Laicos Misioneros Combonianos

Mi comienzo en Etiopía

EtiopiaDespués de largos preparativos por fin llegué a Etiopía. Todo el mundo me recibió muy bien. Nuestra Laica Misionera Comboniana Madzia Plekan vino de Awassa a recogerme al aeropuerto, para ayudarme y explicarme todo lo referente al principio de mi estancia. Junto con el Padre Sixto y el Padre Julio (Provincial de Etiopía) hemos tomado la decisión de ir a Awassa al día siguiente. El primer plan establecido era que iba a aprender amárico en la capital durante al menos 3 meses. Un nuevo curso de amárico comenzará en junio, por lo que podré pasar las primeras semanas para conocer a mi destino en Awassa, la comunidad y los fundamentos del lenguaje. Esto fue una sorpresa muy agradable para mí. Mi nueva comunidad me recibió muy afectuosamente. Madzia, Maggie y Mark me ayudan tanto como les es posible. Los tres hijos de Maggie y Mark son motivo de mucha alegría y vida. Los niños también me aceptaron como un nuevo miembro de su comunidad. Awassa es una ciudad grande, sin embargo, es tranquila y muy pintoresca. Ahora me estoy empezando a conocer el lugar, la gente y los diferentes servicios misioneros.

La semana pasada celebramos la Pascua. No fue sólo un momento de encuentro con el Señor resucitado, sino también una experiencia interesante de celebración en mi nueva cultura que está llena de diferentes elementos sorprendentes. La Iglesia Católica en Etiopía tiene mucho en común con la Iglesia ortodoxa. Obviamente pasamos Pascua en nuestra comunidad. Se mantuvieron dos tradiciones polacas: Pintar el huevo de Pascua y el desayuno del domingo de Pascua.

Estoy empezando a aprender amárico esta semana. Voy a tener tres clases por semana con un maestro profesional y cinco clases de tutoría con un chico de la zona que habla inglés. Si estamos satisfechos con el método de aprendizaje, tal vez continuaré mis estudios aquí, en Awassa. En ese caso, podría quedarme en casa. Un gran reto me está esperando ahora – ¡el aprendizaje del lenguaje amárico!

Magda Fiec, LMC en Etiopía

 

En camino…

KasiaNo tengo idea de lo rápido que el tiempo pasa. Me ha dado cuenta que ¡¡desde mi último mensaje ha pasado más de un mes!! Así que creo que ha llegado el momento para escribir algo nuevo 🙂

No hay demasiadas cosas que hayan cambiado. Quiero decir, mi tiempo está lleno de diversas reuniones, actividades, etc. Voy a tratar de escribir un poco acerca de los últimos acontecimientos. A mediados de marzo de todos los laicos (candidatos y misioneros) participaron en el retiro en Viseu que fue dirigido por nosotros por uno de los padres MCCJ. A pesar de que no era mi último encuentro con los LMC ya escuché “¿cómo imaginarme que me voy a ir a Mozambique y dejarlos? ‘. Y pensé, están en lo correcto, a pesar de que nos hemos conocido sólo por tres meses he sentido que están muy cerca de mí. No podía imaginar lo sentiría en este corto tiempo. Creo que no era sólo yo la que pensaba de esa manera. ¿Por qué? Debido a que durante la reunión nos prepararon una pequeña sorpresa. Nos enviaron a misión en la misa de su comunidad del domingo. Sabían que he sido enviada por el arzobispo en Polonia pero querían hacerlo de nuevo. Imagínense que no fue mi último envío. Escribiré sobre esto más adelante.

Además de las tareas de cada día tenía que organizar el tiempo para el curso de Biblia y preparar los documentos necesarios para obtener la visa. Imagínense que la burocracia en Portugal es más complicada que en Polonia. Están todos los desplazamientos entre oficinas y los médicos… esto agota a cualquiera. Afortunadamente terminé de recopilar todos los documentos antes de la Semana Santa. Y ¿Por qué era tan importante? Porque el Jueves Santo Barbara y yo debíamos tomar un vuelo a Madrid. La comunidad de España nos invitó a la celebración del Triduo Pascual en común.

