operarlos en Bangui en marzo.

Llegaron temprano, el 17 de febrero, porque pude ir a buscarlos… llegaron con el hermano Alberto, un misionero comboniano que vino a pasar unos días a Mongoumba. Así que tuvieron tiempo para un breve descanso antes de comenzar el maratón de consultas y preparación de los pacientes para operar. ¡Sólo tres días para consultas y operaciones!

MongoumbaLa rutina es la misma cada día, entramos en la sala de operaciones a las 8 am para salir alrededor de las 15hs, hora del almuerzo. Después de un breve descanso a las 16h continúan las consultas y las visitas a los pacientes operados.

Las operaciones se realizan en el Centro de Salud en una habitación vacía: con la mesa de operaciones, pero sin fuentes de luz, sin aspirador de secreciones, sin aire acondicionado, sin sala de recuperación… Una sala abierta a la calle por tres ventanas con redes que protegen de las moscas, pero no del polvo y las cortinas que proporcionan privacidad, pero quitan algo de luz. El único “lujo” es una botella de oxígeno que se utiliza sólo cuando viene el profesor.

A pesar de todas las deficiencias tenemos que agradecer la disponibilidad del jefe del Centro de Salud, que no sólo permite el uso de la sala como lugar de la cirugía sino que pone a nuestra disposición el autoclave para esterilizar el material.

MongoumbaLos pacientes antes y después de las operaciones están alojados en nuestro Centro de Reeducación “Da Ti Ndoye” bajo la responsabilidad de Bob, fisioterapeuta, quien trabaja en el Centro desde su creación.

El Dr. Onimus hace un trabajo difícil en condiciones difíciles, un trabajo de amor, que ha proporcionado una mejor calidad de vida a muchos niños y adultos.

“Todo lo que hagan al más pequeño de mis hermanos, es a mí a quien lo hacen” (Mt 25, 40).

Un abrazo misionero

Elia Gomes. LMC RCA

Tiempos de cambio

nuevas-LMC-MongoumbaEl día 13, día de la Virgen de Fátima, comenzaron los cambios en la Comunidad Apostólica de Mongoumba, con la salida del P Maurice para Roma, donde tomará parte en la formación para convertirse en formador de los jóvenes que quieren ser, ellos también, misioneros Combonianos. Que María interceda por él para adaptarse bien a su nueva comunidad, donde pasará este periodo de formación, y para que dé un buen testimonio de fe y amor a todos los que se crucen en su camino.

El día 23 tuvimos la alegría de recibir Ana, joven LMC polaca, de llega de Kinshasa, donde ha estado aprendiendo francés. Pedimos al Señor de la mies que nos ayude en este tiempo de integración para Anna a ser un ejemplo de amor, alegría y también de compasión y servicio a este pueblo al que fuimos enviadas.

Ayer fue el turno de llegar desde París, donde estuvo aprendiendo francés el P. Fernando, de México. En estos primeros meses de su estancia en Centroáfrica la comunidad de Mongoumba apostólica crecerá, será allí donde el P Fernando aprenderá el Sango. Donde irá después no se sabe…

El mes de julio será de nuevo tiempo de cambio con la salida de Elia. ¡La misión se quedará sin una piedra muy fuerte… de yeso! ¿Volverá algún día? Eso ¡sólo Dios lo sabe! Por ahora, no podemos más que agradecer desde ya, todo el bien que hizo a este pueblo y a esta comunidad. Que el Señor le acompañe siempre.

M-Augusta-Mongoumba

Un fuerte abrazo a todos los LMC y en especial a todos los que han celebrado sus cumpleaños.

Maria Augusta y Elia.

LMC RCA

Entrevista a Ana Obyrtacz en Radio Maria en Congo

  1. Anna Congo Hola Anna. ¿Podrías presentarte a la audiencia? Háblanos de tu familia

Buenos días padre. Buenos días a todos.

