Laicos Misioneros Combonianos

Ecos de la reunión de Navidad 2013

“Todos diferentes, pero todos unidos con Comboni llevando el rostro y la palabra de Jesucristo aquí y más allá.”

Comenzamos dando las gracias a todas las personas que han contribuido directa o indirectamente para que esta reunión de Navidad fuese posible. Agradecemos a Sandra por la organización de la reunión, a la hermana Carmen Ribeiro, al Hermano Pablo y a las misioneras seculares Joanna y Paula por todo lo que compartieron que es esencial para nosotros, los candidatos a LMC, para entender esta vocación misionera de la familia comboniana en particular. Nuestro agradecimiento también al Padre Avelino quien compartió su experiencia misionera y celebró la Eucaristía. Gracias, en fin, a todos los otros que aunque no los mencione trabajaron duro para que la reunión fuese posible.

Este encuentro estuvo lleno de sonrisas, abrazos, momentos de convivencia y dinámicas animadas. Fue el compartir una alegría que con Jesucristo renace sin cesar. Esta fue una reunión familiar. Nos sentimos verdaderamente una familia. Nos sentimos en un mismo barco remando en la misma dirección. En este barco donde no sólo están todos aquellos con los que vivimos este fin de semana, sino también todos los otros miembros de la familia comboniana dondequiera que estén y de donde quieran que sean. Nos sentimos renovados de fuerzas y con ​​la certeza real y física de sabernos unidos, no por la sangre, sino por compartir el mismo creador y la misma misión. Todos diferentes en la vocación pero todos unidos en Comboni llevando el rostro y la palabra de Jesucristo aquí y allá.

Por Paula Sousa (Portugal)

La misión tiene lugar cuando y donde la dejamos que aparezca

La Comunidad de Vida de Oporto salió a realizar animación misionera de nuevo. El 9 y 10 de noviembre animaron las parroquias de Castelões, Pousada de Saramagos y Vermoim.

En esta misión, nos quedamos sorprendidos por el espíritu misionero y fraterno con la que fuimos recibidos. De hecho, el sábado, los LMC Sandra y Carlos animaron “mozambicanamente”  los grupos de catequesis de séptimo a decimoprimer grado (bachillerato) y la Eucaristía – presidida por el Padre Manuel Lopes (MCCJ) – contó con la colaboración de Susana (LMC) que presentó brevemente la realidad de la República Centroafricana. Al final de la Eucaristía, la animación y el espíritu misionero siguieron con la participación del LMC Franquelim.

Siempre en comunión con esta parroquia, aceptamos la invitación de las catequistas, y del diácono David, y compartimos la cena con os jóvenes para después continuar con una vigilia de oración misionera organizada por este mismo grupo. Allí, todo hablaba de la misión. Por nuestra parte, hemos visto semillas misioneras germinando y actuando en el corazón de esta parroquia. ¡Que Dios sea alabado por las maravillas que realiza!

El domingo, fuimos a la posada de Saramagos y luego a Vermoim. En estas dos parroquias celebramos la Eucaristía donde contamos con la presencia tanto del diácono David como del sacerdote de la parroquia – P Carlos.

De vuelta a casa, algunos de nosotros incluso conseguimos acercarnos a Maia para otra reunión del equipo de Vocaciones Juveniles, donde se encuentra representada, como siempre, toda la familia comboniana en un esfuerzo de comunión para continuar sembrando las semillas de la actividad misionera en el corazón de tantos jóvenes del grupo JIM en todo el país.

Comunidad LMC de Oporto

Ecos del encuentro: El Reino de Dios: ¿mito o realidad?

“El Reino de Dios es una realidad en continua construcción en cada uno de nosotros”

Semente

La casa de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús acogió el pasado fin de semana en Lisboa, a los laicos que iniciaron su formación el pasado mes de septiembre, durante las Jornadas Misioneras en Fátima.

Fueron días intensos y de una gran riqueza, gracias a los formadores, la Hna. Comboniana Carmo Ribeiro y el Laico Misionero Comboniano Pedro Moreira.

El tema escogido para la reflexión fue: “El Reino de Dios: ¿mito o realidad?”. Fue del agrado general y dejó seguramente el dulce sabor de que el Reino de Dios es una realidad siempre en construcción en cada uno de nosotros, y  que va más allá de la propia Iglesia, donde exista,  entre otras cosas, amor, perdón, alegría, humildad, … semillas del Verbo, que por pequeñas que puedan ser, el Espíritu siembra dónde y cuándo quiere.

El Reino de Dios es la meta final de todos los hombres y mujeres.