¡El tiempo en España fue fantástico! La comunidad estaba compuesta de familias lo que hizo que en nuestra Pascua nos sintiésemos como en casa. Un Padre nos recogió en el aeropuerto y nos llevó hasta el pequeño pueblo, de montaña, cerca de Madrid, donde se reunieron los LMC. Él estuvo allí durante todos los días. Por lo general, la mayoría de los encuentros de formación eran separados para niños y adultos, pero siempre nos encontrábamos después de ellos.

Kasia y BarbaraEmpezamos el encuentro compartiendo nuestras motivaciones para participar, nuestros sentimientos de venir y nuestras expectativas. Terminamos con una reunión conjunta con los niños y más tarde fuimos al ático, que se convertiría en nuestra capilla para las celebraciones del Triduo. Celebramos la Liturgia del Jueves Santo y cenamos juntos, hicimos la oración y después tiempo para descansar. El Viernes Santo y Sábado Santo, tuvimos una mini-conferencia, reunión en pequeños grupos, tiempo para caminar, hablar y encuentro de nuevo 🙂 … me encontré con algunas personas que estuvieron en misión en Mozambique y pude saber más sobre el lugar donde voy a servir. Viernes Santo fue un poco más tranquilo de lo habitual. La liturgia en común y la adoración de la noche fueron muy bonitas. Como he mencionado antes tuve más de un envío 😉 . El siguiente tuvo lugar durante la Vigilia Pascual. Junto con Barbara nos invitaron a sentarnos en medio donde nos impusieron una cruz. Alberto con su familia y David, que se va a África durante las vacaciones de verano se unieron a nosotras. Juntos creamos un pequeño círculo interior y el resto de la comunidad hizo otro en el exterior. Empezamos a bailar y durante este tiempo, el padre leyó la bendición, y nos enviaron a misión. Después de la liturgia empezamos la celebración, cantando y bailando donde ¡no había final para la alegría! Desafortunadamente el día siguiente tuvimos que volver a Madrid porque el día después teníamos el vuelo a Porto. El resto del tiempo lo pasamos caminando por la ciudad. Tras el regreso cenamos temprano e hicimos nuestro equipaje. A la mañana siguiente teníamos el vuelo a Lisboa y no d regreso a casa en Braga. Estuvimos alojadas en la casa de los MCCJ donde nos encontramos con gran amabilidad como es costumbre. ¿Por qué Lisboa? Debido a que tenía que conseguir mi visa. Está claro que no iba a conseguir la visa sin problemas, como una señora simpática me indicó me faltaba un documento… afortunadamente pude organizarlo y al día siguiente dejé hecho todos los documentos necesarios sin más dificultad. Ahora estoy a espera de que me llegue el visado y ¡espero tenerlo a mediados del mes!

Visitamos Lisboa también. ¡Es la ciudad increíble! Se puede ver en las fotos. La mayoría del tiempo estuvo Vanessa con nosotras. Vanessa me ayudó con mi visa y su ayuda fue muy valiosa. Cuando vayan a Lisboa ¡no deben dejar de visitar Sintra! Hay algunos castillos maravillosos. El que más me gustó fue el Castillo de los Moros. Está en la colina y la vista desde arriba es impresionante… tierra, mar, río, ciudad, puente… el viernes al final de nuestras vacaciones nos fuimos a Cacia. Sandra y Carlos viven allí, nos quedamos con ellos para hablar y vivir la vida de la comunidad.

El próximo jueves tengo un examen final de nuestro curso de portugués, la familia de Bárbara nos visitará, a continuación, un poco de descanso, LMC y … tiempo para volver a casa!