Mi nombre es Anna Obyrtacz. Soy de Cracovia en Polonia. Soy cristiana, católica y Laica misionera comboniana. Tengo 30 años. Estoy en Kinshasa desde el 22 de enero de 2016. He venido aquí para aprender francés. Todavía estoy en Kinshasa durante una semana y luego me iré a la República Centroafricana para la misión por dos años. Voy a trabajar con los pigmeos de Mongoumba. El pueblo está situado a unos 200 km al sur de Bangui, capital de la República Centroafricana.

Mi familia vive en Polonia y está a la espera de mi regreso, 🙂 pero espero que vendrán a verme algún día a África. Nací en una familia de 4 hijos y yo soy la penúltima.

Mi familia está compuesta por mi padre Jean, mi madre Joséphine, mis hermanos y hermanas. Mi hermana mayor se llama Kinga después de ella viene mi hermano Christoper, después yo y por último mi hermano pequeño Michel. Mi hermano mayor está casado y es padre de dos hijos, un niño y una niña.

  1. ¿Polonia es un país más católico que el Congo?

Con el tiempo que pasé aquí en Kinshasa cuando miro los números, puedo decir que en el Congo como en Polonia hay muchos cristianos católicos. Pero también podemos decir que el número no refleja la verdad.

Para mí la comparación es difícil porque no tenemos las mismas realidades y tampoco me gusta comparar la fe. Y, además, creo que no se trata de números, sino de la “calidad” de nuestra fe.

  1. ¿Cómo es tu vocación laical Comboniana?

Dicen que la vocación es un misterio 🙂

Creo que mi vocación comenzó mucho antes de que yo pienso.

Cuando era joven, nunca pensaba en las misiones. Siempre quise vivir y trabajar en Polonia mi país. Pero hoy creo que el trabajo es el mismo en todas partes del mundo, también la gente es igual en todas partes del mundo.

Conocí a los misioneros combonianos (mccj), en marzo de 2012 en Cracovia, en una adoración que organizaron por los misioneros mártires. En Polonia hay dos comunidades combonianas, una en Cracovia y otra en Varsovia.

Yo estaba involucrada en las reuniones de pastoral misionera con los estudiantes.

También soy parte del movimiento misionero TUCUM, asociado con los Combonianos en Polonia que ejercen su actividad misionera en las parroquias. Son personas que quieren vivir conscientemente y trabajar juntas. Nuestras actividades: la oración, los actos de caridad, la promoción de la misión. Tenemos un signo de pertenencia al movimiento que es el anillo negro.

También trabajé con niños. Era un grupo de niños de mi parroquia. Después también llevé un grupo de infancia misionera para los niños de mi parroquia en Cracovia. Teniamos reuniones una vez por semana, estudio de la palabra de Dios y hablar sobre temas misioneros. Invitamos a los misioneros al grupo y también vemos películas misioneras. Siempre oramos por las misiones.

También hacía voluntariado con una Fundación polaca que ayuda a los pacientes de hematología y oncología.

Antes de venir aquí, estaba trabajando como especialista en el departamento de inversiones – en una institución pública para la construcción y mantenimiento de la vía pública.

Toda mi vida es un tiempo de discernimiento de mi vocación. Quiero vivir plenamente y en verdad por Dios, aunque humanamente pueda flaquear a menudo, sé que hay Alguien en quien siempre se puede confiar.

Dios está conmigo todos los días en cada paso de mi vida. Él ha preparado para mí un camino, y me ha mostrado las señales. Me ha permitido descubrir mi identidad laical, mi identidad Comboniana y mi identidad misionera. A continuación, ÉL me ayudó a tomar la decisión de partir a misión. Dios me ha quitado el miedo y me dio fuerza y ​​confianza.

El momento más importante de mi vocación ha sido la formación de la comunidad LMC:

  • Cada mes tenía una reunión de formación para explorar y descubrir el carisma y la espiritualidad de San Daniel Comboni
  • La oración individual (meditación)
  • La oración comunitaria
  • El discernimiento con los otros
  • La dirección espiritual

Cada día descubro mi vocación, para mí es un proceso continuo.

  1. ¿Por qué elegiste África, precisamente Centroáfrica para ir a misión y no en otra parte?