El Reino de Dios es el propio Jesús, y por tanto el Reino de Dios es Amor.

Gracias a todos y todas por la acogida tan generosa, por todo lo que nos transmitieron y enseñaron y por el bonito testimonio de Vida y de Amistad.

S. Daniel Comboni tenía razón cuando dijo “No temáis, yo muero, pero mi obra no morirá”

Por Rufina Garcia

 

Día Mundial de las Misiones

En el pasado fin de semana celebramos una vez más el día mundial de las misiones y ¡nada mejor que celebrar este día en familia! De nuevo otra fiesta misionera en la casa de Famalicão que se convirtió en un momento de comunión y de compartir en ésta nuestra familia este Comboniana. La comunidad de vida de Oporto, de los Laicos Misioneros Combonianos, también estuvo presente.

En la celebración del 10 º aniversario de la canonización de San Daniel Comboni, comenzamos a preparar nuestros corazones para esta fiesta la noche del sábado con una vigilia misionera. Con la participación de algunas personas de la parroquia, pudimos estar en oración y comunión con los más pobres, recordando en este año todas las esclavitudes que continúan existiendo y las que están surgiendo en la actualidad.

El domingo por la mañana, comenzaron a llegar los autobuses y coches que traían a todas las personas que querían participar en esta fiesta misionera. A pesar de la amenaza de lluvia y, en algunos casos, la edad y el dolor de piernas que no perdona, no quisimos dejar de compartir el don de la alegría de estar juntos, de rezar por todos los que sufren y son olvidados por la mayoría de la sociedad y ser una Iglesia misionera, que lleva la Buena Nueva por toda la tierra.

Entre la acogida, la tómbola y el encuentro animado por el P. Víctor Díaz, vivimos un ambiente de compañerismo y alegría por estar juntos. El punto culminante de nuestra fiesta misionera fue la Eucaristía. Este año estuvo presidida por el P. António Martins, recién llegado de Perú  y que integrará la comunidad Famalicão donde continuará su misión. También los jóvenes de Mouquim y Lemenhe  miembros del grupo JIM quisieron estar con nosotros, animando la celebración con los cantos.

Después de compartir la comida y una sopa muy elogiada, tuvimos una tarde cultural y de diversión con los grupos folclóricos de Vila Nune, Santa Maria de Oliveira y otros artistas locales que cantaron y encantaron nuestra tarde. Una vez todos juntos y celebrando los 10 años de la canonización de San Daniel Comboni, terminamos el día con la oración de la familia comboniana, que sigue respondiendo a la llamada de Dios, que es firme y nunca pierde la esperanza.

Participar en esta fiesta misionera, compartiendo este ideal de San Daniel Comboni con todas estas personas que colaboran y hacen que la misión sea posible, es hacer realidad sus palabras: “Muero, pero mi obra no morirá.”

por Sandra Fagundes

LMC en discernimiento: ¡Todo y todos para la Misión!

La comunidad de vida de Oporto, de los LMC de Portugal, comenzó el pasado fin de semana el discernimiento en relación al tema de la economía que fue lanzado por el Comité Central. Este tema está siendo trabajado, poco a poco, a nivel de las comunidades de vida esperamos concluirlo en breve con el fin de dar respuesta a esta urgencia internacional que a todos nos incumbe y hace referencia.

Mealheiro

En efecto, la creación de un fondo común internacional (¡tema que se ha debatido durante al menos 20 años!) es en este momento una necesidad que urge responder, no sólo por el bien del movimiento en sí, pero sobre todo por el bien de la Misión de la que todos fuimos llamados a participar.

En este sentido, en nuestras reflexiones en la comunidad de Oporto, consideramos que los LMC en Portugal tienen el deber de alimentar su fondo nacional para apoyar a los LMC que están en misión en otros países y a pagarles la seguridad social, entre otras obligaciones.

Sin embargo, creemos que también tenemos el deber de contribuir a la creación de un fondo internacional, ya que esto constituye también un signo de nuestro sentido de pertenencia. De hecho, este es también nuestro fondo, ya que es de todos y para todos. Queremos, de esta manera, compartir dentro de nuestras posibilidades aquellos que tenemos para dar.

En Portugal, este discernimiento continuará hasta final de año. De hecho, además de nuestra comunidad de vida, hay otras dos (Viseu y Lisboa), que también están haciendo este discernimiento, para que a principios del año próximo podamos dar una respuesta al Comité Central.

Si bien es cierto que la misión nos desafía, no es menos cierto que esta nos impulsa y exige gestos concretos de generosidad y comunión de espíritu, vocación y bienes.

por Susana Vilas Boas