Como pueden ver, el tiempo pasa tan normal … 🙂 .

¡Les deseo a todos descubrir la tumba vacía y la alegría de Cristo resucitado!

Kasia. LMC Polaca

Algo termina, algo nuevo comienza…

EwaNuestros niños acaban de terminar su periodo de vacaciones. Que fue inusualmente largo – 3 meses. La razón de esto fue la elección del nuevo presidente de Uganda, que se realizó en 18 de febrero de 2016. Afortunadamente todo ha estado en calma, y ​​no hubo problemas mayores. En menos de 3 semanas estaré en Polonia de nuevo. Bueno, algo termina, algo nuevo comienza…

Durante la temporada de vacaciones, pasé más tiempo con los niños más pequeños, que tienen algunos problemas en la escuela. Era una especie de clases de recuperación. Después de la renovación, las clases que estaban en el comedor se han cambiado a la habitación de estudio 🙂 . Pasamos mucho tiempo allí, para aprender, pero también para divertirnos. Pintamos, creamos cosas de plastilina, coloreamos y recortamos – en Polonia es algo habitual, pero para mis niños en Uganda siempre es algo especial y nuevo. A pesar de trabajar en la administración, aquí también hago funciones entre el servicio de niñera y trabajadora social. Durante todo este tiempo que he estado aquí he ido descubriendo que este es el mejor lugar para mí, es increíble y sorprendente al mismo tiempo, porque nunca fue algo de lo que quería hacer. La misión enseña a obedecer y participar en los lugares donde es necesario, no en los lugares donde uno cree que debería estar. A veces nuestra imaginación no encaja con la realidad; nuestro punto de vista es diferente a la realidad y a las verdaderas necesidades del mundo. Descubrimos que nuestras verdaderas necesidades son – el tiempo, la oración y la más importante la apertura al Espíritu Santo. Necesitamos todas ellas para descubrir lo que Dios quiere de nosotros en este lugar en particular. No puedo decir que lo sé completamente, pero lo sigo buscando todo el tiempo. Estoy empezando a entender por qué fui enviada aquí. Ahora, cuando termina mi periodo misionero de 2 años, sé que voy a volver aquí, con mis niños, a St. Jude.

EwaSt. Jude es no sólo los niños, sino también las personas que trabajan aquí. Niñeras, cuidadoras- con las que paso mucho tiempo. Al comienzo de mi servicio misionero, estaba dedicada a la gestión de todos los empleados, lo cual era muy difícil, ya que era la persona más joven aquí, y debía convertirme en supervisora. Se suponía que debía comprobar y evaluar. No era una situación cómoda, porque llegué aquí para ayudar, no para controlar. Sin embargo, como he mencionado antes – la misión enseña humildad, y también te ayuda a comprender y entender la visión sobre una misma, tus conocimientos y comportamientos. Tengo que admitir que, a veces, las cosas más fáciles terminaron con un malentendido. La forma de ser, de hablar, los gestos fueron interpretados incorrectamente. Afortunadamente, hemos aprendido unos de otros con el tiempo.

La misión es también comunidad, muy extraordinaria en mi caso. Nos enviaron a lugar totalmente nuevo y creamos una comunidad en Gulu, como había en Matany, donde fue Danusia (otra LMC). Éramos cuatro, muchachas jóvenes sin experiencia – tres polacas y una española. Todo este tiempo rezando, hablando, descansando, pero también discutiendo y con malentendidos – ha sido precioso e intenso. Lo que siempre nos unió fue la misión, la gente, y sobre todo la oración. Cada una de nosotras es una imagen diferente de Dios, pero con la misma fe y con un gran corazón abierto.

En nombre de mi comunidad y de mí misma, me gustaría darles las gracias a todos ustedes, por cada pequeño gesto, postales, mensajes de correo electrónico. En nombre de mis niños, me gustaría dar las gracias por todo el apoyo financiero – gracias a él nuestros niños tienen nuevos uniformes, mejor comida, hemos sido capaces de examinar su salud y… coloreamos su mundo. Pero, sobre todo, me gustaría dar las gracias por cada oración, cada pensamiento sobre nosotras – sin vosotros, no estaríamos aquí.