Después de descubrir mi vocación LMC no he pensado en ningún lugar de misión particular. Sólo sabía que me dispondría para donde fuese necesario o donde pueda ser útil, como dicen las palabras de nuestro fundador, San Daniel Comboni, “para los más pobres y abandonados”. Para mí el lugar no importa mucho. En cuanto a la ubicación, estaba abierta a lo que Dios preparase para mí, porque tengo confianza en que elija mejor que yo, que Dios sabe mejor que yo.

Como Movimiento Internacional de Laicos Misioneros Combonianos tenemos varias comunidades internacionales en África: Etiopía, Uganda, Mozambique, República Centroafricana, Malawi y también en América del Sur. Intentamos dar continuidad a esos lugares donde ya estamos sirviendo, pero también podemos ir a otro lugar si es necesario.

La elección de un lugar no sólo está en función de la profesión, la preferencia de la persona que parte, sino también, por supuesto, de la necesidad de la iglesia local, nuestra prioridad es la primera evangelización y cerca de los pobres, asegurando la continuidad de las comunidades.

También es importante que la decisión sea compartida por la persona y la coordinación del equipo en el país.

Pero tenía que ser África o América del Sur. Durante mi formación yo estuve en Uganda durante un mes, esta fue mi primera experiencia en África. Creo que África se ha metido en mi corazón.

He conocido las realidades de nuestras comunidades, y sabía que en la RCA se necesitaba personal. También hablamos de la situación política difícil, inestable y peligrosa. Y era consciente que tenía que aprender el francés.

No fue una decisión fácil, incluso diría difícil. Podría haber elegido algo más seguro y más fácil. ¿Pero será que mi elección debe ser por lo sencillo? o ¿voy a donde Dios me está llamando? Sabemos que hacer la voluntad de Dios no es humanamente fácil. Pero estoy segura de haber elegido la mejor.

Así que como país de misión, decidí ir a la República Centroafricana.

  1. ¿Qué has aprendido durante tu estancia estos 3 meses del Congo y de la iglesia de Kinshasa en particular?

Si vine al Congo era para aprender el idioma, que me ha costado mucho. Además, todos los días he tenido que aprender a vivir en otra realidad de la que dejé en Polonia y a veces ha sido difícil. ¿Por qué? porque ahora, con Internet, tenemos la facilidad de tener comunicación permanente con mi familia, con mis amigos en Polonia, por lo que podemos estar cerca.

Para mí, la misión es sobre todo vivir con la gente. A través de las diferentes conversaciones llegué a conocer la realidad a la que se me envió, en la misión se deja una realidad para vivir otra.

Creo que el futuro mostrará lo que he aprendido en el Congo y si he sido una buena estudiante.

Otra cosa muy importante durante mi estancia en Kinshasa ha sido aprender la apertura a lo nuevo. A pesar de ser muy diferente a Polonia.

  1. ¿Qué mensaje dejarías a los jóvenes y especialmente los laicos africanos?

Que busquen al Señor en su vida todos los días, en todo lo que hacen descubrir lo que él ha preparado para ellos.

Jóvenes, vivid sólo el Plan de Dios en vuestras vidas pues es el mejor.

Sabemos que la vida no se termina en esta tierra, esta es sencillamente una etapa.

Estén seguros de que no están solos. A pesar de sufrir cuando uno se siente solo, Dios siempre está presente.

No tenga miedo de vivir con pasión y hacer lo que amas.

Otra cosa que mi obispo me dijo antes de ir a la misión, “ni la fe ni la ciencia, sólo el amor nos ayudará a conocer y experimentar a Dios”, y tenemos que decir a los otros que es el más grande y primer mandamiento de Dios. Yo se lo digo a todo el mundo.

  1. ¿Qué plato congoleño te gusta más?

Me encanta el pescado, especialmente el pescado salado y también el pondu, sobre todo preparado por Irene. Irene es una laica Comboniana de Kinshasa, con la que he vivido durante mi estancia aquí.

Anna Congo

Muchas gracias

Anna Obyrtacz LMC