Ewa

Ewa Maziarz, LMC

Mi tiempo en Londres

MagdaHa pasado un mes desde que llegué a Londres. Estoy aquí para aprender inglés que necesitaré en mi misión en Etiopía. Vivo en casa de los Combonianos en Notting Hill (Londres). Los padres Combonianos son muy amables y serviciales. Cada día pasamos tiempo juntos en las comidas, oraciones y en misa. Son mis asesores – corrigen mis errores de lenguaje y tienen mucha paciencia si no entiendo algo. Afortunadamente, cada vez hay menos situaciones de estas 🙂 .

Trato de usar el tiempo que paso aquí, lo mejor que puedo.

MagdaVoy a la escuela de idiomas por la mañana, por lo que las tardes y noches las tengo totalmente a mi disposición. Suelo pasar este tiempo estudiando. Sin embargo, el problema más grande para mí es aún hablar con la gente, por lo que estoy constantemente buscando algunas oportunidades para practicar inglés. Suelo pasar tiempo con mis compañeros de clase: en los bolos, caminando o tomando café – una vez a la semana por lo menos. Son de diferentes países e incluso diferentes continentes, por lo que las reuniones son muy interesantes y variadas. Recientemente, he descubierto que hay reuniones especiales en Londres donde las personas que están aprendiendo el idioma pueden ir y… practicar 🙂 . Una vez a la semana también voy a las reuniones del grupo ‘Soul Food’. Oramos, tenemos temas de espiritualidad, escuchamos conferencias o testimonios y compartir nuestra fe con los demás.

Aparte de la comunidad de Padres Combonianos, también hay Combonianas en Londres. He tenido la oportunidad de conocer a algunas de ellas. Las visitamos y puedo decir que fueron muy acogedoras, tomamos café y galletas y hablamos un poco. Me invitaron a visitarlas de nuevo, y lamentaron no poder hablar con nosotros más tiempo, debido a sus otros compromisos y obligaciones. Realmente creo que vale la pena cuidar las relaciones en nuestra Familia Comboniana.

MagdaLondres es una ciudad multicultural, variada y vibrante. Ya he visitado muchos lugares famosos: calles, edificios, parques y museos. Los artistas callejeros muestran sus talentos en las plazas; los museos modernos y multimedia están llenos de exposiciones sorprendentes. Palacios, edificios y monumentos antiguos reviven la historia. Restaurantes y bares no pueden quejarse por la falta de clientes, ya que cada minuto hay cientos de turistas paseando por la calle. Todo eso es interesante, apasiona e impresiona, pero por otro lado es un poco agotador, especialmente el centro de la ciudad – lleno y ruidoso. Y en el medio de todo, hay personas sin hogar – sentadas, durmiendo o pidiendo dinero. Creo que esa es la visión que me parece más injusta y más me molesta que siga pasando.

Madzia Fiec LMC en Londrés

Oración de los Laicos Misioneros Combonianos Polacos

espiritualidadJesucristo, Tú eres el primer misionero del mundo, gracias por la gracia de la fe y por todas las personas que me ayudaron a llegar a conocerte.

Te pido que me enseñes a escuchar tu voz para descubrir humildemente mi vocación y aceptar las tareas que pones delante de mí.

Ayúdame a crecer en una mayor conciencia de mí mismo y enviame el Espíritu Santo para superar mis debilidades. Déjame seguir el ejemplo de San Daniel Comboni, con energía y sensibilidad para servir a Dios y a su pueblo toda mi vida como Laico Misionero Comboniano.

Sostén a los misioneros que trabajan allí donde les envías para que “toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor”.

Amén

LMC Polonia